Donde hay viento de libertad, hay Pentecostés
Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:
PENTECOSTÉS: VIENTO DE LIBERTAD
01.- Dos relatos muy distintos.
1.1.- Hechos de los Apóstoles.
San Lucas sitúa la venida del Espíritu (Pentecostés) a los cincuenta días de Pascua y en medio de una tormenta con viento, fuego y en un contexto de entendimiento: en Jerusalén había partos, medos, elamitas, del Ponto… y les entendían, se entendían.
La presencia del Espíritu de Jesús en las personas, comunidades, pueblos e iglesia confiere entendimiento.
De los siete dones que tradicionalmente se atribuyen al Espíritu: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, seis hacen referencia a la comprensión, entendimiento, acogida, etc.
Lo más parecido a la Torre de Babel (el no entendimiento) es una campaña electoral en la que no hay entendimiento porque no hay un buen espíritu que una a las personas y grupos humanos.
Y en la Iglesia, en nuestra misma diócesis no parece que haya entendimiento, lo cual puede significar que el Espíritu de Jesús no está entre nosotros…
El Espíritu de Jesús es afable, comprensivo, bondadoso, acogedor, un tono vital de entendimiento:
(Lo que nos separa a los humanos no son los idiomas, sino el espíritu que tenemos)
1.2.- El espíritu de Jesús brota de su costado: de su amor.
San Juan va por otros derroteros y narra Pentecostés como a dos tiempos:
+ Juan 19,14: a la muerte de Jesús dice que: Al pie de la cruz estaba la iglesia naciente: María, algunas mujeres y el Discípulo Amado. La Iglesia nace del costado de Cristo del que brota agua y sangre: bautismo y Espíritu. Es el mismo simbolismo de las bodas de Caná: agua y vino. Del costado de Cristo brota su espíritu santo, espíritu bueno de amor.
Jesús al morir, entregó su espíritu a la Iglesia naciente.
(Leamos estas cosas desde la sensibilidad teológico-poética cristiana).
+ San Juan (cp 20) dice que la venida del Espíritu de Jesús aconteció la tarde del domingo de Pascua sobre una comunidad apagada, asustada y triste: (los Once), como la nuestra. Jesús exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
Cuando Cristo está presente en una comunidad allí está su espíritu de vida, paz, serenidad-alegría, audacia, misión, perdón.
02.- ¿Qué es el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios?
Recordemos que a Dios nadie le ha visto nunca, (Jn 1,18 / 1Jn 4,12). Nos quedamos en que Jesús es expresión, Palabra (hijo) de Dios Padre y que ambos tienen un estilo, un modo de ser, un tono, un espíritu bueno.
No es lo mismo ser espiritual que ser religioso.
Que los humanos seamos espirituales no significa que tengamos un temperamento algo melifluo y dado a ciertas prácticas religiosas, cuando no mágicas o supersticiosas. Ser espiritual tampoco significa que una persona milite en una religión.
Ser espiritual significa que somos abiertos a todo lo que “se produce o se pueda dar en la historia”. [1]
En las lenguas románicas (provenientes del latín), las palabras que llevan la componente “sp”, “spc” ó “xpc” hacen referencia al futuro, a la apertura del ser humano hacia el futuro: espera, esperanza, expectativa, expectación, espíritu, etc. miran hacia el futuro.
Somos seres siempre en búsqueda, en camino, abiertos al futuro. La persona espiritual está siempre abiertas.
Se puede ser muy religioso, pero muy poco o nada espiritual y se puede ser poco religioso pero de gran hondura espiritual. [2]
Estamos viendo y padeciendo fundamentalismos religiosos dentro y fuera del mundo eclesiástico. Eso no es ser espiritual, sino fanáticos de unos ritos, dogmas o costumbres religiosas, cuando no de un mundo supersticioso.
Somos seres espirituales en la medida en miramos al futuro, al horizonte, siempre en búsqueda, en camino, abiertos… La persona espiritual está siempre abierta.
03.- El Espíritu Santo no es el “tío de América”.
El Espíritu no es un señor que siempre está fuera, siempre está para llegar, pero nunca lo hace.
El Espíritu del Señor estará en la iglesia, en los pueblos y en las personas en tanto en cuanto esté en nosotros. Si la bondad, la honradez, la libertad, el tono de conciliación están en nosotros habrá llegado el espíritu y será Pentecostés en nosotros, en nuestro pueblo, en las comunidades, en la Iglesia.
Ahora en nuestra diócesis parece como que se intenta llegar a alguna comprensión tras el “tsunami” de poder fanático que durante años hemos vivido. Nos hace falta el espíritu de Jesús: amor a la verdad, a la libertad, a la justicia, a los pobres. De lo contrario quizás sigamos sin entendernos, sin espíritu
04.- Exhaló su aliento sobre ellos
Jesús pronuncia sobre la comunidad las mismas palabras que Dios pronunció sobre el barro humano en el Génesis. El ser humano somos poco más que barro. Si el ser humano es algo o llega a ser algo, es porque tiene o cultiva un tono diverso del mundo animal y más humanitario.
Dios el Señor formó al hombre, de la tierra misma, sopló en su nariz y le dio vida (nefesh). Así el hombre comenzó a vivir. (Gn 2,8).
Hace unos días nos conmocionaba la noticia de que dos niñas gemelas se suicidaban en Asturias. El suicidio es un problema que va en aumento.
Enseguida echamos mano de la medicina y decimos que es una enfermedad mental, una enajenación… ¿No será una falta de sentido de la vida, una carencia de siembra de ganas de vivir, una falta de espíritu vital que mire al futuro? Si no sembramos aliento vital, esperanza, acogida, afecto, ¿qué podemos esperar y recoger?
En términos bíblicos habremos de exhalar aliento vital esperanza, ganas de vivir en la familia, en la educación, en la sociedad, en nosotros mismos y en las nuevas generaciones
Cuando acogemos en nosotros el universo de valores que forman el espíritu cristiano, llegamos a ser seres vivientes.
Recibid Espíritu Santo
[1] Decía K, Rahner que ser espíritu-espiritual significa que el hombre es absoluta apertura hacia toda “palabra” que se produce en la historia, (Oyente de la palabra, 73).
[2] Los fanatismos son muy religiosos pero nada espirituales.
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