8.10.23 (Dom 27 TO )La piedra que desecharon los arquitectos. Mt 21, 40-44
Del blog de Xabier Pikaza:
El evangelio de hoy (Mt 21, 23-34) ha de verse desde el tema de domingo pasado (publicanos y prostitutas os preceden…) y desde la oración Teresa de Lisieux (3 Octubre: Jn 17), cuando proclama, con Jesús, que todos somos sacerdotes del nuevo reino de Dios. A Teresa de Lisieux le hicieron santa y doctora para que la veneremos, pero pocos siguen su camino.
Este evangelio retoma los motivos anteriores desde la imagen de los viñadores poderosos (sacerdotes y senadores) que para apoderarse de la viña matan al auténtico heredero: echan fuera la auténtica piedra, para hacerse ellos mismos piedra y templo. Esta es una historia plenamente actual. Sigue siendo la historia de la iglesia del mundo del siglo XXI.
| X. Pikaza
Piedra angular. Que “cuadre la construcción”.
He comentado extensamente ese motivo (viñadores homicidas) en mi Historia de Jesús y en comentarios a Marcos y Mateo Suponiendo conocido ese motivo me centro en los últimos versos del pasaje, que nos sitúan ante una de las claves del evangelio y de la vida de la iglesia: Sobre la piedra desechada por la sociedad civil y por la iglesia edifica Jesús su reino, hoy siglo XXI como entonces, siglo I.
Reunidos en Granada los políticos/arquitectos de Europa occidental se empeñaron ayer (6.10.23) en Granada en crear un “mercado”, expulsando a los de siempre (la piedra que desecharon…). Reunidos hoy (8.20.23) en Roma muchos “grandes” de la Iglesia buscan igualmente piedras buenas para edificar su “templo”. Entre los desechados, en los basureros de la humanidad triunfante, sigue buscando Jesús las piedras vivas de du Reino. Podría decirse quizá con más retórica, pero no con más contundencia.
Leamos la parábola. Sacerdotes y senadores han matado al hijo, heredero de la viña. La “historia” de Dios podía haber terminado de esa manera, con la muerte del Hijo… y con la revancha/venganza del amo. Pero vengamos al texto, sigamos leyendo:
21 40 Pues bien, cuando vuelva el dueño de la viña ¿qué hará con aquellos agricultores? 41 Le contestaron: Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros agricultores, que le entreguen los frutos a sus tiempos. 42 Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular?. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente? ¿Qué hará el amor de la viña? Jesús pregunte. Le responden “lógicamente” que les mate
La respuesta de los interlocutores de Jesús indica que ellos han entendido la parábola en clave de talión (en contra de lo que él mismo Jesús había proclamado en Mt 5, 38-48). Que les mate, que les maten. Esa sigue siendo la respuesta de la gente Mc 12, 8(¡hará morir de mala muerte…!), pero indicando con una diferencia. Esa es la respuesta, que con tonos diversos sale hoy en los periódicos: Que maten a los rusos o a los catalanes, a los sicarios de Colombia o a los emigrantes de pateras (que los maten, que los dejen morir en campos de batalla, en parlamentos o en pateras y cárceles.
Pero Mateo indica aquí (en su evangelio) que esa no es la respuesta de Jesús, sino la de la gente. Esa es la respuesta de un tipo e democracia de muerte… Matar a los que estorban, a todos los demás… creando así una historia infinita de chivos emisarios y chivos expiatorios… Esta es la respuesta del talión de sangre, que sigue sonando en la historia desde el tiempo de Caín (Gen 4 Esa respuesta (matará… ) nos línea se sitúa en una línea de legalidad punitiva, que sigue condenando (aplastando) a los hombres, suponiendo que un pecado sólo se resuelve y limpia con otro pecado, conforme al dictado de una espiral de violencia infinita, porque supone que Dios mismo es violento y que, tras un tiempo de paciencia, en que ha dejado a los violentos que asesinen y maten a los justos, vendrá a manifestarse como vengador incontenible, respondiendo en su mismo plano a los asesinos, destruyendo (asesinando) de un modo implacable a los renteros asesinos, como suponen muchos libros apocalípticos e incluso una teología de línea sapiencial [1].
Conforme a esta respuesta (hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros agricultores, que le entreguen los frutos a sus tiempos…), el des-orden anterior se mantendría como estaba, porque los nuevos viñadores seguirían sometidos a la misma presión de violencia de los ajusticiados.
´Mateo ha dejado claro que esta respuesta no es de Jesús, ni de los cristianos, sino de algunos oyentes, pues ella va en contra del Sermón de la Montaña (5, 38-48) y del mensaje universal de Pascua (28, 16-20). Dios no ha querido matar a los asesinos de su Hijo, sino al contrario: les ha ofrecido la gracia del perdón a través del mismo Jesús resucitado.
Respuesta de “masones”. Jesús el arquitecto: La piedra desechada
En este fondo introduce Mateo el pensamiento de Jesús (¿no habéis leído: la piedra que desecharon los arquitectos…?). Esa es la respuesta que Jesús presenta como clave de interpretación de la historia humana, una respuesta que que estaba ya en el AT (Sal 118), pero que sólo ahora puede entenderse plenamente.
Según Mc 6, 4, Jesús es el tekton, un simple obrero de la construcción (albañil, cantero…). Pues bien, aquí aparece no como simple tekton sino como el arquitecto, el arquitecto de la nueva humanidad, el verdadero “masón” de las imágenes ilustradas de los masones del siglo XIX. Se trata de construir una nueva humanidad, pero no desde las “piedras” de los arquitectos oficiales (armas, dinero, superioridad, excelencia…), sino desde las piedras desechadas de la historia humana, desde los desechados del mundo. ¿No habéis leído? Así dice Jesús, como en Mc 13, 14. El sepa leer la historia que aprenda, que entiende, pues la lección viene de atrás, como dice el salmo.
Salmo de la piedra desechada:
- 20 esta es la puerta de Jehová; ¡por ella entrarán los justos!
- 21 Te alabaré porque me has oído y me fuiste por salvación.
- 22 La piedra que desecharon los edificadores ha venido a ser la cabeza del ángulo.
- 23 De parte de Jehová es esto y es cosa maravillosa a nuestros ojos.
- 24 Éste es el día que hizo Jehová; ¡nos gozaremos y alegraremos en él! (cf. Sal 118, 22-23).
Éste es el canto de unos fieles judíos que, habiendo sido rechazados tras la vuelta del exilio de Babilonia, entre el V-III a.C., vinieron a presentarse ante Dios como piedra angular del nuevo edificio del templo (la comunidad restaurada). Así muestran que Dios consigue su victoria a través de personas descartadas, marginadas por los constructores oficiales a quienes habían querido eliminar. Éste es el salmo que Jesús asume como principio de interpretación de la historia. El verdadero edificio del templo de Dios se construye con piedras desechadas.
Jesús no habla así simplemente condenar sin más a los sacerdotes y senadora (como ellos supondrán: 21, 45), sino para que reflexionen y respondan (=cambien de actitud), y lo hace con ese salmo, que cuenta la historia de un hombre que da gracias a Dios porque le ha liberado de una gran crisis o prueba, de manera que aquellos que le acompañan en la oración proclaman “la piedra que desecharon los arquitectos…”.
Éste es el salmo/canto de los publicanos y las prostitutas, de los expulsados de todos los caminos, de los encarcelados y emigrantes, de los condenados de las cárceles de la historia humana (Mt 25, 31-46). Sólo a partir de ellos se puede crear la historia de la nueva humanidad.
Sentencia de Jesús, piedra de escándalo (Mt 21, 43-46).
La sentencia de 21, 43 es propia de Mateo (no se incluye en Mc 12, 1-12 ni en Lc 20, 11-18), y parece ratificar la respuesta de los primeros oyentes (hará morir a esos malvados: 21, 41)… pero lo hace en forma de inversión… Los que condenan y matan a los demás se condenan y matan a sí mismos. Al rechazar a publicanos y prostitutas, al condenar a los trabajadores de la viña, al matar a los pobres (hijos de Dios), los senadores y sacerdotes del mundo se matan a sí mismo.
21 43 Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos. (44 Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; y aquel sobre el que caiga esta piedra quedará desmenuzado). 45 Y los sumos sacerdotes y los fariseos, oyendo sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos.
Esta sentencia no dice que las autoridades de Jerusalén (sacerdotes, ancianos, fariseos…) serán ajusticiadas (que morirán en este mundo, o que se condenarán después para siempre), sino sólo que se les quitará su autoridad. Esta es la misma sentencia del Magnificar: Derriba del trono a los potentados y eleva a los humillados (Lc 1, 46.55). El mayor bien que Dios puede hacer a los grandes arquitectos (ricos, senadores, sacerdotes…) es que pierdan el poder, poder, que bajen de sus tronos, que pierdan sus privilegios de muerte… que vivan al ras de la vida, al ras de la gente, en diálogo de respeto, de amor, como han puesto de relieve los comentaristas de salmos (Cf. H.-J. Kraus, Los Salmos I-II, Sígueme Salamanca 1993; L. Alonso Schökel, Salmos I-II, Verbo Divino, Estella 1992), como yo mismo he destacado últimamente en mi Lectura cristiana de los salmos ( VD, Estella 2023)..
Jesús condena a los agricultores y arquitectos antiguos (sacerdotes, senadores…), pero no para colocar en su lugar a otros quizá mejores, sino para ofrecer el reino, la vida a un pueblo nuevo que produzca y comparte la frutos verdaderos…
Conforme a la visión de Mateo, este nuevo pueblo es la Iglesia mesiánica, es la nueva humanidad que no se opone a Israel en cuanto tal (Mateo supone que los judíos pueden formar y forman parte de ese pueblo), sino a sus autoridades (sacerdotes, ancianos…). Esta es la gran promesa, la esperanza de la nueva humanidad.
La piedra del juicio. Una glosa de Mateo:
Y el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos; y aquel sobre el que caiga esta piedra quedará desmenuzado) (Mt 21, 44, cf Is. 8, 14-15; Dan 2 34-44).
Ésta es una glosa, pero una glosa muy significativa, como explico en la nota 2 [2]. Posiblemente no viene de Jesús. Marcos no la introduce. Lucas la introduce en un contexto distinto… Aquí aparece en algunos manuscritos de Mateo, en otros no aparece. Posiblemente es un texto que solía aducirse en algunas discusiones entre cristianos y cristianos, cristianos y judíos sobre el sentido de la Piedra-Jesús,
La piedra desechada por los arquitectos es Jesús, condenado a muerte… Es una piedra de salvación, es el principio del nuevo de los pobres. Ésta es la “piedra” de juicio de la historia, una piedra que cae y destruye todos los edificios anteriores de la humanidad…
‒ Una piedra de muerte, piedra que destruye a todos los opresores. Esa imagen (el que caiga sobre esa piedra o bajo esa piedrA será destruido…) proviene de Is 8, 14-15, aunque puede y debe compararse con otros pasajes, que han debido preocupar a la comunidad de Mateo (y no sólo a ella, como muestra de un modo especial todo el evangelio de Lucas).
Is 8, 14-15 dice que el Señor (Yahvé), que actúa desde el templo, será una piedra de tropiezo para Israel, una roca de escándalo para el morador de Jerusalén, de manera que muchos tropezarán, caerán y serán quebrantados: “Muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán apresados…”En el fondo de esa imagen está el motivo de la piedra que cae y destruye: El mismo Dios que debía ser principio de estabilidad, de confianza y vida, se convierte para aquellos que le rechazan en piedra de muerte (como ha repetido la tradición cristiana: cf. Rom 9, 33; 1 Ped 2, 7). En Jesús y por Jesús tienen que morir todas las glorias opresoras de este mundo. En Jesús y por Jesús (desde los crucificados de la historia) tienen que acabar y terminar todos los imperios, todos los poderes opresores de la historia, como dice el Magníficat de María.
‒ Una piedra de vida… Mueren los imperios del mundo, se eleva el reino de los pobres y pequeños. Tema de Dan2.Pero en el fondo de la imagen anterior de la piedra que destruye a todos los poderes del mundo se eleva la imagen aún más poderosa de Dan 2, de la pequeña piedra que viene de Dios, que destruye todos los imperios del mundo, y que se convierte en reino nuevo de los pobres y desechados de la historia humana. Así dice Daniel profeta al gran Rey que es signo de todos los imperios opresores de este mundo:
Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.35 Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra (Dan 2).
Esta piedra pequeña que viene del alto, sin poder alguno es Cristo… y son con Cristo pos pobres y excluidos del mundo. El Dios del templo de Jerusalén y de los imperios del mundo debía haber fuente de gracia, bendición y paz para los habitantes de Israel y de Jerusalén. Pero, a causa del pecado, esa piedra/estatua de poder se ha convertido en principio de muerte universal… En contra de esa piedra de opresión, Dios enviado a la pequeña piedra que es Jesús, que son los pobres del mundo, para edificar con ellos un reino eterno de vida en amor: El reino de los excluidos que no excluyen a nadie, el reino de aquellos son amados y aman, que son perdonados y perdonan… el templo de Dios que es la nueva humanidad, Dios todo en todos, como sabe y dice Pablo al final de 1 Cor 15. De esa manera se vinculan y distinguen estos rasgos: La misma piedra que es cimiento o cabeza de ángulo para aquellos que aceptan a Jesús (pueblo que produce sus frutos) puede convertirse en piedra de escándalo y destrucción para aquellos que le rechazan. Jesús aparece así como el “escándalo” o principio supremo de discernimiento, roca de cimiento y piedra angular nuevo edificio de Dios al que todos estamos llamados, pero en libertad, de forma que, si nos empeñamos, podemos destruirnos para siempre [3].
NOTAS
[1] Así lo he puesto de relieve en Antropología Bíblica, Sígueme, Salamanca 2005,interpretando esta parábola desde una respuesta supra-judicial de Dios, en clave de superación de toda violencia. Entendida así, ésta no es una parábola más en la línea de las anteriores (cf. Mt 13), sino una revelación “nueva”, que recoge y reinterpreta (desde un nivel más alto) las parábolas ya comentadas. Los agricultores homicidas actúan en un nivel “sacrificial”: Matan al “hijo” del dueño, para hacerse de esa forma herederos de su tierra, iniciando una espiral de violencias que se suceden unas a las otras. Pues bien, esta nueva revelación de la viña rompe desde Dios ese esquema sacrificial, desenmascarando y superando la historia y trama de violencia de los hombres, como viene mostrando de R. Girard (La violencia y lo sagrado, Anagrama, Barcelona 1982).
[2] Muchos exegetas opinan que este verso no formaba parte del original de Mateo (cf. NTG pag 61; Metzger, Textual 58). Pero las razones que aducen no son del todo convincentes: dicen que este pasaje rompe el argumento de Mateo, culminado ya en 21, 43; y así añaden que habría sido incluido en un momento posterior, a partir de Lc 11, 18, donde esa cita, tomada libremente de Is 8,14, se insertaba de un modo lógico a continuación de Sal 118, 22-23, ofreciendo un único pensamiento, desde la perspectiva de Jesús, entendido como piedra de rechazo y escándalo.
Pero en ese caso Mt 21, 44 debería ir tras 21, 42, como en Lucas. Por otra parte, las dos formas de la cita (en Mt y Lc) no concuerdan al pie de la letra, como se esperaría si Mt la hubiera tomado de Lucas. Por eso, con las cautelas pertinentes, me inclino a pensar que Mateo ha querido introducir aquí este pasaje, para ofrecer una versión distinta del tema de Jesús como piedra. Omiten ese verso P 104vid, D, 33, it (a, b, d, e, ff1, ff2, r1), Sy-S, Or, EusSyr, mae-2, Tis, Gre, Bois, Bal. Lo mantienen: 01, B, C, L, W, X, Z, Q, 0102, f1, f13, 372, 579, 700, 892, 2737, Maj, Lat (aur, c, f, g1, h, l, q, vg), Sy-C, Sy-P, Sy-H, Co, arm, geo, DiatessArabic. Por argumentos textuales, resulta difícil inclinarse por una postura o por otra. Cf. Wilker, Textual.
[3] Entendido así, éste es un pasaje de fundamentación y discernimiento, de edificación y posible caída/destrucción. Mateo nos sitúa de esa forma ante el misterio de la gracia que puede convertirse en signo de desgracia para aquellos que no la aceptan, como indican los versos finales (21, 45-56) donde se dice que lo sacerdotes y fariseos reaccionaron con violencia ante esa palabra de Jesús (que suponen dirigida a ellos), y así quieren matarle, como seguirá mostrando el evangelio. La misma gracia, cuando es total, puede convertirse en abismo de condena para aquellos que no la aceptan, una condena que no viene de Dios, sino de la elección equivocada y mentirosa de los hombres, a pesar (en contra) de la gracia universal de Dios en Cristo. Sin posibilidad de condena tampoco se podría hablar de salvación gratuita de Dios.
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