La homofobia internalizada oprime a las personas LGBT+
Incluso si no has experimentado la homofobia, probablemente has sido testigo de ella, en la escuela o la universidad, en el lugar de trabajo o en las redes sociales. Merriam-Webster la define como “miedo irracional, aversión o discriminación contra la homosexualidad o los homosexuales”.
Pero la homofobia no siempre se dirige a otras personas. Si alguien está influenciado por las actitudes homófobas de su familia, sus amigos o la sociedad en general, puede sufrir una homofobia interiorizada, también conocida como homonegatividad interiorizada u homonegativismo interiorizado.
La homofobia internalizada se produce cuando alguien que es LGBTQ “absorbe esos mensajes y estereotipos heterosexistas culturales e institucionalizados negativos de la sociedad y luego pone esos mismos prejuicios en sí mismo“, dice a Health Jo Eckler, PsyD, psicóloga clínica licenciada con sede en Texas y autora de I Can’t Fix You-Because You’re Not Broken .
La homofobia interiorizada puede dar lugar a menudo a sentimientos de vergüenza, odio a sí mismo, asco, ansiedad y/o depresión, especialmente cuando la persona no es consciente de lo que está ocurriendo.
“Muchas personas LGBTQIA pueden contar historias en las que se esfuerzan mucho -y fracasan- por ser heterosexuales debido a estos prejuicios negativos interiorizados y a la forma en que la sociedad trata a las personas LGBTQIA”, explica Eckler. (LGBTQIA son las siglas de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales, Queer, Intersexuales y Asexuales).
“Verte a ti mismo de la misma manera en que te ve nuestra cultura heteronormativa, homofóbica y patriarcal es otra manera de pensar en la homofobia internalizada”, dice a Health Kristen Martínez, consejera afirmativa LGBTQ+ en Pacific NorthWell en Seattle. “Todos podemos identificar casos de homofobia externa dirigida a otros, pero la homofobia internalizada a menudo se manifiesta en nuestra autoconversación interna y en cómo anticipamos que los demás nos ven”.
No es difícil ver cómo se manifiesta la homofobia interiorizada. Aunque cada vez avanzamos más hacia la igualdad, seguimos viviendo en una sociedad en la que se da por sentado que ser heterosexual es “normal” y que cualquier otra cosa es una desviación.
“Ser LGBTQIA no sólo se trata como algo ‘anormal’, sino que a menudo viene acompañado de discriminación, estereotipos, suposiciones negativas, prejuicios, e incluso violencia y crímenes de odio”, dice Eckler, “podemos escuchar comentarios negativos o incluso asco de la gente que nos rodea. Los medios de comunicación tampoco ayudan: puede ser muy difícil para las personas LGBTQIA encontrar representaciones positivas y realistas de sí mismas en el cine o la televisión.”
Si crees que sufres de homofobia interiorizada, no seas demasiado duro contigo mismo. Eckler cree que es imposible no asimilar esos mensajes, especialmente a una edad temprana: “Si recibes suficientes mensajes de que eres repugnante y no perteneces a la sociedad, puedes empezar a creerlo en algún nivel, seas o no consciente de ello”, dice.
El primer paso para hacer frente a la homofobia interiorizada es hablar de ella. “Esto nos ayuda a nombrarla e identificarla, lo que cambia nuestra relación con ella”, dice Martínez. “Nos hacemos más conscientes de nuestro condicionamiento cultural y podemos empezar a darnos cuenta de que podemos elegir cómo nos tratamos a nosotros mismos, y no tiene por qué ser de la forma en que nos trata nuestra defectuosa y opresiva cultura”.
Eckler está de acuerdo en que hablar de la homofobia interiorizada hace que una persona pase de sentir vergüenza a reconocer de forma más realista que estos mensajes provienen de fuentes externas y no internas. Si no se reconoce y no se controla, puede influir no sólo en cómo nos tratamos a nosotros mismos, sino en cómo tratamos a otras personas.
“Esto puede manifestarse como miembros de la comunidad LGBTQIA que tienen prejuicios negativos sobre otros miembros de esa comunidad o los discriminan“, dice Eckler. “Cuanto más podamos reconocer y reducir nuestra homofobia interiorizada, mejor podremos apoyarnos unos a otros”.
El amor propio y el autocuidado son herramientas que pueden ayudar a una persona a desaprender la homofobia interiorizada: “Cuando podemos aprender a tratarnos a nosotros mismos con el respeto, el valor y la valía inherentes, simplemente porque somos humanos y, por lo tanto, nos lo merecemos, podemos empezar a curar las heridas de la homofobia interiorizada”, afirma Martínez.
Eckler sugiere observar las representaciones de los medios de comunicación con una mirada más crítica para reconocer la homofobia interna: “Ahora hay más papeles positivos en la televisión y el cine, pero los estereotipos siguen apareciendo con frecuencia”, dice. Un buen punto de partida es el informe anual de GLADD sobre las representaciones de las personas LGBTQIA en la televisión. El documental Disclosure, de Laverne Cox, sobre las representaciones de las personas transgénero en los medios de comunicación a lo largo del último siglo, es otro recurso y ya está disponible en Netflix.
Establecer límites saludables con la gente también puede ayudar a desmantelar las actitudes homofóbicas; si no te permites hablar contigo mismo de forma deshumanizada, tampoco permitirás que lo hagan los demás. “Encuentra espacios seguros y de afirmación para ser queer, gay, lesbiana, bisexual, pansexual, trans o no binario“, dice Martínez. “Lee sobre autores queer. Recuerda que es una práctica de desaprendizaje y curación. La homofobia internalizada y otros sistemas de dominación y opresión están a nuestro alrededor.”
“Recuerda que eres una persona completa, no sólo un estereotipo, y que mereces los mismos derechos que cualquier otra persona“, dice Eckler. “Cuando surjan esos sentimientos de vergüenza o asco, busca a alguien de confianza con quien puedas hablar, alguien que pueda encontrarte con empatía y apoyarte. Estar en una comunidad acogedora y diversa, ya sea en persona o en línea, es otra forma de sentirse menos solo y de sentirse conectado.”
Fuente Cromosomax
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