Caso Anatrella: “La institución sabía lo que tenía que hacer: bloquear una carta, desafiar a las víctimas, amenazar a los testigos”
Los expertos consideran que este caso es “emblemático de muchas historias de abusos”
A sus 82 años, por fin le ha llegado la condena desde Doctrina de la Fe: se le ha prohibido ejercer cualquier tipo de actividad pastoral y terapéutica. Sin embargo, Tony Anatrella fue protegido durante décadas por sus superiores. Ahora, las víctimas, que consideran la pena demasiado leve, piden su expulsión del estado clerical
“No se trataba sólo de hacer la vista gorda, sino de organizar toda una maquinaria para evitar que se produjeran acusaciones“, dice el especialista en acompañamiento de víctimas, Philippe Lefebvre, en el diario La Croix
“Todo el mundo sabía lo que tenía que hacer: bloquear una carta, desafiar a las víctimas, amenazar a los testigos… La presión dentro de la institución y fuera de ella era tal que Tony Anatrella estaba literalmente protegido”
Desde hace ya más de un año, la Iglesia francesa vive prácticamente en estado de shock por el continuo goteo de escándalos de abusos sexuales. El último (aunque las denuncias vienen de lejos) tiene que ver con la condena del Vaticano al popular sacerdote y psicoterapeuta Tony Anatrella, a quien se le ha prohibido ejercer cualquier tipo de actividad pastoral y terapéutica.
Para el religioso dominico Philippe Lefebvre, que ha acompañado a varias víctimas de abusos, la sanción contra el conocido como ‘el psiquiatra de la Iglesia’, llega tarde, aunque, según señala en entrevista con La Croix, “es un punto de apoyo para denunciar los casos de agresiones sexuales en la Iglesia”.
¿Por qué se ha tardado tanto?”
“Podemos alegrarnos de que por fin se haya pronunciado una sanción, y por una alta autoridad de la Iglesia, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Sin embargo, no creo que se haya acabado. Y podemos hacernos dos preguntas: ¿por qué se ha tardado tanto, cuando las declaraciones de las víctimas están incluidas en el expediente desde hace tiempo? Además, si los hechos son muy graves, como sugiere Roma, ¿por qué no se agrava la pena?”, se cuestiona el religioso, y no es el único en Francia que tiene la misma duda.
Para Lefebvre, este caso, que afecta a una persona de 82 años, “es emblemático de muchas historias de abusos que se vienen produciendo desde hace décadas. No se trataba sólo de hacer la vista gorda, sino de organizar toda una maquinaria para evitar que se produjeran acusaciones. Todo el mundo sabía lo que tenía que hacer: bloquear una carta, desafiar a las víctimas, amenazar a los testigos… La presión dentro de la institución y fuera de ella era tal que Tony Anatrella estaba literalmente protegido”, asegura.
Nadie verificó su formación como terapeuta
El religioso dominico muestra también su estupor por el hecho de que Anatrella pudiese seguir con su actividad de psicoterapeuta sin que nadie le cuestionase, es más, pasaba por una autoridad dentro de la institución eclesial y era invitado a participar en actos organizados por dicasterios vaticanos.
“No hubo ninguna reflexión en el momento de la formación, ni durante las promociones de las que Tony Anatrella pudo aprovecharse: ninguna verificación de competencias para ejercer oficialmente la actividad de terapeuta… Hasta tal punto que pudo pasar por ser la persona de referencia para tratar las cuestiones de homosexualidad y más ampliamente los problemas sexuales, frente a los cuales la institución es impotente”.
Por ello, considera que ahora, al menos, esta pena canónica -que las víctimas consideran leve y reclaman que sea expulsado del estado clerical- es “un ancla para continuar el trabajo y también para preguntarnos por qué no hicimos lo necesario a su debido tiempo”
Fuente Religión Digital
Comentarios recientes