“José I. González Faus: ¿qué te pasa con la homosexualidad?”, por Enric Vilà i Lanao
En su momento, no quise publicar el artículo: Carta de Faus al cardenal Müller: “A nadie se le puede imponer un celibato contra su voluntad“, pues me parecía el “canto del cisne” de un buen teólogo, artículo incomprensible, además de dañino…
Respuesta de Enric Vilà i Lanao a José ignacio González Faus
“Te hablo desde el gran respeto que te tengo personal e intelectual. Y lo hago con cariño: como gran persona y persona mayor que eres”
“¿Por qué tus escritos, que he ido siguiendo, destilan permanentes sombras de sospecha, múltiples prevenciones, imprecisiones, justificaciones… cuando hablas de la homosexualidad?”
“Ya sabes que yo soy cristiano, gay, vivo en pareja desde hace trece años, casado desde hace tres, biblista y licenciado en teología. Y activista LGTBI”
Utilizas las palabras “problema” social para calificar la homosexualidad: ¿porqué no llamarla “realidad”, “reto”, “oportunidad”; y cristianamente “don de Dios”, “misterio”, “riqueza de la creación”?
“Confío mis palabras no hayan caído en un discurso heterófobo. Nada más lejos de mi voluntad. Creo que este debate requiere de serenidad, madurez, lejos de cualquier victimismo o resentimiento. Requiere de buen Espíritu. Que el Espíritu Santo nos ilumine a todos. José Ignacio, un abrazo fraternal!”
| Enric Vilà i Lanao
Apreciado José Ignacio, te pido permiso para tutearlos, hablar de tú a tú, pues nos conocemos y hemos hablado alguna vez. También te hablo desde el gran respeto que te tengo personal e intelectual. Y lo hago con cariño: como gran persona y persona mayor que eres.
¿Qué te pasa con la homosexualidad? ¿Por qué tus escritos, que he ido siguiendo, destilan permanentes sombras de sospecha, múltiples prevenciones, imprecisiones, justificaciones… cuando hablas de la homosexualidad?
Quisiera compartir contigo unas reflexiones que he elaborado. Ya sabes que yo soy cristiano, gay, vivo en pareja desde hace trece años, casado desde hace tres, biblista y licenciado en teología. Y activista LGTBI desde hace tiempo. Lo digo para que el lector / a se sitúe.
Vamos al grano, no se necesitan palabras ni en latín ni en alemán como tú haces, para que todo el mundo nos entienda. Una serie de reflexiones que te propongo:
1. Utilizas las palabras “problema” social para calificar la homosexualidad: ¿porqué no llamarla “realidad“, “reto”, “oportunidad”; y cristianamente “don de Dios”, “misterio”, “riqueza de la creación”?… Como catalán, hago un símil, estamos cansados de ser el permanente “problema catalán”, “anomalía”, español “defectuoso”…
2. Clasificas, a tu manera, tres tipos de homosexualidad: una primera, “la que brota del cansancio o insatisfacción por el abuso desordenado de la heterosexualidad”; la homosexualidad que brota por causas sólo “psicológicas”; “y la tercera homosexualidad, la ” genética”. Estos términos “de ciencia de bolsillo” son de una simplificación demasiado fácil para una realidad compleja, sinceramente no hay por donde cogerlos … pero como tú lo haces, sigo tu hilo de discurso.
3. Para ti el primer tipo de homosexualidad proviene “del cansancio o insatisfacción por el abuso desordenado de la heterosexualidad” (…): ya estamos, la mezclas con pedofilia, violaciones, promiscuidad… La homosexualidad partiendo de la heterosexualidad… Suerte que la dejas de lado porque no es el “problema” que para ti debe analizarse desde la ética social. Yo también la dejo de lado: hablamos de homosexualidad sin mezclar con otras realidades, ya tuvimos bastante con mezclarla con el sida…
4. La segunda es la homosexualidad que “brota de causas sólo psicológicas”. Dices que “son casos que pueden ser reversibles con un tratamiento psicológico; por eso me resulta también cruel la dura crítica de todo el lobby LGTB contra estos intentos “ (…). Estimado José Ignacio, todo el mundo que necesite ayuda psicológica, claro, que la busque y la encuentre. ¡Y de calidad! Ahora bien, en primer lugar hablas de “reversibilidad”. ¿A santo de qué? ¿Es necesaria la reversibilidad? En segundo lugar hablas de “dura crítica del lobby LGTB” por intentos de reversibilidad con tratamientos psicológicos.
Y aquí apreciado José Ignacio debes desconocer todos los casos de tratamientos con electrochoques, prácticas aberrantes que amigos míos han sufrido y sufren por la sacrosanta “reversibilidad”, muchas veces en contra de su voluntad y en condiciones penosas. Por no hablar de Alan Turing, el prestigioso matemático, uno de los héroes más grandes de la Segunda Guerra Mundial, castrado químicamente como castigo por su homosexualidad. Y ahora nos vienes con la “dura crítica” … En tercer lugar utilizas el término “lobby”, en inglés “grupo de presión”. ¿Quién en esta sociedad no es “grupo de presión”? ¿Los jesuitas acaso no lo soys? Pero en tu caso utilizas “lobby” con connotaciones negativas para los LGTB. Por cierto te falta una letra, la “I” de intersexuales, que también existen: LGTBI. Este es otro tema … dejémoslo ahora.
5. Y hablas de la tercera homosexualidad, “la genètica”, “cuando el cerebro pierde la armonía preestablecida con órganos corporales …” (…) . Mira no soy el más indicado para contestarte (no soy científico) y ahora no es el espacio. Pero ya estamos: “la armonía” como sospecha, como sombra … A mi 55 años ya no me sorprende nada, pero incorporo este argumento a los de “disfunción”, “disforia”, etc, etc.
6. Una vez has descrito a tu manera acientífica los tipos de homosexualidad, hablas que hoy “idolatramos la ciencia”, y lo haces para hablar de la homosexualidad. ¡Olé tú! Intentamos buscar luz en la ciencia, explicarnos los fenómenos, analizar pero, mira por donde, cuando se habla de la homosexualidad, la idolatramos … Otra sombra de sospecha innecesaria.
7. Y seguidamente cuando hablas de la homosexualidad resulta que aparecen conceptos como “amor” al lado de “placer sexual”, “follar”, “violaciones”, etc .. Cuando hablamos de heterosexualidad me parece que no cambia la cosa, ¿verdad?
8. Dices: “Los homosexuales están aquí y son hermanos nuestros”. Te lo agradezco desde el fondo del corazón.
9. Afirmas: “Los homosexuales soportan o han soportado sufrimientos enormes … un horror mayor en países de África y Asia que de ninguna manera se pueden justificar”. Reitero mi agradecimiento por estas palabras justas y que hacen justicia.
10. Aseguras: “A nadie se le puede imponer un celibato contra su voluntad”. ¡Enhorabuena! Empezamos ya a situar el debate en plano de igualdad: heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales: somos “fratelli tutti“! en palabras de Francisco.
11. Dices: “Muchos afirman que la homosexualidad es una simple variante como tener ojos azules o negros, yo personalmente no lo acabo de ver aunque conozco alguna gente (no sólo cristiana sino religiosa) que comparte esta opinión” (…). Pues mira José Ignacio yo comparto esta afirmación, soy de esos “algunos”. Ahora ya puedes decir que conoces otra persona.
12. Y acabas tus argumentos: “Quedaría otra cuestión con la que termino: a estas uniones civiles, defendidas por Francisco, ¿se las puede llamar matrimonio?” (…). Pues mira ya tenemos un buen debate aquí. Pero también te propongo otros: la bendición cristiana de uniones de homosexuales eclesialmente, … Te recuerdo que jesuitas, franciscanos, y benedictinos realizan ceremonias de bendición de parejas de gays y de lesbianas en el seno de parroquias, comunidades desde hace años. Podríamos seguir el camino de reflexión como los obispos alemanes sinodalmente están trabajando desde hace tiempo. Te recuerdo también que jesuitas muy próximos a ti han estado al lado del colectivo LGTBI desde hace muchos años, a los que reitero mi profundo agradecimiento. También te recuerdo que hay jesuitas gays bien cerca de ti. Esta cuestión os la dejo para vosotros.
Una reflexión final José Ignacio. Dices que “el mayor pecado humano es la heterofobia” y dices “que muchos la estamos sufriendo hoy en muchos campos”. Mira, confío mis palabras no hayan caído en un discurso heterófobo. Nada más lejos de mi voluntad. Creo que este debate requiere de serenidad, madurez, lejos de cualquier victimismo o resentimiento. Requiere de buen Espíritu. Que el Espíritu Santo nos ilumine a todos.
José Ignacio, un abrazo fraternal!
NOTA: Este escrito tiene como principal referente tu escrito recientemente publicado que es tu carta al cardenal Müller
Enric Vilà i Lanao: biblista y teólogo. Miembro de la Associació Cristiana de Lesbianes i Gais de Catalunya (ACGIL) y del Grupo Católico del Forum Europeo de Grupos Cristianos LGTBI. Colaborador de Cristianisme i Justícia. Administrador del Centre LGTBI de Barcelona.
Fuente Religión Digital
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