Yo soy la Luz del mundo. / El capitalismo nos ha hecho más lucidos, pero no más lúcidos
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
01.- Situaciones de ceguera.
En cierto sentido la ceguera de este hombre del evangelio de hoy, es nuestra propia oscuridad, son nuestras tinieblas, nuestras noches oscuras del alma, quizás también los silencios de Dios.
El ciego de nacimiento -como otros personajes en el evangelio de Juan-[1] son exponentes de la situación del pueblo, es decir, representan nuestras propias situaciones personales.
El “no ver físico” es imagen de la ceguera personal-espiritual.
Aquel hombre nació en un contexto, en un pueblo y situación religiosa de oscuridad y tinieblas. Ni tan siquiera conoció la luz. Ciego de nacimiento
¿No será también nuestro caso?
02.- ¿El siglo de las luces?
Nosotros, -el mundo occidental- hemos nacido en un contexto de noche espesa. Curiosamente en la Europa que proviene del “Siglo de las luces”, (siglo XVIII: la Ilustración) no andamos muy sobrados de luz ni de luces.
Los criterios y esquemas de vida en los que vivimos (planes de educación, parlamentos, posiciones eclesiásticas, medios de comunicación, etc.), no iluminan mucho la vida, sobre todo en lo que hace referencia a las grandes cuestiones de la vida.
A veces también “Dios se oculta”, se nos hace ausente, el silencio de Dios nos embarga y no vemos. ¿Dónde está Dios en ciertas situaciones de catástrofes naturales, guerras, injusticias, enfermedades, muertes, etc.?
En el mundo occidental los intereses del capitalismo (tecnología, consumismo, dinero, etc.) nos han hecho más lucidos, pero no más lúcidos.
03.- Yo soy la luz del mundo.
Ante la situación de tinieblas, Jesús se presenta como la luz: Yo soy la luz del mundo.
Jesús ilumina y confiere luz y vida a los grandes enigmas y problemas de la existencia humana: las cuestiones éticas, la culpa, la angustia, el sentido de la vida, la nada, el vacío, la muerte.
04.- Jesús escupió en tierra, hizo barro con la saliva, le untó los ojos al ciego. (¡era sábado!, v 13)
Es evidente que el barro material en modo alguno mejora la vista, más bien la empeorará. (No se puede leer este y otros muchos relatos al pie de la letra).
Una de las claves para leer el evangelio de San Juan es que está escrito teniendo como plantilla o telón de fondo, el AT.
El Génesis comienza diciendo que “en el principio existía el caos”, San Juan comienza su evangelio diciendo: “En el principio existía la Palabra y la Palabra era Luz y Vida”. La Palabra era, es, el sentido de la vida.
- Ante el ciego Jesús repite los símbolos de la creación: toma barro y le infunde algo muy íntimo suyo, su energía, su espíritu (élan vital, aliento vital), simbolizado en la saliva. Así surge de sus manos un nuevo ser humano. Estamos ante una nueva creación, es una vida nueva. Cristo crea una nueva humanidad. El profeta Isaías (64,7) oraba diciendo: “Señor, tú eres nuestro padre, nosotros somos barro y tú el alfarero: somos obra de tu mano”.
- En el texto de hoy se repite muchas veces la expresión: nacer: (vv 1.2.19.20.32.34). La luz de Cristo genera una nueva humanidad, su luz nos hace renacer, ilumina nuestra vida, nuestros pasos.
- Un detalle que no pasa desapercibido es que Jesús, una vez más, cura en sábado, lo cual estaba prohibido por la ley, (¿pecado mortal?). Jesús era un pecador, un impostor para la religión judía. Suena fuerte, pero la mirada de Jesús se dirige a la debilidad y necesidad del ser humano.
Hagamos luz en la vida también en sábado, incluso cuando discrepemos o nos encontremos con personas que discrepan de la ley, o viven en tensión con la jerarquía. Muchas veces la vida está fuera de las religiones oficiales.
05.- Soy yo
Los fariseos (los del Obispado) siempre dando la barrila: ¿Es el ciego que se sentaba pedir o no? No es, pero se parece… Tú, ciego, y Jesús, qué lecciones nos vais a dar si sois vulgares pecadores, no es posible que te haya curado en sábado, etc…
- El evangelista con una cierta ironía dice que “los del Templo” discutían si el que ahora veía era el mismo quien poco antes no veía. Pues sí, era “el mismo” si bien, gracias a Jesús no era “lo mismo”, ahora ve la vida de otra manera. Pero eso no se lo debe a la ley, sino a la cercanía de JesuCristo.
- Yo no sé si es sábado o lunes, no sé si el que me ha orientado en la vida es pecador o no. Lo que sé es que antes no veía y ahora veo.
El ciego termina diciendo: soy yo. Cuando Cristo se acerca a nuestra vida, somos personas como Cristo.
- Soy yo. Todo el que se acerca al “Yo soy”, a Cristo, termina siendo: “soy yo”, es decir, participa del mismo ser, de la misma vida de Cristo. El que se acerca a Cristo, termina siendo como Él, Yo soy.
- Aquel hombre queda transformado porque ve la vida desde Cristo
- Vivir desde Cristo supone ver y supone dignidad en la vida
En otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz… caminad como hijos de la luz. Despiértate tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz. (Efesios 5, 8.14).
[1] Nicodemo, la samaritana, la adúltera, Lázaro, el Discípulo Amado, etc.
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