Para ser discípulo
Del blog de los Amigos de Thomas Merton:
“Con gran ingenuidad pensamos que el camino espiritual es transitado por «los buenos». Nada de eso: no necesitan de salud los sanos – asegura Jesús – , sino precisamente los enfermos. Nadie emprendería un camino de búsqueda espiritual si no fuera consciente, al menos en parte, de que su alma está afligida por alguna enfermedad. ¿Enfermedad? (Yo diría también: alguna carencia, algún anhelo) ¿Qué enfermedad? Nuestro cuerpo y nuestra mente nos revelan que hay algo que no funciona: nos falta espíritu. Para ser discípulo basta tomar consciencia de esta carencia, escuchar la llamada a crecer y, en fin, ponerse a caminar (“Sal de tu tierra… “Conviértete”). Ningún fallo es un verdadero obstáculo si existe el deseo honesto de superarlo (La “determinada determinación” de Santa Teresa) .
Un camino espiritual es un conjunto de pautas o consignas que orientan la transición desde un origen oscuro, o al menos insatisfactorio, hasta una meta luminosa, enseñando cómo superar las dificultades o trabas que se puedan presentar. Un camino espiritual es bueno si nunca pierde de vista ni el horizonte último al que tiende ni el paso siguiente que debe darse para ir a él: ambos polos deben permanecer siempre unidos, pues sólo esta unión es la que conforma un camino. La función del maestro espiritual es mostrar al discípulo que ese horizonte lo tiene dentro (que es su verdadera identidad) y que el siguiente paso que debe dar para alcanzarlo lo tiene ante sus ojos, al alcance de la mano”.
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Pablo D’Ors
Biografía de la luz.
(Con algunos añadidos)
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