Camiña Navia Velasco: Mensaje en la Navidad del 2020.
La humanidad cristiana lleva dos mil años celebrando esta fiesta que se ha ido cargando a lo largo de los siglos de lenguajes, significados, símbolos, sentidos y sinsentidos. Si releemos los textos bíblicos del Primer Testamento, que han sido aplicados al anuncio del nacimiento de Jesús de Nazaret en el Segundo Testamento, si leemos especialmente a Isaías y a los profetas en general, podemos darnos cuenta de su potencia poética, de su fuerza expresiva para anunciar un cambio sustancial en el orden de cosas y aseverar la intervención de Dios en el mundo, en favor de la justicia, de la vida y del amor.
La conmemoración del nacimiento de ese niño en Belén ha sido expresada en la pintura de cientos de lienzos con fuerzas diferentes, desde la sensibilidad de cada tiempo y de cada artista. Se trata de expresiones culturales que van más allá de la religiosidad de los pintores y que han atravesado edades y territorios. En este siglo XXI, asistimos, sin embargo, a un alejamiento total de esta “cultura religiosa”: Intereses, sensibilidades y creencias caminan lejos de estas tradiciones y de estos mensajes. Como dije hace poco en otro artículo, la Navidad se ha alejado cada vez más de su sentido primigenio.
Y sin embargo para quienes creemos que Jesús de Nazaret tiene mucho que decir al mundo, se hace necesario encontrar la manera de transmitir hoy la fuerza y permanente novedad de su mensaje. Joan Chittister nos dice:
La tarea de una generación de mujeres mayores es ofrecer posibilidades a la generación venidera. No hemos cumplido nuestro cometido hasta que no les enseñamos toda lección, hasta que no les pasamos todo interrogante, hasta que no les preparamos a fondo, hasta que no les concedemos posibilidades de comenzar y hasta que no les permitimos el privilegio de arriesgarse.
(Joan Chittister: Doce momentos en la vida de toda mujer).
Es importante encontrar la forma de “pasar la voz”. Para quienes estamos abiertos/as de una u otra manera a la trascendencia, la celebración de la Navidad tiene un hondo sentido: es la fiesta de la luz que llega a la oscuridad, es la fiesta en la que actualizamos el que la Divinidad se hace carne en nuestra historia, por tanto es la fiesta en la que nos abrimos a esa encarnación de la Divinidad en nuestra persona y en nuestras rutas. Esa encarnación no tiene sentido si no se hace realidad en cada momento.
Pero es claro que no encontramos la manera de tocar a las nuevas generaciones con estas realidades. Invito a un ejercicio conjunto que nos ayude a encontrar los lenguajes para celebrar que:
Todavía es posible traer la luz a nuestras vidas y caminos
Todavía es posible hacernos como niños para mirar las cosas desde un corazón limpio
Estamos aún a tiempo de corregir el rumbo y lograr hermanarnos
Es importante afirmar y anunciar que los sueños aún pueden habitarnos: celebrar que aún hay mujeres y hombres que soñamos con un mundo equitativo y de justicia en el que los sencillos y los y las desposeídas encontrarán su pan
Soñar que al otro lado habrá una luna que ilumine una tierra respetada, un agua no desperdiciada, una naturaleza habitada con respeto sagrado
Cómo encontrar palabras para gritar al mundo que la estrella que guíe nuestros pasos sea estrella del amor y la equidad
Celebrar que la fiesta que puede reunirnos es la felicidad de todos y de todas y que ya nunca más será posible que unos pocos se atoren con los bienes de todos
Cantar en las colinas y los valles, en las pantallas de la televisión o del computador que llegó la mañana que animará los surcos de una cosecha nueva
Celebrar que aún es tiempo de corregir el rumbo y que llega el anuncio de una economía nueva, diferente y sencilla al alcance de todos y de todas
Cantar que la mañana llega con amaneceres de antorchas, con cantos de esperanza, con músicas de júbilo
Proponer que la vida puede mostrar su entraña más allá del whatsapp, del Instagram y redes de todos los pelajes
Que el canto de la alondra llegará a nuevos rumbos
Celebrar que soñamos y construimos sueños
Anunciar porvenires en los que las mujeres no teman por sus vidas y sus cuerpos no lloren por violaciones y atropellos
Celebrar que personas como el maestro de Galilea, o Gandhi o Luther King… María de Magdala o Hildegarda de Bingen y Juliana de Norwich… mostrarán sus caminos y haremos entre todos y todas relaciones distintas
Se hace necesario renovar la esperanza cada año, para repotenciar los horizontes y ampliar las utopías. Se hace imprescindible, vivir por unos días la potencia de vida que recorra los cuerpos y encienda el corazón. Saber que los encuentros, los regalos, los árboles hay que mirarlos en un más allá de sí mismos y los bailes sólo tienen sentido si expresan en nuestros cuerpos el anuncio de realidades nuevas.
Invito a redimensionar nuestras vidas, para alcanzar un más allá de cotidianidades baladíes. Hagamos realidad la afirmación de Octavio Paz:
Ver con los oídos, sentir con el pensamiento, combinar y usar hasta el límite nuestros poderes, para conocer un poco más de nosotros-as mismos-as y descubrir realidades incógnitas ¿no es ese el fin que asignan a la poesía espíritus tan diversos como Coleridge, Baudelaire y Apollinaire?… La poesía explora el universo…
(Octavio Paz: Corriente Alterna)
Busquemos las palabras, la expresión, el lenguaje para “pasar la voz”. Para ello seamos conscientes del agotamiento de nuestros símbolos.
Carmiña Navia Velasco
15 de Diciembre del 2020
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