CIUDAD DE MÉXICO, México. El 24 de febrero, Bea Is, defensora de derechos humanos de personas intersex peruanas, fue discriminada por su color de piel y expresión de género por la autoridad migratoria mexicana en el Aeropuerto Internacional de Cancún. La incomunicaron, la aislaron y doce horas después la deportaron injustificadamente a Perú. Las autoridades de migración no le dieron explicación por su retención y deportación.
Bea viajó a México por dos razones: vacaciones y un encuentro entre las organizaciones Brújula Intersex (de México) y Perú Intersex. Ambos colectivos tenían el objetivo de construir una reflexión en torno al trabajo compartido y cómo propiciar espacios de bienestar para activistas intersex de América Latina.
El arribo de Bea desde Lima (Perú) al Aeropuerto Internacional de Cancún fue el 24 de febrero a las 6:32 de la mañana. En el filtro de migración dos agentes la observaron de pies a cabeza y, sin su consentimiento, revisaron su celular.
Bea mostró sus reservaciones de hospedajes en las tres ciudades que iba a visitar. También mostró el itinerario de las actividades como defensora de derechos humanos y el vuelo de regreso. Aún así las agentes no le permitieron ingresar a México.
Una vulneración de derechos
Durante el interrogatorio al que la sometieron los agentes de migración, Bea no mencionó la palabra intersexual. Sin embargo, por cómo fue observada considera que el motivo de su retención, aislamiento, incomunicación y posterior deportación injustificada fue la discriminación racial y características sexuales no normativas. Como parte de su expresión de género Bea dejó crecer el vello de su barba.
“Esto afectó mucho mi salud mental. Me sentí muy vulnerable. Hasta hoy me cuestan hacer las actividades de mi vida. Lo que viví, los tipos de discriminación por la que atravesé en esta situación, a pesar de que la intersexualidad no fue mencionada de manera explícita o tocada en alguna de las preguntas de migración, por cómo las personas de migración me observaron, por mis características raciales y mi expresión de género creo importante mencionar que fue discriminación racial y discriminación por mis características sexuales no hegemónicas”, comentó Bea a Presentes.
La intersexualidad es una forma de diversidad corporal. No es una patología, no es una orientación sexual, no es una identidad de género y no es un “tercer género”.
De acuerdo al informe Violencia contra personas LGBTI en las Américas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “la violencia contra las personas intersex se deriva de la falta de reconocimiento y aceptación hacia las personas cuyos cuerpos difieren del estándar corporal masculino y femenino”.
Luego de la ventanilla de migración, Bea fue trasladada a una habitación en donde observó que había más personas de piel morena.
“Viví discriminación racial y por mis características sexuales no hegemónicas”
“En el primer filtro viví discriminación racial. Al pasar por la ventanilla de migración me preguntaron las reservas de hotel y vuelo; la señorita junto a otra, me observaron de pies a cabeza viendo las características externas de mi persona. Al pasar a una segunda entrevista me di cuenta que mis características coincidían con el grupo de personas que finalmente fuimos deportadas: en su mayoría con características de pueblos originarios, personas de color y personas que eran de ciertos países. Específicamente de Perú, Colombia y Venezuela. Había un patrón”, comentó a Presentes, Bea Is.
En esa segunda entrevista cuestionaron nuevamente a Bea sobre los motivos de su viaje. Mostró nuevamente, las reservas de su hospedaje y contó que colabora en la defensa de derechos humanos en el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex), el agente de migración que la entrevistó le dijo “no me quedan claros los motivos de tu viaje, ni tu itinerario”.
Además, el agente de migración revisó más información dentro del celular de Bea, sin su consentimiento.
“Vio el documento del evento que incluye información detallada del encuentro. Ahí está la palabra intersex y los logos de las organizaciones involucradas. Así es que ellos ven el término intersexual pero yo nunca lo hice explícito. Me da la impresión que en algún momento buscan información sobre las organizaciones y lo asumieron al colectivo LGBTIQ+. Finalmente el funcionario de migración determinó que no contaba con los requisitos para ingresar a México”, comenta Bea.
Pese a que Bea demostró documentos y gastos de vuelos y hospedaje, el agente de migración no le dijo la razón de su retención en la estación migratoria.
“El funcionario de migración solo me indicó que tomara asiento. Después de un rato me dijo que debía esperar el vuelo de regreso a mi país de origen”, recuerda Bea.
Autoridades migratorias violan derechos humanos
Actualmente el Instituto Nacional de Migración (INM) no cuenta con criterios, ni formatos, ni protocolos dentro de la Ley de Migración y su Reglamento; incluidas las normas en las Estaciones Migratorias y Estancias Provisionales del INM, que permita, desde el primer contacto, un trato digno hacia las personas LGBTI+ que se encuentran bajo cualquier estatus migratorio (turista; solicitante de asilo/refugio; migrante con situación administrativa regular o irregular).
El año pasado la activista trans brasileña, Keila Simpson llegaba a la Ciudad de México como invitada a un foro sobre derechos humanos. Fue aislada y deportada porque su documento no coincidía con su expresión de género.
A partir de la firma del acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos, el 7 de junio de 2019, organizaciones que defienden los derechos humanos de las personas migrantes y medios de comunicación han reportado ataques sistemáticos contra esta población. Desde muertes bajo custodia del INM, hasta deportaciones injustificadas y malos tratos en estaciones migratorias.
Sin trato digno
Bea denuncia que ella y las otras personas en la estación migratoria del Aeropuerto Internacional de Cancún no recibieron un trato digno.
“El espacio donde nos tenían era vigilado por un oficial para evitar que alguien saliera. Estaba sucio, hacía frío, nos dieron de comer una vez, pero fue la aerolínea encargada de nuestro retorno; había colchonetas en mal estado y cobijas hechas de un material similar al papel aluminio. Nos prohibieron el uso de aparatos de comunicación y nos amenazaron”, comenta en entrevista.
Y agrega, “nos advirtieron que si alguno de nosotros tenía en su poder algún dispositivo que sirviera para comunicarse, nos iban a poner una alerta migratoria para no ingresar a ningún otro país, dando por sentado que todos los presentes queríamos emigrar a otro país y no nos encontrábamos viajando por placer”.
Además, Bea denuncia que a ella le tomaron fotografías y le pidieron dar su nombre completo. Dijeron que eran requisitos de la aerolínea a cargo de su retorno.
De acuerdo a lo que narra Bea, las autoridades migratorias incumplieron en más de un artículo de la normativa de Estaciones Migratorias y de la Ley de Migración para garantizar un trato digno y apegado a los derechos humanos.
Queja ante organismos de Derechos Humanos
De acuerdo a datos del Sistema Nacional de Alerta de Violación de los Derechos Humanos, de 2018 a 2022, bajo la “nueva política migratoria del Gobierno de México (2018-2024)”, las quejas que recibió la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre violaciones a derechos humanos por parte del Instituto Nacional de Migración aumentaron un 264.7%. Tan solo de 2021 a 2022 aumentaron un 72.8%.
Bea pasó 12 horas incomunicada en la estación migratoria del Aeropuerto Internacional de Cancún hasta que fue retornada en un vuelo a Perú sin que las autoridades migratorias de México justificaran la razón de su deportación.
“Solo nos hicieron firmar la recepción de un sándwich y una gaseosa por parte de Volaris (una aerolínea)”, comenta.
La organización mexicana Brújula Intersexual emitió ese mismo día (24 de febrero) una queja ante la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y otra más, con folio 2023/23171, ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
“Exigimos una disculpa pública y la reparación del daño, pues nuestra compañera estaba invitada para viajar a Guanajuato y Ciudad de México. Denunciamos discriminación debida a características sexuales no normativas, así como discriminación de índole etno-racial”, publicó Brújula Intersexual en un comunicado.
El 7 de marzo Copred solicitó a Bea una relatoría de los hechos. Hasta ahora no ha recibido respuesta del proceso de su queja por discriminación.
“Esperemos que puedan avanzar, sabemos que puede ser un proceso quizá lento, sobre todo porque involucra revisar a un organismo tan hermético como lo son las autoridades migratorias”, comentó Bea al final de la entrevista con Presentes.
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