Con o sin el Dios de Jesús de Nazaret
ALERTA: desenmascarar la más peligrosa alternativa para la humanidad
Son muchos los problemas o temas que nos envuelven, pero por encima de todos ellos, hay uno que nos condiciona acaso sin saberlo: vivir o no bajo la acción primera de alguien, a quien llamamos Dios, creador del universo
Obviamente, la humanidad incluye a todas las personas, pueblos, naciones y continentes del orbe. Y esa común humanidad viene dotada para convivir en relaciones de igualdad
Ahora, ¿quién fue ese Alguien que vino a revelarnos que Dios es también Padre nuestro y, en consecuencia, nosotros hijos suyos y todos hermanos entre sí?
| Benjamín Forcano
Fijar bien la cuestión
Es lo primero. Son muchos los problemas o temas que nos envuelven, pero por encima de todos ellos, hay uno que nos condiciona acaso sin saberlo: vivir o no bajo la acción primera de alguien, a quien llamamos Dios, creador del universo.
Hacía millones y millones de años que el mundo comenzó a existir un mundo que no salió de la nada, ni fue efecto del azar.
En ese mundo emergía el ser humano que, tras sospecharlo e indagar, dedujo que ese alguien era Dios, pero sin averiguar nombre ni figura.
En el devenir del tiempo, Dios mismo decidió manifestarse para realizar y mostrar ell modo de ser humano.
Dios Padre envió a su hijo, que nació de María y de José y que marcó, hace más de dos mil años, el punto más alto y esclarecedor de la vida humana. Acampado entre nosotros, se dio a conocer como Jesús de Nazaret, el Mesías esperado, Creador y Señor del universo.
Jesús de Nazaret y su Dios
Obviamente, la humanidad incluye a todas las personas, pueblos, naciones y continentes del orbe. Y esa común humanidad viene dotada para convivir en relaciones de igualdad. Es mulitforme pero concuerda en lo esencial, por compartir idéntica naturaleza.
Ahora, ¿quién fue ese Alguien que vino a revelarnos que Dios es también Padre nuestro y, en consecuencia, nosotros hijos suyos y todos hermanos entre sí?
Hoy, entidades de esta gran humanidad (Naciones, Imperios…) pretenden negar la global realidad humana tal como es, sustrayéndole su igualdad esencial, para reducirla a otra configuración, ajena a la histórica de Jesús de Nazaret: Dios creador, hecho hombre y que recorrió el camino de serlo plenamente .
Para quienes pretenden negarlo, Jesús ni era Dios ni podía manifestarlo en su humanidad. Tal atribución era considerada una farsa y un escándalo que cundió y recorrió siglos, precisamente porque Jesús de Nazaret reivindicaba para todos igual dignidad, con especial prioridad para los más despreciados y oprimidos.
Si para el Dios de Jesús es connatural la defensa de los más despreciados y oprimidos, aparece entonces como el Dios liberador de las mayorías empobrecidas.
Nunca, de nadie, en ningún lugar, se dijo lo que de Jesús: HA RESUCITADO
Tal novedad, Jesús la dejó inapelablemente sellada con su resurrección, pero ni por esas los que disponían del Poder y de la Ley dejaron de espiarlo y perseguirlo hasta conseguir crucificarlo por rebelde y subversivo.
La contienda era, y es, radical pues prescindir de Jesús de Nazaret para suplantarlo por un proyecto de convivencia internacional, que somete a todas las naciones al superexaaaaltado ídolo del imperialismo yanqui, supone un objetivo sin precedentes, que clama contra el ser y el destino real de la humanidad.
Es la guerra de hoy, la más cruel, insensata y global: eliminar y suplantar al Dios de Jesús, históricamente liberador de todos, por un imperio, repelente y tiraníco sobre la vida humana y el universo.
El discípulo amado Juan: Seguidores somos de Jesùs de Nazaret, verdadero Dios y verdadero hombre
Con razón, y por suerte, tenemos al evangelista Juan, el discípulo amado, (Jn. 1,19-50) quien pudo vivirlo y supo expresarlo con sencilla maestría:
“Jesús de Nazaret existió desde el principio, era hijo único de Dios, estaba lleno de amor y lealtad, hizo todo lo creado, se hizo hombre y era vida y luz que ilumina a todo hombre. Pero, vino a su casa y los suyos no lo recibieron. Y a los que lo recibieron los hace nacer hijos de Dios”.
Palabras que coinciden con las que un día, Jesús en su propio pueblo, en la sinagoga, pronunció, con gran conternación e indignación de todos:
“El espíritu del Señor está sobre mi, porque El me ha ungido, para que de la noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vida a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor (Is. 61,12).
Y añadió : “Hoy en vuestra presencia se ha cumplido este pasaje”.
Y Jesús lo reitera para que todo el mundo lo entienda:
* Entre el amor a Dios y al prójimo no hay contraposición. Nadie puede presumir de amar a Dios a quien no ve, si aborrece al prójimo a quien ve. Quien odia al hermano no ha salido de las tinieblas. Y no sabe dónde va. Y sin este amor no se puede entrar en el reino de Dios.
* La construcción de este reino de Dios comienza por uno mismo, dando muerte al egoismo, a la codicia al orgullo y dedicándose a cultivar la fraternidad , puesto que la vida de todo ser humano vale tanto como la de uno mismo.
* La entrada en el reino de Dios exige el cultivo de la fraternidad universal, mediante una relación de apertura a todos los pueblos , en que viven personas de toda raza y cultura.
Por muy astutamente programado que venga el embuste, no se logrará que se imponga la aniquilante trampa de su mal disimulada alternativa.
Broche de oro de Pedro Casaldáliga
Por Jesús de Nazaret,
el Señor, el Hermano“¡Creo que creo de verdad en El! Creo en El y lo adoro. Le amo. Vivo de El, por El. Me gustaría dar la vida por El. Espero, en todo caso, morir en El para vivir con El eternamente.
¡Creo en este amigo que me presentaron mis padres, la Iglesia; Dios hecho hombre, nacido en Belén, de la casta de David, venida a menos, hijo verdadero de María , judío y obrero, natural de un pueblo colonizado; hombre, que ama y sufre y muere, perseguido y condenado por el Poder de los hombres, Resucitado por el Poder de Dios, Hombre Hijo de Dios, misteriosamente igual al Padre, “en quien habita corporalmente la plenitud de la Divinidad”, cuyo Espíritu anima a la Iglesia, Camino, Verdad y Vida, Salvador de los Hombres, el Señor!
Muertos los ídolos y los fantasmas, creo firmemente, creo únicamente en El, el Dios Hombre que ha asumido y revolucionado y solucionado la Historia humana , y es el rostro verdadero del Dios vivo y el rostro primogénito del Hombre Nuevo”.
NO a la tiranía idolátrica del imperialismo yanqui. SI al Dios de Jesús de Nazaret, Creador y Presencia humana viva entre nosotros del ser y destino de la humanidad.
NO al horror de una tiranía la más inhumana y la más opuesta al Dios de Jesús, Padre y Creador del universo.
Fuente Religión Digital
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