Todo
En Cristo lo tenemos todo.
Somos todos del Señor y Cristo es todo para nosotros:
si deseas sanar tus heridas, él es médico;
si estás angustiado por la sed de la fiebre, él es fuente;
si te encuentras oprimido por la culpa, él es justicia;
si tienes necesidad de ayuda, él es poder;
si tienes miedo de la muerte, él es vida;
si deseas el paraíso, él es vía;
si aborreces las tinieblas, él es luz;
si andas en busca de comida, él es alimento.
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Ambrosio de Milán,
«Sobre la virginidad» 99.
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