Las tentaciones en tiempos de pandemia.
En aquellos tiempos, se extendió una peste por Israel. Jesús reunió al grupo de discípul@s y los envió de dos en dos, diciéndoles:
– He oído que en esta pandemia la gente experimenta grandes tentaciones. Id por los caminos, con los ojos y los oídos bien abiertos. Dentro de unos días, cuando nos reunamos de nuevo, compartiremos el sufrimiento de nuestro pueblo.
Se pusieron en camino. Observaron. Dialogaron. Tocaron de muchas formas el dolor ajeno. A la vuelta, compartieron lo que habían visto y oído.
– Maestro, unos sabios han preparado un ungüento que evita la peste, pero hay gente poderosa que lo está comprando en grandes cantidades y no llega a los pueblos más pobres. Incluso algunas familias del sanedrín se han saltado las normas para poder recibir el ungüento, antes que los ancianos y los enfermos.
– Hay mercaderes que se están enriqueciendo de manera escandalosa. Traen productos de primera necesidad de otros países, sirviéndose de esclavos; la peste ha traído nuevas formas de esclavitud.
– Las meretrices están abandonadas a su suerte. Los clientes las han rechazado, como si fueran animales contagiosos. Ellos están confortablemente en sus casas y ellas están a las afueras de las ciudades, intentando sobrevivir.
– Los políticos de Roma y los de Jerusalén se enfrentan continuamente, porque quieren atribuirse los logros en el control de la peste. Les ahoga la vanagloria y olvidan el bien común.
– Hay jóvenes que siguen organizando bacanales. No hacen caso de las leyes, solo piensan en divertirse y honrar al dios Baco y están extendiendo la peste, incluso entre su propia familia.
– Muchos paganos, extranjeros y proscritos se han movilizado para atender a los apestados. Pero hay gente que no valora su trabajo porque dice que “no son de los nuestros”.
– Algunos que cantaban salmos en la sinagoga cada sábado, parece que han olvidado lo que cantaban y rezaban y se comportan como si no tuvieran esperanza, como si Yahvé se hubiera alejado de nosotros.
Y así, de dos en dos, fueron compartiendo estas y muchas otras tentaciones que habían descubierto en la pandemia.
Jesús les dijo…
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Han pasado 2.000 años y seguimos experimentando las mismas tentaciones, las mismas pruebas que tuvo Jesús en el desierto, antes de comenzar la vida púbica. Nuestro ego reclama: ser l@s primer@s (incluso para recibir la vacuna); que nuestra gloria se expanda (aunque sea vana-gloria y nos ahogue); que las piedras del camino desaparezcan por obra de los enchufes, el amiguismo o la traición…
Cada uno, cada una, y cada comunidad podemos nombrar las tentaciones, especialmente las que han cobrado fuerza en la pandemia. Además:
a) El evangelio nos pone sobre aviso de que tenemos “fieras” y “ángeles”, en nuestro interior y alrededor, que forman parte de esta lucha.
b) El telediario nos muestra a quienes vencen y a quienes sucumben.
c) Nuestra conciencia nos recuerda las oportunidades de crecimiento que nos ha brindado cada prueba/tentación. Tenemos una valiosa experiencia acumulada.
El evangelista Marcos nos ofrece una vacuna, que no nos impide tener tentaciones, pero nos inocula anticuerpos para enfrentarnos a ellas y vencer: “¡Convertíos y creed en el Evangelio!”
¿Qué llamadas a la conversión estamos descubriendo en plena pandemia?
Marifé Ramos
Fuente Fe Adulta
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