En primer lugar, la persona.
18 octubre. DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO
Los edificios, como las personas, deben ser en primer lugar sinceros, deben ser auténticos, además, tan atractivos y bonitos como sea posible. (Franc Lloid Wright).
Mt 12, 15-21 Le seguían muchos, sanaba a todos (V 15)
El origen era su poder taumatúrgico: “entonces le llevaron en endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de modo que recobró la vista y el habla, con gran escándalo de los fariseos” (v 22)
En este capítulo, el evangelista nos habla de la gran hostilidad habida de los fariseos contra Jesús. Las polémicas resultantes sirven para dilucidar aspectos de su misión. Atravesando un campo de trigo en día de sábado, sus hambrientos discípulos se pusieron a arrancar espigas y comérselas (v 1, 2).
En la gran importancia que da Mateo a estas réplicas, podemos leer entre líneas los problemas por los que atravesaban las comunidades cristianas a las que dirige su evangelio. El entorno religioso, dominado por la casuística la legalidad farisaica, les era muy hostil.
El fragmento de hoy nos muestra dos situaciones en las que Jesús se opone a la ley a le ley en beneficio de la persona: el hambre y la enfermedad.
En los dos casos la mentalidad farisaica prefería al precepto del sábado sobre la situación del que estaba enfermo del que tenía hambre.
El descanso sabático fue en su origen una institución humanitaria que el mismo Dios instituyó: “Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda la obra que había hecho” (Génesis 2, 2).
Dicha institución humanitaria se convirtió en muchos casos en una carga asfixiante; y ante tal abuso, Jesús reaccionó ante las acusaciones de los fariseos con dos frases que provocaron un escándalo total: “Pues yo os digo que aquí hay alguien mayor que el templo” (v 6), y “Porque el hombre es mayor que el sábado” (v 8).
Una de las estructuras opresoras de las que Jesús se siente libre y trata liberar al pueblo es la estructura religiosa de la que forma parte la ley del sábado, y por eso impugnar este mandato, aún para realizar el bien, era una provocación para la élite más profundamente religiosa.
Un legalismo casuístico, el de los fariseos de aquel tiempo, que nos puede parecer desfasado y que, a pesar de todo, es un mal endémico que continúa afectando a las personas y a las instituciones religiosas. Los cristianos tienen la tendencia a inmortalizar ciertas normas inmemoriales que fueron respuestas a problemas muy concretos de una época. Primero el reinado de Dios y después sus añadiduras y así todo culto cristiano personal público, desvinculado de una opción seria y comprometida por el excluido y el pobre, será un culto vacío y sin misericordia alguna.
Franc Lloid Wright (1959) es un arquitecto, diseñador de interiores, escritor y educados estadounidense, que diseñó más de mil estructuras y que, en cierta ocasión dijo: “Los edificios, como las personas, deben ser en primer lugar sinceros, den ser auténticos, además tan atractivos y bonitos como sea posible”
En el lenguaje cotidiano, la palabra persona hace referencia a un ser con poder de raciocinio que posee conciencia sobre sí mismo y que cuenta con su propia identidad.
Gabriela Mistral fue una poeta, diplomática y pedagoga chilena. Fue galardonada con el premio Nobel de Literatura en 1945. Copio este poema suyo donde refleja el dolor de un amor perdido:
RIQUEZA
Tengo la dicha fiel
y la dicha perdida:
la una como rosa,
la otra como espina.
De lo que me robaron
no fui desposeída;
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida,
y estoy rica de púrpura
y de melancolía.
¡Ay, qué amante es la rosa
y qué amada la espina!
como el doble contorno
de dos frutas mellizas
tengo la dicha fiel
y la dicha perdida
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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