Con ella se estabiliza el eje
Cuando la mujer encorvada (Lucas 13, 11-13) se enderezó, no fue un milagro. Simplemente acogió la energía de liberación integral, sobre todo religiosa, que Jesús le aplicó con su tacto. La carga la mantenía doblada ¡placer patriarcal!
Ella, responde a su identidad que tiene arrinconada, porque así se lo han comunicado, en nombre de un dios que ha apoyado una continuidad de abusos que nos escalofrían y estremecen. Y no sabemos de la misa la media.
Desde nuestra página y blog apoyamos totalmente el Manifiesto del VII Encuentro Estatal de Redes Cristianas (https://eclesalia.wordpress.com/2021/10/25/maniviesto-del-vii-encuentro-estatal-de-redes-cristianas/); sólo un matiz a objetar queridxs hermanxas: el orden de las prioridades en vuestras declaraciones: en 6º lugar, al fin aparece, vuestro posicionamiento respecto al papel de la mujer.
Nosotras, desde una posición de libertad y de haber sido enderezadas, no una vez, sino casi a diario, porque casi todo está intoxicado de patriarcado, sugerimos que si la mujer enderezada tuviera el 50% compartido con el varón, de voz y voto en todo, el resto no sería necesario. Es decir:
-la situación del Planeta no habría llegado a este extremo gravísimo, casi irreversible, porque también en el resto de decisiones políticas, económicas…habría personas enderezadas por su conciencia de saber quiénes son. No sólo por el hecho de ser mujeres, sino personas integradas en su complejidad masculina y femenina, sin negar ningún aspecto, e integrando el equilibrio que equilibra.
Más que dedicarnos a enderezar, que también, intentamos trabajar para evitar el doblamiento del eje de la vida de personas. No podemos salir del mundo que tenemos pero podemos elegir si caminar con botas aplastando lo pequeño con nuestro paso urgente para apagar fuegos o ir descalzas, pisando tierra sagrada, y dejando la mínima huella ecológica posible. Y conservando el agua para la vida, no para apagar los fuegos patriarcales.
¿Qué hizo la encorvada el día después? Sólo puedo interpretar entre líneas, desde lo que hice yo.
Tenía 16 años, rebeldilla e inquieta. Me acababan de decir en lo más recóndito de mi ser que era hija de Dios, y me fue calando, hasta hoy. Ese descubrimiento me condujo a una relación, aprendida de labios de Jesús, con un Dios cercano, el Abba de quien Jesús habla y con quien habla.
El día después estás como llena de una vida que no sabes explicar pero que te va cambiando, y aunque vas dejando cosas, algunas personas… no te duele, porque el cambio supera a la pérdida.
Es en esa experiencia de amor, donde, día a día, el eje se va equilibrando. ¿Qué haría la encorvada ahora enderezada? Sin lugar a dudas, lo primero mirar a los ojos, al Maestro, a las personas. ¡Wow! Eso tiene que ser impresionante. De tanto mirar el suelo, al polvo y tragarlo, se le había olvidado la mirada que la mantendrá ya recta y segura de por vida.
Con ella me atrevo a decir, nos pueden quitar espacio, pero no libertad. Nos pueden ningunear pero no callar, nos pueden invisibilizar, silenciar, pero sólo en sus lugares, la mayoría usurpados e inmatriculados, de los que disponen en nombre de su dios.
He aprendido, a fuerza de desprecios, a sospechar que cuando hay arrogancia hay doble vida. Y no falla casi en ningún caso: el vecino religioso que se pasea abrazado de su querida, durante sus vacaciones anuales, hace 30 años que les veo. El todopoderoso director diocesano que te trata como a una sirvienta y hoy está acusado de abusos a niños y retirado del ministerio sacerdotal. El rígido que cuando, para pagarnos estudios, limpiábamos sus habitaciones, salían revistas porno al mover algún mueble. El gran párroco predicador de éxito que vivía con su pareja en una subvivienda construida con toda clase de lujo desde la sacristía… ¿sigo? La religiosa que tuvo que empujar con fuerza al cura que la quería abusar, porque decía que era la única de la comunidad que se le resistía, en África.
Modos de saludar de algunos ordenados, incluidos diáconos “pero vosotras, ¿quiénes sois?, ¿qué queréis?, ¿ya habéis ido al obispo?”, “no vais a quitarnos a la gente”…
Todo empieza en nuestra experiencia. Si alguien valora tanto el poder y el dinero es porque no ha descubierto el valor de su vida y tiene que buscar afuera lo que no descubre dentro.
La tarea es descomunal, todo empieza en la experiencia. Si Hitler hubiera experimentado el Amor, la historia sería diferente. Si los obispos y cardenales, experimentaran el Amor, no se darían esos escándalos y abusos que con arrogancia nos han ocultado, y a las mujeres nos siguen tratando como a seres inferiores y no tienen idea del descalabro causado y que siguen causando.
El tema de la mujer no es un tema. Estamos hartas de que nos traten como a temas a debatir, como hasta donde pueden “ellos” dejarnos hacer. Es tan ridículo como habitual, y así seguimos. Como las mujeres maltratadas que tan pronto denuncian al maltratador como retiran la denuncia…cada vez que apoyamos el sistema injusto, de abuso y explotación en que se ha convertido la institución, es como retirar la denuncia.
“Dominar” es la tentación del débil. Deriva en un controlar y que no me controlen; decir y que no me digan…y no va con género. Repetimos esquemas, fuí dominada, reproduzco el esquema…o no.
Aquí entra Jesús “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”, parafraseando diría, “que lo femenino sea liberado en ti, porque eres hijx de Abrahán” y así, poco a poco, el dolor se integra, la humillación se perdona, pero no se permite.
La encorvada hoy enderezada, camina tranquila con su Dios y con las comunidades que, lentamente van surgiendo del humus de la vida y del evangelio, con sencillez y realismo, el eje se recoloca.
Algo así como volver a nacer. Así es la experiencia de ser enderezada. Deseo esta experiencia a cada ser humano. Y si así ocurriera, todo, absolutamente todo sería diferente y las prioridades estarían en orden.
Magda Bennásar Oliver, sfcc
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