No sobra insistir, una vez más, en la riqueza e importancia de la Sagrada Escritura en la vida cristiana, más cuando en el mes que se avecina, se hace memoria de la Biblia. San Jerónimo tradujo la Biblia del hebreo, arameo y griego al latín en el siglo IV y se conmemora su memoria el 30 de septiembre. De ahí que se hable de septiembre como el mes de la Biblia. Cabe anotar un dato interesante: la traducción hecha por Jerónimo se conoce como “la vulgata”, es decir, para el “vulgo”, para el “pueblo” que, en ese tiempo, conocía el latín (más adelante menos gente va a saber latín). Y este es el desafío que sigue vigente hoy porque el “pueblo santo fiel de Dios” -como ahora dice el papa Francisco-, no acaba de asumirla, entenderla, referir su vida hacia ella, saborear su mensaje, ponerlo en práctica.
¿En qué radicará tanta dificultad? Tal vez influye mucho la historia vivida de relación con la Sagrada Escritura. Durante siglos, aunque ya estaba traducida, se consideraba que solo era para los expertos que, por supuesto, era el clero, ya que habían realizado estudios bíblicos, además de que la traducción hecha por San Jerónimo era en latín que, como dije antes, cada vez era conocido por menos gente.
Otra causa posiblemente es el hecho de que fue Martín Lutero quien “protestó”, entre otras cosas, contra esa costumbre de reservar la Biblia solo para los clérigos y por eso la tradujo a su lengua (el alemán) para que más gente la pudiera leer. Conocemos bien las consecuencias de ruptura que tuvo toda la reforma luterana, mucho más allá de este hecho de la traducción de la Biblia, pero que tomado en su conjunto hizo que la Iglesia católica reforzara su postura contraria a las propuestas de Lutero. Si hay algo que sigue caracterizando, hasta el día de hoy la diferencia entre católicos y protestantes, es esta relación con la Biblia. Hasta en algunas iglesias muy pequeñas que se identifican con ese horizonte protestante, los fieles que allí acuden estudian la biblia, la repiten, la comunican, la enseñan. Eso sí, es importante decir que no siempre lo hacen con los necesarios presupuestos hermenéuticos para acercarse a ella, sino con un tipo de fundamentalismo, es decir, tomando la Biblia al pie de la letra, lo cual lleva a excesos, anacronismos, rigidez, en otras palabras, una fe sin contexto, sin discernir el significado de lo que allí se quiso decir. No se puede leer la Biblia sin un mínimo de interpretación para no convertirla en un instrumento de sometimiento o fanatismo.
Otra causa puede ser que la vida cristiana se ha alimentado de la religiosidad popular que, siendo una “verdadera experiencia de amor teologal” como la definió la Conferencia de Aparecida (n. 263), reconociéndola como “esa piedad que refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer” (DA n. 258), no siempre se ha sabido integrar con la también necesaria espiritualidad bíblica que sabe escuchar la Palabra de Dios, saborearla, interiorizarla y buscar los caminos actuales para ponerla en práctica. La religiosidad popular necesita aprender a escuchar más a Dios a través de su palabra e integrarla en la rica espiritualidad que posee.
¿Cómo podríamos propiciar más este encuentro con la Sagrada Escritura de manera que alimente nuestra fe y espiritualidad? Uno de los caminos podría ser tomar, en serio, la Biblia como “Palabra de Dios”. Es lo que proclamamos en la misa dominical, después de escuchar las lecturas. Ahora bien, ¿qué significa que sea palabra de Dios? Ya dijimos antes que no significa tomarla al pie de la letra (eso es fundamentalismo), ni tampoco podemos tomar un versículo sacado del contexto (eso es no tener en cuenta el contexto para interpretar un texto) pero significa que nuestro Dios se encarnó en la historia humana -especialmente en Jesús- y nos ha dejado en lenguaje humano la posibilidad de conocerlo, de mirar con sus ojos el mundo en que vivimos, el dejarnos enseñar cómo amar, cómo servir, cómo construir hermandad. Todo eso es el texto bíblico cuando nos acercamos a él para conocer cómo Dios actúo con el pueblo de Israel, cómo Jesús vivió y cómo las primeras comunidades fueron haciendo vida la experiencia recibida. Gracias a que toda esa vida quedo escrita, hoy podemos conocerla y entrar en esa misma dinámica de fe que se ha de hacer vida a través de la nuestra.
En algunos contextos aumenta la formación bíblica, sin embargo, habría que acompañarla con el cambio de imagen de Dios y de Iglesia. En cuanto respecta a la imagen de Dios, el Dios de Jesús es alguien que nos habla, nos comunica en lenguaje humano su deseo sobre la humanidad. No es un Dios para pedirle milagros sino para entablar una relación de amistad con Él. Con respecto a la Iglesia, hemos de hacer vida el modelo sinodal donde comprendemos que Dios se dirige a todo el pueblo de Dios, el papa Francisco lo expresa, como el sensus fidelium o sentido de la fe de los fieles. Todos corresponsables con la misión que el Señor nos confía, todos llamados a interpretar los signos de los tiempos a la luz de la palabra de Dios, por supuesto, en el seno de la comunidad eclesial donde, caminando juntos, trabajamos por un mundo mejor.
Finalmente, hoy la gente busca libros de sabiduría para orientar su vida. Posiblemente explicar, socializar, enseñar, compartir, mostrar la sabiduría del Dios de Jesús, en la Sagrada Escritura, podría traer mucha vida a nuestra vida, mucha fuerza a nuestra tarea de construir un mundo más justo, mucha sabiduría, misericordia y paz para nuestra vida y la de todos los que nos rodean. Y, el mes de la biblia puede ser la posibilidad de redescubrirla como Palabra de Dios que está ahí para ser acogida, escuchada, puesta en práctica.
“Este señor, junto a otros vecinos, no solo nos están haciendo la vida imposible, sino que además agredieron a Jose, una persona de nuestro equipo. He tomado la decisión de publicar esto, para pedir ayuda, ya que ni la Policía Local, ni la Policía Nacional ni el Ayuntamiento nos ayudan”.
Así se pronuncian los responsables del restaurante Wakame, ubicado en la calle Muro de Santa Ana 3, en un post publicado la semana pasada en su perfil de Instagram, donde adjuntaron un vídeo grabado por las cámaras de seguridad en el que se aprecia a un individuo abalanzándose sobre uno de los empleados del local al que agarró del cuello. Los hechos, sin embargo, se produjeron el pasado mes de abril, y al parecer tras las mismos se interpuso denuncia en el juzgado.
Según la publicación en la mencionada red social, los responsables del local añaden que vienen sufriendo todo tipo de problemas: “Insultos, tirarnos cosas a la terraza y dar vueltas observando cada persona que entra y sale. Pero todo se queda corto a la cantidad de multas y denuncias que nos llegan cada semana supuestamente por el sonido del local, cuando hicimos una instalación de mucho dinero para insonorizar todo el local y no molestar a los vecinos. Quieren hundirnos el negocio. Tan solo queremos respeto, y que dejen trabajar a nuestro equipo, y a nuestra drag. Queremos volver a la normalidad y trabajar a gusto. Por cierto, el hombre le repitió en varias ocasiones ”maricón e mierda“.
Según reveló este martes el PSPV, el agresor sería Ramón Isidro, exconcejal durante la etapa de Rita Barberá como alcaldesa y tío de Francisco Camps, con quien este diario se puso en contacto este martes para recabar su versión de los hechos, sin obtener respuesta.
El concejal del Grupo Municipal Socialista, Borja Sanjuán, exigió a la alcaldesa de València, María José Catalá, que investigue “los hechos gravísimos que han ocurrido en un restaurante del centro de Valencia donde una persona ha cometido una agresión homófoba y presuntamente esta persona se trata de un exconcejal del propio Partido Popular”.
Sanjuán que, quiso enviar “un mensaje de apoyo a la persona agredida y a los propietarios del local que sienten acosados”, se pronunció en estos términos al valorar las imágenes difundidas tanto por los propietarios del local como por la televisión pública valenciana À Punt en las que “puede observarse al exconcejal del PP Ramón Isidro”.
Isidro fue teniente de alcalde de Rita Barberá, con quien además estuvo al frente de las áreas de Patrimonio y Gestión Patrimonial, Descentralización y Participación Ciudadana, Residuos Sólidos, Sanidad, Ciclo Integral del Agua y Licencias de Actividad. También fue presidente del PP de Ciutat Vella entre 2009 y 2013, presidente de la EMTRE entre 2007 y 2012 o Jefe de Gabinete de la Conselleria de Cultura de 1997 a 1998, entre otros cargos.
“Esto no puede conllevar impunidad, no puede conllevar que se tapen estos hechos y València no puede convertirse en un sitio donde hay personas que creen que pueden ejercer la discriminación y la violencia”, advirtió Sanjuán quien afirmó que, si el PP “no quiere dejar ninguna sombra de duda de que está tratando de proteger a una persona afín, tiene que investigar estos hechos y condenarlos rotundamente”.
El portavoz adjunto del grupo socialista remarcó que el PP “tiene que investigar la agresión ante la que guardan silencio más si cabe cuando todo apunta a que presuntamente ha sido cometida por un exconcejal y dirigente del PP”. “Que presuntamente un miembro del PP haya cometido estos hechos no puede conllevar impunidad y lo que está siendo atronador es el silencio del PP y de la señora Catalá”, apuntó Sanjuán quien exigió “transparencia y contundencia”.
Preguntados al respecto por esta redacción, tanto desde alcaldía como desde la Policía Local de València declinaron este martes hacer declaraciones al respecto, así como aportar información adicional.
Fuente El Diario