Jesús carga con la culpa de la humanidad y desciende con ella al Jordán.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:
El Bautismo de Jesús supone el comienzo de la actividad pública de Jesús.
El Bautismo de Jesús -y después la Transfiguración- son la experiencia que aquellos cristianos tienen de que Dios nos habla por medio de Jesús. Jesús es la Palabra: Éste es mi hijo amado, escuchadle.
Y lo más importante que un padre puede decirle a su hijo es que le quiere. Es lo que Dios dice a Jesús: eres mi hijo amado.
02.- Cuando la geografía se hace teología.
2.1. Las aguas bautismales del Jordán
La depresión del río Jordán es de unos 400 metros. (Es la mayor depresión geográfica del mundo). Pero esta cuestión tiene poco o ningún interés humano y cristiano.
De todos modos la depresión del Jordán podemos interpretarla como el “hundimiento” de Jesús en el pecado de la humanidad y en el perdón, el bautismo de la humanidad en Jesús.
Jesús, que no tuvo pecado, descendió a nuestras depresiones, y nos liberó.
Benedicto XVI -fallecido hace unos días- hizo una lectura hermosa de este pasaje en su libro “Jesús de Nazaret”:
Jesús había cargado con toda la culpa de la humanidad: entró con ella en el Jordán. [1]
San Pablo lo dirá de otro modo: Jesús, siendo de condición divina, se despojó de sí mismo y se hizo uno de nosotros, se hizo uno de tantos. (Flp 2,6-7)
Jesús no solamente se hace hombre, sino que se hace pecado. Durante toda su vida Jesús será amigo de pecadores y publicanos. Jesús se sumergió en las “aguas turbulentas” de la humanidad.
Los humanos somos siempre limitados, a veces como Pedro nos hundimos en las aguas del mar de la vida. Pero también en esas situaciones y en las peores condiciones somos hijos amados de Dios
2.2. Los cielos se abrieron
Los cielos estaban cerrados para el ser humano.
Por Cristo (Bautismo y Transfiguración) se abrieron, se rasgaron los cielos. El viejo sistema, la vieja religión, el velo del Templo se rasgó a la muerte de Xto. (Mt 27,50).
Se abrieron los cielos. Cuando JesuCristo está entre nosotros y nos hace hijos de Dios, los cielos se abren y desciende el espíritu de amor sobre nosotros. Con la presencia de Cristo los cielos se abren para la humanidad que ha descendido con el Señor a las aguas del Jordán (más tarde Jesús será elevado a la cruz).
Los cielos, la casa de Dios Padre está abierta para todos.
Es frecuente escuchar cuando una persona muere: “donde quiera que estés…”. ¿Y dónde va a estar? Pues en los cielos que se abrieron en el acontecimiento del río Jordán y los cielos se abrieron para todos.
03.- Este es mi hijo amado
Jesús es lo que Dios nos quería decir a la humanidad. Jesús es la última Palabra de Dios. Y esa Palabra que Dios empeña es amor. Dios no es el gendarme del mundo y de la humanidad: Dios es amor (1Jn 4,7-9).
Jesús es el Hijo Amado de Dios.
- Que JesuCristo es hijo amado de Dios significa que Dios le quiere. Dios es amor.
- Ser cristiano en consecuencia es ser y sentirse hijo amado de Dios, querido por Dios y esta condición de hijos amados no nos la quita nadie nunca. (el hijo pródigo es hijo amado siempre). Dios nos ama.
Este es mi Hijo amado, escuchadle
[1] J. Ratzinger, Jesús de Nazaret, Madrid, 2007, 31-47, aquí, 40.
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