CIUDAD DE MÉXICO, México. El Estado mexicano invisibiliza la orientación sexual e identidad de género de las personas LGBT+ desaparecidas, obstruye su búsqueda, su acceso a la justicia y la verdad.
En México nos faltan más de 60 personas LGBT+. Ésa es la cifra que en doce años ha registrado el Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT) porque las personas de la diversidad sexual permanecen subrepresentadas en las estadísticas oficiales que permiten dimensionar una crisis de derechos humanos con más de cien mil personas desaparecidas registradas actualmente.
Mientras que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) de la Comisión Nacional de Búsqueda registra, hasta el 9 de noviembre, 51 personas LGBT+ desaparecidas en un periodo de 58 años (1964-2022), el CAIT ha documentado la desaparición de 124 personas LGBT+ en los últimos doce años, de las cuales 69 personas permanecen desaparecidas. Entre ellas, Mario Antonio de la Cruz Miranda.
Primeros registros
Mario, de 16 años, desapareció la madrugada del 18 de febrero de 2017. Se le vio por última vez cuando salía a las 5:30 horas de Laser Hot, un bar en Cancún, Quintana Roo. A la fecha no hay avances sobre su localización.
Viridiana, mamá de Mario, denunció discriminación y omisión por parte de la Justicia pues al ser menor de edad no se emitió la Alerta Amber y desestimaron su orientación sexual en la investigación. Además, al conocer que su hijo es gay las autoridades le dijeron: “de seguro se fue con su novio, cuando se le baje regresará”.
La desaparición de Mario fue la primera que registró la defensora de derechos humanos Rocío Suárez, directora del CAIT, una de las pocas organizaciones en México que registra desapariciones de personas LGBT+.
A partir de entonces Rocío construyó una base de datos en donde clasifica la información por nombre, identidad LGBT, edad, fecha y lugar de desaparición, condición de migración, localización con vida, localización sin vida, carpeta de investigación y notas de prensa.
¿Qué sabemos de las personas LGBT+ desaparecidas en México? ¿Qué obstáculos enfrentan para acceder a la justicia? ¿Por qué importa la búsqueda con enfoque diferenciado y perspectiva de género?
Para responder esas preguntas, Presentes conversó con Rocío Suárez, directora del Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT); con Linda Ruíz y Mario Juárez de Idheas, organización civil especializada en litigio estratégico de casos de violaciones graves a derechos humanos que documenta e investiga casos de desaparición de personas trans en México.
¿Qué sabemos de las personas LGBT+ desaparecidas en México?
De acuerdo a las cifras del CAIT, en México 124 personas LGBT+ fueron reportadas como desaparecidas entre 2010 y septiembre de 2022. De éstas, 69 siguen desaparecidas, 33 fueron localizadas con vida y 22 sin vida.
Según el informe de desapariciones que elaboró el CAIT, al cual Presentes tuvo acceso, dos de cada tres personas desaparecidas son mujeres trans. El 17.74% son hombres gay, 12.10% lesbianas y 4.03% hombres trans. Y el promedio de edad de estas personas es de 28 años.
Los territorios donde más se han reportado estas desapariciones son Jalisco, Veracruz, Baja California, Sinaloa y Ciudad de México.
El CAIT destaca que en los últimos cuatro años ha habido un aumento en los reportes de desaparición y no localización de personas LGBT+.
Esto, explican, responde a dos factores: 1) incremento de denuncias de asesinatos y desaparición de personas LGBT+ por parte de familiares y amistades, y 2) mayor visibilidad a estos crímenes por parte de grupos organizados de familiares de personas desaparecidas y notas de medios de comunicación.
Por su parte, la asociación Idheas ha identificado que la desaparición de personas trans se da, sobre todo, donde existen contextos previos de violencia familiar y social.
“Lo que hemos documentado es que en general hay una violencia previa que facilita o hace que las personas trans estén en una situación de especial vulnerabilidad, no tanto por su identidad de género, sino por la violencia familiar y del entorno comunitario. Es peligroso generalizar pero hemos detectado contextos de exclusión familiar, migración interna, trabajo sexual, control de los espacios, violencia de grupos o delincuencia que las colca en una vulneración de ser instrumentalizadas para venta de estupefacientes y otras dinámicas”, explicó Linda Ruíz.
(Pincha sobre la foto para agrandarla)
“El subregistro y la invisibilidad contribuyen a la no localización”
Pese a que el Registro Nacional tiene un marcador de personas LGBT en su apartado de “enfoque diferenciado” la información que arroja es deficiente.
El Registro mantiene una división binaria ‘hombre/mujer’ y una categoría más con la etiqueta de ‘indeterminado’. No se nombra la orientación sexual ni la identidad de género de las víctimas. Por lo que no sabemos cuántas personas registradas son mujeres y hombres trans, lesbianas, gays o bisexuales. Ni conocemos sus nombres. No hay fotografías que ayuden a identificarlas.
Así mismo, los filtros dentro de la plataforma no son suficientes. Se impide conocer los contextos que atraviesan las personas LGBT+ que fueron desaparecidas. No hay información que ayude a entender esta violencia con el fin de prevenir una desaparición más.
“La generalización en los datos provoca invisibilización y eso tiene un efecto en el trabajo de búsqueda porque se desconocen los contextos. Por lo tanto no existen estructuras de trabajo en las comisiones de búsqueda ni en las fiscalías para dar con su localización. No contemplar la orientación sexual, la identidad de género, los nombres legales y sociales de las víctimas, ni el papel de las familias elegidas y consanguíneas para la búsqueda en vida, genera vacíos. El subregistro y la invisibilidad contribuyen a la no localización”, sostiene Rocío Suárez.
Ecosig, noche, persecución policial
A lo largo de estos años Rocío Suárez ha identificado, lo que llama, “patrones comunes”.
En el caso de la desaparición de mujeres lesbianas, Suárez observa una tendencia en Jalisco. Mujeres jóvenes que recientemente salieron del clóset son ingresadas por sus familias a espacios donde se practican ECOSIG (prácticas que reprimen la identidad de género y orientación sexual de las personas). La denuncia, explica, se hace por desaparición y es suele ser la pareja quien lo reporta.
En el caso de mujeres trans y hombres gay sus desapariciones suceden, sobre todo, en espacios de encuentro como fiestas, discotecas, bares.
Sin embargo, advierte que estos patrones no deben entenderse como una generalidad.
“Creo que estos patrones que identificamos nos abren más incógnitas. Todavía existe un vacío histórico del que no se habla como las razzias y la persecución policial aún actual contra trabajadoras sexuales trans”, comenta.
“La desaparición también podría estar relacionada con un tema de odio”
En ese sentido, Linda Ruíz de Idheas, advierte que “la desaparición también podría estar relacionada con un tema de odio”.
“Por eso es tan importante visibilizar y realizar investigaciones con enfoque diferenciado y de género»
En Presentes hemos reportado cómo en ocasiones el delito de desaparición es el escalón previo a la violencia transfeminicida y lesbofeminicida.
Como pasó recientemente con Odilia Castillo, una joven lesbiana de 17 años que el 26 de agosto fue desaparecida. El 1 de septiembre se la encontró sin vida en una cisterna. Yessi Montero, mujer trans de 34 años fue reportada desaparecida y el 24 de marzo de 2022 encontraron su cuerpo sin vida y con signos de tortura al borde de una carretera en Veracruz. Loren Guzmán, mujer trans que desapareció el 3 de diciembre de 2021 y el 2 de febrero de 2022 encontraron su cuerpo con huellas de violencia en Guanajuato.
El Estado no garantiza búsquedas ni acceso a la justicia con perspectiva de género
En México, tanto el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas Desaparecidas y No Localizadas, como la Ley General en Materia de Desaparición y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas mencionan que en caso que la víctima de desaparición sea una personas LGBT+ se deberán aplicar los principios de igualdad y no discriminación. Además del enfoque de género y enfoque diferencial y especializado.
“Existe un deber forzado por parte de las autoridades que al igual que toda muerte violenta de mujer debe tener siempre como una línea de investigación, el feminicidio. Toda desaparición de mujeres, niñas y personas pertenecientes a la población de la diversidad sexual debe tener siempre como una línea de búsqueda, el hecho que la misma esté vinculada con otras formas de violencia de género. La violencia sexual, la violencia familiar, la trata de personas, los feminicidios, los transfeminicidios, o con cualquier otro delito —desaparición forzada o por particulares, secuestro, etcétera- se anuncia en el Protocolo Homologado de Búsqueda.
Sin embargo, tanto el CAIT como les integrantes de Idheas sostienen que dichos estándares no se aplican. Ni siquiera en el primer contacto con las autoridades al momento que se levanta una denuncia por desaparición o en el llenado de las fichas de búsqueda.
“La tendencia en los derechos humanos a nivel internacional es intentar distinguir cómo un mismo fenómeno afecta a grupos para comprender su situación particular. En ese sentido, si en algún momento, jueces determinan que la investigación en caso de una desaparición de una persona trans no cumplió con lo establecido en el protocolo de búsqueda o en la ley pues le da un carisma de precedente que podría citarse después. Ese es el potencial de las búsquedas diferenciadas y que se hagan de mano con las organizaciones de la sociedad civil, las familias y colectivos, es clave”, explica Mario Juárez de Idheas.
¿Qué hacer en caso de desaparición?
En 2019, el laboratorio de innovación e investigación periodística, Quinto Elemento Lab, junto a otras organizaciones crearon el proyecto Socorro Bot.
Socorro Bot, es una guía por whatsapp para apoyar a quienes buscan a una persona desaparecida. No tiene conexión con autoridades pero es una herramienta que brinda consejos e información sobre qué documentos se necesitan y cuáles son tus derechos al momento de denunciar o reportar una desaparición. Además, cuenta con un directorio de autoridades y colectivos de familias que buscan a sus desaparecides.
Recuerda que todas las personas, independientemente de nuestra orientación sexual o identidad de género tenemos derecho a ser buscadas.
Esperamos que no tengas que utilizarlo. En este enlace hablas con Socorro Bot
Comentarios recientes