Como un grano de mostaza.
A veces, Señor, cuando dudo,
cuando no siento nada,
cuando la vida no avanza
y me percibo escéptico,
cuando no veo resultados…
todavía sé pararme
y coger un grano de mostaza
en el cuenco de mi mano,
y mirarlo y mirarlo,
acordándome de tu parábola.
Y a veces, cuando todo va bien,
cuando la vida me sonríe,
cuando no tengo problemas
para creer en ti,
ni para creer en los hombres y mujeres,
ni para creer en mí…,
también me atrevo a coger un grano de mostaza
en el cuenco de mi mano,
y lo miro y miro
acordándome de tu parábola.
Y en algunas ocasiones
también me siento hortelano
en medio de un gran campo,
con el zurrón lleno de granos;
pero parecen tan pequeñas las semillas
que dudo en esparcirlas y perderlas.
Entonces, levanto los ojos,
miro tu rostro que me está mirando,
escucho nuevamente tu parábola,
y vuelvo a ser labrador y hortelano
*
Florentino Ulibarri
Fe Adulta
***
Comentarios recientes