Tiempo de Vida. Feliz Pascua.
Feliz Pascua
Juan Zapatero Ballesteros
Sant Feliú dde LLobregat (Barcelona)
ECLESALIA, 10/03/23.- No puede ser otro tiempo, que no sea la primavera, para que la Pascua venga con fuerza anunciando y proclamando a voz en grito que es tiempo de vida. Ya han quedado atrás los rigores del invierno que no han hecho sino destruir y matar todo lo viejo y caduco que aún quedaba.
Es primavera y, por lo mismo, es tiempo de mirar los campos tupidos de verde y cargados de árboles henchidos de flor anunciando el fruto que llevan dentro, como si con ello nos estuvieran invitando a subirnos al carro de la más grande y profunda de las esperanzas.
La Pascua no es privilegio de nadie, a pesar de que a algunos les pueda parecer que eso es un ataque contra lo establecido “como dios manda“. Su dios con minúsculas, claro. O lo que es lo mismo: el dinero, el poder, la fuerza, el saber, las influencias.
Son los mismos que vociferan y no se cansan de decir que “harto que la primavera, la estación del año, que no se piensen otra cosa, llega también para los pobres, los débiles, los necios, los nadie. Que solo faltaba que también les tuviera que llegar la Pascua”.
Precisamente por ello:
Feliz Pascua a quienes aman la vida. Pero también, y a su pesar, a quienes la odian con todas sus fuerzas. Pues la Pascua solo entiende la otra lógica. La ilógica, para ser más exactos: “devolver bien por mal y poner la otra mejilla”.
Feliz Pascua, con el deseo de que sea para siempre, a todas y todos cuantos hacen camino mirando siempre a las orillas del mismo, no sea que alguien pueda estar necesitando de sus manos para comenzar a caminar o seguir caminando.
Feliz Pascua a quienes dicen que no creen. Pero también a quienes piensan que ellos no son como los anteriores, sino que sí que creen de verdad. Pues el Padre “bueno” ama a todas y a todos sin distinción, y hace salir el sol cada día, tanto para justos como para injustos.
Feliz Pascua a quienes se encuentran al frente de las religiones, iglesias, dicasterios y todos los demás centros de culto en general. Con el pleno convencimiento además, por su parte, de que sin ellos nada funcionaría en ese campo. Al menos eso es lo que ellos piensan.
Pero también Feliz Pascua, y con idéntica fuerza e intensidad, a quienes, perteneciendo al rebaño sin ningún tipo de “cualificación” espiritual ni religiosa, se esfuerzan simplemente por “amar a los demás como a ellos mismos”.
Feliz Pascua, como no, a quienes confían únicamente en sí mismos, pues desconfían de todo “dios’, ya que, según dicen, hoy en día no te puedes fiar ni de tu padre.
Pero, de igual manera, Feliz Pascua a todas y todos cuantos, a pesar de dudar, desconfiar y flaquear, no se oponen nunca a la invitación que les pueda llegar desde fuera a “meter los dedos en la herida de tantos costados abiertos”.
Feliz Pascua a quienes no se cansan de golpearse el pecho continuamente para conseguir aplacar al “dios” siempre enfadado e irascible en quien creen, porque así se lo enseñaron. Pero, de igual manera, semejante deseo de felicidad a quienes, reconocen que sus miserias, a pesar de ser grandes y profundas, son pura anécdota comparadas con la inmensa misericordia del Dios de Jesús.
Feliz Pascua a todas y todos, sin ningún tipo de distinción ni diferencia, y que lo siga siendo por los siglos, en el nombre precisamente de Aquel, cuyas palabras, “Yo estaré siempre con vosotros hasta el final de los tiempos”, no son fruto de una promesa de pacotilla, sino la apuesta más sincera rubricada con su propia vida.
Feliz Pascua, finalmente, aunque pueda parecer paradójico, a quienes no se cansan de “hacer la pascua” de manera constante a todo hijo de vecino. Por la sencilla razón que las semillas de vida que hay en el corazón de todos esos hijos de vecino y sus ansias de hacer el bien son muchísimo más fuertes que las ganas constantes que ellos tienen de hacer permanentemente la “pascua”.
¡FELIZ PASCUA!
Juan Zapatero Ballesteros
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