Mons. Leonardo Steiner: “La economía ya no es humana, es del mercado, y el mercado no tiene corazón”
Del blog de Luis Miguel Modino, Misionero en Brasil:
Asís debe ser entendido “como un lugar que muestra que podemos corregir los caminos que estamos tomando”, y Francisco y Clara deben ser vistos “como un ejemplo de fraternidad que supera la economía de la desigualdad y la injusticia”
En Querida Amazonía, “el Papa Francisco nos ofrece un nuevo horizonte para la economía en la Amazonía”, presentándonos la “economía como cuidado de la casa común”
Con la Economía de Francisco y Clara, estamos ante un proceso que “confía a los jóvenes el protagonismo de una necesaria y urgente transformación en los paradigmas de la humanidad”
Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil
La Economía de Francisco y Clara es una llamada del Papa Francisco a repensar el sistema económico actual, a cambiar la economía actual y a dar un alma a la economía del mañana. Esto tiene repercusiones en todos los rincones del Planeta, también en la Amazonía. Es por ello que este sábado, 27 de febrero, fue convocado el 1er Encuentro Regional de la Amazonía Legal para reflexionar sobre este tema.
Estamos ante una economía de muerte, según Eduardo Brasileiro, que presentó la economía de Francisco y Clara como “un vínculo entre instituciones, que conecta puntos de lucha, de resistencia, de alternativas para este mundo”. Según el sociólogo, existe “la necesidad de buscar, de integrar todo lo que se propone en los diferentes ámbitos, en las prácticas, la necesidad de buscar lugares de inspiración”. Estamos ante la oportunidad de buscar nuevos modelos de economía, de educación, de búsqueda de tierra, techo y trabajo, realizados desde una perspectiva integral.
Según Brasileiro, Asís debe ser entendido “como un lugar que muestra que podemos corregir los caminos que estamos tomando“, y Francisco y Clara deben ser vistos “como un ejemplo de fraternidad que supera la economía de la desigualdad y la injusticia“. Al llevar la economía de Francisco y Clara a la Amazonía, Eduardo, que forma parte de la Articulación Brasileña, insiste en hacerlo “a partir de los pueblos, la ciudadanía y la florestanía“. Propone un cambio de lógica, “una lógica de laeconomía solidaria frente a la lógica del mercado, del capital financiero”, dando algunos ejemplos que demuestran que esto es posible.
Esto nos tiene que llevar a superar la necropolítica y asumir una política que cambie la sociabilidad, para asumir el modelo de distribución del que habla el Papa Francisco, que hoy está marcado por la desigualdad que perjudica a la madre Tierra y a los más pobres. También se nos desafía a asumir que somos interdependientes y terradependientes. Eduardo también reflexionó sobre la espiritualidad económica, sobre una economía centrada en la vida, afirmando que “la economía tiene que empezar en el reparto del pan“.
Monseñor Leonardo Steiner, arzobispo de Manaos, comenzó afirmando la necesidad de “recuperar la economía de los pueblos originarios, que no es de lucro sino de relación, porque es compartir, es cuidar”. El reto es una economía al servicio de todos, “una economía que tiene que ver con la fraternidad“. Según el Arzobispo de Manaus, “vivimos hoy una injusticia económica, la desestructuración de las relaciones por causa de la economía“, afirmando que nos encontramos en una “verdadera desfraternidad”. Hizo un llamamiento a “permanecer en la escucha de la realidad desde el sentido de ser persona”, subrayando que “estamos hablando de una economía de personas, no de objetos, estamos hablando de imagen y semejanza de Dios”.
Hablar de economía, según el arzobispo de Manaos, es hablar de “ser casa, que es lo que abriga, lo que es necesario para el cuidado y el cultivo de nuestra casa común”, que no entiende como una estructura, sino “las relaciones que se establecen con todos los seres”. Monseñor Leonardo analizó la etimología de la palabra economía, insistiendo en la dimensión de los individuos que conviven y en las relaciones que se ocupan de la distribución, no sólo de las cosas, sino también del cuidado de las diferentes cuestiones que forman parte de la vida. Según el arzobispo, “la economía expresa un modo de ser nosotros“, que nos lleva a cuidar la totalidad de las personas y su mundo.
Francisco y Clara en el filme Francesco de Liliana Cavani, 1989.
Según Monseñor Steiner, el Papa Francisco pretende mostrar “el valor de la economía en la deseconomía en la que vivimos“, superando el modo en que hoy entendemos la economía como mercado, como lucro, insistiendo en la necesidad de “volver al modo de ser del hombre, que es cuidar“. Para el arzobispo de Manaus, “hablar de economía significa pensar en nosotros mismos, en nuestra humanidad, para no volvernos inhumanos“, una cuestión importante hoy en día, cuando “la economía ya no es humana, es del mercado, y el mercado no tiene corazón“.
El Arzobispo de Manaos, que es franciscano, reflexionó sobre la forma de entender la vida de Francisco y Clara, que guiaron su vida por la gratuidad, que no indica intercambio, ni cálculo. En relación con la Amazonía, reflexionó sobre la codicia que existe sobre todo lo que contiene, destacando que “todo esto le quita la gratuidad a la Amazonía y a los pueblos originarios”. Según Monseñor Steiner, “de la gratuidad nace la fraternidad“, realizando una igualdad que no es pura nivelación y uniformidad. “En Francisco y Clara todo es hermano y hermana, permaneciendo dentro de la diferencia de su ser”, afirmó el arzobispo.
Monseñor Leonardo se preguntaba por qué hay tantos pobres en el mundo de hoy, y él mismo respondía que “porque no hay misericordia, porque la economía ya no es economía en su sentido etimológico”. El arzobispo afirmó que “la fuerza histórica del cristianismo no proviene del poder, sino de la autoridad del no poder, del amor, de los pobres”. En este sentido, se preguntó si no estamos traicionando el Evangelio en lo que respecta a la cuestión económica, “porque hemos elegido el poder y la fuerza como autoridad, y no el cuidado“.
Al hablar de Querida Amazonía, Monseñor Leonardo dijo que en ella “el Papa Francisco nos ofrece un nuevo horizonte para la economía en la Amazonía“, presentándonos la “economía como cuidado de la casa común“. Según él, “los cuatro sueños son cuatro dimensiones que nos ofrecen la totalidad de la forma de ser de los que viven en la Amazonía”, lo que nos ayuda a darnos cuenta de la importancia de todo y de todos. Cada una de las dimensiones está mostrando la totalidad, lo que somos como personas y la casa que nos permite ser personas. En la Amazonía somos cautivados por la admiración y el cuidado, insistiendo en que “hasta que no cambiemos a la admiración y el cuidado, sólo veremos el beneficio“.
Por eso es necesario dejar de lado la dominación, la destrucción, el beneficio, el mercado, la esclavitud, la expulsión y la muerte. La economía basada en el mercado no ve la belleza de la Amazonía y de la gente que la habita, “es una economía que mata”, subraya Monseñor Leonardo Steiner, y “la economía que tenemos hoy en relación con la Amazonía mata, perdimos la totalidad, vamos perdiendo todo, perdemos nuestra morada, nuestra casa, estamos entrando en el desierto”. Querida Amazonía, según él, “puede ayudarnos a despertar y a darnos cuenta de la urgente necesidad de cambiar nuestra concepción de la economía“, algo que ya aparece en Laudato Si’, donde nos invita a no dominar sino a responsabilizarnos, más aún teniendo en cuenta que somos destructores.
Al hablar de los posibles caminos para el fortalecimiento de esta nueva economía en la Amazonía, Márcia Oliveira partió de la importancia de la propuesta del Papa Francisco que busca una “economía más justa, más sostenible, asegurando una preeminencia para las poblaciones excluidas“. Según la socióloga, el tema tiene sus raíces en la Sagrada Escritura, algo que es recogido por el Vaticano II y retomado por el Papa Francisco en Laudato Si, quien hace la propuesta de “ecología integral como proyecto de sociedad pensado desde la casa común“, teniendo como referencia los conceptos de sobriedad, sencillez y buen vivir, algo que lleva a “repensar los paradigmas de la sociedad capitalista y proponer nuevos modelos“.
En la Amazonía, todo esto fue asumido y puesto en práctica en el Sínodo para la Amazonía, estableciendo en el proceso sinodal, una forma de “pensar la Iglesia desde una ecología integral“. Marcia Oliveira, perita en el Sínodo, destacó la importancia del momento de la escucha, que alcanzó oficialmente a 87 mil personas. Todo ello fue recogido en el Documento Final del Sínodo, donde se afirma que “es necesario buscar modelos económicos alternativos, más sostenibles, respetuosos con la naturaleza, con un ‘sólido sustento espiritual'”. También en Querida Amazonía, donde el Papa Francisco afirma que “liberar a los demás de la esclavitud implica ciertamente cuidar su entorno y defenderlo“, destacando cómo “el Señor, que nos cuida primero, nos enseña a cuidar a nuestros hermanos y al medio ambiente que nos regala cada día”.
Estamos, con la Economía de Francisco y Clara, según Márcia Oliveria, ante un proceso que “confía a los jóvenes el protagonismo de una necesaria y urgente transformación en los paradigmas de la humanidad“. Se trata de una verdadera revolución, no de una simple reforma. Según la socióloga, “el Papa Francisco confía a los jóvenes la tarea de cambiar radicalmente el rumbo de la humanidad”. También destacó el trabajo que Caritas Brasileira ha realizado en el campo de la Economía Solidaria y la Convivencia con la Amazonía, elementos que apuntan caminos para la Economía de Francisco y Clara”.
En estos nuevos caminos, Luis Fernando Novoa Garzón abordó la necesidad de aprender de los pueblos tradicionales lo que es la reciprocidad con otros seres. Esto es algo que, según el profesor de la Universidad Federal de Rondônia, “se traduce en la vida cotidiana en un entendimiento permanente“. Insistió en la importancia de conocer la mitología de los pueblos originarios, algo que ayuda a comprender que existe un vínculo común entre todos los seres.
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