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La prohibición de los matrimonios entre personas del mismo sexo en Japón es ‘inconstitucional’, dictamina la corte

Lunes, 22 de marzo de 2021

en-una-sentencia-historica-un-tribunal-japones-dice-que-no-permitir-el-matrimonio-entre-personas-del-mismo-sexo-es-inconstitucionalAbogados de los demandantes y simpatizantes muestran una pancarta en la que se lee “Decisión inconstitucional” después de que un tribunal de distrito dictaminara la legalidad de los matrimonios entre personas del mismo sexo a las puertas del tribunal de distrito de Sapporo, en Sapporo, Hokkaido, norte de Japón el 17 de marzo de 2021, en esta foto tomada por Kyodo. Crédito obligatorio Kyodo/vía REUTERS

Un tribunal de primera instancia de Sapporo ha dictaminado que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo es contraria a la Constitución de Japón. Aunque la sentencia no tendrá efectos sobre la situación legal de las parejas demandantes, puede suponer un importante impulso para el objetivo de la legalización del matrimonio igualitario. Se espera que las sentencias que deben dictar los tribunales de Tokio, Osaka y Nagoya tengan un sentido igualmente favorable. Japón es el único de los siete países más industrializados del mundo que no ha establecido la igualdad legal para las parejas del mismo sexo, si bien en el continente asiático eso solo sucede en la isla de Taiwán.

Un tribunal de distrito de Japón dictaminó el miércoles, en una victoria histórica para la comunidad LGBT + del país, que no permitir que las parejas del mismo sexo se casen es “inconstitucional”, sentando un precedente en la única nación del G7 que no reconoce plenamente las parejas del mismo sexo.

Aunque la constitución del país actualmente define el matrimonio como basado en “el consentimiento mutuo de ambos sexos”, el tribunal del distrito de Sapporo en Japón se puso del lado de los demandantes, que se encontraban entre las 13 parejas del mismo sexo que entablaron demandas contra el gobierno japonés el día de San Valentín de 2019. Las parejas presentaron demandas, reclamando daños y perjuicios por la falta de reconocimiento de la igualdad en el matrimonio, en cuatro tribunales de distrito: la capital Tokio, Sapporo en la isla norteña de Hokkaido y Nagoya y Osaka en el centro de Japón. Sapporo es el primer distrito en dar un veredicto, más de dos años después.

En el mes de febrero de 2019, trece parejas del mismo sexo de diferentes ciudades de Japón decidieron demandar al Estado por la imposibilidad de contraer matrimonio legalmente. Cada una de las parejas (ocho de hombres y cinco de mujeres) reclamó una indemnización de un millón de yenes (unos 8000 euros) por los daños psicológicos causados por la prohibición, si bien el objetivo final de las demandas era impulsar el cambio legislativo que permita que la institución matrimonial ampare también a las parejas del mismo sexo.

Tres de estas parejas presentaron sus demandas ante el tribunal de primera instancia de Sapporo, que ha sido el primero en dictar sentencia. La jueza Tomoko Takebe ha fallado a su favor, dictaminando que «los beneficios legales derivados de los matrimonios deben beneficiar por igual a homosexuales y heterosexuales», según consta en el resumen de la sentencia que ha sido publicado. La jueza también ha establecido que el hecho de que el matrimonio entre personas del mismo sexo no esté permitido viola el artículo 14 de la Constitución japonesa, que prohíbe la discriminación «por razón de raza, credo, sexo, posición social u origen familiar». Sin embargo, ha denegado la indemnización solicitada por los demandantes.

Los abogados de los demandantes argumentaron que la redacción de la constitución era para prevenir el matrimonio forzado y, por lo tanto, no debería usarse para evitar que las parejas del mismo sexo se casen.

Aunque el tribunal de distrito de Sapporo no otorgó la indemnización por sufrimiento mental, dictaminó que impedir que las parejas del mismo sexo tuvieran igualdad de acceso al matrimonio era “inconstitucional”, lo que podría sentar un precedente para las sentencias de los otros tribunales de distrito.

Esta declaración de inconstitucionalidad, de ser firme en una instancia superior, es la que puede poner fin a la diatriba sobre la interpretación del artículo 24 de la Constitución japonesa, que regula el matrimonio, en el que tan solo se hace referencia al «consentimiento mutuo entre los dos sexos». Mientras que el primer ministro Shinzō Abe siempre se ha escudado en esta redacción para rechazar la constitucionalidad del matrimonio igualitario, los defensores de los derechos LGTBI arguyen un fallo del Tribunal Supremo del año 2015, que interpretó el artículo en el sentido de que el matrimonio se debe basar en una decisión libre entre iguales, sin aludir al sexo de los contrayentes. Según este criterio, la Constitución no prohíbe casarse a las parejas del mismo sexo, sino que consagra la libertad en el acceso al matrimonio.

Según Reuters, el fallo declaró: “La orientación sexual no se puede cambiar o seleccionar por voluntad de una persona. Es un trato discriminatorio … que no puedan recibir ni siquiera algunos de los beneficios legales que reciben los heterosexuales”. Un demandante le dijo a la BBC: “Este es un gran paso adelante en Japón … Nos estamos acercando a hacer realidad nuestro sueño”.

El fallo histórico es una gran victoria para la comunidad LGBT + japonesa, pero incluso si los cuatro tribunales fallaron a favor de las parejas, no garantiza que todo el país legalice el matrimonio igualitario. Por eso, los demandantes han recibido con satisfacción la sentencia de la jueza Takebe en lo que puede suponer un primer paso para terminar con la discriminación. Uno de los demandantes declaraba emocionado que no podía dejar de llorar al ver que «el tribunal nos ha tomado en serio». Otra de ellas esperaba que este fuera «un primer paso para que Japón cambie». Sin embargo, los representantes legales de los demandantes mostraban en un comunicado su intención de apelar la sentencia en cuanto a la denegación de la indemnización por daños, pues «tenemos que dejar claro que el parlamento ha hecho dejación de sus funciones respecto a una situación inconstitucional al abandonar sus obligaciones legislativas, y así conseguir que tomen medidas rápidamente».

Aunque será necesaria una nueva ley antes de que puedan celebrarse realmente los matrimonios entre personas del mismo sexo -lo que podría llevar algún tiempo en un Japón socialmente conservador-, los activistas del colectivo LGBT celebraron la sentencia y dijeron que tenía el potencial de cambiar sus vidas. “Estoy muy contento. Hasta que se anunció la sentencia, no sabíamos que esto era lo que íbamos a conseguir y estoy muy contento”, dijo Gon Matsunaka, de 44 años, director del grupo activista Marriage for All Japan y representante en Pride House Tokyo. “Su valor es absolutamente inconmensurable”.

Por su parte, el secretario jefe del Consejo de Ministros, Katsunobu Kato, declaró a la prensa que el Gobierno no estaba de acuerdo con esta sentencia. Afirmó, no obstante, que el Ejecutivo busca lograr una sociedad más tolerante con la diversidad, aunque no aclaró cómo respondería a la sentencia, excepto que observará los casos judiciales pendientes. Se espera que las demandas presentadas por el resto de parejas en Tokio, Osaka y Nagoya se resuelvan próximamente.

El Tribunal de Distrito de Sapporo desestimó la demanda de indemnización por daños y perjuicios de los seis demandantes – dos parejas de hombres y una de mujeres – que habían solicitado que el gobierno japonés pagara 1 millón de yenes (9.168,42 dólares) a cada uno en reconocimiento del dolor que sufrieron al no poder casarse legalmente. Pero la sentencia de “inconstitucionalidad” fue la victoria que los demandantes, sus abogados y activistas esperaban como un paso clave y que sienta un importante precedente.

En la actualidad se están tramitando casos similares en otros cuatro tribunales de Japón y esta sentencia puede influir indirectamente en el resultado de los mismos al cambiar la opinión pública, añadió Matsunaka.

Aunque la legislación japonesa es relativamente liberal para los estándares asiáticos, las actitudes sociales han mantenido a la comunidad LGBT en gran medida invisible en la tercera economía del mundo. Con la normativa actual, las parejas del mismo sexo no pueden casarse, no pueden heredar los bienes de su pareja -como la casa que hayan podido compartir- y tampoco tienen derechos parentales sobre los hijos de su pareja.

Aunque muchas áreas en Japón ofrecen certificados a parejas del mismo sexo que les permiten algunos beneficios legales disponibles para parejas del sexo opuesto, por ejemplo, el derecho a alquilar una casa juntos y los derechos de visita al hospital, sin matrimonio entre personas del mismo sexo no pueden heredar de su pareja y no tienen derechos parentales sobre los hijos de sus parejas.

En comparación con muchos otros países asiáticos, Japón es relativamente progresista en lo que respecta a los derechos LGBT +, pero ser LGTBI sigue siendo un tabú en la sociedad japonesa y los prejuicios anti-LGBT + todavía abundan.

Sin embargo, Japón es el único país del G-7 (compuesto además por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia y el Reino Unido) en el que no está permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo. Sin embargo, en su entorno geográfico únicamente se permite en Taiwán, que se convirtió en la primera nación de Asia en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2019.

Derechos LGTBI+ en Japón

Aunque las relaciones sexuales homosexuales son legales en Japón desde 1880, el estigma social hace que muchos no salgan del armario ni siquiera ante sus familias.

Algunos miembros del mundo empresarial afirman que las normas japonesas que no permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo perjudican la ventaja competitiva del país, al dificultar que las empresas, especialmente las extranjeras, atraigan y conserven mano de obra altamente cualificada en una economía cada vez más internacional.

Varias empresas han tomado sus propias medidas para sortear la situación, tanto las internacionales como las japonesas, como Panasonic. Pero hay límites. “Para las cosas que forman parte del sistema nacional, como las pensiones, no hay nada que puedan hacer”, dijo Masa Yanagisawa, jefe de Servicios Primarios de Goldman Sachs Japón y miembro de la junta directiva de Matrimonio para Todos Japón. “Todos los demás países avanzados lo tienen, por lo que Japón saldrá perdiendo competitivamente. Además, está el hecho de que la gente no puede ser quien es. Se convierte en algo bastante crítico para el negocio”.

Aunque Japón carece de matrimonio igualitario, varias ciudades han aprobado la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho. La primera administración japonesa lo hizo fue el distrito tokiota de Shibuya, seguido del de Setagaya. Posteriormente se les unieron las ciudades de Iga, en la prefectura de Mie, y Takarazuka, en Hyogo. En febrero de 2017 y en abril de 2018, respectivamente, Sapporo y Fukuoka se convertían en las primeras grandes ciudades en aprobar las uniones de hecho para las parejas del mismo sexo.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el ministerio de Trabajo incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual. Estaremos pendientes sobre cualquier movimiento que suponga un avance hacia la igualdad en el acceso al matrimonio.

La ciudad de Iga (que ronda los 95.000 habitantes, en la prefactura de Mie) se convertía en diciembre de 2015 en el cuarto municipio japonés en abrir a las parejas del mismo sexo la posibilidad de unirse civilmente. Aunque en Japón, como decíamos, tampoco se ha aprobado todavía el matrimonio igualitario, varias ciudades han tomado la delantera, aprobando la inclusión de parejas del mismo sexo en los registros de uniones de hecho.

La primera administración japonesa que anunció la apertura de uniones civiles entre parejas de gais y lesbianas fue la de Shibuya (un distrito especial de Tokio). Por su parte, Setagaya (como Shibuya, otro de los 23 distritos que conforman la municipalidad metropolitana de Tokio) secundaba poco después la iniciativa y se convertía en el segundo territorio japonés en ponerla en marcha.

Asimismo, en la ciudad de Takarazuka, en la prefectura de Hyogo, se iniciaba el pasado mes de junio la expedición de certificados de asociación a las parejas homosexuales. A diferencia de lo que ocurre en Shibuya, los registros de parejas de hecho en Takarazuka y Setagaya no exigen a las empresas privadas que reconozcan a las parejas homosexuales.

Los resultados de una encuesta realizada en el país nipón a finales de 2015 constatan que un 51% de la ciudadanía sería partidaria de la aprobación del matrimonio igualitario. Una gran evolución, teniendo en cuenta que hasta épocas recientes la homosexualidad era un tema tabú en la sociedad japonesa. Otro importante reconocimiento llegaba en julio de 2016, cuando el Ministerio de Trabajo de Japón incluía la discriminación hacia empleados LGTB como una forma de acoso sexual.

A principios de este año, la ciudad japonesa de Chiba otorgó reconocimiento oficial a las parejas del mismo sexo. La ciudad emitió certificados a cuatro parejas del mismo sexo en enero, según el periódico japonés The Mainichi. Los documentos permitirán a las parejas acceder a muchos de los derechos de que disfrutan las personas casadas, como poder solicitar una vivienda pública como pareja y visitar a sus seres queridos en el hospital. La ceremonia en Chiba fue organizada por el alcalde Toshihito Kumagai, quien les dijo a las parejas: “Les deseo la felicidad de convertirse en mejores socios.” Chiba es la última gran ciudad del país en reconocer a los parejas queer, después de que Fukuoka instituyera el reconocimiento legal el año pasado.

Aunque ningún país asiático ha aprobado por el momento el matrimonio igualitario, la situación del colectivo es diametralmente opuesta en los distintos países del continente. Japón y Taiwán furon pioneros en experimentar avances locales en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo (aunque Taiwán está tomando la delantera, a pesar del escoyo de los grupos religiosos). Sin embargo, en algunos como MalasiaBrunéi o la India, , entre otros, las personas LGTB son víctimas de la homofobia de estado y la intransigencia social. Por el contrario, además de Taiwán y Japón, otros países como Vietnam van posicionándose en líneas más aperturistas e igualitarias (si bien no al ritmo que cabría desear).

Fuente Reuters/BBC/Cristianos Gays

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