Miguel Sánchez Zambrano: «La aceptación de las personas LGTBI, junto al sacerdocio femenino, será el mayor desafío con el que se va a enfrentar la Iglesia en el siglo XXI»
Interesante entrevista con Miguel Sánchez Zambrano, sobre su libro “Homosexualidad. Las Razones de Dios”, del que ya hemos hablado en el blog:
«Me quedo con el estudio en profundidad que he realizado para fundamentar y exponer las razones para lograr desmontar la condena de la homosexualidad por la Iglesia»
6 febrero, 2023.
Miguel Sánchez Zambrano, sobrino de la filósofa María Zambrano, nació en Granada en 1953. Es farmacéutico, terapeuta sistémico y ayudador, (prefiere este término al anglicismo coach. Cofundador en 1983 y director de Hogar 20 hasta 1999. También es miembro fundador de las Asociaciones AVALON (VIH) y APREX (ex-toxicómanos) y del Comité Antisida de Granada. En la actualidad dirige el Centro de Terapias y Atención a las Familias. Es autor de numerosos artículos en prensa y como creyente manifiesta abiertamente su amor a la Iglesia. Acaba de publicar “Homosexualidad. Las razones de Dios” (Edit. San Pablo), presenta el viernes, 10 de marzo, a las 19,30 horas, en el Centro “María Zambrano” de Granada (Avda. de América, 55).
– ¿Cuáles han sido las principales motivaciones a la hora de escribir este libro?
Hago mío el motivo por el que San Pablo edita el primer libro sobre homosexualidad: “el objetivo es provocar el diálogo y de incentivar profundizar sobre el tema”. Me motiva que mis hermanos y hermanas gays y lesbianas, encuentren un capítulo, una palabra con la que identificarse, que los haga un poco más libres, un poco más felices y que mis hermanos y hermanas heteros, vivan felizmente su sexualidad, sin rechazar ni avergonzarse de quienes no somos igual a ellos. El Superior-Provincial de España de los Jesuitas, Antonio España, vaticina que “este libro será una ayuda grande para la Iglesia”. Esa es mi mayor ilusión.
– ¿Cuál ha sido el proceso seguido para darle forma?
Ha sido un arduo trabajo de investigación bíblica sobre el tema, que comencé hace más de 10 años. En el tintero aguarda escribir cómo se habría desarrollado el proceso evolutivo de la Iglesia, celebrando que un gran número de sus hijos, Dios los ha querido Homosexuales. Sé que es un sueño, pero no imposible, pues la Iglesia se ha enfrentado a retos mayores, como fue su desgaje de la religión judía, su matriz, teniendo en cuenta que era la religión del propio Jesús.
– La página inicial (Sabías que…,) ¿pretende centrar la atención sobre hechos determinantes en la visión histórica de la homosexualidad?
Así es. Son hechos de la escritura silenciados históricamente por la Iglesia, que demuestran que la homosexualidad es una identidad sexual querida por Dios, como no puede ser de otro modo, al haberla dispuesto Él en un determinado número de persona. Ni perversidad, ni enfermedad. Se trata de una variante de la sexualidad, que Dios ha querido se dé en la naturaleza humana, e igualmente en el reino animal.
– ¿Qué le agradó más del prólogo de Carlos Domínguez Morano S.J.?
Me emociona Carlos Domínguez, pues en su prólogo resume la intención del libro y sería extraordinario que se cumpliera su deseo, al afirmar que su lectura “puede ayudarnos a todos, sencillamente a ser mejores persona”.
– De todas las razones que desarrolla en sus páginas centrales comenzó por la suya propia, seguida de las razones para demostrar el sufrimiento, desmontar el rechazo, la condena, el cambio de la Iglesia, las razones de Dios, el matrimonio y la adopción, para una Teología homosexual, para el perdón y para soñar… ¿Cuáles considera fundamentales?
Me quedo con el estudio en profundidad que he realizado para fundamentar y exponer las razones para lograr desmontar la condena de la homosexualidad por la Iglesia, que se ha basado en textos del Antiguo Testamento, de hace más de 3.000 años. Especialmente el Levítico condena toda relación que no facilite la procreación: la masturbación, la eyaculación fuera de la mujer o la relación durante la menstruación, e igualmente la homosexualidad. O sea, toda relación no procreativa y es lógico, pues el autor sagrado trata de asegurar la natalidad, la supervivencia de aquel pueblo que ha de atravesar un desierto para llegar a la Tierra Prometida. Sorprende que, de todas aquellas leyes judías, sea exclusivamente la referente a la homosexualidad, la que siga condenada y reprobada por la Iglesia. Igualmente se castiga recortarse la barba (pena de muerte), trabajar en sábado o vestirse con dos clases de tejido. Sobra cualquier comentario.
– En su nota final afirma que en su caso jamás ha sufrido desprecio, rechazo o condena directa sobre su persona por su homosexualidad ¿A qué cree que se ha debido?
Quizás las personas que me conocen, les han importado más mis hechos, mi vida y no con quien comparto mis sentimientos. Sea o no ese el motivo, sí me considero privilegiado.
– En las últimas páginas se incluyen documentos para la bendición nupcial en uniones de parejas del mismo sexo ¿Cree que pueda llegar el momento en el que la Iglesia pueda bendecir a una pareja homosexual?
Si la Iglesia llega a plantearse seriamente bendecir a las parejas de igual género, ha de cambiar toda la moral sexual. Para la Iglesia, las relaciones fuera del matrimonio son pecado, tanto las homosexuales como las hetero. Al no poder casarse, una pareja homosexual que, amándose tenga una relación íntima, estará pecando (al igual que una heterosexual) y consecuentemente no pueden ser bendecidos. Es muy difícil entender que sea pecado lo que Dios mismo ha dispuesto en la Naturaleza (la relación sexual) y sólo tras el sacramento del matrimonio, el sexo sea bueno a los ojos de Dios.
– ¿Para qué un anexo de léxico castellano para el desprecio homosexual?
Para hacer evidente hasta qué punto se ha llegado socialmente a despreciar, ridiculizar y mofarse de la homosexualidad y los homosexuales. El castellano contiene hasta 48 palabras que nos ofenden y nos hieren.
El autor en una actividad celebrada en el Centro María Zambrano (Granada)
– ¿Quiénes consideran que pueden ser los principales destinatarios de su libro?
Este libro interesa a todo aquel que desee conocer cómo la Teología y la moral católica han desvirtuado el hecho homosexual, condenándolo, al extrapolar la lógica condena de la violencia homosexual (lo que intentaron los sodomitas con los enviados del Señor) con la relación homosexual fundamentada en el amor mutuo. Igualmente analizo en qué pasajes bíblicos puede fundamentarse la Iglesia para levantar la condena y acoger a los homosexuales en igualdad con los heterosexuales, considerando que la identidad de todos como hijos de Dios, debe prevalecer por encima de cualquier otra identidad, incluida la sexual. Y especialmente me dirijo a todo aquel que, por su homosexualidad, haya sufrido desprecio, condena, acoso o incluso se haya sentido culpable, exponiendo cómo llegar a superar todo es cúmulo de sufrimiento y dolor, pues como escribe mi tía, la filósofa María Zambrano, “solo cuando el hombre acepta íntegramente su propio ser, comienza a vivir por entero”.
– ¿Desea añadir algo más?
Sí, repetir que el pecado de Sodoma, base de la condena homosexual, fue el intento de sus habitantes de violar a los enviados de Dios. El autor condena dicha violencia y por tanto, la inhospitalidad de los sodomitas. En ningún momento se condena la unión amorosa de dos personas del mismo género que mantengan una relación amorosa estable y libremente elegida. Por tanto, la pregunta es: ¿Qué piensa hacer la Iglesia con nosotros, los homosexuales que decidimos vivir nuestra relación en el mismo marco de amor fiel que la unión hombre-mujer?
Pienso que la aceptación de las personas LGTBI, junto al sacerdocio femenino, será el mayor desafío con el que se va a enfrentar la Iglesia en el siglo XXI, al no poder eludir la obligación de discernir sobre la realidad humana de la homosexualidad. Es un reclamo de amor y justicia de millones de homosexuales cristianos, al que solo ella puede dar respuesta desde la fe. Por último, expresar mi disponibilidad para debatir sobre este tema, con cualquier grupo o persona que le interese, siempre desde el respeto profundo a la Iglesia y sin caer en rechazar a quienes nos rechazan.
Fuente El Ideal de Granada
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