Pastoral para una España vaciada.
He tenido la suerte de servir como cura, la mayor parte de mi vida en pueblos pequeños y muy pequeños. Y me han enseñado muchísimo.
Fundamental la pastoral de trato y del contacto. Es muy fácil hacerse con la lista de los cumpleaños de los vecinos del pueblo y pasar por sus casas a felicitarles. Eso les encanta y da una oportunidad estupenda para contactar con ellos.
Lo mismo ocurre visitando a los enfermos y personas mayores que ya no pueden salir de casas. Son unas visitas muy agradables. Y surge una amistad estupenda. Es muy fácil estar al corriente de lo que le ocurre a cada uno de los feligreses. Generalmente agradecen esas visitas y esa preocupación por ellos.
Otro capítulo importante son las celebraciones religiosas. Especialmente, las eucaristías. Se puede celebrar en “familia” y la participación de todos los fieles es muy fácil y sabrosa. Y no digamos nada de las reuniones, bien sea por edades o por grupos. Las mujeres son más adictas y resulta estupendo el tomar un café cualquier día de la semana con unas rosquillas o una sobada. Me he hecho uno de los mejores catadores de postres caseros gracias a la generosidad de las mujeres de esos pueblos. Tras el café y las pastas viene el charlar sobre el Evangelio y desarrollar una formación cristiana.
El trato es muy directo y por eso, es posible el redescubrir el Mensaje evangélico y a Jesús. Aunque sean muy dados a la religiosidad popular, es posible plasmarlo en formas nuevas que, despacio y con el corazón, es posible ir redescubriendo.
Luego está el servicio de promoción. Siempre hay algunos problemas que resolver en común y es muy fácil dialogar con las personas del pueblo y llegar a entendimientos y organizaciones que resuelvan en conjunto esos problemas en temas de sanidad, agricultura, ancianos, niños…
Y lo mismo podemos pensar en positivo. Animar y potenciar las tradiciones y costumbres, los productos propios de la zona. Se puede ir dialogando con los labradores, con los padres de familia, con los abuelos… Están abiertos a posibles asociaciones, grupos… Y colaborar con ellos en buscar alternativas positivas
Algo esencial que se puede dar entre los distintos pueblos es unirlos en torno a problemas y trabajar juntos por resolverlos: Sanidad, Colegio, Diversión, Encuentros, Medios de comunicación.
Ellos ya se juntan en entierros y fiestas familiares entre varios pueblos. Es cuestión de descubrir realidades que les unan y de ahí surgirá la unión y la acción en común.
Es cierto que hay curas con multitud de pueblos. No se puede pretender celebrar cada domingo en todos ellos. Se puede hacer en distintos días de la semana, celebrando –con la ayuda de seglares– celebraciones de la Palabra.
Desde mi experiencia es fácil seguir el mandato de Jesús: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” y también “anunciad con hechos el Reino de Dios”.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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