Un obispo de Estados Unidos advierte a una universidad católica que puede perder su título de ‘católica’ si acepta a transexuales
Kevin C. Rhoades, obispo de la diócesis de Fort Wayne-South Bend, ha escrito una nota condenatoria denunciando la decisión de una universidad católica de la diócesis que ha decidido admitir a mujeres Trans.
En el comunicado firmado por el obispo y publicado en la página web de la diócesis, afirma que la semana del 20-26 de noviembre se enteró de que la Junta Directiva de Saint Mary’s College, una universidad católica para mujeres, ha cambiado su política de admisión y ahora considerará para la admisión no sólo a los solicitantes “cuyo sexo asignado al nacer es femenino”, sino también a los solicitantes “que viven consistentemente y se identifican como mujeres”. En una carta a colegas y estudiantes de Saint Mary’s, el presidente explicó que “Saint Mary’s considerará a los solicitantes de pregrado cuyo sexo asignado al nacer sea femenino o que consistentemente vivan y se identifiquen como mujeres”.
La carta del presidente de la universidad expresaba su compromiso de funcionar como “una universidad católica para mujeres”. Incluía una cita del Papa Francisco sobre el amor a los demás y el reconocimiento del valor y la valía de los demás.
El obispo lamenta que esto fue parte de la justificación del cambio en la política de admisión. La carta afirma que Saint Mary’s, “como líder comunitaria inclusiva”, tiene como objetivo continuar “creando un entorno al que todas las mujeres pertenecen y prosperan”.
El obispo se queja afirmando que “Es decepcionante que yo, como obispo de la diócesis en la que se encuentra Saint Mary’s College, no haya sido incluido ni consultado sobre un asunto de importante enseñanza católica. Los obispos tienen la responsabilidad particular de “promover y ayudar en la preservación y fortalecimiento” de la identidad católica de los colegios y universidades católicas en sus diócesis (cf. Ex corde Ecclesiae #28). Por este motivo, escribo sobre esta reciente decisión del Saint Mary’s College”.
El obispo estadounidense recuerda que «una de las cuatro características esenciales de un colegio o universidad católica es “la fidelidad al mensaje cristiano tal como nos llega a través de la Iglesia” ( Ex corde Ecclesiae 13). Esta fidelidad institucional incluye “el reconocimiento y la adhesión a la autoridad docente de la Iglesia en materia de fe y moral” ( Ex corde Ecclesiae 27). En esta nueva política de admisión, Saint Mary’s se aparta de la enseñanza católica fundamental sobre la naturaleza de la mujer y, por lo tanto, compromete su identidad misma como universidad católica para mujeres».
El prelado escribe a los directivos de la universidad y les advierte de que «llamarse a sí misma una “universidad de mujeres” y admitir estudiantes varones que “consistentemente viven y se identifican como mujeres” sugiere que la universidad afirma una ideología de género que separa sexo de género y afirma que la identidad sexual se basa en la experiencia subjetiva del individuo». Además, les recuerda que «esta ideología está en desacuerdo con la enseñanza católica».
Al obispo Rhoades no le ha gustado nada que utilicen citas del Papa Francisco para justificar esa decisión y alega que en muchas ocasiones, el Papa Francisco «ha reafirmado la enseñanza de la Iglesia sobre la encarnación sexual de la persona humana y ha criticado diversas formas de ideología de género. La carta del presidente de Saint Mary’s cita al Papa Francisco sobre la importancia del amor, pero no menciona el continuo rechazo del Santo Padre a la ideología de género, la misma ideología detrás de esta nueva política».
En ese sentido, reitera que «la Iglesia siempre ha rechazado una antropología dualista que separa cuerpo y alma y que consigna la identidad sexual a la autodeclaración individual. La nueva política de admisión del Saint Mary’s College sugiere erróneamente que “mujer” es una categoría puramente social en la que cualquiera, independientemente de su sexo, puede habitar».
También critica que «la carta del presidente también habla erróneamente del “sexo asignado al nacer”, una expresión común que transmite la comprensión filosófica de que el sexo no es un aspecto innato y reconocible de nuestra naturaleza encarnada, sino una categoría arbitraria que puede cambiarse. Normalmente, el sexo de una persona puede determinarse mucho antes del nacimiento. El sexo de una persona se descubre, no se asigna. Es Dios quien crea a los seres humanos como hombre o mujer».
El obispo entiende que la universidad «desea promover el amor, la inclusión y la aceptación dentro de la comunidad, pero no lo hace de forma auténtica cuando separa el amor de la verdad». Para justificar esta afirmación, cita la encíclica Caritas in Veritate del Papa Benedicto XVI que escribió: “Sólo en la verdad brilla la caridad, sólo en la verdad se puede vivir auténticamente la caridad. La verdad es la luz que da sentido y valor a la caridad… Sin verdad, la caridad degenera en sentimentalismo. El amor se convierte en un cascarón vacío que debe llenarse de forma arbitraria. En una cultura sin verdad, éste es el riesgo fatal que enfrenta el amor. Cae presa de emociones y opiniones subjetivas contingentes, la palabra ‘amor’ es abusada y distorsionada, al punto que llega a significar lo contrario”.
Rhoades afirma que «estamos llamados a amar, respetar y mostrar compasión por todos, especialmente aquellos que están marginados o experimentan ridículo, rechazo o incluso amenazas de violencia o daño». Sin embargo, el obispo argumenta que «tal solidaridad en el amor no significa afirmar una comprensión de la identidad sexual que no sea cierta. Significa afirmar la dignidad de cada persona como persona humana creada a imagen y semejanza de Dios y como hermano o hermana en la familia de la Iglesia o en la familia humana».
Por todo ello, el obispo «insta” a la Junta Directiva de Saint Mary’s College “a corregir su política de admisiones en fidelidad a la identidad y misión católica que tiene la responsabilidad de proteger y rechazar ideologías de género que contradicen las enseñanzas autorizadas de la Iglesia Católica sobre la persona humana, el sexo y género».
Fuente Today’s Catholic
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