“¿Es Jesús una figura única en la Historia?”, por Gonzalo Haya
¿Es la plenitud única, definitiva, inigualable e insuperable de la revelación de Dios?
Los cristianos así lo hemos creído, y hemos considerado al cristianismo como única religión verdadera; y esto nos ha alejado de otras religiones (y nos ha enfrentado a ellas), impidiendo el diálogo y la cooperación, que la caridad, el sentido común y la conciencia nos están reclamando.
Dios es sólo Uno, es el mismo para todas las religiones, ¿Son falsas esas religiones porque presentan a Dios de una manera distinta a la nuestra (un Dios no personal). Dios es inexpresable, inabarcable para el ser humano, incluso es Concordantia oppositorum; ¿y podemos rechazar a otras religiones porque ofrecen aspectos distintos de Dios?
¿Es posible que Dios no se haya manifestado verdaderamente a los miles de millones de seres que vivieron antes que Cristo, ni a los que que han vivido después pero no lo han conocido, o a los que han rechazado la presentación cultural (y colonialista) que les ha ofrecido la Iglesia. Dios se ha manifestado a todo hombre en su conciencia, y a todos los pueblos mediante profetas más sensibles que han organizado, con mayor o menor acierto, la práctica social de esa experiencia.
Esas religiones se diferencian más en sus creencias y explicaciones que en el comportamiento individual y social de sus miembros; y por su parte el cristianismo es vida, acción, seguimiento de Jesús más que creencias; ortopraxis más que ortodoxia.
Nuestra experiencia actual tiene que reconocer que esas religiones han sido instrumento de salvación, y de humanización ética, para miles de millones de personas, y que en ellas se encuentran héroes, santos y místicos como en nuestra religión.
Cómo entender los textos del Nuevo Testamento
Entonces ¿cómo entender los textos del Nuevo Testamento que parecen indicar la exclusividad de Cristo como revelación de Dios.
- “Nadie conoce al Padre sino el Hijo, y a quien el Hijo quiera revelárselo” (Mt 11,27).
- “Sólo hay un Señor, Jesucristo, mediante el cual han sido creadas todas las cosas y por quien vivimos también nosotros” (1 cor 8,6).
- “A Dios nadie lo ha visto jamás; El Hijo único, que es dios y vive en íntima unión con el Padre, nos lo ha dado a conocer” (Jn 1,18).
- “Porque uno solo es Dios y uno solo es el mediador ente Dios y la humanidad: el hombre Cristo Jesús” (1Tim 2,5)
- “Cristo… entró una vez por todas en el lugar santísimo, no con sangre de machos cabríos o de toros, sino con la suya propia, rescatándonos así para
- siempre” (Heb 9,11-12)
- “Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido autor de nuestra salvación” (Hech 4,12)
Knitter se ha planteado este problema y ofrece algunas explicaciones. Los primeros cristianos estaban impresionados por una profunda experiencia de Cristo, y expresaban estos sentimientos con el lenguaje de los enamorados (“eres único”, “la más guapa del mundo”); posteriormente este lenguaje emocional se fue interpretando en términos conceptuales y filosóficos para presentar un gran cuadro doctrinal ante la filosofía griega. Lamentablemente las creencias (la ortodoxia) han superado (y casi desplazado) a la práctica del seguimiento de Jesús (ortopraxia). Por eso desconfiamos de otras religiones que tienen otras creencia, aunque mantienen un proceder semejante al nuestro.
Los primeros cristianos estaban imbuidos del tono nacionalista del Antiguo Testamento, que le imprimió la reforma de Esdras y Nehemías (hasta el punto de expulsar a las mujeres extranjeras de los judíos para evitar la contaminación religiosa). Las religiones de los pueblos vecinos eran tradicionalmente corruptoras de la fe de Israel. Ademas el laxismo moral y las de injusticias de la sociedad romana, potencia invasora dominante, eran contrarias e incompatibles con el Reino de Dios proclamado por Jesús; Los cristianos instintivamente excluyeron esas religiones principalmente por sus prácticas no por sus razonamientos. No conocían otras religiones de gran altura espiritual como el budismo, el hinduismo, el confucianismo, cuyo proceder concordaba con el del Reino de Dios.
La Biblia nos muestra que la revelación de Dios es progresiva, no podemos quedarnos estancados en un texto de la Biblia. Jahvé era inicialmente un dios tribal, compatible con los dioses de otras tribus, Con a evolución cultural, la conciencia va actualizando y reinterpretando los textos sagrados. Rahner recomendaba que el cristiano deber rezar con la Biblia en una mano y el periódico en la otra.
Por su parte, Jesús no mostró ni rechazo ni exclusión de la religión de los pueblos vecinos cuando acogió a la muchedumbre que se le acercaba y multiplicó los panes (anticipo de la eucaristía); cuando envió al geraseno a proclamar las maravillas que Dios había hecho en su vida (Mc 5,1), o cuando ponderó la fe de la mujer cananea (Mt 7,24-30) y del centurión romano (Lc 7,2-9).
Knitter concluye que los títulos que los primeros cristianos fueron atribuyendo a a Jesús le corresponden verdaderamente pero no únicamente; uno se siente salvado por Jesús, pero no experimenta que sea el único salvador posible para todo el mundo. Jesús no es la manifestación de Dios completa, definitiva e insuperable; pero sí es una manifestación de validez universal, decisiva, e indispensale.
Gonzalo Haya
gonzalohaya@telefonica.net
Fuente Atrio
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