“ Vivir… ¿Para siempre?”, por Toño Casado
De su blog Arrímate al brasero:
“La vida es bella, la vida es buena. La vida es complicada, pero maravillosa”
“Muchos días pienso en Samuel corriendo por la acera, frente al mar, entre la gente que le miraba impasible mientras una manada de lobos le golpeaba”
“La gente está desquiciada, pronta a la bronca, abocada al grito, al insulto, a la paliza, a la muerte. Los políticos nos azuzan unos contra otros mientras se llenan los bolsillos, encaramados a la cerrazón de sus ideologías. Haters escondidos escupen en las redes, prensa que engaña, cabreo 24 horas al día….”
“Hay que trabajar para que los samueles del mundo puedan ser felices. Sé que el buen Dios lo ha recibido en su casa por ser víctima y por ser bueno”
“Samuel y compañeros victimas del mundo, Dios os dará una vida y una playa eternas donde pasear sin miedo mientras suenan las gaitas y el atardecer es impresionante”
Freddie Mercury, una de las mejores voces del pop, cantaba aquello de “¿Quién querría vivir para siempre? ¿Qué es esa cosa que construye nuestros sueños pero que luego huye de nosotros? ¿Quién se atreve a amar para siempre cuando el amor debe morir?.” Precioso y tremendo tema que nos pone los pelos de punta. Maravilloso Freddie que, a pesar de sus excesos, con su voz hizo más bello el mundo…
En las viejas leyendas los vampiros vivían malditos, esclavos de la sed de una sangre que nos les saciaba, atravesando los siglos contemplando la suerte de los mortales que tenían en la muerte un descanso que ellos nunca alcanzarían. Hace una semana os hablaba de los jóvenes de nuestro país que no es que no quieren vivir para siempre, sino que no quieren vivir ya…
Y a ti, ¿te gustaría vivir para siempre?
Yo creo que a todos los que nos gustaría sería vivir, pero vivir razonablemente bien. Contar con una familia que te quiere y te protege venga lo que venga. Vivir en un hogar cómodo, amplio y luminoso con comida rica y sofá con manta (el gato es opcional….) Poder trabajar en lo que te gusta y sabes y que te paguen dignamente por ello. No sufrir grandes enfermedades que te dobleguen ante el peso del dolor. Enamorarte y sentirte querido como nadie, formar una familia, irte de vacaciones, comer tortilla, con cebolla, claro… Tener buenos amigos, conocer a tus nietos o los nietos de tus hermanos; escribir un libro, plantar un árbol, meter los pies en un arroyo fresquito, escuchar el mar con una cervecita celestial en la mano. Poder creer , poder pensar, opinar con paz, rezar, amar a quien tú quieras, escuchar música buena, jugar con los sobrinos, acariciar al perro, ayudar lo que puedas, echarte la siesta, bailar; ser feliz.
La vida es bella, la vida es buena. La vida es complicada, pero maravillosa. Y todo el mundo tiene derecho a ella.
Muchos días pienso en Samuel corriendo por la acera, frente al mar, entre la gente que le miraba impasible mientras una manada de lobos le golpeaba: un chico joven, muy querido por sus amigos y su familia, trabajador, sencillo, supongo que con ese maravilloso acento gallego, gay, auxiliar de enfermería; en fin, una maravilloso ser humano con muchos sueños que vivir. Todos les fueron arrebatados por una jauría de personas que se volvieron monstruos despiadados.
Son ya varios grupos en nuestro país que han perpetrado salvajadas semejantes. Y no digamos los casos de violencia doméstica; esta semana fue auténticamente brutal. ¿Qué nos está pasando? La gente está desquiciada, pronta a la bronca, abocada al grito, al insulto, a la paliza, a la muerte. Los políticos nos azuzan unos contra otros mientras se llenan los bolsillos, encaramados a la cerrazón de sus ideologías. Haters escondidos escupen en las redes, prensa que engaña, cabreo 24 horas al día….
Jesús nos habla mucho de la vida eterna, de la inmortalidad que reciben los que se alimentan de su propia vida, de su cuerpo y su sangre. Quien cree, tiene fe, tiene esperanza; espera que el Amor nunca morirá.
Constatamos día tras día como la vida de millones de personas es un infierno, sometidas por las injusticias, los incendios, las pandemias, la soledad, la depresión…
Hay que trabajar para que los samueles del mundo puedan ser felices. Sé que el buen Dios lo ha recibido en su casa por ser víctima y por ser bueno; todos están bien para siempre, sin lobos, sin palizas, en la casa preciosa de Jesús, con bufet libre de risas y abrazos. Esa es la vida eterna. Pero no nos cansemos por luchar por la paz y la vida de aquí. Seamos pacientes, educados, respetuosos. No nos enfademos, no nos hagamos daño. Di tu opinión pero con paz.
Trabájate tú para que la vida de los que están contigo ya sea el cielo y no la antesala del infierno.
Samuel y compañeros victimas del mundo, Dios os dará una vida y una playa eternas donde pasear sin miedo mientras suenan las gaitas y el atardecer es impresionante. Así es
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