El problema no es tanto ser pecador, sino creerse justo
Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:
Para una celebración de” perdón.
01.- El Espíritu de Dios está sobre María.
La criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo.
La persona y la vida de María están presididas por el Espíritu de Dios.
Es el Espíritu del Génesis:
La tierra al comienzo era confusión y caos, las tinieblas cubrían la tierra, y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas y surgió la luz y el sentido (Gn 1,2-3).
La evolución alcanzó un momento cualificadamente diverso y superior cuando Dios infunde aliento vital a la debilidad humana, al barro (Gn, 2,7) y así el ser humano llega a ser viviente.
- ¿Soy consciente de mi debilidad, de que por mí mismo soy barro? El barro humano sin espíritu es un caos y confusión. La inteligencia, la libertad, la sexualidad, las capacidades humanas sin espíritu quedan en pura materialidad, sin “aliento vital”.
- ¿Mi vida es un caos, una confusión de cosas, deseos y pulsiones sin espíritu? ¿Hay espíritu, aliento vital en mi vida? ¿”Soy viviente” o “vegeto” por la existencia? ¿Qué espíritu preside y guía mi vida?
- Mi vida se me había vuelto un fruto seco, (Salmo 31). ¿Tal vez vivo un tanto inconscientemente?, ¿La vida se me escapa de entre las manos “sin enterarme”?
El Espíritu es la fecundidad de María (Mt 1, 18)
- Cuando el Espíritu de Dios preside nuestra vida, como la de María, brota vida, surge la Vida.
- La “nube de Dios” por el desierto de la vida, su Espíritu protege y hace fecunda la existencia humana y la llena de sentido, de libertad y creatividad.
Sin el Espíritu de Dios, lo engendrado por la mujer galilea, es, sin más, hijo de María. Con y desde el Espíritu de Dios, el hijo de María es, Cristo, hijo de Dios.
- Lo santo, lo noble nace de la epifanía (manifestación) del Espíritu que se encarna en nuestra humanidad de pecado y de gracia.
- ¿Mi espíritu es de vidao de dinero, de patria, placer, de poder o de “nada”?
Jesús vive una profunda alegría porque el Espíritu está en él. (Lc 10, 21).
Cristo resucitado confiere su espíritu a la comunidad cristiana. Y ese Espíritu es paz, alegría e impulso e ilusión para vivir y para la misión. (Jn 20, 22).
- El Espíritu es quien nos anima y consuela en nuestros desánimos y momentos difíciles. (Jn 16, 7).
- ¿Soy persona de calma y serenidad o transmito nervios allá por donde voy? ¿Cuál es mi espíritu, mi tono vital?
- Los discípulos, los cristianos, se llenaron de alegría al ver al Señor: ¿es mi caso?
- ¿Soy “buen compañero de viaje”, sé animar y apoyar una idea, un proyecto? Siempre en la discreción: ¿me preocupo y visito a los enfermos que me son más o menos cercanos, personas ancianas, etc.? ¿Doy limosna?
02.- Jesús: Dios salva / Emmanuel: Dios con nosotros
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús (Mateo 1)
La virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”. (Isaías 7 / Mateo 1)
- Cuando Dios decide acercarse a la humanidad lo hace salvíficamente y se hace Jesús: Dios salva. Dios se acerca a nosotros para ser con nosotros: Emmanuel.
- Dios está con nosotros para salvarnos.
- ¿Dios está en mi vida? ¿Dios cuenta algo en mi vida? ¿Dios está con nosotros, en mi vida?
Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto, pero en el terremoto no estaba el Señor. Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor. Después del fuego el susurro de una brisa suave” (1 Re 19,11-12).
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