Organizaciones y la familia de las víctimas reclaman que investigue en profundidad. La fiscalía no brindó información sobre el crimen.
CIUDAD DE MÉXICO, México. Rubén Moreno (43 años) y Omar Eduardo Ramírez (24 años) eran pareja. Fueron víctimas de un crimen de odio en Sonora, un estado al noroeste de México. Medios locales manejan varias versiones sobre este hecho. Pero los activismos aseguran que se trata de un crimen de odio, por la violencia que los medios de comunicación describen del hallazgo de sus cuerpos.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora no dio detalles de lo sucedido. Sólo informó que “desarrollan las investigaciones del doble homicidio”.
Los hechos sucedieron en Magdalena de Kino. Se trata de un pueblo mágico ubicado al norte del estado de Sonora, cerca de Nogales, una ciudad que colinda con Estados Unidos.
Qué se sabe
Rubén era un estilista reconocido y dueño de su propio negocio Estética Unisex Rubén. Al darse a conocer este hecho, familiares, clientas y amigues de Rubén mostraron su indignación por el asesinato. También dejaron mensajes de amor y despedida en redes sociales.
Lo mismo sucedió con Omar Eduardo. Le dieron el pésame a su madre, quien compartió su dolor, mensajes amorosos a su hijo y lo que dice, eran las canciones favoritas de Omar, como «Flowers» de Miley Cyrus.
Omar Eduardo Ramírez
Ambas familias reclaman que el crimen no quede impune y que haya justicia. Los activismos exigen a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora que este caso “sea tipificado como un crimen de odio por homofobia y se aplique el Protocolo Nacional de Actuación para el Personal de las Instancias de Procuración de Justicia del País, en casos que involucren la Orientación Sexual o la Identidad de Género”.
“Este hecho nos sacudió muchísimo, es un crimen de odio. Pero hay tanto hermetismo que no sabemos el móvil. ¿Fue homofobia?, ¿fue un caso de extorsión? Y la Fiscalía no dice nada. Está muy hermética, su comunicado no habla de crimen de odio, no habla que van a aplicar el Protocolo. Y no pueden decir que no saben porque sí fueron capacitados”, denuncia María Alatorre, defensora de derechos humanos LGBT+ e integrante de Diverciudad AC, en entrevista con Presentes.
En la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sonora se inició una queja de oficio por este hecho. “Por la probable violación a los derechos de acceso a la justicia, la vida y a la integridad personal, atribuida a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora”.
El hermetismo de la Fiscalía impide saber qué pasó
Las notas de prensa local hablan de que a la pareja se la dejó de ver el 8 de julio; otras que llevaban días (sin especificar cuántos) de “desaparecidos”, pero tampoco se emitió de manera oficial una ficha para su búsqueda. Algunos medios mencionaron que los cuerpos de Rubén y Omar Eduardo fueron hallados en un terreno baldío. Otros reportaron que fueron encontrados sin vida en su domicilio, en el pueblo mágico de Magdalena de Kino, Sonora.
Todos los reportes de prensa coinciden en que los cuerpos de Rubén y Omar Eduardo tenían heridas de arma de fuego, estaban atados y que fueron encontrados dentro de bolsas negras. Sin embargo, esto no lo confirmó la Fiscalía local.
El 11 de julio dicha Fiscalía emitió un comunicado. Allí no revelan detalles al respecto, solo mencionan que “se desarrollan las investigaciones del doble homicidio”.
Este medio se comunicó vía telefónica con la Fiscalía de Sonora para conocer una versión oficial tanto del hallazgo como del enfoque en la investigación frente a las tantas versiones de la prensa local. Repitieron lo mismo de su comunicado y dijeron que no darán más información “para no entorpecer la investigación”.
En redes sociales la madre de Omar Eduardo comentó que no fueron asesinados el 8 de julio sino desde el jueves 6 de julio. También dijo que su hijo tenía 24 años, no 29 como todas las notas de prensa e incluso el boletín de la Fiscalía han referido.
“Estoy sumamente molesta. Ese niño es mi hijo, no se dan cuenta lo que lastiman a la familia con decir tanta estupidez. Aparte de cargar con el dolor de la pérdida de un hijo tener que soportar el amarillismo de este tipo de gente sin ética”, denunció la mujer a la publicación de un medio local.
La violencia generalizada impide los reclamos de justicia en Magdalena de Kino
Rubén Moreno
La activista María Alatorre explica que en Sonora “ser abiertamente LGBT” tiene sus “aristas de riesgo”, y que eso impide un reclamo más público a lo largo del territorio del estado. Sobre todo, en ciudades no centralizadas como Magdalena de Kino.
Acerca de este crimen de odio las organizaciones y colectivos que conforman la Coalición LGBT de Sonora se han pronunciado. Pero en Magdalena (y otras ciudades del estado) la violencia generalizada impide que los reclamos de justicia sean más frontales o tengan mayor ruido. Además, el calor de más de 45 grados en el estado pone en riesgo la salud para una protesta en las calles.
Alatorre comenta que en Sonora coexiste una dualidad entre “la existencia del conservadurismo provinciano, y las pruebas etnográficas y estadísticas que nos muestran la aceptación de las personas LGBT y sus derechos. Aunado a ello el despertar comunitario LGBT que se da también fuera de Hermosillo (la capital del estado de Sonora)”.
Pero la defensora de derechos humanos advierte que a esos contextos se le suma la violencia generalizada que hace que Sonora sea “territorio caliente para la violencia del crimen organizado”. De acuerdo a Insight Crime, detrás de la violencia en Sonora están al menos tres grandes cárteles.
En la actual administración del gobierno de Sonora (2021 a junio 2023), a cargo de Alfonso Durazo, las víctimas de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes casi triplican la media nacional que acumula 61.28 víctimas de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes.
Los activistas investigan de manera discreta
Pese a la existencia del Protocolo Nacional de Actuación para el Personal de las Instancias de Procuración de Justicia del País, en casos que involucren la Orientación Sexual o la Identidad de Género, éste “no se aplica, aunque estén capacitados” denuncia Alatorre.
La activista agrega que, dado que la Fiscalía no investiga, las personas defensoras de derechos humanos y las organizaciones LGBT+ que registran estos crímenes de odio en Sonora lo deben hacer de manera discreta.
Debido a que el Estado mexicano no registra los crímenes por prejuicio contra las personas LGBT, las organizaciones que llevan un registro de estos hechos, como Letra S, dan cuenta en sus estadísticas que de 2019 a 2022 al menos tres personas LGBT+ fueron asesinadas en Sonora, dos eran hombres gays.
“Aquí sabemos que la unión hace la fuerza”
María Alatorre señala que el trabajo que están haciendo las organizaciones en Sonora, desde lo comunitario hasta la incidencia política, es lo que mantiene que las personas LGBTI+ en ese estado y los colectivos organizados logren el reconocimiento de sus derechos y la búsqueda de justicia.
“Parece que en Sonora no avanzamos, pero sí damos pasos firmes. Y no tanto son las instituciones, es la sociedad civil organizada y el trabajo comunitario. Ellos hacen la tarea de visibilizar la presencia de las personas LGBT, el reconocimiento de derechos, la búsqueda de justicia y la defensa de los derechos humanos. Ese fortalecimiento es lo que nos llena de esperanza y reconocer eso en este contexto es importante. Aquí sabemos que la unión hace la fuerza”, finaliza Alatorre.
20 de julio de 2023
Geo González
Edición: Maby Sosa
General, Homofobia/ Transfobia.
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