No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos, ven
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos, ven
01.- El libro de la Sabiduría
La homilía de hoy versa sobre la primera lectura tomada del libro de la Sabiduría, que cronológicamente es el último libro del AT. Con este libro de la Sabiduría estamos en los umbrales del tiempo de JesuCristo, hacia el año 50 a.C.
Que no se nos olvide el AT, porque también nosotros podemos vivir en situación de AT.
El tiempo en que se escribe el libro de la Sabiduría es el inmediatamente anterior a Jesús y se estaba produciendo una gran expansión de la cultura griega (helenismo).
La cultura griega contribuyó a universalizar la Biblia (AT) en las comunidades judías de la diáspora, en el Imperio romano (versión de los LXX) y abrió el pensamiento judío a la filosofía y a las ideas griegas. El libro de la Sabiduría es un buen testimonio de este momento cultural. Expresará en ideas y leguaje griego el pensamiento judío.
Por ejemplo:
- La antropología judía (semita) no habla de cuerpo y alma. El mundo judío entiende al ser humano con otros términos. Sin embargo en el libro de la Sabiduría se habla de cuerpo y alma, que son términos griegos (lo hemos escuchado en la lectura de hoy).
- El pensamiento judío cuando llegó a la fe en una vida más allá de esta, le llama resurrección. La Sabiduría siguiendo el pensamiento griego habla de inmortalidad.
El libro de la Sabiduría es una reflexión del ser humano cuando entra dentro de sí mismo para preguntarse por las cosas más importantes: ¿qué es el hombre? ¿Qué es el hombre frente a Dios? ¿Quién conoce el misterio de la vida y de la muerte?
02.- El ser humano es débil, frágil.
La experiencia nos demuestra que somos muy limitados y que lo que hacemos y tocamos es muy débil, pero al mismo tiempo intuimos que debe haber algo que no fenece: el misterio de Dios. Decía el médico y filósofo Laín Entralgo (1908-2001) que: el ser humano espera por naturaleza algo que no está en su naturaleza, en su debilidad.
Queremos –necesitamos- conocer, penetrar el misterio, el después de la muerte.
La primera lectura de hoy presenta catorce términos que tienen que ver con el conocimiento: conocer (2 veces), imaginar, pensamientos, razonamientos, mente pensativa, vislumbrar, descubrir, rastrear, sabiduría (2 veces), santo espíritu, enderezar, aprender. El texto comienza con una pregunta: ¿Qué hombre conocerá el designio de Dios? La lectura concluye con la afirmación categórica: Los hombres… se salvaron por la sabiduría.
El cuerpo, nuestro cerebro (de humilde barro)tiene, tenemos “unas cuantas neuronas” y con el paso del tiempo y la edad, bastante deterioradas. Por eso pensamos como podemos: nuestros pensamientos son falibles. El cuerpo es el lastre delalma
(Esta distinción cuerpo y alma no es judía, sino griega). Jesús no conoció esta antropología griega. San Pablo, nunca habla en estos términos de cuerpo y alma, ni el AT tiene esta antropología.
Sin embargo el libro de la Sabiduría nos está diciendo que la debilidad humana (barro – cuerpo) no es negativa, sino que es valiosa aunque limitada y sentimos la necesidad de Alguien que nos busca y nos llama amorosamente. La debilidad reclama salvación, ayuda, necesidad de Alguien que es creador y salvador.
Esto solamente lo decimos o lo aprendemos en la medida en que la vida se nos escapa de las manos. El deseo natural de trascendencia, de cielo, es algo que llevamos en el corazón, y sólo con sabiduría y espíritu lograremos que no muera nunca.
¿Cómo rastrear las cosas del cielo? ¿Cómo comprender el misterio de la vida y de la muerte?
03.- No es lo mismo Sabiduría que Ciencia
La Sabiduría no es un almacenamiento de datos científicos, sino un modo de vivir abierto al Ser, a la Verdad.
La ciencia conoce, la sabiduría, sabe (saborea la vida). No es lo mismo conocer datos que saber vivir. Se puede conocer muchas cosas científicas y no saber vivir. ¡Cuántos científicos, políticos, economistas, eclesiásticos conocen, pero no saben vivir!
La Sabiduría es un modo, un tono vital de vivir abiertos a la verdad y al bien.
No todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos, ven.
Que el Señor nos conceda su Sabiduría para que comprendamos el misterio de la vida.
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