Volvieron muy contentos.
No les fue fácil;
para muchos era la primera vez
y no tenían experiencia;
quizá hubieran deseado otra compañía
para la aventura;
y los pueblos y aldeas tenían ya su fama,
unos de acogedores, otros de indiferencia.
Iban ligeros de equipaje,
con las entrañas enternecidas, aradas,
y la utopía del Reino desatada
porque portaban tu mensaje.
Y la experiencia y misión
estuvo llena e todo lo que tiene la vida
y trae la historia.
Acogida, cercanía,
casas abiertas,
mesa compartida,
descanso y despedidas…
También de risas socarronas,
de portazos y rupturas,
de hambre e indiferencia,
,y de poca sintonía.
Pero volvieron contentos,
llenos de alegría,
con la misión cumplida
y con ganas de compartir
la experiencia tenida.;
y te regalaron uno de los momentos
más gozosos de la vida.
¡Cuánto tenemos que aprender
los que nos sentimos elegidos hoy día!
Salir fuera y andar por plazas, cruces y veredas;
destilar paz… y un poco de osadía;
aligerar las pertenencias
y desbordar de alegría;
sacudirnos títulos y prebendas ;
no sentirnos en casa inhóspita;
ofrecer buenas noticias y vida
y gozar siempre en compañía.
*
Florentino Ulibarri
Fe Adulta
***
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