Sobre la sinodalidad y el despertar
La reflexión de hoy es de Yunuen Trujillo, colaborador de Bondings 2.0.
Las lecturas litúrgicas de hoy para el 32º Domingo del Tiempo Ordinario se pueden encontrar aquí.
“Espiritualidad significa despertar. La mayoría de las personas, aunque no lo sepan, están dormidas. Despertarse es desagradable”. —Tony de Mello
Después de luchar contra el cáncer en etapa cuatro durante varios años, a mi suegro le dieron menos de un mes de vida. A diferencia de muchos de nosotros que podríamos fallecer sin previo aviso, él tenía una línea de tiempo. ¿Es mejor saber cuándo moriremos? ¿Estamos preparados para afrontar un momento tan incierto? Si bien no puedo responder esa pregunta por él, puedo decir que ahora está completamente despierto y se ha unido a las filas de aquellos que ya no perciben una realidad velada. Ahora está liberado de conceptos humanos limitantes y sin sentido. Al final lo único que queda es el amor.
Las lecturas litúrgicas de hoy comparten un tema común: ser sabio significa estar despierto y preparado para el fin de los tiempos. En la lectura del Evangelio de hoy, Mateo 25:1-13, diez jóvenes damas de honor esperan al novio con lámparas de aceite para iluminar el camino. Cinco son sabios, ya que mantuvieron sus llamas encendidas y preparadas con abundante aceite para disipar la oscuridad. Los otros cinco son necios, porque habiendo desperdiciado los dones que Dios les había dado, no están preparados y se han quedado dormidos: han dejado que la llama del Espíritu Santo se apague.
Contrariamente a las interpretaciones escatológicas comunes, el fin de los tiempos debe entenderse como el fin de cada una de nuestras vidas. La muerte nos recuerda lo que realmente importa. A nivel personal, estar despierto implica, entre otras cosas, estar libre de miedos y apegos nocivos y, en cambio, estar centrado en el amor. Este amor compasivo debería impulsarnos naturalmente hacia actos de justicia y misericordia. El amor liberador, el amor vivificante, sirve como prueba de fuego.
¿Estamos despiertos?
¿Está despierta la Iglesia?
¿Es la Iglesia una dama de honor tonta o sabia?
El despertar es desagradable porque requiere humildad. Despertar implica enfrentar dudas, prejuicios y miedos, entablar conversaciones difíciles mientras estamos en lo desconocido y enfrentar lo desconocido con humildad, en lugar de una tonta certeza humana.
La Iglesia en su conjunto se encuentra actualmente en un proceso de discernimiento sobre cómo servir mejor a la comunidad LGBTQ+. Independientemente de si la sinodalidad produce resultados inmediatos, el Espíritu Santo está guiando a la Iglesia en esa dirección. Sin embargo, el hecho de que el Espíritu Santo nos lleve allí, pase lo que pase, no exime a quienes toman las decisiones de su responsabilidad de actuar.
Las tontas damas de honor no hicieron lo necesario para mantener viva la llama; cometieron un pecado de omisión, definido como no tomar medidas que estuvieran a su alcance y que pudieran mejorar significativamente la situación en cuestión.
Asimismo, los tomadores de decisiones institucionales en la iglesia, ya sean laicos u ordenados, y en todos los niveles eclesiales, tienen una responsabilidad hacia la comunidad LGBTQ+: la responsabilidad de no caer en un sueño de certeza tonta, la responsabilidad de escuchar al Espíritu Santo y adoptar y acoger favorablemente las medidas inclusivas correspondientes.
Entonces, ¿qué podemos hacer cuando algunos responsables de la toma de decisiones no actúan? Podemos cerrar la brecha y mantener viva nuestra propia llama, llevando esperanza a otros en el proceso. El Evangelio de hoy no debe divorciarse del resto de Mateo 25, que enumera las obras de misericordia. La decisión del novio de no admitir a los invitados imprudentes en la fiesta se refleja en un pasaje posterior de ese capítulo, recordándonos que aquellos que no alimentaron a los hambrientos ni ofrecieron de beber a los sedientos no entrarán en la vida eterna.
La comunidad LGBTQ+ tiene hambre del Evangelio del Amor y la acogida incondicional. La comunidad no debería verse condenada al hambre.
—Yunuen Trujillo (ella/ella), 12 de noviembre de 2023
Fuente New Ways Ministry
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