La luz de la Transfiguración acontece en el silencio de la vida.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:
01.- La luz y la protección del Señor.
La luz es el simbolismo central de la Eucaristía de hoy.
- Dios le manda a Abran: mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes.
- S Pablo les dice a los cristianos de Filipos que somos ciudadanos de la luz del cielo.
- La Transfiguración del Señor es un relato lleno de luz: resplandecía de luz.
02.- Un mundo de símbolos.
La Transfiguración es un relato de revelación (muy semejante al del bautismo de Jesús en el río Jordán): este es mi Hijo, escuchadle.
Es una hermosa fiesta de luz, que más que en lo alto de una montaña, aconteció en la profundidad de la oración. Jesús subió a orar
Es un texto -un “tejido”- de símbolos del AT aplicados a Jesús:
+ las montañas eran el lugar más cercano a Dios. Jesús sube a la montaña: está cerca de Dios.
+ El resplandor deslumbrante es la luz que emana de Dios.
+ La nube es la protección de Dios a su pueblo en el camino por el desierto tras el Éxodo.
+ Las chozas / tiendas era la fiesta en la que los israelitas recordaban el descanso en el caminar fatigoso por el desierto.
+ La alianza era la amistad que Dios selló con su pueblo y, ahora hace una nueva alianza por medio de JesuCristo.
+ Moisés y Elías son la representación de las dos grandes instituciones de Israel: la ley (Moisés), el profetismo (Elías)
03.- Jesús es reconocido y creído como Cristo.
En este “escenario” Jesús se presenta como quien vive en Dios, es Dios (en una montaña alta), lleno de la luz (Revelación de Dios), cubierto y protegido por Dios (la nube). Jesús es superior a las instituciones religiosas de Israel (Moisés y Elías).
Y todo esto acontece no en un espectacular golpe de magia, sino en la oración, en el silencio interior.
Los discípulos conocían, convivían con Jesús, pero no habían llegado a ver y creer en Cristo.
La Transfiguración es el camino creyente (“catecumenado”) de los discípulos hasta que cayeron en cuenta (en la fe) de que el Jesús con quien convivían era el Hijo, la expresión de Dios.
En algún momento de su vida, -probablemente después de Pascua- los discípulos de Jesús llegaron a la luz, a la fe en Cristo: este es el Hijo amado de Dios.
04.- El Tabor acontece en el silencio y la oración.
El Tabor no es un 8.000 que en un esfuerzo titánico pudieran hacer los discípulos, sino que el Tabor es laexperiencia mística del encuentro del hombre con Dios.
En el espacio y tiempo sagrado del silencio y la oración de la montaña, de la cercanía de Dios, brota la luz, el sentido.
Jesús desde la nueva montaña (no ya del Sinaí del AT) proclama una nueva ley (tampoco la del Sinaí: el decálogo de Jesús serán las bienaventuranzas).
Del cielo sale una voz que atestigua: Esta es mi Palabra (mi Hijo), escuchadle. Jesús, como en el AT Abraham y Moisés, se pone al frente del pueblo, camino del nuevo Éxodo, que ahora, en Cristo, es ya la Resurrección: ciudadanos del cielo.
La transfiguración de la vida acontece en el silencio de nuestro interior. Que es donde descubrimos o se nos descubre el Señor.
Hay situaciones que se entienden mejor si antes se ha orado. Hay palabras que no las diríamos si antes se hubiésemos orado.
05.- Dos fuentes de luz en el siglo XXI
Podríamos. Decir que el hombre del siglo XX-XXI tiene como dos fuentes de luz:
- Una fuente es la razón, la inteligencia. Somos hijos de la Ilustración (al siglo XVIII se le denomina el “siglo de las luces”). Por ello tenemos una fe ciega en la razón, en la técnica y tecnología. Esperamos la salvación del progreso. Nos escandalizamos de que en pleno siglo XXI haya una guerra en Ucrania (¿en el mundo?). Pero es que la tecnología lo mismo produce un gran quirófano que construye un “excelente” misil atómico. La ciencia es ciega. La luz la ha de poner el ser humano, el humanismo, la fe.
- Por otra parte, siempre ha existido otra fuente de luz: son las ideologías, las ideas socio-políticas.
Estamos viviendo una situación de tiniebla, de noche oscura en esta guerra que Rusia ha desencadenado contra Ucrania, -si no contra Europa, USA y toda la humanidad-.
Los fascismos ideológicos tienen también “una cierta mística”: por eso suelen tener un cierto atractivo. Estas ideologías se constituyen en un cierto monte Tabor, que arrastra las masas: la patria, la raza, el gran Reich, el Imperio, la grandeza, la gran Rusia, etc.
Los fascismos propugnan y prometen grandeza, orden, trabajo, “aquí no pasa nada”, etc. Tales ideologías ciegan más que iluminan.
Los fascismos suelen ser dirigidos por un líder mesiánico, que pretende alzarse con la verdad y garantiza el orden y la solución de los problemas.
06.- Este es mi Hijo amado, escuchadle.
La Transfiguración nos dice que solamente Cristo es el hijo amado y al Él –solamente al él- escuchamos.
El AT ya caducó. Por la fe vemos en Jesús a Cristo. Por la transfiguración vemos al de otra raza, pueblo o nacionalidad como hermano y compañero de viaje.
El creyente ve a los demás no por su pasaporte, no mira a los demás como ucranianos, rusos, españoles o vascos, sino como hijos de Dios, que somos todos: transfiguramos al ser humano es hermano e hijo de Dios.
El cristiano vive las mismas realidades que todo el mundo, pero las vive de modo transfigurado, desde la voz que resuena en el monte Tabor:
Este es mi Hijo amado, escuchadle
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