Obispos australianos publican una guía matizada sobre cuestiones transgénero en la educación católica
Los obispos de Australia han publicado una nueva guía sobre el género en la educación católica que, si bien se adhiere a las creencias negativas de las personas transgénero, presenta un enfoque más matizado que las políticas diocesanas similares en los Estados Unidos.
La guía, “Created and Loved: A Guide for Catholic Schools on Identity and Gender,” (“Creados y amados: una guía para escuelas católicas sobre identidad y género”), fue publicada por la Conferencia de Obispos Católicos de Australia este mes. Reconoce la presencia de individuos con “variantes de género” dentro de las escuelas (estudiantes, familias y personal) y que requieren una respuesta pastoral.
Esa respuesta, sin embargo, proviene de compromisos antropológicos arraigados en la complementariedad de género, o la idea de que existe un binomio masculino-femenino y que el sexo asignado a uno es su verdadera identidad. Sin embargo, el texto admite una diferencia entre género y sexo, aunque afirma que estos no pueden separarse. El texto dice:
“[G]énero también puede cambiar con el tiempo y variar tanto entre individuos como entre diferentes culturas. Los estereotipos culturales rígidos de masculinidad y feminidad son desafortunados e indeseables porque pueden crear una presión irrazonable sobre los niños para que se presenten o se comporten de una manera particular”.
Habiendo esbozado estos compromisos filosóficos y teológicos, la guía nombra principios pastorales y protocolos prácticos. El documento describe una variedad de enfoques pastorales, algunos afirmativos y otros no afirmativos. Una recomendación no afirmativa es limitar las intervenciones como la transición social y los bloqueadores de la pubertad. El apoyo de la guía a tales ideas se basa en afirmaciones rechazadas en gran medida por los principales profesionales de la salud.
Para los protocolos prácticos, la guía identifica los principios clave de la Doctrina Social Católica que deben emplearse, como la solidaridad, la participación y la subsidiariedad. Otras áreas incluyen:
* Legislación: la guía pide a los educadores e instituciones católicas que protejan los derechos humanos, no discriminen por motivos de identidad LGBTQI y se mantengan informados sobre las políticas gubernamentales pertinentes.
* Liderazgo escolar: los administradores deben asegurarse de que el personal se esté capacitando en las enseñanzas de la iglesia, la “alfabetización en salud” y sus funciones adecuadas, así como garantizar una buena comunicación y un lenguaje preciso sobre el tema.
* Programación escolar: los planes de estudios deben promover una “antropología cristiana” e integrarse en todos los temas para “utilizar entendimientos y lenguaje compartidos”, al tiempo que brindan una “visión del mundo llena de esperanza”.
En particular, el documento australiano brinda un enfoque más compasivo a algunas de las áreas más controvertidas con respecto al género en la educación católica actual. Algunos ejemplos:
* Las escuelas deben proporcionar baños y vestuarios neutrales en cuanto al género “que sean privados y no estén alineados con el sexo biológico” para aumentar “las opciones de acceso y seguridad de los estudiantes vulnerables y pueden aliviar las ansiedades”.
* Debe haber “flexibilidad con expectativas uniformes” para satisfacer las necesidades de un cuerpo estudiantil diverso.
* La inscripción debe manejarse sobre la base del sexo asignado y documentarse en los registros escolares como tal, aunque está permitido anotar el nombre, la identidad y los pronombres preferidos de un estudiante en esos registros.
* Con respecto a los deportes y la educación física, la guía establece que es “principal que se preste mucha atención a brindar acceso y participación a todos los estudiantes” para garantizar que “los entornos sean inclusivos, seguros, justos y libres de discriminación”. Permite que los estudiantes mayores de 12 años queden excluidos de los deportes de un solo género “donde la fuerza, la resistencia o el físico de los competidores son relevantes”.
* En términos de campamentos y eventos escolares, “debe haber una conciencia de las necesidades únicas del estudiante con variante de género, proporcionando así baños y arreglos para dormir apropiados donde todos los estudiantes se sientan seguros y apoyados”.
Finalmente, la guía concluye con dos páginas de definiciones y una sección de recursos. La “importancia del idioma no se puede exagerar”, y tanto lo que se incluye como lo que no se incluye “es muy significativo en esta área especializada”. Lamentablemente, la página de definiciones desaconseja el uso del término “transgénero” a favor de “disforia de género” o “incongruencia de género”, para no hacer afirmaciones sobre una identidad fija.
Una reunión de algunos de los obispos de Australia
Si bien, en última instancia, la guía de los obispos australianos no afirma completamente a los estudiantes trans y no binarios, el tono de este documento es notablemente diferente de las políticas duras e incluso punitivas propuestas por las diócesis de EE. UU. en los últimos años. La guía australiana enfatiza repetidamente que la compasión, la no discriminación y el cuidado pastoral son prioridades. Tiene en cuenta algunas acciones de apoyo, como la provisión de instalaciones neutrales en cuanto al género, incluso al tiempo que propone ideas pseudocientíficas sobre las transiciones de género. Y alienta a los educadores de las instituciones católicas a aprender constantemente a medida que se desarrollan cuestiones de identidad de género en la sociedad, en el gobierno y en la iglesia.
En resumen, los obispos de Australia muestran que entendieron que tratar con jóvenes trans, no binarios e intersexuales es complejo, y que los funcionarios de la iglesia deben estar dispuestos a abordar estos temas con matices. Nada en esta guía exige cómo debe actuar cualquier educador, nuevamente una diferencia sorprendente con las políticas de los EE. UU. Con suerte, los funcionarios de la educación católica abrazarán el espíritu del documento para tomar decisiones localizadas que sean más afirmativas de lo que los obispos estaban dispuestos a ser.
—Robert Shine (él/él), New Ways Ministry, 23 de septiembre de 2022
Fuente New Ways Ministry
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