Herodes y los Magos buscan al niño, pero por motivos distintos. Como siempre.
Del blog de Tomás Muro La verdad es libre:
01.- Fiesta de luz
Epifanía significa “manifestación”·, revelación, luz.
Tanto en Navidad como en la Epifanía celebramos la manifestación de la luz en nuestras tinieblas.
La luz, que existía desde el comienzo, se hace presente en la historia de la humanidad e ilumina nuestra existencia.
En el mundo occidental vivimos en gran medida como descendientes que somos de la Ilustración, del “siglo de las luces” (siglo XVIII). La razón, las ciencias, la tecnología nos fascinan. La sociedad cuenta con muchos medios técnicos para la vida cotidiana, medicina, transportes, alimentación, etc. ¿Pero tenemos luz en la vida? ¿Tenemos luces?
Quizás podríamos decir que las generaciones actuales transmiten a los que van viniendo lo que ellas no tuvieron: “cosas”, ropa, estudios, viajes, tecnología. Pero no transmitimos lo que recibimos: la fe, el humanismo, el pensamiento.
Nos parecemos más a Herodes que a los Magos. Herodes vive instalado en el poder, en el tener y por eso no sabe “dónde está la luz”. Los Magos buscan la luz y por eso siguen la estela de la estrella.
02.- La luz amanece para todos (Universalismo).
Las tres lecturas de hoy nos hablan de que la luz amanece para todos, por tanto de ser universales:
+ Caminarán los pueblos a tu luz. (Isaías / 1ª lectura)
+ Los gentiles son coherederos, partícipes de la Promesa en Jesucristo (Efesios / 2ª lectura)
+ Los Magos (extranjeros y paganos) ven la luz, la estrella en la noche de la vida (Evangelio)
El evangelista Mateo tiene mucho cuidado en decir a las comunidades cristianas de origen judío, que la luz no es solo para los judíos, sino para todo el mundo, representado en estos Magos extranjeros.
El cristiano es una persona abierta a los demás. Ello significa que el cristiano estima, valora a los demás, a los extranjeros, a los emigrantes, a los débiles.
Y el cristiano aprecia a los demás, porque todo ser humano es persona humana e hijo de Dios.
Solemos tener un cierto orgullo racista interior (y exterior) y una cierta prepotencia: mi nacionalidad, nuestra cultura y tradición, el poder económico que tenemos, lo “grande” que es nuestra historia, etc…
Miremos al ser humano como tal, no por su pasaporte, ni como extranjero, ni como mano de obra barata, menos todavía como explotación sexual, etc.
El cristiano es católico, que significa: “universal”.
En la Biblia se repite con frecuencia:
No maltratarás ni oprimirás al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. (Éxodo 22,21)
Seamos abiertos de mente y corazón
03.- Los magos se vuelven a su casa por otro camino.
Los magos, como José, son sensibles y reciben el mensaje de Dios en sueños. Oyen y escuchan al Señor.
Los Magos se vuelven a su casa por otro camino. Y no cambian de camino para evitar a Herodes, sino porque han encontrado el camino.
En plena postmodernidad, Jesús, la luz no está en los caminos y pretensiones de Herodes (y hay mucho Herodes y faraones sueltos por la historia), sino en un niño débil y marginado acostado en un pesebre.
Tras haber intuido la luz de la estrella,
Volvamos también nosotros a casa por otro camino.
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