Profetismo y obediencia.
Del blog Amigos de Thomas Merton:
“Durante siglos la Iglesia se ha involucrado en el poder de este mundo. La Iglesia misma es, en verdad, un poder terrenal. El gran problema de la vida contemplativa, de la vida religiosa, del sacerdocio y de cada uno de nosotros es que hemos sido corrompidos por ese poder. Hemos sido utilizados por esa estructura para justificar una política de poder en el seno de la Iglesia. Cualquiera de los argumentos en torno a la esencia de la vida contemplativa provenientes del sector conservador apunta en esa dirección. Los contemplativos son considerados, por excelencia, como personas que aceptan sin cuestionar todo cuanto viene de la jerarquía. Nos han convertido en el grupo religioso que venera y justifica a ese poder. «Ved a esas criaturas humildes, santas. Ellas saben que nuestro poder proviene de Dios». Podríamos estar involucrándonos en una de las grandes formas de la idolatría. No deliberadamente, pero podría interpretarse que esa es nuestra actitud.
Está claro que las cosas que hacemos de buena fe, las que hemos hecho en nombre de la obediencia y los sacrificios que hemos realizado no están perdidos para nosotros, como individuos. Dios lo toma todo en cuenta. Pero eso a la Iglesia no le hace ningún favor; puede incluso ser un escollo en su camino. Tenemos que reflexionar sobre eso. Si hemos de tomar en serio nuestra vocación profética, no podemos dejar de examinar este aspecto. Dios protegerá, sin duda, a la persona que obedece de buena voluntad. Pero eso no significa que le esté haciendo a la Iglesia ningún bien”.
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Thomas Merton
Los manantiales de las contemplación
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