13 Diciembre, 2020. Tercer Domingo de Adviento.Domingo “Gaudete”. Ciclo B
“Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz.”
El evangelio de este domingo nos ofrece un modelo de testimonio. Juan Bautista, el enviado por Dios, se presenta como el que señala, el que indica hacia quién debemos mirar.
Porque en lo que al evangelio se refiere se trata de anunciar y ser testigos, nunca protagonistas. Dios, en Jesús, no nos ha pedido que salvemos al mundo, ni siquiera que lo cambiemos. Lo único que nos pide es que anunciemos la Buena Noticia de su Reino.
Juan Bautista lo tiene claro, dice: Yo soy la voz. Eso mismo estamos llamados a ser todos los cristianos. Somos la voz de una Buena Noticia. Y la Buena Noticia es que Dios en Amor infinito.
Sería estupendo que lo que nos queda de Adviento fuera un tiempo para descubrir o re-descubrir la Buena Noticia de la que tenemos que ser voz, porque es bueno que la voz esté en sintonía con el mensaje, tenga la entonación y el timbre adecuados.
Nos quedan unos días para descubrir, como si fuera la primera vez, la Palabra de la que estamos llamados a ser voz. Estos días podríamos hacer algo tan sencillo como leernos de seguido uno de los evangelios, el que más nos guste y disfrutar dejando que la Palabra nos toque el corazón. Como tenemos la costumbre de leer los evangelios por fragmentos, cuando lo leemos todo seguido, como un libro, descubrimos mensajes nuevos. Y para quienes no se atrevan con todo el evangelio que tal con los dos primeros capítulos de Mateo o Lucas que nos cuentas los relatos de la Navidad. Seguro que no te defrauda.
Oración.
Santa Ruah, sé tú el aire, el impulso de nuestra voz para que no sepamos decir otra cosa que la Palabra. Amén.
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Fuente Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa
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