Magda Bennásar: ¿Qué ve el sol, que yo no veo?
Cuando nace un nuevo día, y contemplamos el amanecer, sabemos que la ausencia de luz ha sido por unas horas, que el sol ha estado siempre ahí, y que simplemente la Tierra le ha dado una vuelta dándole así al sol la oportunidad de alumbrar y caldear a todos y a absolutamente todo, en cada rincón del Planeta.
Con fidelidad, con precisión, con total donación de sí, el sol es el mejor aliado de la vida, es capacitador de los procesos para la vida… no me extraña que se haya elegido como día del nacimiento de Jesús, nuestro Sol, el día del nacimiento del sol o del solsticio de invierno en el hemisferio norte y de verano en el hemisferio sur.
El sol, al fin y al cabo es una estrella que se encuentra en el centro del sistema solar, que se formó hace unos 4600 millones de años. Su composición no ha cambiado mucho desde hace más de cuatro mil millones de años y seguirá siendo bastante estable durante otros cinco mil millones de años más…
¿No os impresiona? A mí me fascina saber, vislumbrar, que al fin y al cabo, el sol es una estrella, y que nuestra materia prima es polvo de estrellas. El sol es un familiar, nuestros cuerpos están formados de la misma sustancia. Estamos tan íntimamente emparentados que no podemos separar de nosotrxs lo que nos hace uno.
Sin el sol no habría vida en nuestro planeta. Sin ti tampoco. El sol ve los lugares ensombrecidos y fielmente se acerca, calienta, ilumina, alimenta y sigue su recorrido, como una madre, alimentando, abrigando, dando vida a todo.
Si el sol tiene esa importancia, recuerda que tú mucho más, porque en el proceso de evolución de la materia, a lo largo de billones de años, tú y yo estábamos en ese proceso que fue culminando en un ser consciente de que es consciente.
La energía del origen, en la que nos dirá Chardin ya estaba ahí el Cristo Cósmico, es la energía vital que corre por nuestras venas, es la vida que forma parte de la vida de todo, incluido el sol, tu vecina, la flor en tu ventana.
En esa orquesta de melodías y colores y diversidad se desarrolla el gran concierto de la vida. Y el Cristo está en todo, y tú y yo sabemos que está en ti y en mí.
Ese Cristo que late y palpita en todo, no tiene que venir de ningún lado a decirnos quienes somos… ese Cristo permea cada fibra de nuestro ser y como el sol, trae luz y presencia viva a nuestras vidas que sufren, por ignorancia, carencias de afecto, de calor, de sentido…
La persona de Jesús de Nazaret es la expresión humana, más completa, del Cristo. Y nosotrxs estamos invitadxs hoy a encarnar: poner carne-cuerpo-vida-corazón, como lo hizo Jesús de Nazaret en su momento histórico. Y con ello, todo evoluciona.
Estamos inmersos en un universo de energía que va más allá de nuestra comprensión y que nos pertenece. Y todo, todo, ha sido gestado con esa energía Fontal.
¿Creéis que podemos vivir con esa amplitud de conciencia y apertura a todo? Voy entendiendo, despacio, porque eso es muy grande, que esa comprensión es la gran vacuna que nos inmuniza de tantas medias verdades y simplezas que nos han predicado, por ignorancia o por miedo.
Estos miedos institucionales a perder poder y fuerza han sumido a la humanidad occidental en una mediocridad interior que ha posibilitado que grandes virus como el capitalismo con sus múltiples consecuencias, hayan destruido la mente de muchas personas que no tenían acceso a una formación más sólida.
El mundo occidental cristiano ha fracasado y en la actualidad las personas buscan llenar su vacío interior con diferentes espiritualidades que llenan el gran vacío que dejó una religión que se alejó de sus orígenes, deslumbrada por el poder del Imperio Romano, y desde entonces sigue errante detrás de poderes de diversa índole. Es esta institución la que ha silenciado a lxs profetas de hoy. Las mentes más brillantes siguen en los márgenes mientras tenemos que contemplar la caída del imperio religioso que han montado, con daños irreparables a miles de vidas.
A muchxs nos pilla ya fuera , en la periferia, donde como en los inicios del cristianismo, se nos relata que gente normal recibe un anuncio de unas posibilidades de encuentro directo, de diálogo con el Dios de la Vida, que transmite vida porque es la vida, y no necesita de mediadores: ni sacerdotes, ni maridos… para dejar a las vírgenes y ancianas rebosantes de vida, gestando el futuro, llenas de gozo y de cantos por un mañana diferente: sin poderes humanos ni divinos, sólo con la conexión directa con la energía Fontal, desde la que viene Cristo, el Mesías, el Ungido, el Amado, buscando a la persona aislada, tal vez dependiente de nuevos gurús, por concepciones obsoletas de la vida.
Os invitamos, desde esa periferia de nuestro blog, a que vivamos el Adviento, con una mirada tipo la del sol, que tiene luz dentro, que tiene una experiencia global, y que comparte con Todo su don: irradiar calor y luz.
¡Buen Adviento!
Magda Bennásar Oliver, SFCC
www.espiritualidadintegradoracristiana.es
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