Obispo keniata critica la resolución del Tribunal Supremo de permitir las organizaciones LGTBIQ+ afirmando que la orientación homosexual y la identidad de género van en contra del ”orden natural de los seres”,
Joseph Ndembu Mbatia
A pesar de que el Papa Francisco fue tajante en condenar la criminalización de la homosexualidad antes y después de su reciente viaje a África, sus obispos pretenden enmendarle la plana lanzando sus discursos de odio:
Joseph Ndembu Mbatia, obispo de la diócesis keniata de Nyahururu, ha criticado a quienes expresan su apoyo a las asociaciones que existen para defender los derechos de las personas LGTBI, afirmando que sus comportamientos van en contra del “orden natural de los seres”.
En una grabación de vídeo que Kenya Broadcasting Corporation (KBC) Digital publicó el domingo 5 de marzo, el obispo Mbatia también criticó la enseñanza de la diversidad sexual a los alumnos en el Competency Based Curriculum– Currículo Basado en Competencias (CBC) propuesto en Kenia.
“El apoyo a LGBTI va en contra del orden natural, el orden natural de los seres”, dijo el obispo Mbatia, añadiendo, con absoluto desconocimiento, que “incluso los animales, que no están dotados con el don del intelecto, el don de la razón, no van en contra de su orden natural. Si los que no tienen mucha razón pueden entenderlo, si a los animales no se les ocurre, ¿por qué a los seres humanos?”, planteó en un intento de preguntarse por qué los individuos elegirían ir contra el orden natural de las cosas desde la creación.
El obispo Mbatia hizo referencia de forma irracionalmente literal a los relatos de las Escrituras, que, según él, dan instrucciones sobre las relaciones apropiadas entre hombres y mujeres. “Los capítulos 1 y 2 del Génesis nos dicen por qué Dios creó al hombre y por qué creó a la mujer; Dios creó al hombre y a la mujer el uno para el otro”.
También expresó su preocupación por la iniciativa de introducir el respeto al colectivo LGBTI en las escuelas keniatas a través del plan de estudios propuesto: “Estaba mirando lo que se está enseñando y CBC ha venido con una charla indicando que hay muchos tipos de familias. Encuentras que hay una familia de dos mujeres y un niño. ¿De dónde han sacado al niño? Y luego hay una familia de un hombre y un hombre con un niño, pero ¿de dónde sacaron al niño? ¿En qué pensaba la persona que hizo esos dibujos para que se enseñaran en las escuelas? Ningún niño nace sin padre ni madre”.
El obispo Mbatia hizo sus declaraciones en el contexto de las críticas a la sentencia mayoritaria del Tribunal Supremo de Kenia que permite el registro de Organizaciones No Gubernamentales LGBTI.
Conferencia Episcopal de Kenia
El 24 de febrero, el Tribunal Supremo de Kenia dictaminó que las personas de orientación homosexual tienen derecho a formar y registrar asociaciones en la nación de África Oriental. Tres magistrados del tribunal, compuesto por cinco jueces, argumentaron que “a pesar de que la homosexualidad es ilegal (en Kenia), tienen derecho a asociarse”.
En la sentencia, en la que los magistrados Mohamed Ibrahim y William Ouko pusieron por escrito opiniones discrepantes contra la decisión mayoritaria dictada por los magistrados Philomena Mwilu, Smokin Wanjala y Njoki Ndung’u, las entidades LGBTQ pueden actuar libremente una vez registradas en Kenia.
El arzobispo de Nairobi se unió a otros líderes y grupos cristianos que han criticado la sentencia del Tribunal Supremo. Es el caso de los miembros del Foro de Profesionales Cristianos de Kenia (KCPF), el arzobispo Anthony Muheria, de la archidiócesis keniana de Nyeri, y el presidente de la Asamblea Nacional de Kenia, Moses Wetangula, entre otros.
Philip Anyolo
En una declaración que dio instrucciones a los miembros del clero de Nairobi para que la compartieran con sus respectivas congregaciones durante las celebraciones litúrgicas del domingo 5 de marzo, el arzobispo Philip Anyolo pidió a los cristianos “que estuvieran alerta. Animamos a todos nuestros cristianos a que sigan defendiendo, protegiendo y salvaguardando nuestras enseñanzas morales cristianas contra las atracciones, afiliaciones y asociaciones seculares y mundanas del mismo sexo, como LGBTI, que actualmente se promueven y fomentan de muchas formas diferentes, incluido el respaldo legal”, indicó el arzobispo Anyolo, quien expresó su oposición a lo que calificó de “tendencias malignas que pretenden introducir confusión y dañar su imagen en nosotros”.
”Que Dios, que nos creó con una clara diferenciación de sexos, según el libro del Génesis 1: 27, ‘varón y mujer, a su imagen y semejanza los creó’, fortalezca nuestra fe y nuestra posición moral contra estas tendencias malignas que pretenden introducir confusión y dañar su imagen en nosotros”, imploró el arzobispo católico keniano.
Pidió además que Dios conceda a los seguidores de Jesucristo en Kenia “la gracia suficiente para ser lo suficientemente vigilantes como para proteger, promover y hacer avanzar nuestra dignidad humana y cristiana. Como Iglesia nos oponemos firmemente a tales prácticas inmorales”, dijo el Arzobispo de Nairobi en su nota a los miembros del Clero que ejercen su ministerio en su Sede Metropolitana, titulada “Una llamada a estar vigilantes”.
Por su parte, el parlamentario por Homa Bay (Kenia), Peter Kaluma, se ha comprometido a luchar contra el registro de grupos de defensa de los derechos LGBTQ tanto en la Cámara de Agosto como en los tribunales keniatas.
El sexo gay en Kenia se castiga con hasta 14 años de prisión. Aunque rara vez se hace cumplir, los miembros de la comunidad LGBTQ del país enfrentan rutinariamente discriminación y estigma, y los esfuerzos para despenalizar el sexo gay se han visto frustrados.
El año pasado, el asesinato de la lesbiana no binaria Sheila Lumumba dio lugar a una campaña en las redes sociales para obtener #JusticeForSheila.
Hubo campañas similares en 2021 tras los asesinatos de la activista transgénero Erica Chandra y el activista LGBTQ Joash Mosoti.
Un pasado de persecución y LGTBfobia de Estado
Son varios los artículos del Código Penal de Kenia (modificado en 2003) que castigan las relaciones homosexuales (página 99 del informe Homofobia de Estado de ILGA 2017). El artículo 162 establece penas de 14 años de cárcel para quienes «tengan conocimiento carnal con otra persona contra el orden de la naturaleza» o «quien permita que un varón tenga conocimiento carnal con él o ella contra el orden de la naturaleza». El artículo 163, por su parte, castiga a «quien intente cometer alguno de los delitos establecidos en el artículo 162 comete delito grave y será penado con prisión de 7 años».
Asimismo, el artículo 165 establece que «el varón que, en público o en privado, cometa un acto de indecencia grave con otro varón, o indujera a otro varón a cometerlo con él mismo, o intentara inducir la realización de un acto similar, incluso con terceras personas, es culpable de un delito grave y será penado con prisión de 5 años». Según los datos del propio Gobierno de Kenia, solo entre 2010 y principios de 2014 se procesó a 595 personas por estos cargos.
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana), en el que a las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaba dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% consideraba tal orientación sexual inaceptable. La prensa alienta esta homofobia social: en mayo de 2015 se publicaba, en la portada de un periódico keniano, un listado con el nombre y la fotografía de las que supuestamente eran las doce personas gais y lesbianas más influyentes en el país, poniendo en grave riesgo su vida.
Aun así, existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra por ejemplo Denis Nzioka, que en 2012 trató de presentarse a las elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó entonces como senador, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi en 2014 contra la legislación ugandesa alentaban incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que vio luego truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento de la nación, que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros. El propio presidente Uhuru Kenyatta declaraba en 2015 que, si bien no permitiría “cazas de brujas” contra la población LGBT de Kenia, tampoco derogaría las leyes que castigan la homosexualidad debido a su gran aceptación social. En junio de 2016, un tribunal de este país consideraba “legal” y “razonable” usar torturas anales para incriminar a sospechosos de ser gais. Kenyatta se reafirmaba en su posición en abril de este año tachando los derechos LGTB de asunto «no aceptable» y «sin importancia para el pueblo de la República de Kenia».
Otro gran revés para la población LGTBI de Kenia fue la negativa de su Tribunal Superior de Justicia a derogar la criminalización de las relaciones homosexuales en mayo de 2019 (no deberíamos olvidar, en este sentido, la campaña que CitizenGO, la marca internacional de la organización ultraconservadora HazteOír, llevó a cabo contra la despenalización).
El pasado mes de enero, era asesinado el activista LGBTQ Edwin Chiloba, y conocíamos que Varias personas trans de Kenia buscaban refugio en medio de las represalias tras la muerte de dicho activista.
Fuente Agencias/Cristianos Gays
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