Comentarios desactivados en Afirmación de fe, hoy y cuando vengas.
Creemos en Jesús,
presente en la alegría y esperanza del pueblo
marcado por una historia de sufrimiento y pobreza.
Creemos en Jesús,
presente en las personas que atraviesan situaciones críticas
a causas de las decisiones de otras personas.
Creemos en Jesús,
presente en los jóvenes marginados y sin trabajo
por causa de las estructuras que hemos creado.
Creemos en Jesús,
presente en los refugiados que huyen y no son acogidos
porque los sentimos como un estorbo y nos dan miedo.
Creemos en Jesús,
presente en el pobre que sufre,
en el triste y sin futuro,
en el perseguido y encarcelado,
en los emigrantes y exiliados,
en los niños explotados y abandonados,
en las mujeres humilladas y ninguneadas,
en las personas sin dignidad y sin salario…
Creemos en Jesús,
presente en los ciudadanos sin derechos,
en los creyentes perseguidos por la sociedad y su iglesia,
en las persona que luchan por un mundo nuevo,
en sus seguidores y mártires, aún sin reconocimiento.
Creemos en Jesús,
presente en todos los calvarios y cruces
que hemos levantado a lo largo del camino
por defender nuestras conquistas e intereses.
Creemos en Jesús,
y reafirmamos nuestra esperanza en él,
y en la fuerza sanadora y liberadora
de su amor derramado en nosotros y nosotras..
Creemos en Jesús, vivo y presente
en nuestro mundo e historia,
en nuestra sociedad e iglesia,
y en nuestra vida, cada día.
Para la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, Bondings 2.0 ofrece una actividad de reflexión bíblica para las personas y aliados LGBTQ. La serie es parte de nuestra creciente biblioteca de ejercicios de reflexión bíblica catalogados en nuestra serie “Journeys”. Estos recursos son adecuados para la reflexión individual, para la discusión con un amigo o consejero espiritual, o para la reflexión comunitaria en una parroquia, escuela u otra comunidad de fe. Oramos para que estos recursos ayuden a su viaje personal con Dios.
Si desea compartir algunas de sus reflexiones con otros lectores de Bondings 2.0, no dude en publicar las respuestas que tenga en la sección “Comentarios” de esta publicación.
Recordar a alguien o algo generalmente significa recordar a una persona o un evento y recordar lo que fue olvidado. Sin embargo, en las Escrituras, cuando Dios “recuerda“, no es necesariamente recordar algo, sino para que Dios se concentre en una persona de tal manera que resulte una acción salvadora. Recordar, para Dios, es actuar por el bien de las personas.
En Génesis 8, “Dios recordó a Noé, y todos los seres vivos, y todos los animales que estaban en el arca. Y Dios hizo que un viento pasara sobre la tierra, y las aguas disminuyeron “. En el Libro del Exodo, Dios escuchó el gemido de los israelitas y recordó el pacto de Dios con Abraham, Isaac y Jacob. Dios le dijo a Moisés: “Ve. Te envío a Faraón para sacar a mi gente de Egipto ” (Éxodo 2:24 – 3:10).
Cuando Dios recuerda, ejemplifica la fidelidad de Dios y la preocupación incesante por toda la creación. En Génesis 30, Dios recordó la esterilidad de Rachel y “abrió su útero“.
Alternativamente, algo que Dios no recuerda es el pecado (Isaías 43:25; Mateo 26:28; Apocalipsis 1: 5). En el Evangelio, el arrepentido ladrón se atreve a apelar a Dios en la cruz y dice: “Jesús, recuerda a mí, cuando entras en tu reino”.
Y en ese mismo momento que Dios actúa.
Lucas 23: 35-43
Los gobernantes se burlaron de Jesús y le dijeron: “Salvó a otros, que se salva si es el elegido, el Cristo de Dios”.
Incluso los soldados se burlaron de él. Cuando se acercaron para ofrecerle vino, gritaron: “Si eres el rey de los judíos, sálvate“. Por encima de Jesús había una inscripción que decía: “Este es el rey de los judíos”.
Ahora uno de los ladrones que cuelgan allí se mofó de Jesús, diciendo: “¿No eres el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros “.
Pero el otro respondió al primero con una reprimenda: “¿No tienes miedo a Dios, porque estás sujeto a la misma condena? Y de hecho, hemos sido condenados con justicia, porque la oración que recibimos corresponde a nuestros crímenes, ¡pero este no ha hecho nada malo! ” Luego dijo: “Jesús, recuérdame cuando entras en tu reino”.
Jesús respondió: “Amén, te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Para reflexionar
1.- Como seres humanos, retratamos las características de ambos ladrones. A veces nos dirigimos a Dios en humildad y sinceridad, mientras que en otras ocasiones, a través del orgullo, la ira o algún otro pecado, nos alejamos de Dios. Como persona o aliado LGBTQ, ¿a qué ladrón te pareces en este punto de tu vida de fe? ¿Qué, en los últimos días, semanas o meses, te ha acercado o te ha distanciado de Cristo?
2.- Efesios 2: 8-9 dice: “Porque es por gracia que te hayan salvado, a través de la fe, e incluso esto no es de ustedes mismos, sino el don de Dios. Tampoco es una recompensa por cualquier cosa que haya hecho, por lo que nadie puede presumir “. Al examinar tu vida como una persona LGBTQ o aliada, ¿cómo serás más recordado: por tus obras o por tu fe?
3.- Además del ladrón impenitente, están los gobernantes y soldados que se burlan de Jesús. Como persona LGBTQ o aliada “elegida” por Dios, ¿quién te burla por lo que eres? ¿Cómo respondes?
4.- ¿Es la promesa de “paraíso” un consuelo para ti mientras “te quedas en la cruz” con Dios?
5.- En Génesis 40, cuando José es encarcelado, interpreta el sueño del copero de Faraón. Joseph le suplica al hombre, diciendo: “Cuando todo va bien contigo, recuerda y muéstrame tu amabilidad; Mencioname al faraón y sácame de esta prisión ”(versículo 14). ¿Qué te “encadenan” en este momento? ¿Cómo quieres que Cristo “te recuerde” o actúa en tu nombre?
ORACIÓN
Salmo 106: 1- 5, 47- 48
¡Aleluya!
Da gracias por la bondad de Dios;
¡El amor de Dios perdura para siempre!
¿Quién puede proclamar los poderosos hechos de Dios?
o mostrar suficientes alabanzas?
Felices son los que actúan con justicia,
¡Quién hace lo correcto siempre!
Recuérdame, Dios,
Cuando muestras favor a tu pueblo.
Ayúdame cuando los liberes
para que pueda disfrutar de la prosperidad de los elegidos,
Comparta la alegría de tu nación y unirme con tu propio pueblo. En la alabanza.
Sálvanos Dios nuestro y recógenos de entre las naciones,
¡Que podamos dar gracias a tu santo nombre y gloria en tu alabanza!
¡Bendito sea Dios, el Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad!
Y que todo el pueblo diga: “¡Amén, Aleluya!”
MEDITACIÓN
Los dos últimos versos de la lectura del evangelio contienen una de las oraciones y promesas más sorprendentes de todas las Escrituras. La oscuridad está a punto de consumir toda la tierra, pero un ladrón moribundo cree y grita por perdón y salvación.
Medita en la simple oración de fe del ladrón en este canto por la comunidad Taizé.
—Dwayne Fernandes, New Ways Ministry, November 20, 2022
Comentarios desactivados en Helmut Dieser, Obispo de Aquisgrán: “El amor entre personas del mismo sexo no es una aberración”
Fotos HyperFocal
“Bautizaría al hijo de unas lesbianas”, afirma Helmut Dieser, el obispo ‘antiabusos’ alemán
Obispo de Aquisgrán desde hace seis años, Helmut Dieser es, a sus 60 años, uno de los pastores con más proyección de la Conferencia Episcopal de Alemania. Nombrado por sus hermanos como ‘obispo antiabusos’ durante su última asamblea plenaria, es también uno de los grandes impulsores del Camino Sinodal
“Tengo que decir: el mundo es colorido y la creación es diversa. Y entonces también puedo aceptar la diversidad en el ámbito de la sexualidad que es querida por Dios y no viola la voluntad del Creador”
“Durante mucho tiempo pensé que la homosexualidad era una limitación de la identidad masculina o femenina. A menudo he pensado eso. Pero sobre todo con los jóvenes, percibí lo inaceptable que era esto. He lidiado mucho con esto. Y he aprendido que tales opiniones no son teológicamente convincentes”
Obispo de Aquisgrán desde hace seis años, Helmut Dieser es, a sus 60 años, uno de los pastores con más proyección de la Conferencia Episcopal de Alemania. Nombrado por sus hermanos como ‘obispo antiabusos’ durante su última asamblea plenaria, es también uno de los grandes impulsores del Camino Sinodal, un profundo proceso de reforma emprendido por la Iglesia del país teutón tras el impacto que dejaron en ella varios informes sobre abusos sexuales, que causaron un importante abandono de fieles.
Ahora, junto con los otros 26 obispos alemanes, Dieser asiste a la visita ad limina en donde, sin duda, abordarán algunos de los temas suscitados en las distintas fases del Camino Sinodal. Probablemente sea uno de los que más explicaciones tenga que dar (y también que hacer preguntas), puesto que en ese Camino Sinodal, junto con la vicepresidenta del ZdK, este obispo ha estado al frente de una de las ponencias más espinosas y que más debate (y esperanzas) ha levantado durante el proceso: la que tiene que ver con la moral sexual, con la pareja y la sexualidad.
En entrevista con la Deusche Welle, Dieser hace un repaso a algunos de esos temas que estarán sobre el tapete durante sus encuentros con el Papa y con los representes de los distintos dicasterios con los que se encontrarán. Sin olvidar, por supuesto, del tema de los abusos.
Los abusos, origen sistémico en la Iglesia
“El Camino Sinodal es, al fin y al cabo, una consecuencia del descubrimiento de los escándalos de abusos. Y estudios científicos fiables demuestran que estos escándalos tienen un origen sistémico en la Iglesia. Esto ha dado lugar a preguntas que llevan tiempo exigiendo respuestas. Esto se aplica, por ejemplo, a la evaluación de la sexualidad humana. Hace tiempo que se necesitan respuestas acordes con los tiempos”, señala en la entrevista.
En este sentido, afirma Dieser que “el estado actual de la enseñanza de la Iglesia no hace justicia a ciertas realidades en el ámbito de la sexualidad humana. Simplemente no es muy complejo. Esto se aplica, por ejemplo, a la cuestión de la homosexualidad. No podemos dar a las personas homosexuales la respuesta de que sus sentimientos son antinaturales y que, por tanto, deben llevar una vida célibe. Como Iglesia, debemos responder de nuevo a estas preguntas”.
La homosexualidad -como demuestra la ciencia- no es un defecto, no es una enfermedad, no es la expresión de un defecto, y además ni siquiera es una consecuencia del pecado original
“La homosexualidad -como demuestra la ciencia- no es un defecto, no es una enfermedad, no es la expresión de un defecto, y además ni siquiera es una consecuencia del pecado original. Así que tengo que decir: el mundo es colorido y la creación es diversa. Y entonces también puedo aceptar la diversidad en el ámbito de la sexualidad que es querida por Dios y no viola la voluntad del Creador”.
“El sentimiento y el amor entre personas del mismo sexo no es una aberración, sino una variante de la sexualidad humana”, señala rotundo el pastor, que reconoce que, en este sentido, su visión personal del tema ha cambiado.
“Durante mucho tiempo pensé que la homosexualidad era una limitación de la identidad masculina o femenina. A menudo he pensado eso. Pero sobre todo con los jóvenes, percibí lo inaceptable que era esto. He lidiado mucho con esto. Y he aprendido que tales opiniones no son teológicamente convincentes”.
“Bautizaría al hijo de unas lesbianas”
Ahora, si se le plantease la cuestión de que dos mujeres lesbianas se presentasen ante él para bautizar a su hijo, se alegraría de ese hecho por varias razones, que expone a la Deusche Welle: “En primer lugar, me alegraría porque el niño haya nacido. En segundo lugar, que quieren que el niño sea bautizado. En tercer lugar, trataría de reflexionar con ellos: ¿Cómo puede asegurarse de que su hijo conozca la fe y crezca en ella? En cuarto lugar, bautizaría al niño. Cuál es el problema, pregunto. ¿Dónde está el problema ahora?”.
Comentarios desactivados en Presentes recibió un premio Carlos Jáuregui por su tarea periodística
Nos alegramos mucho por esta distinción a un medio valiente y comprometido del que aprendemos y obtenemos tanto…
Los premios Carlos Jáuregui distinguieron a una docena de personas y organizaciones por su compromiso por una sociedad más democrática, justa, libre y diversa.
BUENOS AIRES, Argentina. En una ceremonia en la histórica Manzana de las Luces, en la Ciudad de Buenos Aires, la Fundación Igualdad entregó el sábado 12 de noviembre los Premios Carlos Jáuregui a una docena de personas y organizaciones. Se trata de un reconocimiento “a quienes luchan por la igualdad y no discriminación, desde una perspectiva de memoria histórica, derechos humanos, género y diversidad”.
Les premiades
En esta tercera edición de los premios, Agencia Presentes recibió el premio por “su contribución a una sociedad más democrática, justa, libre y diversa”, junto con muchas personas que sobre las que esta agencia informa o bien consulta como fuentes. También recibieron premios por su tarea periodística las colegas de la agencia Télam, Silvina Molina y Alicia Alvado.
Fueron premiades: Daniela Ruiz, Ernesto Ardito, Amerika Disco, Gabriela Alegre, Gabriela Mansilla y su hija Luana, de 15 años -la persona más joven en recibir el Carlos Jáuregui-. La militante histórica Norma Castillo, que leyó poemas en voz alta para recordar a su pareja Cachita. También fueron reconocidos el Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia (INADI) y el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, que en estos días acaba de cumplir 11 años.
Los premios Carlos Jáuregui se crearon para homenajear a referentes de la comunidad LGBTIQ+ de la Argentina. Se inauguraron en Rosario en julio del año 1999, en los Primeros Juegos Gays de Argentina organizados por el Colectivo Arco Iris, organización de la diversidad sexual fundada en 1994 en esa ciudad.
“Desde la Fundación Igualdad retomamos en el año 2021 ese hermoso legado, realizando ahora la tercera edición y entrega de los Premios Carlos Jáuregui con la convicción de darle continuidad al reconocimiento para quienes luchan por la igualdad y no discriminación, desde una perspectiva de memoria histórica, derechos humanos, género y diversidad”, dijo Pedro Paradiso Sottile presidente de la fundación.
La ceremonia abrió con la entrega del premio: un cuadro con la imagen de Carlos Jáuregui a las personas y organizaciones distinguidas. Siguió con una lectura de textos y poemas de Naty Menstrual, Alfonsina Lunar (Noe Oli), Franco Torchia, Alejandro Modarelli y Pablo Pérez. Y cerró con un show de Ibiza Pareo.
Una política de género arquidiocesana que se ha hecho pública prohíbe que los estudiantes transgénero asistan a escuelas católicas y también implica que los padres, empleados e incluso aliados LGBTQ+ deben ser excluidos o despedidos.
La política de género de la Arquidiócesis de Denver, hecha pública esta semana por The Denver Post, habría estado vigente durante varios años. La política,“Guidance for Issues Concerning the Human Person and Sexual Identity,” ( “Orientación para cuestiones relativas a la persona humana y la identidad sexual”), está repleta de enseñanzas sobre la complementariedad de género e ideas negativas sobre las personas LGBTQ+.
Una pregunta planteada en la política es si las escuelas católicas pueden inscribir a estudiantes transgénero. La política establece una distinción entre los estudiantes que afirman su identidad trans, los que luchan por aceptar el sexo asignado y los que tienen una expresión de género atípica. De este primer grupo, la política concluye que a los estudiantes trans se les debe negar la inscripción:
“Prácticamente hablando, cuando los padres confían en el consejo médico o psicológico secular que enfatiza la afirmación de los padres de la identidad deseada del niño como la única forma de apoyar al niño, entonces la situación resultará inviable. Incluso si los padres y el niño expresan su voluntad de cumplir con las reglas escolares pertinentes a corto plazo, la situación no es viable porque la familia y la escuela trabajan desde premisas irreconciliables y avanzan hacia metas incompatibles. En consecuencia, la inscripción o reinscripción de dicho estudiante en una escuela católica no sería apropiada”.
Las únicas condiciones bajo las cuales un estudiante que lucha con disforia de género puede ser admitido son si el estudiante “no ha tomado medidas para la transición, ni ha rechazado abiertamente su identidad sexual dada o afirmado una ‘identidad’ alternativa [negrita en el original]”. La política establece que un estudiante en esta situación tiene explícitamente prohibido salir, incluso fuera del campus y en las redes sociales. Los estudiantes que exhibieron una expresión de género atípica, pero que no son trans ni cuestionan, están permitidos, siempre que no participen en “comportamientos que tienen como objetivo comunicar un mensaje de identidad”.
La política también aborda cómo las escuelas deben abordar a los estudiantes transgénero y no binarios que salen del armario mientras están actualmente matriculados. Si el estudiante o sus padres afirman una identidad trans, “la inscripción continua del estudiante se volvería insostenible“. La política atribuye las identidades trans a una variedad de factores: trauma, abuso sexual, malas relaciones con los compañeros, anorexia, autismo, “mucho tiempo en las redes sociales” o tener compañeros que “luchan con problemas de identidad”. También se basa en la falsa idea de la disforia de género de inicio rápido, particularmente para las niñas.
La política establece: “En ninguna situación la escuela debe reconocer, alentar, respaldar o facilitar la transición de género de un estudiante. [énfasis en el original] ‘”Las solicitudes para usar los pronombres elegidos por un estudiante, usar uniformes que no estén alineados con su sexo asignado o hacer adaptaciones para ir al baño deben ser denegadas, y el uso de nombres que se desvíen del nombre legal de un estudiante debe manejarse con delicadeza.
La política también aborda otros temas LGBTQ+. Por ejemplo, la política explica que los grupos de apoyo y las iniciativas de espacios seguros no están permitidos:
“Las alianzas gay-siraight [sic] no deberían permitirse en las escuelas católicas porque promueven erróneamente la aceptación y aprobación de las identidades y comportamientos LGBTQ por parte de los estudiantes como saludables y morales. . Un grupo de estudiantes de secundaria específicamente para estudiantes identificados como LGBTQ, incluso uno que acepta abiertamente la enseñanza católica sobre identidad sexual y castidad, puede hacer más daño que bien. Los estudiantes y el personal que están mal catequizados pueden percibir al grupo de la escuela católica como similar a las alianzas gay-heterosexuales de las escuelas públicas, lo que transmite la idea errónea de que estos estudiantes deben definirse a sí mismos principalmente por sus deseos sexuales”.
Del mismo modo, las parejas del mismo género no pueden asistir juntas a funciones escolares, y los chaperones deben supervisar a las parejas de baile del mismo género en las reuniones sociales de la escuela:
“El personal de la escuela debe estar al tanto de las campañas mediáticas ‘Love is Love’ y los memes populares que saturaron los medios orientados a los jóvenes, enseñándoles efectivamente que las relaciones entre personas del mismo sexo no son diferentes de las relaciones entre hombres y mujeres. . La escuela debe ser consistente en limitar las actividades ‘solo para parejas’ a parejas del sexo opuesto. . .
“Los chaperones (supervisores) deben estar preparados para intervenir en situaciones de baile en las que personas del mismo sexo se comporten de manera coqueta, romántica o sexualizada entre sí, del mismo modo que deben estar preparados para intervenir si una pareja del sexo opuesto participa en actos sexualmente provocativos o sexuales”. acciones íntimas mientras se baila”.
La política también toca a los padres LGBTQ+ de estudiantes en escuelas católicas. Aconseja a los funcionarios escolares consultar a la arquidiócesis cuando los padres en una relación del mismo género buscan inscribir a sus hijos, ya que la preocupación podría llevar a las personas a pensar que su familia no es diferente de las parejas heterosexuales. Esta sección también incluye una advertencia contra el acoso escolar:
“Si se inscribe a un niño criado por una pareja del mismo sexo, la escuela debe hacer todo lo posible para garantizar que el niño no sea intimidado o objeto de burlas debido a su situación familiar. La escuela católica tiene una importante oportunidad de transmitir la verdad sobre la dignidad humana y el amor de Dios asegurando un clima de respeto y caridad. Si se matricula un hijo de una pareja del mismo sexo, la escuela debe dejar claro que puede reconocer a una pareja que es madre y padre del niño, pero no puede reconocer a ‘dos madres’ o ‘dos padres’ como estructura familiar. . . La escuela debe buscar el compromiso de la pareja de que respetarán la identidad y la misión de la escuela evitando demostraciones públicas de afecto en las funciones escolares y ejerciendo discreción sobre su situación de vida”.
La política aborda los problemas de empleo relacionados con LGBTQ para la facultad y el personal. Las escuelas tienen instrucciones de hacer que los empleados firmen las llamadas “cláusulas de moralidad” que establecen que defenderán las enseñanzas morales católicas, incluso fuera del campus y en las redes sociales. Los empleados que deciden hacer la transición o estar en una relación del mismo género “no son aptos para enseñar o servir en la escuela católica”. Incluso para los empleados que simplemente quieren apoyar a los estudiantes LGBTQ, los términos “aliado” y “defensor” están prohibidos, y esas personas se consideran “no aptas para enseñar o servir en una escuela católica”.
Finalmente, la política prácticamente prohíbe que los temas LGBTQ+ se incluyan en los planes de estudios, nombrando a grupos específicos como GLSEN (una asociación de educación pro-LGBTQ+) como opuestos a la Iglesia Católica, e incluso alegando “materiales de la ‘Enseñanza de la Tolerancia’ del Southern Poverty Law Center’s ‘ sitio web “No están permitidos.
La política de la Arquidiócesis de Denver, que tiene varios años, probablemente ya haya causado un daño grave a los estudiantes LGBTQ+, sus familias, empleados y aliados. Es una de las políticas de género más completas publicadas por una diócesis hasta la fecha, y una de las más severas. Lamentablemente, todo este daño se basa en afirmaciones falsas sobre el género y aparentemente sin ningún aporte de los estudiantes transgénero y sus familias a los que se dirige.
Cada política diocesana sucesiva contra las personas LGBTQ+ supera a sus predecesoras al imponer restricciones cada vez más severas. Tales políticas deben cesar. Los católicos de la Arquidiócesis de Denver deben escribir al arzobispo para informarles que sus políticas no reflejan su comprensión de una iglesia que el Papa Francisco ha dicho que debe ser “un hogar para todos”.
Mañana, Bondings 2.0 presentará reacciones a la política arquidiocesana de católicos y defensores LGBTQ+.
—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 10 de noviembre de 2022
Comentarios desactivados en Liz, Nicole, Kimberley, Martha y Karen: cinco transfemicidios en los primeros 10 días de noviembre en México
Las organizaciones denuncian mal desempeño de las fiscalías y exigen respetar la identidad sexual de las víctimas.
CIUDAD DE MÉXICO, México. En los primeros días de noviembre se registraron cinco transfeminicidios en México. Liz (18 años) en Tamaulipas; la activista Nicole (29 años) y Kimberly en Morelos; Martha Torres (58 años) en Guanajuato y la defensora de derechos humanos, Karen Sánchez (21 años), en el Estado de México.
En lo que va de 2022 se registraron al menos 24 de transfemicidios, de acuerdo al conteo de la organización Letra S. En los últimos años, las muertes violentas de mujeres trans en el país están al alza: se cuentan 55 casos en 2021, comparado con 43 en 2020.
Es decir, si las mujeres trans representaban 54.5% de las víctimas de crímenes por prejuicio en 2020, para 2021 representaron el 70.5% del total de crímenes por prejuicio.
Liz quería hacer su transición
Lizbeth Guajardo Hernández (18 años) vivía en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Le gustaba la música de banda y la recuerdan bailando incansablemente en bodas, fiestas de XV años y a donde la dejaran ir.
Desapareció el 16 de agosto en el municipio de Padilla. En redes sociales su hermano informó que Liz salió con un amigo a la presa Vicente Guerrero, a treinta minutos de Ciudad Victoria. Fue lo último que supieron sus familiares. El amigo aseguró a la familia que ambos regresaron a la ciudad y Liz se quedó en un centro comercial. Pero la noche del 2 de noviembre Liz fue encontrada sin vida en una vereda que comunica con la presa Vicente Guerrero, entre los municipios de Padilla y Jiménez.
Los reportes de prensa señalan que por el estado del cuerpo en un primer momento no fue posible determinar si había señales de violencia. La Fiscalía Estatal abrió una carpeta de investigación y se realizó una necropsia.
Liz Hernández.
A Liz la rechazaba su familia por ser una mujer trans, cuenta a Agencia Presentes una amiga que decidió mantener su nombre en el anonimato. Sin embargo Liz tenía una personalidad alegre y cuando en su comunidad recibía comentarios transfóbicos ella respondía con el gesto de un beso.
Sus seres queridos la despidieron en el panteón Ejido Juan Ramón el 7 de noviembre. La recordaron con baile y música de los Huapangueros de hualahuises, su grupo musical favorito. Aunque en su féretro pusieron la bandera LGBT sobre su féretro, durante las ceremonias Liz no fue llamada por su nombre adoptado.
“Sentí que la menospreciaban, porque era ella, no él. Así decidió ser y no somos quién para hacer menos a las personas. Luchó por lo que quiso, a pesar de su corta edad vivió mucho”, dice su amiga. Según comenta, el sueño de Liz era cruzar a los Estados Unidos para realizar su transición.
Grupos fundamentalistas y el rechazo a la comunidad LGBT
El asesinato de Liz no es el único crimen por prejuicio que se conoció en el estado ese día. En Altamira, asesinaron a Benito “N” de 55 años. Era un hombre gay que dos semanas atrás se había mudado a la colonia San Juanito. Su cuerpo estaba dentro de la casa que rentaba. Benito sufrió una herida grande en la frente que fue provocada con un azadón.
Ambos hechos ocurrieron una semana después de que en Tamaulipas se aprobara el matrimonio igualitario. Fue una lucha que tuvo una fuerte oposición de grupos evangélicos y fundamentalistas religiosos.
“Fomentaron el rechazo absoluto a la comunidad LGBT y a los crímenes de odio. Mucha gente no está de acuerdo con los derechos que se están exigiendo: el matrimonio igualitario, la ley de identidad trans, la ley de cupo laboral para personas trans y no binarias. Incluso esos mismos grupos querían ponerlos a consulta. Los derechos no se consultan”, dice Ana Karen, directora de VIHda Trans, en entrevista con Presentes.
La activista considera que el aumento de violencia puede ser una reacción a la incidencia política que han tenido los grupos de activistas en Tamaulipas. Celso Pérez Ruiz el director de Tendremos Alas A.C Tamaulipas dice a Presentes que en el último mes se conocieron cinco casos de crímenes por prejuicio en el estado.
“Con esta transición política la comunidad lGBT está cayendo en una agenda partidista más allá de la agenda de derechos. Por eso nos hemos quedado en los últimos estados en avanzar”, dice Celso Pérez sobre el contexto del Estado.
“Estamos pidiendo un marco de Derechos Humanos que ya se tiene que legislar”, comenta Ana Karen. El 10 de diciembre, Día Internacional de Derechos Humanos, lxs activistas presentarán la iniciativa de ley de Identidad de género a un grupo de diputados.
La Comisión de Derechos Humanos de Tamaulipas llama a medios a no malgenerizar
La Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas reveló el dead name de Liz cuando emitió su ficha de búsqueda. Desde ese momento y al informar de su muerte, periodistas y medios de comunicación locales utilizaron el nombre asignado al nacer, pronombres masculinos y malgenizaron a Lizbeth.
El 8 de noviembrela Comisión de Derechos Humanos del estado de Tamaulipas publicó un pronunciamiento en el que exhorta a los medios de comunicación a «abstenerse a realizar publicaciones que inciten de forma directa o indirecta a la burla, el odio, la violencia, la exclusión y discriminación a personas de la comunidad LGBT». En el comunicado se señala que el derecho a la identidad de género está reconocido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
“Esta comisión reprocha cualquier hecho que vulnere o atente contra las condiciones necesarias para el progreso de las personas trans y su derecho a la identidad de género y se pone a su disposición capacitación en materia de igualdad y equidad de género”, dice el organismo.
Nicole Reyes y Kimberly Mendoza, víctimas de la violencia
Renata Nicole Duarte Reyes (29 años) fundó el Colectivo de la Diversidad de Cuautla. Realizaba jornadas de salud en su municipio, pruebas de VIH y Sífilis, daba talleres de empoderamiento para mujeres trans, trabajadoras del hogar, trabajadoras sexuales y entregaba condones y lubricantes a personas LGBT sin ningún costo. Nicole también incidía en otros estados.
Nicole fue asesinada y sus restos hallados el 4 de noviembre en la colonia Cerritos de la ciudad de Cuautla, Morelos. En el lugar también localizaron el cuerpo de otra mujer trans, Kimberly Fernanda Mendoza. Ambas presentaban visibles huellas de violencia.
En Morelos colectivos LGBT en el estado han luchado para que se tipifiquen los crímenes por prejuicio y se penalice los Esfuerzos por Corregir la Orientación Sexual o Identidad de Género (ECOSIG). A los casos de Nicole y Kimberly le antecede el asesinato de Paula Michelle, el 4 de julio de este año. Su cuerpo se encontró en la avenida Plan de Ayala, Cuernavaca. Y en el mes de abril, el de Erick Castillo, hombre gay y Christian, hombre trans.
Medios locales reportaron que en menos de 24 horas hubo otros tres feminicidios en Cuautla. Según la información, en la colonia Campo de Enmedio encontraron cuerpos de tres mujeres en seis bolsas de plástico.
Comentarios desactivados en Cinco muertos y 18 heridos tras un tiroteo en un pub gay en Colorado
Policías de Colorado en el lugar del tiroteo.TWITTER
La Policía ha acordonado la zona y ha pedido precaución a la espera de más detalles sobre el suceso.
Al menos cinco personas han muerto y 18 han resultado heridas este domingo por un tiroteo ocurrido en un club LGBTQ en la ciudad de Colorado Springs, en el estado norteamericano de Colorado, según ha confirmado el Departamento de Policía.
El incidente, todavía bajo investigación, ha ocurrido en torno a las 01.03 de la madrugada, hora local (las 09.03 en la España peninsular), en el Club Q, según la declaración policial recogida por el canal local KRDO.
”El Club Q está devastado por el ataque sin sentido a nuestra comunidad. Nuestras oraciones y pensamientos están con todas las víctimas y sus familias y amigos“, ha señalado el club en redes sociales
Según una portavoz policial, hay un sospechoso herido que está recibiendo tratamiento médico en un hospital local bajo custodia. Las fuerzas de seguridad no comparecerán ante los medios hasta las 08.00, hora local (las 16.00 en España).
#Breaking: Colorado Springs Police first got the call around 11:57pm for a an active shooter at Club Q. Again, they confirmed five dead and 18 injured. They are taken to local hospitals. The gunman was injured in this. Not sure if by police or civilian. pic.twitter.com/cpcIhSfWzZ
Comentarios desactivados en Jesucristo, Rey del Universo
“En el manto y sobre el muslo lleva escrito un título:
Rey de reyes y Señor de señores”
(Ap 19, 36).
A Cristo Rey
Sumo y eterno sacerdote
que sales exhibiendo al
varón de dolores que se
dirige a la eternidad al
compas del “Sudor de Sangre.”
Tu rostro criollo contemplando
a tu pueblo vestido de cucurucho,
que entre lágrimas y plegarias
te acompaña…
Abrazado al madero como quien
se abraza a la voluntad del Padre,
sabiendo que desde el pesebre
hasta el calvario te acompaña la madre…
Tus labios entre abiertos
evidencian tu sed de Amor,
¡Oh mi Cristo Rey! la muerte
es la suerte del redentor.
Ya son más de cuatro centurias
recorriendo las calles de Guatemala
y generación tras generación
te sigue con devoción.
Pues ante tu mirada serena,
no importe el dolor o la pena
el corazón encontrara paz
y redención…
*
Oxwell L’bu
***
Cristo Rey
Por ser Hijo de Dios, Verbo encarnado,
porque en la cruz fue tuya la victoria,
y porque el Padre te vistió de gloria
con la luz del primer resucitado.
Por eso eres, Jesús, Rey coronado,
señor y Pantocrator de la Historia,
libertador de noble ejecutoria,
triunfador de la muerte y del pecado.
Ya sé que no es tu Reino de este mundo,
que es sólo dimensión de algo interior,
-lo más cordial del hombre y más profundo-
donde te haces presente y seductor;
allí donde tu encuentro es más fecundo,
allí donde tu Reino se hace Amor.
*
José Luis Martínez, SM
***
En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:
– “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.”
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
– “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.”
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea:
– “Éste es el rey de los judíos.”
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
– “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.”
Pero el otro lo increpaba:
– “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.”
Y decía:
– “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.”
Jesús le respondió:
– “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.”
*
Lucas 23, 35-43
***
Es menester que pidamos la gracia de sentir el cielo a través de la mirada de Cristo, que nos dice: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso». Jesús ha abierto las puertas, y desde ahora en adelante podemos ser poseídos por su gloria en la oscuridad de la fe. Ahora empezamos a entrever el misterio de la misericordia.
Se cuenta, entre los Padres del desierto, la historia de un miserable zapatero remendón de Alejandría al que un ángel había presentado al gran san Antonio como un hombre más adelantado que él, a pesar de los esfuerzos heroicos del eremita, apasionado, fuertemente preocupado por hacer progresos. No poco desconcertado por esta revelación, Antonio se fue enseguida a la ciudad de perdición para aprender de labios del zapatero el secreto de su perfección: «¿Qué haces de extraordinario para santificarte en semejante ambiente?». «¿Yo? Hago zapatos». «Sin duda. Pero debes de tener algún secreto. ¿Cómo vives?». «Divido mi vida en tres ámbitos: la oración, el trabajo y el sueño». «Yo oro siempre, lo que haces tú no está bien. ¿Y la pobreza?». «También en este caso hago tres partes: una para la Iglesia, otra para los pobres y otra para mí». «Pues yo he dado todo lo que tenía… Debe de haber alguna otra cosa. ¿No crees?». «No». «¿Y consigues soportar a todas estas personas que ya no saben distinguir el bien del mal, que se dirigen claramente al infierno?». «Ah, eso no lo hago, no lo soporto. Pido a Dios que me haga bajar vivo al infierno con tal de que ellos se salven». San Antonio se retiró de puntillas confesando: «No soy así».
La misericordia es el desconcierto de los que están en el cielo frente a los que no lo están. Para conocer esta reacción es necesario haber accedido al Reino de los Cielos y mirar a los que están excluidos de él. Ya no se «ejercita» en la misericordia y en la contrición. Todo lo que se puede hacer es aceptar (o rechazar) que la misericordia haga dar la vuelta a nuestra barca, lo que no es poco, puesto que barre todo a su paso. Entonces podremos escribir con santo Domingo: «¿Qué será de los pecadores?», y con el mísero zapatero: «Que yo baje al infierno, pero que ellos se salven». Teresa estaba poseída por este espíritu de misericordia. Todo lo que podemos hacer es no resistirnos demasiado cuando se presente esta locura. Pidamos la gracia de no decir: «Es interesante; de momento, déjeme su dirección. Ahora no puedo comprometerme. ¿Qué vamos a hacer? Tengo que defender un equilibrio» .
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M.-D. Molinié, Chi comprenderá il cuore di Dio? Meditazioni per il tempo di Pasqua,
Cásale Monf. 2000, pp. 140-142.
Comentarios desactivados en “Mártir fiel”. Solemnidad de Cristo Rey – C (Lucas 23,35-43)
Los cristianos hemos atribuido al Crucificado diversos nombres: «redentor», «salvador», «rey», «liberador». Podemos acercarnos a él agradecidos: él nos ha rescatado de la perdición. Podemos contemplarlo conmovidos: nadie nos ha amado así. Podemos abrazarnos a él para encontrar fuerzas en medio de nuestros sufrimientos y penas.
Entre los primeros cristianos se le llamaba también «mártir», es decir «testigo». Un escrito llamado Apocalipsis, redactado hacia el año 95, ve en el Crucificado al «mártir fiel», «testigo fiel». Desde la cruz, Jesús se nos presenta como testigo fiel del amor de Dios y también de una existencia identificada con los últimos. No hemos de olvidarlo.
Se identificó tanto con las víctimas inocentes que terminó como ellas. Su palabra molestaba. Había ido demasiado lejos al hablar de Dios y su justicia. Ni el Imperio ni el templo lo podían consentir. Había que eliminarlo. Tal vez, antes de que Pablo comenzara a elaborar su teología de la cruz, entre los pobres de Galilea se vivía esta convicción: «Ha muerto por nosotros», «por defendernos hasta el final», «por atreverse a hablar de Dios como defensor de los últimos».
Al mirar al Crucificado deberíamos recordar instintivamente el dolor y la humillación de tantas víctimas desconocidas que, a lo largo de la historia, han sufrido, sufren y sufrirán olvidadas por casi todos. Sería una burla besar al Crucificado, invocarlo o adorarlo mientras vivimos indiferentes a todo sufrimiento que no sea el nuestro.
El crucifijo está desapareciendo de nuestros hogares e instituciones, pero los crucificados siguen ahí. Los podemos ver todos los días en cualquier telediario. Hemos de aprender a venerar al Crucificado no en un pequeño crucifijo, sino en las víctimas inocentes del hambre y de las guerras, en las mujeres asesinadas por sus parejas, en los que se ahogan al hundirse sus pateras.
Confesar al Crucificado no es solo hacer grandes profesiones de fe. La mejor manera de aceptarlo como Señor y Redentor es imitarle viviendo identificados con quienes sufren injustamente.
Comentarios desactivados en “Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”. Domingo 20 de noviembre de 2022. Jesucristo rey del Universo. 34ª semana de tiempo ordinario
Leído en Koinonia:
2 Samuel 5, 1-3:Ungieron a David como rey de Israel. Salmo responsorial: 121, 1-2. 4-5:Vamos alegres a la casa del Señor. Colosenses 1, 12-20:Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. Lucas 23, 35-43:Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino
La fiesta de Cristo Rey fue establecida por la Iglesia en la época del ocaso de las monarquías con objeto de apoyar a las monarquías y aristocracias, interesadas por la pervivencia del Ancien Régime, y para oponerse a los nacientes regímenes republicanos, que representaban los intereses del pueblo, de los pobres, del liberalismo y de la naciente democracia. Sus orígenes son pues muy discutibles. Sin embargo, en todo caso, los textos de la liturgia de esta fiesta muestran la manera peculiar en que Cristo sería “Rey”.
Conviene recordar en qué consistían las esperanzas mesiánicas del pueblo judío en el tiempo de Jesús: unos esperaban a un nuevo rey, al estilo de David, tal como se lo presenta en la primera lectura de hoy. Otros, un caudillo militar que fuera capaz de derrotar el poderío romano; otros como un nuevo Sumo Sacerdote, que purificaría el Templo. En los tres casos, se esperaba un Mesías triunfante, poderoso.
El salmo que leemos hoy, también proclama el modelo davídico de “rey”. Jerusalén, la “ciudad santa” es la ciudad del poder. Eso explica por qué, cuando Jesús anuncia la Pasión a sus seguidores, no logran entender por qué tiene que ir a la muerte.
– El evangelio de hoy nos presenta cómo reina Jesús el Cristo: no desde un trono imperial, sino desde la cruz de los rebeldes. La rebelión de Jesús es la más radical de todas: pretende no sólo eliminar un tipo de poder (el romano, o el sacerdotal) para sustituirlo por otro, que con un nombre distinto estaría basado en la misma lógica de dominación y violencia (que era lo que correspondía a las expectativas judías).
Podríamos decir que Jesús es el anti-modelo de rey de los sistemas opresores: no quiere dominar a las demás personas, sino promover, convocar, suscitar, el poder de cada ser humano, de modo que cada una y cada uno de nosotros asumamos responsablemente el peso y el gozo de nuestra libertad.
Uno de los grandes sicólogos del siglo XX, Erich Fromm, plantea, en su libro El miedo a la libertad, que ante la angustia que produce en el ser humano la conciencia de estar separados del resto de la creación, adoptamos dos actitudes igualmente patológicas: dominar a otros, y buscar de quién depender entregándole nuestra libertad. En ambos casos, las personas tratamos de, a través de estos mecanismos, disolver esa barrera que nos separa de las otras personas y del resto del universo. El pecado fundamental del ser humano es, según esto, un pecado de poder mal administrado, mal asumido. Y éste es el origen de todos los demás pecados: la avaricia, que conduce a un orden económico injusto; la soberbia, que nos impide ver con claridad nuestros errores y pecados; la mentira, que nos lleva a manipular o a dejarnos manipular; la lujuria, el sexo utilizado como instrumento de poder para “poseer”, oprimir; el miedo, que nos impide levantarnos y caminar sobre nuestros propios pies.
Enmarañados en estas trampas del poder a que nos conduce nuestro “miedo a la libertad”, cuando un régimen opresor de cualquier signo que sea se nos hace insoportable, buscamos como derrocarlo… para sustituirlo por otro que sin embargo funciona sobre la misma lógica. Esa es la lógica que Jesús desarticula de manera total y radical.
Cuando en Getsemaní acuden los soldados y las turbas “de parte de los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo” (Mt 26,47) para prender a Jesús, él no recurre a violencia de ningún tipo. Jesús se niega a ser coronado rey al estilo del “mundo” luego de la multiplicación de los panes y los peces (Jn 6,15). La tentación del poder, entendido al estilo de los sistemas opresores persigue a Jesús desde el desierto hasta la cruz. Y desde el desierto hasta la cruz, Jesús rechaza este modelo, denuncia con toda claridad que procede del diablo, del “príncipe de este mundo”, no cae en sus trampas. El costo de esta resistencia no sólo valiente sino lúcida de Jesús es la muerte.
En la cruz Jesús derrota total y radicalmente al demonio del poder concebido como violencia y opresión por una parte y como dependencia, sumisión y alienación por otra. De este modo que inaugura así un nuevo tipo de relaciones entre las personas y con el universo entero, basadas no en la dominación/dependencia, sino en el respeto mutuo, en la armonía, en la valentía para asumir el peso de la propia libertad responsable.
– En la carta a los Colosenses, Pablo señala cómo a través de Jesús el Cristo (primogénito de todas las criaturas, preexistente y co-creador del universo, cabeza de la iglesia, primicia de la plenitud de la Creación entera) se produce la reconciliación de todos los seres con Dios. Esta y otras expresiones paulinas han dado lugar a interpretaciones erróneas, que consideran que la muerte de Jesucristo en la cruz era el precio que había que pagar para que el Padre, enojado y rencoroso, perdonara a la humanidad pecadora.
Los evangelios nos muestran con claridad por qué y cómo es que Jesús nos reconcilia con el Padre: no por que ese Dios, padre–madre, sea un dios rencoroso, sino porque habíamos perdido el rumbo de la auténtica unidad con Dios y con el universo entero: ésa que no se hace sucumbiendo a nuestro miedo existencia y escudándonos en posiciones de poder (dominante o dependiente) sino superando nuestros miedos, atreviéndonos a presentarnos tal como somos ante Dios, en total pobreza de espíritu, sin escudos protectores que nos impidan ver su rostro.
– Desgraciadamente, ¡cuántas veces en nuestra vida eclesial reproducimos los modelos de “reinado” del mundo, y no los de Dios en Jesucristo! ¡Cuántas veces establecemos relaciones de poder autoritarias en vez de fraternas! ¡Cuántas veces entramos en contubernio con los poderes del sistema, ya sea por acción o por omisión!
El modelo de “reinado” que nos presenta el “Cordero degollado” nos interpela y llama a la conversión. No es necesario ni conveniente subrayar la «realeza» de Jesús si ello conlleva tergiversar su auténtico y efectivo proyecto de vida. Hace daño, sobre todo a los más oprimidos, presentar esa imagen monárquica y principesca de un Jesús que, en verdad, dedicó toda su vida y sus energías a desenmascarar y a luchar contra ese tipo de estructuras. Leer más…
Comentarios desactivados en 20.11.22, Cristo Rey: Que hoy empiece tu paraíso (Lc 23, 35-43)
Del blog de Xabier Pikaza:
Termina el año litúrgico 2022. Hemos caminado con Lucas, hoy nos despide con palabras de Jesús crucificado al “buen” ladrón, que le pedía ayuda: ¡Hoy estarás conmigo en el paraíso! Yo quiero ser tu paraíso, tú puede ser paraíso para otros.
Nunca palabras mejor dichas: Conmigo en el paraíso! Hoy, no mañana, ni pasado mañana. Yo quiero ser tu paraíso, tú puedes ser el de todos, si escuchamos la respuesta del crucificado que nos dice: Hoy estarás conmigo en el paraíso.
Estas palabras son el testamento de un moribundo que vive. Será bueno escucharlas, siguiendo el ritmo entero de este pasaje de Lc 23, 35-43. Estas palabras son toda la “política” de Cristo-Rey con el “ladrón” del paraíso.
| X. Pikaza
Cada evangelista ha contado la muerte de Jesús y su promesa de Reino desde su perspectiva: Marcos es más dramático, Mateo más trágico, Juan más teológico.
‒ Marcos y Mateo destacan el carácter abismal de la muerte del Cristo, que acaba su vida gritando: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? Lucas y Juan describen la muerte de Jesús como catequesis, mostrando que Cristo reina ya desde la Cruz (Juan) o que nos lleva por ella al paraíso, esto es, a la humanidad reconciliada.
Lucas sitúa ante la cruz de Jesús a diversos personajes, ofreciendo una durísima y clara “radiografía” de la humanidad (de entonces y de hoy), donde unos son infierno para otros, y todos matan a Jesús, el justo.
En un sentido no hay salida. Pero hay un bandido que pide a Jesús “acuérdate de mí cuando estés en tu Reino”, y Jesús le responde “hoy estarás conmigo en el paraíso. Del reino que buscaba el bandido al paraíso que le ofrece Jesús transcurre toda la historia del mundo Hoy puede empezar nuestro paraíso. Buen domingo a todos.
Lc 23, 35-43. Un evangelio en seis momentos:
(Autoridades). En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.
(Soldados). Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.”
(Sentencia oficial). Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: Éste es el rey de los judíos.
(Un malhechor) Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.
(Otro malhechor). Pero el otro lo increpaba: ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibirnos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada. Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues en tu reino. 6. (Paraíso) Jesús le respondió: Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
1. Autoridades, sacerdotes: En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.
El texto les llama “arkhontes”, los que tienen la “arkhe”, un principado religioso y social, la primacía. Son por su contexto y su palabra los grandes sacerdotes que han condenado a Jesús, responsables religiosos y morales de su asesinato.
Conforme a una visión teológica y simbólica normal de aquel momento, estos “arkhontes malos” son ángeles perversos, rectores del orden religioso manipulado por el Diablo, delegados y representantes del Diablo, no de Dios, como puso de relieve
J. Ratzinger en un trabajo titulado: Die Einheit der Nationen, La Unidad de las naciones (Obras completas II, BAC, 2014). Los (estos) sacerdotes son ángeles perversos, sufren una patología religiosa, son dominadores de la religión para su servicio (servicio del Diablo, la opresión de los hombres).Ellos se arrogan la autoridad oficial para decir quién es el Mesías de Dios, el Elegido… y deciden que Jesús no lo es, porque se deja matar en vez de “salvarse” a sí mismo.
En el fondo, estos sacerdotes piensan que el elegido de Dios tiene ser un “egoísta”, alguien que se salva a sí mismo, siendo capaces de matar a otros para salvarse ellos mismos. Son profesionales de violencia, sacrificadores, manipuladores de Dios. Quieren vencer siempre, mantenerse por arriba: su Cristo es la victoria propia, y de esa forman vencen ellos, matando al Cristo de Dios.
Se creen superiores y, por eso, se ríen de los derrotados y vencidos. De esa forma muestran su maldad y su miseria. Piden al Cristo que demuestre su fuerza cuando están muriendo, son, arkhontes del diablo, perversión suprema de la humanidad. ¡Si es Mesías que se salve…! ¡Si es el Mesías que triunfe, que les mate…! Para ellos no hay más mesías que el triunfo sobre otros.
2. Los soldados se burlan también. No tienen más verdad que la violencia. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Son “stratiôtai”, estrategas de la violencia oficial del imperio, que quiere dominar sobre la tierra con armas, representantes del poder militar, unidos a los “arkhontes” de la religión y así dice a Jesús moribundo :“si eres Rey de los judíos … Para ellos, ser rey es vencer en la guerra, no dejarse matar nunca, matar a otros para vivir ellos mismos. Estos stratiotai, soldados, hablan de un “rey de los judíos”. Ellos están al servicio del César, que es rey de Roma, no aceptan otros reyes, por eso les han encargado que maten a éste y lo hacen…
Pero tienen cierta compasión y, en medio de la burla, le ofrecen “vinagre” para calmar su sed (y quizá para adormecerle, aunque no es claro). Es evidente que estos ellos ejercen violencia, pero una violencia que no nace de ellos, sino de los arkhontes. Es como si el poder militar estuviera al servicio de la religión, es decir, de una ideología falsa… Ellos son unos pagados: hacen lo que les manda; son unos “mercenarios”, entrenados para matar y de esa forma matan.
3. Sentencia oficial: Rey de los judíos.Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: Éste es el rey de los judíos. Era un letrero mentiroso, siendo verdadero.
Arkhontes y soldados… pueden burlarse de Jesús, a su manera… Pero alguien ha mandado poner un letrero. Tiene que ser el Gobernador Romano, que ha condenado a Jesús porque no puede haber frente a Roma o contra Romo un “Rey de los Judíos”. Ser rey de los judíos es un delito, no hace falta más para matarle.
Inicialmente esta fiesta se celebraba el domingo anterior a la de Todos los Santos (1 de noviembre). La reforma del Concilio Vaticano II decidió cerrar el año litúrgico con esta solemnidad para subrayar la victoria final de Jesús.
David, el rey salvador (2 Samuel 5, 1-3)
La primera lectura solo se comprende recordando los acontecimientos previos. Años atrás, el primer rey israelita, Saúl, ha muerto luchando contra los filisteos. Le ha sucedido un hijo bastante inútil, Isbaal, y el poder se concentra en las manos del general Abner. Pero tensiones internas y externas llevarán al asesinato de Abner y, más tarde, de Isbaal. Las tribus del norte, sin rey ni general, se sienten desconcertadas. Y consideran que la única solución es ofrecerle el trono a David, que ya es rey de Judá desde hace siete años. Y se dirigen a la que entonces era capital de Judá, Hebrón (Jerusalén todavía no había sido conquistada).
En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a David y le dijeron: ‒ Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel.” Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel.
Nosotros leemos estas palabras sin darle especial importancia. Pero el que los del norte vengan a buscar la salvación en el rey del sur era entonces algo inaudito, que sólo se explica por la necesidad urgente de un rey que los salve.
Jesús, el rey incapaz de salvar (Lucas 23, 35-43)
Los contemporáneos de Jesús también esperaban un rey con capacidad de salvar. La lectura del evangelio de lo deja muy claro. Las autoridades, los soldados, uno de los malhechores crucificado con Jesús, lo repiten hasta la saciedad. Pronuncian los mayores títulos: Mesías de Dios, Elegido, rey de los judíos, Mesías. Pero sólo están dispuestos a aplicárselos a Jesús si se salva a sí mismo, o, como dice el otro crucificado, «sálvate a ti mismo y a nosotros». La sorpresa aparece al final, en la petición del buen ladrón, cuando reconoce que el reino de Jesús no se realiza en este mundo, no es aquí donde lleva a cabo obras portentosas para que la gente lo acepte como rey. Su reino se encuentra en una dimensión distinta, en la que entrará a través de la muerte. Por eso, el buen ladrón no pide que lo salve. Sólo pide un recuerdo: «acuérdate de mí».
En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:
‒ A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
‒ Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: «Éste es el rey de los judíos.»
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
‒ ¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.
Pero el otro lo increpaba:
‒ ¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.
Y decía:
‒ Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.
Jesús le respondió:
‒ Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.
El evangelio de san Juan pone en boca de Jesús, durante el juicio ante Pilato, las palabras: «Mi reino no es de este mundo». Y eso mismo dice aquí, no Jesús, sino el que conocemos como «el buen ladrón». El reino de Jesús no se realiza en este mundo, no es aquí donde realizará obras portentosas para que la gente lo acepte como rey. Su reino se encuentra en una dimensión distinta, en la que entrará a través de la muerte. Por eso, el buen ladrón no pide que lo salve. Sólo pide un recuerdo: «acuérdate de mí».
A lo largo de su vida, Jesús escuchó muchas peticiones: de leprosos que deseaban ser curados, de ciegos y cojos, de padres de niños difuntos, de discípulos asustados por la tormenta… Pero esta es la petición más bella y más sencilla: «Jesús, acuérdate de mí». El buen ladrón pide muy poco. Pero hace falta una fe profundísima para creer que ese ajusticiado, al que todos rechazan y del que todos se burlan, dentro de poco será rey, y que un simple recuerdo suyo puede traer la felicidad. Así ocurre en la promesa que Jesús le hace: «hoy estarás conmigo en el paraíso».
«Acuérdate de mí» y «estarás conmigo» son las dos caras de una misma moneda, de la intimidad plena entre el rey y su súbdito, más satisfactoria que todas las prebendas y beneficios mundanos que regalan otros reyes.
Jesús, mucho más que rey (Colosenses 1,12-20)
Si los presentes junto a la cruz negaban la realeza de Jesús, Pablo, sin llamarlo “rey”, habla de su reino y coloca a Jesús por encima de todo lo imaginable en cielo y tierra. La lectura podemos dividirla en dos secciones.
En la primera, se da gracias a Dios por un regalo inimaginable. Imaginemos que somos ciudadanos de un país pobre, miserable, sin futuro; de repente, nos conceden la ciudadanía de un país maravilloso, el pasaporte para entrar en él, incluso nos llevan en avión en primera clase. Eso es lo que ha hecho Dios con nosotros: del mundo de las sombras y del pecado nos ha trasladado al reino de su Hijo querido.
La segunda parte resulta difícil entender si no se conoce la situación de los cristianos de Colosas (en la actual Turquía). ¿Era Jesús superior a los semidioses tan venerados por el pueblo: tronos, dominaciones, principados, potestades? ¿Se extendía su dominio a los seres visibles e invisibles, al pasado y al futuro, al ámbito de los muertos? Preguntas que pueden parecernos trasnochadas pero esenciales para ellos. Pablo responde situando a Jesús por encima de todo lo imaginables en cielo y tierra, pero sin olvidar la realidad de su muerte en cruz.
Hermanos: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.
Nota sobre el sentido originario de la fiesta
Cuando Achille Ratti fue elegido Papa en febrero de 1922 y tomó el nombre de Pío XI, tenía la experiencia reciente de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución rusa. Pocos meses después, en octubre, Mussolini organizaba la marcha sobre Roma, que llevaría al triunfo del fascismo. Un año más tarde (8 de noviembre de 1923) Hitler intenta un golpe de estado en Múnich. Pío XI, alarmado por las tensiones crecientes en Europa y en todo el mundo, piensa que la única y verdadera solución a los problemas de tipo social, político, económico, es atenerse al mensaje del evangelio. Si Cristo fuese el rey de este mundo, muy distintas serían las cosas. Entonces instituyó esta fiesta, aprovechando que en 1925 se cumplían mil seiscientos años del concilio de Nicea, que proclamó la realeza de Cristo al añadir al credo apostólico las palabras: “y su reino no tendrán fin”.
Ha pasado casi un siglo. El lenguaje, como tantas cosas, ha cambiado; las verdades profundas, no. No creo que muchos católicos se animen a decir hoy día que la solución a los problemas que afectan al mundo actual sea Cristo Rey. Pero sí debemos estar dispuestos a defender los valores evangélicos del amor al prójimo, especialmente al más necesitado, de reconocernos todos como hermanos, hijos del mismo Padre, de la compasión, la justicia, la paz.
Un rey crucificado ya es lacerante, pero un Dios crucificado… si se piensa despacio, olvidando que ya nos hemos acostumbrado a ver crucifijos de todos los tamaños, estilos y materiales. Olvidando que es una imagen que muchas veces ya no nos estremece. Entonces hacer el esfuerzo de ver en Jesús a Dios ocupando el último lugar, el último de los últimos, ese que nadie nunca querría ocupar. El lugar de los delincuentes, de los blasfemos, de los pecadores, de los marginados…
Pues así, todo junto y bien mezclado, nos da una imagen muy aproximada del estilo de rey que quiere ser nuestro Dios cristiano.
No, la realeza de Dios, ya lo decía Jesús (Jn 18, 36), no tiene nada que ver con la realeza de este mundo.
Nosotros hoy, como en tiempos de Jesús los judíos, soñamos, deseamos, anhelamos, un Dios, un Mesías, un Salvador a lo grande: fuerte, invencible, poderoso. Muy al estilo de los grandes héroes. Sí, así nos gustaría.
Así lo representamos: estatuas monumentales, ricas tallas, frescos donde Jesús es un pantocrátor en majestad, como los reyes de todos los tiempos: con corona, dignos ropajes, oro y por supuesto poder, mucho poder. ¡Todo el poder!
Pero da igual, Dios en Jesús, se empeña en ser “como uno de tantos”, se pone a la fila de los pecadores, se deja acariciar los pies por mujeres de mala fama, se mezcla con la chusma y también con los ricos corrompidos, pero siempre vestido de “paisano” y sin bolsa en la cintura. Se nos escapa del Templo y corretea por las calles, los caminos y los campos.
Le interesan, siempre le han interesado, las ovejas descarriadas, las monedas perdidas, lo que no tiene solución, el desecho social, tanto por arriba como por abajo…
Nuestro rey Jesús es el que se deja ajusticiar, ridiculizar, abofetear y escupir. Y se presenta desgarrado, sangrante y desnudo, clavado en una cruz, torturado. Ese es el camino que lleva al reino, a la realeza de Cristo.
Comentarios desactivados en Jesús nunca pretendió ser rey de nadie.
DOMINGO 34 CRISTO REY (C)
Lc 23,35-43
Toda la liturgia del año tiene como principio y como fin al mismo Jesús. Comienza en Adviento con la preparación a su nacimiento, y termina con la fiesta que estamos celebrando como culminación más allá de su vida terrena. Como todo ser humano, nació como un proyecto que se fue realizando durante toda su vida y que culminó con una muerte que expresó sin equívocos la plenitud de ser. Pero Jesús respondió a Pilato que su Reino no era de este mundo. A pesar de ello, le proclamamos Rey del Universo. Claro, nosotros sabemos mucho mejor que él lo que es y lo que no es Jesús.
Con el evangelio en la mano, ¿podemos seguir hablando de “Jesús rey del universo”? Un Jesús que luchó contra toda clase de poder; que rechazó como tentación la oferta de poseer todos los reinos del mundo. Un Jesús que dijo: Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de Dios. Un Jesús que invitó a sus seguidores a no someterse a nadie. Un Jesús que dijo que no venía a ser servido, sino a servir. Un Jesús que dijo a los Zebedeo: “El que quiera ser grande que sea el servidor, y el que quiera ser primero que sea el último. Un Jesús que, cuando querían hacerlo rey, se escabulló y se marchó a la montaña. Podíamos hacer más referencias, pero creo que está claro lo que quiero decir.
La palabra Rey, Padre, Hijo, Mesías, Pastor, tienen gran riqueza de significados simbólicos en la escritura. Todas están relacionadas entre sí y no se puede entender separando unas de otras. La idea de un “rey”, en Israel, fue más bien tardía. Mientras fueron un pueblo nómada no tenía sentido pensar en un rey. Cuando se establecieron en las ciudades de Canaán, sintieron la necesidad de copiar sus estructuras sociales y le pidieron a Dios un rey. Esa petición fue interpretada por los profetas como una apostasía, porque para el pueblo judío, el único rey debía ser Yahvé.
Encontraron la solución convirtiendo al rey en un representante de Dios. Para erigir a una persona como rey, se le ungía. Es lo que significa exactamente Mesías (Ungido, Cristo). La unción le capacitaba para una misión: conducir al pueblo en nombre de Dios. De ahí que desde ese momento se le llamara hijo de Dios. Lo propio de un hijo es actuar como el padre, en lugar del padre. También se le llamaba padre del pueblo y pastor del pueblo. Lo mismo que Dios era padre y pastor para ellos, el que era elegido como rey era ungido, hijo, pastor y padre. Los primeros cristianos utilizaron todas estas palabras para referirse a Jesús y nosotros podemos seguir utilizándolas, pero como símbolos.
El letrero que Pilato puso sobre la cruz era una manera de mofarse de Jesús y de las autoridades. Es curioso que nosotros hayamos ampliado el ámbito de su realeza a todo el universo. ¿Para escarnio de quien? Los soldados también le colocaron una corona y un cetro para reírse de él. ¿Creéis que Jesús se hubiera encontrado más cómodo con una corona de oro y brillantes y con un cetro cuajado de piedras preciosas? Podemos seguir empleando el título, con tal que no le demos un sentido literal. Todo lenguaje sobre Dios es analógico. También el aplicado a Jesús una vez que terminó su trayectoria humana.
Las autoridades, el pueblo, uno de los ladrones le piden que se salve; pero Jesús no bajó de la cruz. Desde el bautismo hasta la cruz, le acompaña la tentación de poder. Jesús se salvó de esa tentación, pero no como esperaban los que estaban a su alrededor. Hoy seguimos esperando, para él y para nosotros, la salvación que se negó a realizar. Nos negamos a admitir que nuestra salvación pueda consistir en dejarnos aniquilar por los que nos odian. Si seguimos esperando la salvación externa, seguridad, poder o gloria, quedaremos decepcionados como ellos. Jesús será Rey del Universo, cuando la paz y el amor reinen en toda la tierra. Cuando todos seamos testigos de la verdad.
El centro de la predicación de Jesús fue “el Reino de Dios”. Nunca se predicó a sí mismo ni revindicó nada para él. Todo lo que hizo, y todo lo que dijo, hacía siempre referencia a Dios. El Reino de Dios es una realidad que no hace referencia a un rey. Ese “de” no es posesivo sino epexegético. No es que Dios posea un reino. Dios es el Reino. Jesús se identificó de tal manera con ese Reino. De Jesús terreno carecería de sentido hablar de su reino. Podemos hablar del Reino de Cristo como una gran metáfora, como el ámbito en el que se hace presente lo crístico, es decir, un ambiente donde reina el amor. Entendido de ese modo y no literalmente, puede tener pleno sentido hablar del Cristo Rey.
Los cristianos descubrieron esta identificación, y pronto pasaron de aceptar la predicación de Jesús a predicarle a él. Surge entonces la magia de un nombre, Jesucristo (Jesús el Cristo, el Ungido). El soporte humano de esta nueva figura queda determinado por la cualidad de Ungido, Mesías. El adjetivo (ungido) queda sustantivado, (Cristo). Lo determinante y esencial es que es “Ungido”. Lo que Jesús manifiesta de Dios, es más importante que el sustrato humano en el que se manifiesta lo divino. Pero debemos tener siempre muy claro que los dos aspectos son inseparables. No puede haber un Jesús que no sea Ungido, pero tampoco puede haber un “Ungido” sin el ser humano, Jesús.
Cristo no es exactamente Jesús de Nazaret, sino la impronta de Dios en ese Jesús. El Reino, que es Dios, es el Reino que se manifiesta en Jesús. Para poder aplicar a Jesús el título de rey, debemos despojarlo de toda connotación de poder, fuerza o dominación. Jesús condenó toda clase de poder. Pero no solo condenó al que somete; condenó con la misma rotundidad al que se deja someter. Este aspecto lo olvidamos y nos conformamos con acusar a los que dominan. No hay opresor sin oprimido. El reinado de Cristo es un reino sin rey, donde todos sirven y todos son servidos. Cuando decimos: reina la paz, no queremos decir que la paz tenga un reino sino que la paz se hace presente en ese ámbito.
Jesús quiere seres humanos completos, que sean reyes, es decir, libres. Jesús quiere seres humanos ungidos por el Espíritu de Dios, que sean capaces de manifestar lo divino. Tanto el que esclaviza como el que se deja esclavizar, deja de ser humano y se aleja de lo divino. El que se deja esclavizar es siempre opresor en potencia, no se sometería si no estuviera dispuesto a someter. La opresión religiosa es la más inhuma porque es capaz de llegar a lo más profundo del ser y oprimirle radicalmente. Entender literalmente términos militares, como “guerrilleros de Cristo”, “cruzados de Cristo”, para designar personas o asociaciones vinculadas a Jesús, es muestra de la más burda tergiversación del evangelio.
En el padrenuestro, decimos: “Venga tu Reino”, expresando el deseo de que cada uno de nosotros hagamos presente a Dios como lo hizo Jesús. Y todos sabemos cómo actuó Jesús: desde el amor, la comprensión, la tolerancia, el servicio. Todo lo demás es palabrería. Ni programaciones ni doctrina, ni ritos, sirven para nada si no entramos en la dinámica del Reino. Cuando responde a Pilato, no dice “soy el rey”, sino soy rey. Quiere demostrar que no es el único, que cualquiera lo es en su verdadero ser.
Fray Marcos
Meditación
“No es de este mundo”, no quiere decir que es un reino para el más allá.
Quiere decir que no es un reino como los que conocemos aquí.
El reinado de Jesús es el reinado de Dios.
Es el reinado del amor, del servicio, de la entrega total.
Jesús fue rey porque fue Señor de sí mismo.
Lo que había de Dios en él gobernaba todo su ser.
No. Cristo no reina en el mundo. Reina el dinero, la avaricia, la insolidaridad, el deseo, el derroche, la ciencia mercantilizada, la economía deshumanizada, la expoliación de nuestro hábitat, la explotación de personas para exprimirlas como un limón, el vilipendio de las actitudes y los valores que nos hacen humanos, la sacralización de lo que nos animaliza, el desprecio de la concordia, la exaltación del conflicto, la ley del más fuerte, la guerra…
Y me dirán que no todo es así —lo cual es cierto—, pero lo que reina en el mundo sí que es así. Lo que reina en el mundo es lo que lo está llevando a una situación límite donde está en riesgo la propia civilización. Es lo que está cambiando el clima, destruyendo los fondos marinos, produciendo sequías y pérdida de cosechas, provocando a la larga tal escasez de productos esenciales para la vida, que traerá migraciones masivas, conflictos generalizados por obtenerlos… e infinidad de calamidades más.
Pero no hace falta apelar al futuro para ver su infausto legado. Hoy mucha gente muere de hambre y falta de medicinas básicas mientras otros tiramos el treinta por ciento de los alimentos a la basura. Hoy, dentro de toda ciudad desarrollada, convive la miseria con el derroche, y la inhumanidad campa por sus respetos. Una persona puede estar muriéndose en una acera concurrida mientras los demás pasamos indiferentes, o ser víctima una agresión brutal en plena calle y a pleno día sin que movamos un dedo por auxiliarle…
Necesitamos que en el mundo reinen otros valores, porque es evidente que con estos nos encaminamos al desastre a una velocidad de vértigo. Necesitamos sacudirnos la esclavitud a la que nos somete el dinero, sofocar el deseo irracional de cosas que no necesitamos, aprender a vivir con poco, descubrir que el prójimo también tiene anhelos y necesidades, recuperar la capacidad de compadecer, preferir dar que recibir, desterrar la violencia, acostumbrarnos a decir la verdad, trabajar por la paz y la justicia…
Necesitamos reconciliarnos con la Naturaleza, porque no es posible garantizar el bien del género humano sin ampliar nuestro desvelo al entorno que lo acoge. Necesitamos poner coto al crecimiento del mundo artificial porque si no, acabará engullendo al mundo natural…
Solo cuando esto se logre podremos decir que Cristo reina en el mundo. Pero esto no es algo que vaya a ocurrir de manera espontánea, ni solo por la fuerza del Espíritu, sino porque haya personas que trabajen en ello. Jesús creía que era posible, y su última voluntad fue encargarnos a nosotros, sus seguidores, la tarea de hacerlo. Hasta nos dijo cómo: «Que los hombres vean en vuestras buenas obras el amor del Padre».
Miguel Ángel Munárriz Casajús
Para leer el comentario que José E. Galarreta hizo en su momento, pinche aquí
En la 1ª lectura se nos relata cómo el reino del Norte, Israel quiere reconocer a David como rey. Ya había sido reconocido por el reino del Sur, Judá. Se abre para el rey David una etapa en la que todos quieren confiar en él como el rey justo capaz de alcanzar la unidad entre los dos reinos.
Jesús intentó construir un reinado de Dios, una sociedad donde no hubiera fronteras. Era un buen judío y la idea de eliminar las fronteras le venía de atrás. Una idea magnífica que parece que nos hemos empeñado en sofocar a lo largo de los siglos.
Jesús de Nazaret fue elevado a las alturas con rapidez. Dicha labor San Pablo la ejecutó con perfección y quizás en demasía justificando al mismo tiempo los sufrimientos de Jesús. Clara evidencia es la carta de San Pablo a los Colosenses de este Domingo. Muchos en la Iglesia parecen querer mantenerlo allí. Aunque hay teólogos y sacerdotes que explican la cercanía de Jesús en nuestras vidas, esa elevación está tan inaccesible y tan consolidada que difícilmente lo encontramos barriendo y limpiando las paredes de nuestra casa. Este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey ya que al igual que nombraron a David como rey hemos querido nombrar a Jesús como rey para parecernos a los demás pueblos. Es una fiesta establecida por Pio XI en 1925. Es bastante reciente y parece que prosperó acentuando tanto la lejanía de Jesús como la de Dios. De hecho la seguimos manteniendo en el siglo XXI. ¿De quién es Rey y para quién? Un rey goza de privilegios exclusivos imposibles de compartir. ¿Esa es la figura que corona nuestro tiempo ordinario?
Si pensamos qué relaciones tenía Jesús con Dios al que consideraba como padre, la diferencia con esa concepción de realeza es abismal y la sorpresa no puede ser mayor. ¿Qué idea podía tener Jesús de su padre Dios? Algunos profetas ya habían considerado a Dios como padre pero el trato que Jesús tenía con él iba más allá. Veamos: El concepto que Jesús podía tener de Dios era producto de saberse hijo y haber profundizado en toda la Sagrada Escritura. En los textos del Antiguo Testamento se reflejan los premios y castigos que Dios otorga a su pueblo. ¿Cómo concebiría Jesús aquellos métodos de Dios para con el pueblo? Desde su perspectiva de misericordia, no le encontraría mucho sentido. Pero él, ya en su madurez, se los perdonaba, no los tenía en cuenta. Eran otros tiempos. Como un hijo termina olvidando los errores de su padre y de su madre y se los justifica porque eran otros tiempos quedándose con lo mejor que han podido dar. La imagen que solemos tener de nuestros progenitores es el de un padre o una madre que ha hecho muchas cosas por nosotros; la mayoría no las conocemos. Fuimos inconscientes. Incluso podríamos decir que nuestro padre o nuestra madre no han podido hacer más por nosotros. Con sus aciertos y sus errores, con alegrías y con sufrimientos pero han hecho todo lo que han podido, todo lo que han sabido hacer. Jesús descubrió otra imagen de Dios.
Y ¿qué ha pasado cuando hemos vivido la vejez de nuestro padre o de nuestra madre? Que nos han brotado sentimientos de agradecimiento y confianza pero con la certeza de que ellos, que ya lo han hecho todo, no pueden hacer más por nosotros.
Recuerdo a mi padre que con más de 90 años yo le cogía la mano y le decía: “Hola papá”. Y era suficiente para mí. No le pedía nada porque ya nada podía hacer por mí. Pienso que los sentimientos de Jesús con Dios eran similares. A sabiendas que ya Dios lo había hecho todo por Él en este mundo, era el momento de que Él actuara. Le diría a Dios: “Hola papá”. Y ya se sentiría comprendido, aliviado y entusiasmado para empezar o para seguir. Y se lo transmitiría a sus discípulos como una experiencia muy íntima y casi secreta. Me lo imagino diciéndoselo en voz muy baja. Como un descubrimiento nuevo con peligro de ser distorsionado ¡Cómo iban a poner esas palabras en boca de Jesús en la agonía de Getsemaní si Él no se lo hubiese dicho! Y ellos no le comprendieron. Algunos le tomarían por loco. Incluso le despreciarían. ¡Que Jesús se dirigiera como Papá a un Ser del que ellos ni nadie se atrevían a pronunciar siquiera su nombre! ¿Era respeto, temor, lejanía, recelo, desconfianza o quizás, un poco de todo? El término no prosperó aunque San Pablo lo retoma en sus cartas a los Romanos y a los Gálatas, asociado al término Padre. Usar solo Papá era demasiado cercano, demasiado expuesto a todo, demasiado vulnerable. Y así ha llegado hasta nosotros como Abba, Padre.
Cuando los hermanos hablan entre sí no suelen decir “padre decía” o “nuestro padre quiere”. En época de nuestros abuelos quizás eran los términos que se usaban pero no dejaban de mostrar distancia, a veces mucha, entre un padre y sus hijos. Ahora se dice mucho más papá o mamá. Son términos de más cercanía que los de padre o madre. De más confianza. Más implicados unos en otros. Ni los discípulos se atrevieron a seguir con la idea, ni la Iglesia se ha atrevido. En nuestros lenguajes de trato con Dios lo más cercano que le decimos es “Señor”, término que refleja una relación de vasallaje impropia de un hijo al que se le quiere mucho. Pero seguimos con ese lenguaje. ¿Es que acaso la ternura del término Papá nos desestabiliza, nos quita hombría, nos desarma y nos deja sin palabras? Nuestra mentalidad de orar donde desesperadamente pedimos y pedimos aunque con leves actitudes de acción de gracias nos impone distancias con Dios. Mientras que Él insiste en su cercanía a nosotros y su recordatorio de que está dentro de nosotros. Parece más bien las relaciones de una pareja que no acaba de comprenderse. ¡Qué pena! ¡Cuántos siglos de diálogos frustrados!
Es lamentable que la dulzura de las palabras de Jesús al buen ladrón nos empeñemos en dejarla allí, en la cruz. Ese paraíso del que habla se asociaba entonces al Jardín del Edén. Era como decirle al ladrón, “todas las tardes, al ir finalizando el día después de tus trabajos y de los míos, pasearemos, charlaremos, nos contaremos lo que nos apetezca, reposaremos de nuestra actividad y apreciaremos todo lo que la Naturaleza nos brinda. Nos sentiremos plenos y dispuestos a seguir o a emprender ideas nuevas”.
“Hoy estarás conmigo en el paraíso” son las palabras más hermosas de este domingo.
La ejecución de Jesús viene relatada bajo el reconocimiento de su realeza, tal como proclamaba el supuesto letrero colocado en la cruz: INRI (Jesús Nazareno Rey de los Judíos). Con ello, sin duda, los autores de los textos evangélicos perseguían un objetivo teológico: mostrar a su Maestro como el Mesías Rey esperado.
La realidad, sin embargo, más allá de ese objetivo, proclamaba a gritos la paradoja presente en ese “rey”: despreciado, condenado, ejecutado…, absolutamente desnudo. Desnudo de cualquier cosa a la que poder aferrarse.
De ese modo, el texto nos introduce en la comprensión de lo que es la “realeza”, nuestra verdadera identidad: aquello que realmente somos es lo que queda cuando hemos sido “desnudados” de todo lo demás.
Desde esta clave, Jesús aparece como el hombre sabio que ha sabido vivir “desnudo” hasta el final. Desnudo de apetencias de tener, poder o aparentar. Pero desnudo, sobre todo, de la identificación con el yo. Y ello fue posible porque vivió en la comprensión de ser -tal como se recoge en el evangelio de Juan- “uno con el Padre”, o “todas las cosas” -como se lee en el evangelio de Tomás-.
Es precisamente esa comprensión la que le otorga autoridad para asegurar vida y decirle al compañero de suplicio: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”.
El camino de la sabiduría -el camino de la vida- es un camino de desnudez, de soltar todo lo que no somos para vivir en conexión consciente con lo que realmente somos. Porque, con frecuencia, solemos funcionar justo al revés: nos tomamos por lo que no somos, ignorando lo que somos. No es extraño que, como consecuencia, nos veamos perdidos en la confusión y atascados en el sufrimiento.
La liberación viene de la mano de la comprensión. Y en ese camino incluso el sufrimiento puede ser un “aliado” para desnudar nuestras falsas creencias y, a través del silencio de la mente, llevarnos a saborear nuestra genuina “realeza”.
Comentarios desactivados en El perdón no arregla el pasado, pero mejora el futuro. El cristianismo es siempre perdón.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
01.- Cristo Rey.
Terminamos el año litúrgico con esta hermosa evocación y celebración de Xto Rey, Señor del Universo.
Es evidente que Cristo rey no tiene nada que ver con las monarquías de este mundo: mi Reino no es de este mundo.El Reinado de Jesús es muy diferente al de los príncipes de la tierra y que hoy podemos ver en el ámbito político y en algunos medios de comunicación. Mucho menos se parece a alguna tendencia política que coloreó de violencia este título. Ya desde Pilato, el modo de ser del señorío de Cristo es otro, mi Reino no es como los de este mundo (Jn 18,36).
02.- Yo soy Rey, (Jn 18,36-37).
El evangelista San Juan no emplea nunca las expresiones “Reino de Dios” o “Reino de los cielos”. [1] San Juan hablará siempre de vida: agua de vida, pan de vida, fuentes de agua vida, etc… Sin embargo en el evangelio joánico “no hay reino”, pero hay Rey. Aparece en el diálogo entre Jesús y Pilato. Éste le pregunta: ¿Tú eres rey? Sí, yo soy rey (Jn 18,33-17).
Dada la gran concentración cristológica del evangelio de Juan, Jesús responde: Sí, yo soy rey. (Esta expresión del “Yo soy” es muy propia de la cristología de Juan).
El Reinado de Jesús es el de la Última Cena y el de la cruz: Jesús se quita el manto de Señor y se ciñe la toalla de esclavo para lavar los pies de sus discípulos. El Señorío de Cristo es el servicio y la entrega a los demás.
En el evangelio de San Lucas el título de rey está clavado en la cruz: Este es el rey de los judíos…
El trono de Cristo es la cruz. La corona es de espinas. El manto de Señor se lo quitó en la cena del Jueves Santo
Jesús en la cruz perdona. Muere perdonando: perdónales porque no saben lo que hacen, Jesús perdona al buen ladrón.
Es sublime que lo último que hace Jesús en vida es perdonar: hoy estarás conmigo en el paraíso.
03.- Acuérdate de mí.
Dimas (el primer santo del cristianismo, “canonizado por el mismo Jesús en la cruz), que así dice la tradición que se llamaba el buen ladrón, le pide a Jesús “Acuérdate de mí”. Es una actitud muy noble y muy evangélica. ¡Cuántas veces aparece esta postura tanto en Jesús como en muchos enfermos, pecadores: “ten compasión de mí”, Jesús “sintió lástima”, “acuérdate de mí”…
Jesús vive en la cruz su solidaridad total con el mal humano, muere entre dos malhechores.
Los dos malhechores somos nosotros. Jesús es solidario siempre con nosotros, con los seres humanos, especialmente en cuanto malhechores.
Es una buena actitud y oración ponernos ante el Señor y decir casi sin palabra: “Acuérdate de mí”… ¿Le decimos al Señor: acuérdate, no te olvides de mí?
04.- Hoy estarás conmigo en el paraíso: La misericordia de Jesús (de Dios).
La tradición de San Lucas (evangelio de la misericordia y del perdón) subraya sobre todo la bondad y misericordia de Dios, del Reinado de Dios.
El acontecimiento al que hemos asistido en el texto evangélico de hoy es, al mismo tiempo, dramático y conmovedor. Nos abre de par en par las puertas de la esperanza.
Vemos a Jesús en pleno fracaso humano, Jesús muere en la crucifixión con unos ajusticiados, entre ladrones y maldiciones, etc. Resuenan con energía redentora estas palabras entre el buen ladrón y Jesús [2],Jesús: acuérdate de mí cuando estés en tu Reino… Hoy estarás conmigo en el Paraíso.
El Paraíso es la alusión al origen de la vida, al paraíso del Génesis, de la creación. Estamos llamados a la Vida. Y esto será el cielo: hoy estarás conmigo… El cielo será estar con el Señor. Para mí vivir es ser con Cristo (S Pablo)
Jesús ha pasado su vida haciendo el bien, (HH 10,34-38) y lo último que hace Jesús en vida es perdonar. Jesús muere como ha vivido perdonando. En la cruz Jesús dice: Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen, (Lc 23,34). Hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Perdonar denota una elevada calidad humana y cristiana. Perdonar hace bien a todos. Nos hace bien personalmente, como iglesia, como pueblo, como familia y en las relaciones humanas. Quizás los eclesiásticos hemos creído poco en el perdón y por ello hemos vivido y transmitido poco perdón y menos confianza en Dios.
Quizás la escasez de bondad, perdón y reconciliación es lo que hace que en nuestra diócesis no exista comunión eclesial y más bien estamos en una gran ruptura. Esta será la ardua tarea de nuestra iglesia diocesana para el pueblo y para el nuevo obispo electo.
El problema de la pacificación política, viejos problemas históricos que se reflejan en las víctimas del terrorismo, tendrían otro tratamiento más humano y cristiano desde el perdón.
05.- Conclusión desde San Pablo
Termino la homilía de hoy con un texto de san Pablo que me es especialmente querido y que recoge lo vivido en el evangelio de hoy
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, antes bien lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos gratuitamente todas las demás cosas juntamente con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios, si Dios es el que salva? ¿Quién será el que condene, si Cristo Jesús ha muerto, más aún, ha resucitado y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? … Dios, que nos ama, hará que salgamos victoriosos de todas estas pruebas. Y estoy seguro de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni otras fuerzas sobrenaturales, ni lo presente, ni lo futuro, ni poderes de cualquier clase, ni lo de arriba, ni lo de abajo, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos, 8, 31-39).
Hoy estarás conmigo en el Paraíso
[1] Solamente y de pasada aparece en el evangelio de Juan la idea de Reino. Es en el diálogo con Nicodemo, quien le pregunta a Jesús: ¿Qué ha de hacer un hombre viejo para entrar en el Reino”? (Jn 3,3-7)
[2] el buen ladrón es el único en todo el evangelio de Lucas que llama Jesús a Jesús.
Comentarios desactivados en “¿Qué seré después de mi muerte? “, por José Arregi
De su blog Umbrales de Luz:
No nos gusta hablar de la muerte, siendo así que forma parte de la vida nuestra de cada día. No nos gusta hablar de la muerte, pero –o, mejor quizás, porque– la muerte nos sigue doliendo. Y es la muerte ajena la que más nos duele, con la soledad abatida y la tristeza del vacío que deja, los recuerdos dolorosos y los duelos irresueltos que quedan, los conflictos que surgen no pocas veces entre los más cercanos. La muerte sigue haciendo correr ríos de lágrimas: lágrimas de aflicción, lágrimas de desahogo, lágrimas también de consuelo.
Otros muchos animales, a su manera, lloran también a los muertos más próximos, e incluso, a su manera, acompañan su duelo con algún tipo de rito funerario. El duelo no es específico y exclusivo de los humanos. Nada nos es exclusivo. Pero es innegable que la sepultura ritual es una de las huellas culturales más antiguas de la humanidad, muchos miles de años antes de que se formaran las primeras religiones. En el año 2018 se descubrieron en Kenia los restos de un niño Sapiens de hace unos 78.000 años enterrado con mimo y ternura, como si lo hubieran puesto a dormir. En Israel se han identificado varias sepulturas, tanto Sapiens como Neanderthal, de hace entre 90.000 y 130.000 años. Y en pleno Paleolítico se encuentran casos en que la tierra sobre la que descansan los restos humanos contiene polen, ese polvillo maravilloso dotado de células capaces de fecundar la vida; esos restos humanos habían sido depositados sobre un lecho de flores, en la tácita esperanza de que fueran a germinar, florecer y dar fruto: vivir. Aquellos ritos funerarios les servían –como los nuestros, religioso o laicos, nos sirven hoy– para aliviar la pena, apaciguar los conflictos, fortalecer la confianza en la vida que sigue y que hay que cuidar. ¿Se equivocaban?
Mucho después, todas las religiones crearon mitos y elaboraron doctrinas que expresaban conceptualmente esa oscura esperanza de vida después de la muerte. Creo en esa esperanza, pero ya no puedo creer en los conceptos que la expresan. Sirvieron en otros tiempos para sostener el ánimo, la confianza, la vida. Hoy ya no nos sirven. Hoy no puedo creer que el atman, el “alma” o la conciencia o el Yo o la individualidad profunda, después de la muerte, se reencarne en otro cuerpo, según la inexorable ley del karma. Ni que el “alma” sea inmortal y sobreviva por separado después de la disgregacuión del cuerpo físico. Ni que vayamos a resucitar al final del mundo, como creían algunos judíos de la época de Jesús y siguen creyendo muchos judíos, cristianos y musulmanes. No puedo creer que haya un juicio ante un “Dios”, sea riguroso o sea bondadoso, ni en un infierno eterno para los malos, ni en un paraíso feliz para los justos… Es preciso deconstruir todos esos conceptos por una razón sencilla: porque están ligados a una visión del mundo que ya no es la nuestra.
¿Qué haremos, pues, con todos esos viejos conceptos? Cabe olvidarlos o abandonarlos definitivamente, o cabe reinterpretarlos. Personalmente, en la mayoría de los casos, yo me inclino a reinterpretarlos, porque no inventamos el lenguaje y porque hablar consiste siempre en reinterpretar, en sacar lo nuevo de lo viejo. No creo en lo que dicen los conceptos, pero creo en lo indecible al que se refieren y que aún pueden sugerir.
Creo que vivir es darse y que darse es la mejor forma de recibirse y de ser. Que morir es vaciarse o darse del todo y que vaciarse y darse del todo es el paso para ser plenamente. Que aprendemos a vivir aprendiendo a morir un poco cada día como mejor podamos, y que aprendemos a morir aprendiendo a vivir cada día lo mejor que podamos, en bondad desprendida y feliz. Que ahí se realiza en nosotros el Misterio de la Vida o de Dios, que es Pascua, incesante Pasar, inagotable Darse y Recibirse y eterno Renacer. Que no hay otro fin del mundo que la codicia y la opresión universal. Que no hay otro criterio de juicio que el amor de cada día. Que no hay otra condenación ni infierno que el que nos procuramos en esta vida a nosotros mismos y a los demás cuando nos encerramos en nuestro y nos hacemos la guerra. Que no hay otro cielo que la bienaventuranza compartida en la comunión de los vivientes, la Vida Buena común, y que ése es el cielo posible de esta nuestra Tierra común, el cielo al que aspiramos y del que somos responsables.
Pero ¿qué quedará de mí después de mi muerte? Quedará la vida que hemos vivido y nos transciende en todas las direcciones. Quedará la vida que inventó la muerte para seguir viviendo. Quedará la muerte que es condición y umbral de la vida y de su secuencia, al menos en la forma en que la conocemos en esta Tierra. Mientras la vida viva no morirá la muerte, y mientras no muera la muerte vivirá la vida, como dijeron los sabios Vedas de la India hace 4.000 años. Quedará la Vida Eterna en todo lo que es. Quedará el Aliento que fugazmente tomó cuerpo en mí y se hizo mi yo en permanente cambio. Quedará la materia madre de todas las formas, la materia eterna que me ha formado en su eterna transformación, la energía transformadora de la que provengo y en la que me sumergiré. Quedará la luz de cada mañana y la paz de cada atardecer. Quedará el Aliento eterno que animó pasajeramente mi forma, mi yo. Nada se pierde sino la apariencia. Todo se transforma, como la luz del alba y de la tarde.
Después de mi muerte, no quedará esta apariencia psicológica, emocional individual e inestable. Quedará mi recuerdo en el corazón o en la memoria de quienes me recordarán haciéndome renacer cada vez. Quedará el Vacío de esta forma cambiante que soy. ¿Quedará también la huella de esta forma única y cambiante que llamo “yo”? Mas allá de todo espacio y tiempo, en el presente sin comienzo ni fin, ¿la Memoria o el Corazón del Cosmos infinito guardará la memoria viva, vivificadora, de esta forma, la información o conciencia que hemos sido en esta fugaz existencia? Tal vez, pero no lo sé ni me importa.
Para decir lo que seré después de mi muerte, solo quedan metáforas que me abren al infinito que late en nuestras mejores palabras y anhelos. Después de la muerte de esta chispa vacilante y efímera, seré el Fuego que danza, transforma y recrea, seré el Fondo inaprehensible e inasible de cuanto es, el Aliento universal y verdadero del que vine y vuelvo. Seré en Todo, y de alguna forma seré Todo. SERÉ EL QUE SOY, LA QUE SOY, LO QUE SOY, el Infinito en todo. Y es lo que quiero vivir y cuidar en este preludio de la Vida que es esta forma de vida-muerte que vivo.
Si abriéramos más los ojos, si nuestra conciencia se expandiera, muchas lágrimas de aflicción podrían convertirse en lágrimas de consuelo.
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