Última hora: El joven que denunció una agresión homófoba en Madrid a manos de un grupo de encapuchados admite que inventó los hechos
El joven que denunció haber sufrido una terrible agresión homófoba el pasado ha admitido, tres días después, que se inventó los hechos. Durante este tiempo, la Policía Nacional ha investigado en profundidad lo sucedido, sin encontrar indicio alguno del grupo de asaltantes descrito por el joven. Conforme pasaban las horas, las dudas policiales sobre la veracidad de su relato iban a más. Finalmente este ha confesado que las lesiones que presentaba fueron consentidas y se produjeron en el contexto de una relación de carácter sexual que al parece quiso ocultar a su actual pareja.
El pasado lunes, los medios de comunicación recogían la noticia de una brutal agresión cometida en la tarde del domingo 5 de septiembre en el céntrico barrio de Malasaña de Madrid. Según la denuncia de la víctima, ocho individuos, ataviados con sudaderas negras y pasamontañas, le asaltaron cuando entraba al portal de su casa, le cortaron el labio y le marcaron la palabra «maricón» en el glúteo con un cuchillo, mientras proferían insultos homófobos y referencias al «anticristo». Fuentes policiales confirmaban la existencia de la denuncia y de las lesiones.
Agentes de la Policía Nacional investigaron la agresión (esta vez sí) como un posible delito de odio, de acuerdo a una reciente instrucción del Ministerio del Interior a las fuerzas de seguridad del Estado para que así se haga siempre que durante la agresión se viertan insultos homófobos o la víctima pertenezca a una minoría discriminada. Una instrucción que fue dictada después de la polémica surgida en los primeros días tras el asesinato de Samuel Luiz, cuando desde la propia policía se insistía en que no había pruebas de su carácter homófobo pese al relato que ya desde el principio hicieron las amigas de Samuel. Una negación en la que siguieron insistiendo durante días medios de comunicación y opinadores diversos.
De hecho, ante la gravedad de lo denunciado, que el mismísimo presidente del Gobierno condenaba pocas horas después, de forma inmediata se unieron a la investigación los expertos en delitos de odio de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional. Una investigación que ha derivado en la constatación de que los hechos denunciados eran falsos, tal y como el denunciante ha admitido finalmente.
«Si se confirma lo denunciado por el joven agredido, no hablamos de una agresión surgida de forma espontánea, sino de una banda organizada que ha planificado y perpetrado un ataque homófobo aleatorio que buscaba no solo atormentar a la víctima directa de la agresión, sino producir miedo en todo el colectivo LGTB. Auténtico terrorismo», terminábamos el pasado lunes el relato de lo sucedido. Finalmente no se ha confirmado. Por un lado, no podemos dejar de sentir alivio ante el hecho de que una agresión tan terrible no tuviera lugar. Son ya demasiadas las agresiones por LGTBIfobia que por desgracia sí estamos soportando de forma real en los últimos meses. Por otro, y aunque no seremos nosotros los que nos cebemos con él, qué duda cabe de que el comportamiento del joven denunciante demuestra irresponsabilidad y daña la causa de las verdaderas víctimas. Tocan días de soportar en medios de comunicación, en las declaraciones de ciertos políticos y en las redes sociales la satisfacción y las burlas de los que nos odian como colectivo, que ven reforzado su discurso negacionista de la violencia y de la discriminación.
Recordemos, ante todo, que una denuncia falsa no invalida las demás. Toca seguir luchando. Por las víctimas pasadas, presentes y futuras, a las que aún se les hará más cuesta arriba denunciar las agresiones que sufren.
Fuente Dosmanzanas
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