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Lapidados, insultados, escupidos y robados: el calvario de los católicos LGTBI en la JMJ de Lisboa

Viernes, 11 de agosto de 2023

Catolicos-LGTBI-JMJ-Lisboa_2586351341_16665029_660x371El incidente durante la Vigilia no provocó daños físicos, pero “los daños morales son numerosos” 

Un grupo de cinco peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa pertenecientes al Centro Arco-Íris, entidad que promovía la reflexión sobre la temática LGTBI en el marco de estas jornadas, sufrió “insultos, empujones”, lapidaciones “e incluso el robo de las banderas que llevaban” antes de ser escoltados “a un área más segura incluso dentro de las instalaciones de la Vigilia” el sábado por la noche

“La desesperación de ser agredidos e insultados sin que otros peregrinos los apoyen dejó marcas profundas y temores de lo que pueda pasar en el futuro, ya que “aumentan su visibilidad, como cristianos LGBTQIA+”, agrega el comunicado

“Estos hechos nos han enseñado que aún queda mucho camino por recorrer, porque pensábamos, erróneamente, que la vigilia papal era un acto seguro, donde todos, todos, todos tenían cabida”, afirma el Centro Arco-Íris

| António Marujo

(7MARGENS).- Un grupo de cinco peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa pertenecientes al Centro Arco-Íris, entidad que promovía la reflexión sobre la temática LGTBI en el marco de estas jornadas, sufrió “insultos, empujones”, lapidaciones “e incluso el robo de las banderas que llevaban” antes de ser escoltados “a un área más segura incluso dentro de las instalaciones de la Vigilia” el sábado por la noche.

 La denuncia la hace el Centro Arco-Íris, que impulsó una serie de iniciativas durante los días de la JMJ de Lisboa, y que ya el jueves 3 había visto boicoteada la celebración de una Eucaristía cuando un pequeño grupo de personas irrumpió blandiendo crucifijos y rezando el rosario, y que posteriormente fueron desalojados por la policía portuguesa.

El incidente de la noche del sábado no provocó daños físicos, pero “los daños morales son numerosos”, dice el comunicado del Centro, al que tuvo acceso 7MARGENS. “La desesperación de ser agredidos e insultados sin que otros peregrinos los apoyen dejó marcas profundas y temores de lo que pueda pasar en el futuro, ya que “aumentan su visibilidad, como cristianos LGBTQIA+”, agrega el texto. “A estos hechos se suman otros ataques de LGTBIfobia conocidos por los medios de comunicación”.

“No vamos a dar un paso atrás, vamos a dar un paso adelante y demostrar quiénes somos, que tenemos todo el derecho de estar en estos actos como los demás”, dijo la noche de este miércoles a esta publicación portuguesa Aníbal Neves, de 62 años, uno de los responsables del Centro Arco-Íris y CaDiv = Caminata en la Diversidad, un grupo de católicos LGBT de Oporto. “Si la gente tiene odio, que no se manifieste; simplemente estábamos allí para mostrar que existimos dentro de la Iglesia y que así debe ser y que no podemos ser expulsados”.

Aníbal Neves fue una de las cinco personas que integraron el grupo que ingresó al Parque Tejo para participar en la vigilia. Otros grupos del Centro Arco-Íris ya habían entrado en otros lugares del Campo de la Gracia, nombre con el que se bautizó el espacio el fin de semana de la JMJ. Él fue el principal ofendido, incluso habiendo sido golpeado por pequeñas piedras, sacadas de la grava del suelo.

Aníbal Neves tenía la sensación de que el pequeño grupo de atacantes eran franceses, pero no está seguro. Uno de ellos era mucho más alto que el portugués y se reclinó contra él en tono amenazador. Después de eso, Aníbal ya no recuerda si alguien lo tiró hacia atrás, impidiendo que el agresor consumara alguna ofensa física.

No todos tenían cabida

“Estos hechos nos han enseñado que aún queda mucho camino por recorrer, porque pensábamos, erróneamente, que la vigilia papal era un acto seguro, donde todos, todos, todos tenían cabida”, afirma el Centro Arco-Íris. Teniendo en cuenta lo ocurrido, “en próximas ocasiones nos organizaremos para hacerlo juntos, juntos y juntos, porque en la unión está la fuerza”. Claramente, aún no es tiempo de que un pequeño grupo de personas LGBTQIA+, “sobre todo si son mujeres y personas vulnerables, perfil de agredidas cobardemente, puedan entrar solas a este evento, sin encontrar obstáculos violentos. Tomamos nota para el futuro y abordaremos este asunto con la organización”.

Por ello, los católicos LGBT piden que los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud, con sede en Lisboa o el Vaticano, se reúnan con líderes y miembros de sus grupos “para conocer” las experiencias y la necesidad de que las personas se sientan seguras y respetadas en los eventos de la Iglesia. Queremos que esta experiencia resulte en una verdadera seguridad y empoderamiento para todas las personas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual, para participar de forma libre y segura en futuros eventos de la Jornada Mundial de la Juventud”.

El Centro Arco-Íris hace, no obstante, una valoración positiva de la JMJ, “que ofreció a cualquier participante la experiencia de encontrarse y formarse con otros cristianos LGBTQIA+, a pesar de no haber podido incluir sus actividades en el programa oficial, al parecer por razones formales de temporalidad”.

En el comunicado, el grupo también agradece al papa Francisco por haber dicho: “En la Iglesia cabemos todos”, “No tengáis miedo”…

Este es el comunicado entero de las entidades participantes:

Como entidades participantes en el “Centro Arco-íris” promovido por la Global Network Rainbow Catholics (GNRC) en la pasada Jornada Mundial de la Juventud, convocada por el Santo Padre en la ciudad de Lisboa en agosto de 2023, queremos expresar nuestro enorme agradecimiento a Dios y celebrar el hecho histórico que supone la existencia de un espacio inclusivo en una JMJ. Un espacio que ha ofrecido a cualquier asistente la experiencia de encuentro y formación con otras personas cristianas LGTBI, a pesar de no haberse podido incluir sus actividades en el programa oficial, al parecer por motivos formales de temporalidad, lo que nos lleva a tener la esperanza de que en la próxima JMJ sí estará incluido.

Ponencias, formaciones teológicas de alto nivel, celebración de la Eucaristía, cinefórum y encuentros abiertos en general han sido las principales actividades ofrecidas por el Centro Arco-íris.

Todos los jóvenes que han visibilizado la realidad creyente LGTBQIA+ en esta JMJ Lisboa 2023 merecen nuestro mayor respeto, admiración y aplauso. Especialmente por su labor evangélica, pacífica, no intrusiva y valiente. Máxime cuando se produjeron dos lamentables situaciones de acoso y violencia por parte de otros asistentes, peregrinos y peregrinas católicos como nuestros jóvenes. Estas personas, actuando desde la sinrazón, intentaron boicotear la celebración de una Eucaristía el 3 de agosto, portando crucifijos y cantando a viva voz en latín. Eso a pesar de ser la Eucaristía quizá el más destacado de los sacramentos de la misma fe que profesan. Gracias a Dios, en esa ocasión la Policía pudo intervenir para defender el derecho de nuestros hermanos, hermanas y hermanes.

Dos días después, otras personas amenazaron a los peregrinos que viajaban con DignityUSA y asistían a la Vigilia el último día. Los jóvenes peregrinos de DignityUSA se vieron obligados a abandonar la vigilia, ya que se sentían muy inseguros después de que varios otros asistentes a la JMJ cuestionaran repetidamente su presencia, su conocimiento del catolicismo, la bandera arco iris que llevaban y dónde iban a estar situados. Afortunadamente, nadie resultó herido físicamente. Los peregrinos de DignityUSA se sintieron muy decepcionados por tener que interrumpir uno de los principales eventos de la JMJ. Previamente esa semana también habían sufrido el robo de una bandera arco iris.

No tuvo tanta suerte el grupo de peregrinos pertenecientes al Centro Arco-íris, que sufrió numerosos insultos, empujones y lanzamiento de piedras e incluso el robo de las banderas LGTBQIA+ que portaban, viéndose en la obligación de abandonar el encuentro y pasar gran parte de esa noche en comisaría, poniendo denuncias e intentando sobreponerse a la terrible experiencia vivida en su propia tierra. Días después varios de sus miembros todavía siguen agitados y dolidos por la misma. Y es que, aunque por fortuna no ha habido que lamentar daños físicos, los daños morales son innumerables. Para empezar, no poder asistir a una vigilia celebrada en tu propia ciudad, en tu propia tierra solo por ser LGTBQIA+, sino tener que pasar esa noche en comisaría. La desesperación de verse atacados e insultados sin que los otros peregrinos les apoyaran, y la agitación que todavía les dura de rememorar los acontecimientos y pensar si volverán a repetirse la próxima vez que se hagan visibles como cristianos LGBTQIA+. A estos hechos se le suman otros ataques de LGTBIfobia conocidos por los medios de comunicación.

Esto nos ha enseñado que queda mucho camino por recorrer, porque pensamos, erróneamente, que la vigilia Papal era un acto seguro, donde todos, todos, todos teníamos cabida, pero a la vista de lo sucedido en próximas ocasiones nos organizaremos para hacerlo juntos, juntas y juntes, pues la unión hace la fuerza. Claramente, aún no es tiempo de que un pequeño grupo de personas LGTBQIA+, sobre todo si son mujeres y personas vulnerables, el perfil de las personas cobardemente atacadas, puedan acceder solas a este evento sin encontrar algún que otro obstáculo violento. Tomamos nota para el futuro y exigiremos responsabilidades a la organización.

Solicitamos que los organizadores de la Jornada Mundial de la Juventud, tanto los que tienen su sede en Lisboa como los del Vaticano, se reúnan con los líderes y miembros de nuestros grupos para aprender sobre nuestras experiencias y nuestra necesidad de estar seguros y respetados en los eventos de la Iglesia. Queremos que esta experiencia resulte en una verdadera seguridad y la capacidad de todas las personas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual, para participar libremente y de manera segura en futuros eventos de la Jornada Mundial de la Juventud.

Por ello, oramos fuertemente por la conversión de esos “corazones de piedra”, que sufren y hacen sufrir con sus actos a otros seres creados (como ellos) por Dios, al no permitir la participación en el legado de Cristo a cualquier creyente y celebramos que el kerigma que estos jóvenes LGTBI han extendido a lo largo de esta semana permanecerá en los ojos, mentes y corazones de muchos de los asistentes, que manifestaron su interés, su agrado, su respeto y su amor por la reivindicación de nuestro derecho a ser reconocidos creyentes en igualdad de condiciones.

“En la Iglesia cabemos todos”, “No tengáis miedo” …

Gracias, Papa Francisco, por estas palabras pronunciadas a los cuatro vientos, que nos consuelan y refuerzan nuestra misión. Precisamente con la intención de que esos vientos no se las lleven, le rogamos encarecidamente que continúe la senda de amor, tolerancia e inclusión que ha comenzado desde el primer momento de su pastoreo a toda la Iglesia católica. En la medida de lo posible, le animamos a plasmar esos maravillosos ideales puramente cristianos en gestos concretos. Gestos que, blanco sobre negro, ayuden a que las palabras se conviertan en realidades cambiando las formas, los modos y las doctrinas de nuestra amada Iglesia, para hacerla una madre más acogedora y menos asfixiante.

Las comunidades LGTBQIA+ cristianas que hemos participado en la JMJ Lisboa 2023, y todas las demás que están extendidas por el mundo, estaremos a su disposición y a su lado para avanzar en ese objetivo.

Fuente Religión Digital/Crismhom

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