La ultraderecha y el Vaticano torpedean la aprobación de la ley italiana contra la homofobia
Alessandro Zan, militante gay y del PD, promotor de la Ley
Ha salido adelante en una votación secreta una moción de los partidos de ultraderecha Liga y Hermanos de Italia para impedir el examen del proyecto de ley, con 154 votos a favor de bloquear la norma y 131 contrarios
El proyecto de ley contra la homofobia y la transfobia en Italia ha quedado bloqueado este miércoles en el Parlamento, en la última fase para su aprobación definitiva, después de que prosperara por sorpresa una iniciativa de los partidos de la ultraderecha. Se ha impuesto una moción que impide su examen, lanzada por los partidos de ultraderecha Liga y Hermanos de Italia, cuando se retomaba la tramitación del texto en el Senado, aprobado hace un año por la Cámara de los Diputados.
La iniciativa prosperó por sorpresa —en teoría los partidarios de la ley eran mayoría— con 154 votos a favor de bloquear la ley y 131 contrarios en una votación secreta, que en Italia suele brindar a los díscolos la ocasión de votar contra la disciplina de partido. “Se ha traicionado un pacto político que quería un paso de civismo para el país”, ha denunciado en sus redes el diputado del Partido Demócrata (PD), Alessandro Zan, promotor del texto. Aunque el rechazo del Senado no entierra de forma definitiva el texto, obliga a volver a la casilla de salida y retrasa su hipotética aprobación.
El líder de la Liga, Matteo Salvini, ha celebrado la “derrota de la arrogancia” del secretario del PD, Enrico Letta, y del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), al asegurar que estos dos partidos —el primero promotor de la ley y el segundo su apoyo— han rechazado todas las propuestas de enmienda y de negociación “incluidas las formuladas por el Santo Padre, asociaciones y muchas familias”.
El proyecto había sido aprobado en noviembre de 2020 por la Cámara de los Diputados y aunque llegó al Senado el 13 de julio pasado, quedó paralizado por el verano y los obstáculos de la ultraderecha, que impuso miles de enmiendas. El proyecto establece como delito de odio la “discriminación y violencia por motivos de sexo, género, orientación sexual identidad de género y la discapacidad”, como ya se contempla para casos de racismo, por ejemplo.
Su posible aprobación generó la intervención del Vaticano, en lo que se consideró una injerencia en la política nacional, porque temían que afectase al Concordato con Italia desde 1929. El Estado de la Ciudad del Vaticano pidió formalmente al Gobierno italiano que revisase algunos aspectos de este proyecto de ley y, tras conocerse la noticia, aclararon que no pretendían detener su tramitación.
Una de las cuestiones discutidas es el concepto de identidad de género, recogido como “definición percibida y manifiesta de sí mismo en relación con el género, aunque no corresponda al sexo e independientemente de si se ha terminado la transición”.
El actual ministro de Exteriores y uno de los exponentes del M5S, Luigi Di Maio, ha considerado “vergonzoso” que la ley haya quedado “barrida en el secreto de la urna”. Y Letta llamó a la esperanza contra quienes “han querido frenar todo” y hacer retroceder al país: “El país está de otro lado y pronto se verá”, ha desafiado.
Otra lectura es la meramente política, porque de este modo la coalición que gobernaba hasta febrero, el PD y el Cinco Estrellas, ya no sumaría una mayoría absoluta. Actualmente Italia está gobernada por una coalición presidida por Mario Draghi, instaurada en febrero para gestionar la pandemia, y que engloba a todos los partidos excepto a Hermanos de Italia.
Fuente Agencias
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