Hombre gay comparte la angustiosa experiencia de la terapia de conversión religiosa: “Fue un lavado de cerebro manipulador”
Gary habló sobre su experiencia con la terapia de conversión.
Un hombre gay estaba “traumatizado” y experimentó implacables pensamientos suicidas después de soportar 18 meses de terapia de conversión religiosa.
Garry, de Lurgan en Irlanda del Norte, le dijo al programa Today with Claire Byrne de RTÉ Radio 1 que buscó la terapia de conversión en 2010 debido a sus intensos sentimientos de vergüenza por su sexualidad. Rápidamente encontró varias organizaciones religiosas en Google que afirmaban que podían ayudarlo a superar sus deseos sexuales con personas del mismo sexo.
Mirando hacia atrás, ahora siente que los líderes religiosos trataron de “lavarle el cerebro” para que pensara que algo andaba mal con él y que necesitaba ser reparado. “Estaba allí en Google, ‘¿Puedo ser gay y cristiano?’ ‘¿Hay alguna manera de cambiar mi sexualidad?’ Y esas búsquedas en Google se hicieron una y otra vez, durante mis 20 años”, dijo Garry al programa. el martes (11 de mayo).
En ese momento, Garry estaba “bastante deprimido” y “todavía luchaba mucho” con su identidad sexual. Había comenzado a sentirse “muy aislado y solo” cuando se acercó a una de las organizaciones religiosas que encontró en línea. “Dijeron que había buenas esperanzas de que pudiera convertirme en una vida heterosexual, y dijeron que, sí, podría vivir bastante feliz sin atracción por el mismo sexo, como lo llamaban, u homosexualidad”, explicó Garry.
En el transcurso de 18 meses, asistió a terapia de grupo, así como a sesiones individuales con líderes religiosos. También trabajó a través de “materiales” buscando “ejemplos bíblicos de sexualidad”. En esas sesiones, a Garry y otras personas queer se les dijo que lo que estaban sintiendo estaba “mal”.
Los líderes del programa le “lavaron el cerebro” y trataron de hacerle creer que era posible cambiar su orientación sexual. La terapia de grupo fue “muy manipuladora en la reflexión”, dijo Garry, explicando que la idea era tener “otras personas con las mismas luchas” afirmando el mismo mensaje anti-gay. A Garry se le hizo creer que “cambiaría” si se comprometía plenamente con el programa. “De lo contrario, no tendrá éxito”, dijo.
Mirando hacia atrás, Garry dijo que se sintió “enfadado, perdido y muy molesto” después de la experiencia. “Me sentí completamente atrapado por eso. Fue una época muy angustiosa “.
Cuando se le preguntó si era traumatizante, Garry respondió: “Mucho. Creo que, como muchos traumas, hago todo lo posible por no revivirlos, pero hago todo lo posible por hablar de ellos “. Continuó: “Las cosas que nos hicieron compartir, las historias que eran personales para nosotros, las historias sobre tu sexualidad, que te digan que eso está mal, que afirmen que está mal es realmente tan, tan dañino”.
Garry dijo que estaba traumatizado “cada vez” que iba a una sesión de terapia de conversión. Al final del proceso, estaba “completamente perdido” y ya no sabía quién era porque su identidad había sido “derribada”.
No hace falta decir que los esfuerzos por cambiar su sexualidad fracasaron. Garry se volvió “muy deprimido” y tenía pensamientos suicidas “casi a diario” al final del proceso. Comenzó a beber alcohol “todas las noches solo para dormir” y “para deshacerse de los pensamientos” en los que no quería pensar. Garry agregó: “Todavía está sucediendo hoy. Habrá alguien con quien orarán hoy. Esa oración cuyas palabras dirán que tu homosexualidad está mal, que se referirá a ella como un demonio, intentarán expulsarla “.
Después de su traumática experiencia, Garry buscó asesoramiento legítimo para ayudarlo a superar su depresión. Ahora es médico de cabecera y se casó con su pareja, que también se llama Garry, en 2016.
Garry relató su experiencia mientras el Reino Unido se prepara para prohibir la terapia de conversión. El gobierno del Reino Unido volvió a comprometerse a prohibir la práctica el martes (11 de mayo), anunciando que se llevará a cabo una consulta pública antes de que se presente la legislación.
Mientras tanto, la terapia de conversión es un tema transferido para Irlanda del Norte. La Asamblea votó abrumadoramente a favor de una moción que pedía la prohibición de la práctica pseudocientífica en abril.
La ministra de Comunidades, Deidre Hargey, ha confirmado que su departamento está trabajando en una legislación para prohibir la práctica en Irlanda del Norte.
Se anima a los lectores afectados por los problemas planteados en esta historia a ponerse en contacto con Samaritans gratis en el 116 123 (www.samaritans.org) o Mind en el 0300 123 3393 (www.mind.org.uk). Se anima a los lectores de los EE. UU. A que se comuniquen con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio (National Suicide Prevention Line)al 1-800-273-8255.
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Las últimas noticias acerca de este esperpento de las falsas “terapias” fue que la Subsecretaria de DDHH de Chile Lorena Recabarren quería que la Ley Zamudio permitiese en ciertos casos las terapias para “curar” la homosexualidad o la transexualidad, lo que provocó las protestas del MOVILH. Antes, que la asociación española Abogados Cristianos se querella contra Ignacio Aguado por hacer pública la multa a la coach de terapias para personas LGTBI, y que, ante la protesta ciudadana, el Ministro de Educación de Israel se retractaba de su apoyo a las terapias de “curación” para gays. Y Canadá prohibirá las «terapias de conversión» a nivel nacional.
Una tendencia creciente a la prohibición
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de elecciones anticipadas.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
En EE.UU., gran aliado de Israel, California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor el pasado 8 de abril tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y el pasado 8 de mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
Y en julio, era Ciudad de México quien prohibía las «terapias» de conversión de la orientación sexual y la identidad de género. Y en octubre de 2020, en el Estado de México.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
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Fuente Pink News/Cristianos gays
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