Gabriel, hijo de dos padres gays, y un discurso que emociona y se vuelve viral
El pasado verano, paseando a la caída de la tarde, mi hijo preguntó:
—Papi, ¿es más fácil que fumen los hijos de fumadores?
—Sí —respondí—. Si los padres fuman, los hijos tienen tres veces más posibilidad de fumar y además es más difícil que lo dejen.
—Y papi —volvió a preguntar—, ¿los hijos de gais es más fácil que sean gais?
—No hijo, no. Eso ni se hereda ni se aprende.
Y aprovechando el momento, me explayé.
—De los padres puedes aprender a amar o a ser generoso; puedes aprender una religión; puedes aprender a odiar a quien tiene otro color de piel; aprender a defender al débil o a perseguir familias como la nuestra. Pero ser homosexual o heterosexual o lo que sea ni se aprende ni se hereda, simplemente se es.
—OK —respondió.
Y pasamos a otros temas.
Supuse que la duda se habría planteado en su círculo de amigos y que alguno habría preguntado sobre ello con la curiosidad de los 10 años.
He recordado esta conversación al ver el video que ha grabado el hijo de una pareja gay.
Se llama Gabriel, tiene 18 años -¡cómo pasa el tiempo!- y oír su forma de reaccionar ante quien le pregunta si es gay por ser hijo de dos maricones es, simplemente, una maravilla.
Con él queda claro que la diversidad familiar ha alcanzado su mayoría de edad; que, quienes ayer eran bebés, hoy son hombres y mujeres que tienen voz propia y constituyen el mejor exponente de la realidad.
Sinceramente, escucharle debería formar parte de la clase de valores de cualquier centro educativo, público o privado.
Madres y padres podemos hablar, visibilizar nuestra experiencia, explicar (sí, todavía hace falta explicar que somos familia), etc., pero quien visibiliza los nuevos modelos familiares, desde su infancia y todos los días, son ellos. Básicamente porque de lo que se trata es de su vida.
En su colegio, en su pandilla, en los equipos deportivos, chicas y chicos los ven, interactúan y preguntan. Así aprenden que hay familias con dos padres o dos madres o monoparentales o… Aprenden que la diversidad familiar enriquece y, sobre todo, entienden que su futuro será el que ellos decidan.
Cada menor de una familia LGTBI genera un foco de aprendizaje y normalización para los que le rodean. Porque, desde sus propias y diferentes historias, hablando de su día a día, de su camino personal, de método Ropa, de cómo es tener sólo una madre, de gestación subrogada o de compaginar su familia de acogida con la biológica, transformarán la vida de otros.
Las nuevas generaciones son el punto de apoyo que permitirá mover el mundo. Gabriel y, con él, nuestros hijos e hijas suponen un cambio social que no tiene ni freno ni marcha atrás.
Marie Curie pensaba que Usted no puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Hoy, mañana, pasado, a medida que nuestros peques crezcan, que se hagan adultos y generen sus dinámicas de grupo, modificarán la visión que del mundo tienen muchas personas, ayudando a construir un mundo mejor.
Gracias, Gabriel. Por ser la persona que eres, por estar ahí.
Y gracias a todas y todos los Gabrieles de la tierra porque vuestra sola presencia nos hace mejores.
P. D.- No dejes de ver el video. Seas como seas, te llegará.
Por Pedro Fuentes
Fuente Oveja Rosa
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