Arzobispo se opone a propuesta de prohibición de terapia de conversión en Tasmania
Un arzobispo australiano rechazó un informe que pide la prohibición de la terapia de conversión en Tasmania, lo que está provocando un desacuerdo entre la arquidiócesis y los expertos en derechos humanos.
En mayo, el Tasmanian Law Reform Institute (TLRI) publicó un informe de 300 páginas que sugería la prohibición de la terapia de conversión en el estado insular australiano de Tasmania. Los defensores argumentaron que si la práctica no se prohíbe, Tasmania se convertirá en un imán para quienes utilizan estas técnicas desacreditadas, informó ABC.
El presidente de Equality Tasmania, Rodney Croome, afirmó que la prohibición debería entrar en vigor este año:
“Si dejamos que este problema se prolongue hasta 2023, podríamos convertirnos en el vertedero de muchas personas que son enviadas aquí desde la interestatal para realizar prácticas de conversión y no queremos eso”.
La Arquidiócesis de Hobart, que cubre ambas partes de Australia continental y la isla de Tasmania, cuestionó las conclusiones del informe. El arzobispo Julian Porteous argumentó que prohibir la terapia de conversión tendría un efecto paralizador en la libertad de expresión en el país, diciendo:
“‘Esto podría conducir a cambios legislativos que hicieran ilegal expresar creencias tales como que existe una orientación sexual e identidad de género normativa y arquetípica para cada sexo biológico humano’”.
Además, el Star Observer informó que el arzobispo expresó su preocupación de que las recomendaciones limitarían la libertad médica, como comentó:
“‘Según los cambios propuestos, los profesionales médicos y los psicólogos se verían obligados a afirmar que la disforia de género es normal y saludable, lo que aumenta la probabilidad de que un paciente realice procedimientos irreversibles para “transicionar” al sexo opuesto’”.
Porteous argumentó en contra de la atención de afirmación de género para los tasmanos transgénero y destacó su posición negativa LGBTQ al abordar la dismorfia de género. Él afirmó:
“‘La comprensión cristiana de la persona humana, creada varón y mujer a imagen y semejanza de Dios, se corresponde con la realidad biológica y, por tanto, es necesaria para el florecimiento y cuidado adecuado de las personas y de la sociedad en su conjunto’”.
TLRI desacreditó las principales afirmaciones hechas por la arquidiócesis, y señaló que el informe no menciona la restricción de la libertad de expresión y que ningún médico se vería obligado a brindar atención de afirmación de género:
“El Instituto no especifica las guías clínicas o normas que deben aplicar los profesionales de la salud; ni recomendar obligar a los profesionales de la salud a aplicarlas… Según las recomendaciones del Instituto, los profesionales de la salud que no estén de acuerdo con el estándar de atención prescrito establecido por el Psiquiatra Civil Jefe podrían objetar por motivos de conciencia y no serían ‘obligados’ a aplicar el estándar de atención regulado. .”
Los habitantes LGBTQ de Tasmania están hablando sobre sus propias experiencias con la terapia de conversión a medida que continúa el diálogo en torno al informe. Glen Worrall describió sentirse solo y aislado mientras asistía a varios programas de conversión, y estaba en un estado de desesperación espiritual como resultado del maltrato por parte de quienes ofrecían programas de conversión. Después de dos décadas de participar en prácticas de conversión, Worrall comenzó a ver su fe a través de una lente más poderosa:
“’Fue un momento en el que tuve que hacer un balance y reevaluar los últimos 21 años de golpearme y entregarme a Dios, y decirle (a Dios) no me has cambiado, así es como me hiciste. ‘”
El primer ministro de Tasmania, Jeremy Rockliff, prometió que su gobierno prohibirá la terapia de conversión y subrayó la importancia de la salud mental queer, diciendo:
“‘Entiendo cuánto ha afectado a las personas en detrimento de su bienestar, por decirlo suavemente… Para mí, como ministro de salud mental y bienestar, está claro que debe haber un cambio. Me lo tomo muy en serio’”.
Si bien es lamentable que el arzobispo Porteous no parezca extender la inclusión radical de Cristo a su comprensión de las personas LGBTQ+, es esperanzador que el gobierno de Tasmania esté impulsando reformas que garanticen la seguridad de los jóvenes queer más vulnerables. Mientras continúa el diálogo entre la iglesia institucional y el gobierno en Tasmania, los católicos homosexuales tendrán la oportunidad de abogar por una iglesia que emule el amor de Jesús por los marginados.
—Andru Zodrow (él/él), New Ways Ministry, 21 de julio de 2022
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El pasado mes de mayo, Los obispos y las obispas de la Iglesia Anglicana de Gales celebraban que el Gobierno galés prohíba las “terapias” de conversión antiLGTBI. El pasado febrero, Israel prohibía las terapias de conversión para miembros de la comunidad LGTBQ+. Al otro lado del Atlántico, la Cámara de los Comunes de Canadá le dio su visto bueno el pasado diciembre, por unanimidad, a un proyecto de ley para prohibir las pseudoterapias de conversión, y definitivamente el pasado enero de este año. Se trata de un veto total, no solo en menores de edad, y contempla penas de hasta cinco años de cárcel para quien inflija estas prácticas y hasta dos para quien se beneficie económicamente de las mismas o las publicite. El Senado aprobó el texto en una tramitación exprés apenas seis días más tarde y, tras recibir la firma de la gobernadora general, entró en vigor el pasado 7 de enero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativas” de la homosexualidad o la transexualidad.
Sin embargo, hace unos días conocíamos que Boris Johnson cedía a la presión del lobby transexcluyente y dejará fuera de la prohibición de las «terapias» de conversión la identidad de género. Y más recientemente, el Consejo General del Poder Judicial español criticaba en su informe no preceptivo, la prohibición de las mal llamadas terapias, en el proyecto de la ley Trans española. A esto se sumaban las desafortunadas palabras de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, gracias a los votos de la extrema derecha, Díaz Ayuso quien no sancionará al obispo homófobo Reig Plá por las terapias para ‘curar’ la homosexualidad’.
La situación en otros países
Canadá y Francia se unieron al reducido grupo de países que han prohibido las pseudoterapias de conversión, ya sea de manera general o en menores de edad el pasado mes de enero. Le siguió Nueva Zelanda el pasado 15 de febrero, y el pasado marzo les seguía Chile que prohíbe por ley las “terapias reparativas” de la homosexualidad o la transexualidad.
En EE.UU., California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor en 2019 tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.
En abril del mismo año también se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y en mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo hemos aprobó por ejemplo en enero de 2019 por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México. y en julio de 2021 el Estado de Yucatán.
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. La siguió Alemania el año pasado, aunque con un texto limitado a los menores de edad y con ciertas ambigüedades que el próximo Gobierno de Olaf Scholz se ha comprometido a revisar. El próximo país en sumarse será posiblemente Francia, cuya Asamblea Nacional aprobó en octubre, también por unanimidad, el veto a las pseudoterapias de conversión. Irlanda ha dado pasos en la misma dirección, antes de la disolución del Parlamento con la convocatoria de elecciones en 2020, y también se debate sobre el asunto en Austria. En mayo de este año, el Gobierno británico de Boris Johnson anunció un proyecto de ley, mientras que en Albania existe un veto de facto, toda vez que el colegio de Psicología prohíbe a sus miembros la práctica de cualquier procedimiento encaminado a intentar cambiar la orientación sexual o la identidad de género, ya sea en menores de edad o en adultos.
En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y era una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de las elecciones de abril de 2019. Tras la repetición electoral, el acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos contempla «la aprobación de una Ley contra la Discriminación de las Personas LGTBI incluyendo la prohibición a nivel nacional de las llamadas terapias de reversión».
Y, por fin, El Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, presentó el pasado junio el proyecto de ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos LGTBI, que incluye la prohibición de las pseudoterapias de conversión y que ha sido aprobado por el Consejo de Ministros iniciando ya su trámite para su debate y aprobación en el Congreso de los Diputados
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
«No» rotundo de los especialistas a las pseudoterapias reparadoras
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. A nivel internacional, ya en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las terribles «terapias»reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas (los riesgos incluyen depresión, ansiedad y comportamiento autodestructivo). Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
De hecho, en julio de este año, nos enterábamos de que el Vaticano frenaba las “terapias de conversión” e instruía a los obispos españoles a desautorizar a un grupo de ex-gays. Sin embargo, con la dimisión del obispo Xavier Novell nos enterábamos de que éste, participó, y avaló, ‘terapias de conversión’ de homosexuales hasta que fue frenado por el Vaticano. otros prelados que avalaban dichas prácticas (según las víctimas) serían: José Ignacio Munilla, Javier Martínez, Arturo Ros y Juan Antonio Reig avalarían estas prácticas
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Fuente New Ways Ministry/Cristianos Gays
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