Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
- De la sinagoga a casa de Pedro.
La curación de la suegra de Pedo es un relato insignificante, pero que tiene un gran contenido eclesial.
No se trata de una mera cuestión geográfica. Jesús está en la sinagoga y va a casa de Pedro…
Como todo en los evangelios, también la geografía, tiene un sentido teológico. Jesús sale, se marcha del viejo sistema del AT, de la ley, Jesús sale de la sinagoga y “va” a casa de Pedro, que es la Iglesia naciente… (La casa en el evangelio de Marcos es símbolo de la Iglesia).
Del AT al NT, de la ley a la libertad, del poder al servicio.
- Peor el remedio que la enfermedad.
La familia de Pedro es la comunidad cristiana naciente, la Iglesia. Jesús se encuentra entre los suyos, con los más íntimos: Pedro, Santiago y Juan. Pero resulta que los suyos, la suegra de Pedro, tiene fiebre, en griego: fuego: (piresousa: pirotecnia, pirómano, pirograbado).
El fuego, la fiebre es de poder. El zelotismo (zelotas) quería expulsar la ocupación de los romanos incluso con la fuerza de las armas. Algunos del grupo de Jesús, incluido Pedro y su familia, tenían ansiedad violenta de poder, de expulsar a los romanos como fuere, pretendían ocupar las primeras carteras del futuro e inmediato Reino o gobierno que Jesús iba a instaurar.
Pero lo de Jesús no es el poder, ni instaurar un sistema religioso de “ordeno y mando y hago saber”. Tampoco es un asunto racial, nacional, mi Reino no es como los de este mundo: a golpe de talonario o de escaños parlamentarios, o de traiciones, ni mucho menos de poder eclesiástico.
- “Extrañamente” dos mujeres son modelo de iglesia.
El primer signo del evangelio de Marcos es la curación de la suegra de Pedro. Y este mismo evangelio termina con aquella pobre viuda que da como limosna los “cincuenta céntimos” que necesitaba para comer. (Mc 12,37-.44). (Después vendrá la pasión y muerte del Señor). Es muy raro que Marcos comience y termine su evangelio con dos mujeres, pobres, la de suegra de Pedro quizás anciana, la otra, viuda; las dos sin valor ni relevancia en la vida pública, ni tan siquiera valían para ser testigos.
Sin embargo, la curación de la suegra de Pedro de la fiebre de poder, (de la Iglesia) constituye el modelo de vida eclesial. Podríamos evocar el lavatorio de los pies de Juan 13: la actitud de servicio como modo de ser cristiano e iglesia.
Resulta chocante cómo la mujer ha quedado tan relegada en la historia de la Iglesia. En realidad en el sistema eclesiástico ha quedado relegado todo aquel que no sea clero, es decir, todo el laicado. El “poder sacro”, incluidas sus intromisiones en el sutil dominio en las conciencias, se parece más a la sinagoga, al “estado febril” de la casa de Pedro, que a la suegra ya curada de sus deseos de poder.
¿A qué se debe -si no- el poder de la Curia que se ha instalado, como el muro de Trump en la frontera con Méjico, entre las iglesias locales y Francisco?
También nosotros necesitamos ser liberados de la enfermedad mortal del poder.
- la suegra de pedro.
La suegra de Pedro, el grupo eclesial, la suegra de Pedro, pasan de tener fiebre, ansia de poder, aservir. Y el poder es algo con lo que Jesús no puede:
Los príncipes de este mundo tiranizan y oprimen a los suyos, entre vosotros no ha de ser así, sino que quiere quiera ser el primero, que se haga servidor de todos / pues el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida. (Mc 10,45; 9,33).
Una mujer, judía (de cultura judía), ya mayor y suegra es la primera persona que encarna y da testimonio del Espíritu de Jesús: el servicio. La suegra de Pedro una vez curada de la fiebre de poder, se pone a servir en la comunidad eclesial. Lo que constituye la Iglesia es la actitud de servicio: el lavatorio de los pies (Jn 13), el servicio de la suegra de Pedro.
Una iglesia que viva en una dialéctica de poder, no es la comunidad de Jesús. Podrá ser una agencia de servicios religiosos, pero no será la iglesia en la que todos vosotros sois hermanos¸ (Mt 23,8) y os servís unos a otros. (Por desgracia y, a pesar de todo lo que está luchando Francisco, la dialéctica del poder está muy presente en la iglesia de hoy, en el carrerismo eclesiástico, en las diócesis de “primera y de segunda”, en las parroquias “término”, en los cargos curiales, etc.
- Levantar: resucitar.
El pobre Job (1ª lectura) se encuentra desesperado porque Dios le ha abandonado, por la enfermedad y la marginación. Job se angustia: la noche se alarga ¿cuándo me levantaré?
La suegra de Pedro estaba también postrada por el fuego del poder. Jesús la cura y la levanta. La expresión griega para hablar de esta curación (y de otras) es: levantar, que es una de las dos palabras que usa el NT para hablar de resurrección.
El verbo griego “egeiro” significa despertar, levantar, resucitar. En muchos momentos, cuando los evangelios hablan de la resurrección de JesuCristo emplean este verbo: Dios lo levantó (egeiro), lo resucitó.
Cuando Jesús cura-resucita a la hija de Jairo, la levanta, (Mc 5,41)
Jesús “levanta” a un niño endemoniado (Mc 9,36).
Dios levantó (resucitó) a Jesús de la muerte (Rom 10,9)
Con toda normalidad, Jesús va a casa de Pedro, se acercó, cogió de la mano a la suegra de Pedro y la levantó, …. Todos son gestos familiares, espontáneos. Jesús no hace ningún rito, ningún exorcismo, no se reviste de capa pluvial, roquete, etc. Simplemente Jesús la toma de la mano y aquella mujer “resucita”, se levanta. La que estaba postrada por la fiebre, el ansia de poder, queda totalmente curada está en condiciones de servir la comida festiva del sábado.Se puso a servirles: señal evidente de su total curación.
Cuando uno se encuentra con Cristo (con Dios) recupera la dignidad, la vida personal, uno “resucita”. Los paralíticos, los ciegos, etc. dicen que levantándose le seguían por el camino.
¿No es una resurrección cuando una persona se levanta de su depresión, de su drogadicción, o cuando se cura de raíz de un viejo odio o de una lejana ruptura familiar o personal? ¿No fue una resurrección la del hijo perdido cuando se levantó y volvió a casa? Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida. Lázaro resucitó, se levantó.
Cuando nos encontramos postrados, abatidos, muertos como el hijo menor, Cristo nos devuelve a la vida. Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida.
En estos momentos de sufrimiento humano, levantemos nuestra mirada y nuestra esperanza. Resucitemos
- (La suegra de Pedro) se levantó y se puso a servirles.
Los del Obispado piensan que con un nuevo y lujoso obispado, con marketing pastoral, con estructuras, reuniones y demás, ya está constituida la Iglesia.
Para hacer Iglesia, comunidad cristiana no hace falta poder, sino servicio. La Iglesia es valiosa no por lo que manda y organiza, sino por lo que sirve: servicio, Jesús salió de la sinagoga… La iglesia debiera -debiéramos-salir de la sinagoga, del sistema sinagogal, ritual, legal que se ha construido y “perderse” en las periferias de los pobres y sencillos. La pobre viuda, el buen samaritano, los pecadores y publicanos, el lavatorio de los pies son las pautas eclesiales.
- ¿Jesús es un líder?
Tras curar a otros muchos endemoniados (epilépticos, problemas psicológicos, etc.) la gente le sigue, pero le sigue como se le sigue al líder en un mitin político o como los fans le siguen a Messi. Todo el mundo te busca…
Ni Jesús, ni las personas que “sirven”, interpretan las cosas como un seguimiento idolátrico.
El cristiano no busca el éxito, ni los números eclesiásticos o diocesanos. El cristiano trabaja por el Reino, por el mérito (valor), no por el éxito o el brillo social.
- se marchó a despoblado a orar.
Es una actitud constante de Jesús: vivir siempre mirando a Dios, vivir en una interioridad constante, en oración
Necesitamos una vida interior, un clima de reflexión constante, un diálogo con Dios, confrontar nuestras vidas con Dios.
Y necesitamos marchar a “despoblado”, lejos de la tv, de la algarabía y palabrería de los mítines, de tanto ruido social, eclesiástico y político.
En esta pandemia parece que van aumentando las enfermedades psiquiátricas, las depresiones y las adicciones. Quizás es que se nos ha olvidado el silencio, la calma, la serenidad, la oración. Si no estamos viajando, bebiendo, “zascandileando” parece que no vivimos…
Hay cosas que solamente se entienden en silencio y en la oración.
Se levantó y se puso a servirles.
Biblia, Espiritualidad
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