Dom.18,8.20. Los panes y los panes. Para multiplicar los panes: Un camino de enseñanza y curación (Mt 14, 13-21)
Principio y camino de la Iglesia
Retomo el motivo de de ayer (proyecto y tarea de Caritas) con el evangelio de este domingo (multiplicación de los panes y peces, Mt 14,13-21). La clave no es el aumento físico de panes y peces, sino la solidaridad y comunión , que se establece por la educación y sanación:
‒ Evangelio de Marcos (6, 34‒44): enseñar y alimentar”. Sólo a través de una nueva enseñanza, de una más alta “educación humana” se puede multiplicar y compartir los alimentos.
‒ El evangelio de Mateo (14, 13‒21): curar y dar de comer. La multiplicación de los panes sólo es posible si hay una “curación previa”. Si no se cura el corazón y la vida no se pueden compartir los alimentos.
El texto
Mt 14 13 Al oírlo (que Juan había sido ajusticiado), Jesús se retiró de allí en privado, en una barca, a un lugar solitario. Y las muchedumbres, al oírlo, le siguieron a pie, desde las ciudades.
(1) Curar: 14 Y al desembarcar, vio una gran muchedumbre, y sintió compasión de ellos y curó a los enfermos que había.
(2, alimentar) 15 Entrada la tarde se le acercaron los discípulos diciendo: El lugar es desierto, y la hora es ya avanzada. Despide, pues, a la muchedumbre, para que vayan a las aldeas y compren comida para ellos. 16 Pero Jesús les dijo: No tienen necesidad marcharse; dadles vosotros de comer. 17 Pero ellos le dijeron: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 Pero él dijo: Traédmelos acá. 19 Y mandando a la gente que se reclinara sobre la hierba, tomando los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a las muchedumbres. 20 Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. 21 Y los que habían comido eran unos cinco mil varones, sin contar mujeres y niños[1].
Este relato, desarrollado extensamente por Marcos (Mc 6, 30-44), incluye algunas abreviaciones y cambios que quiero indicar, destacando varios rasgos característicos de Mateo, un evangelio judío que es al mismo tiempo universal (abierto a todos los pueblos), pues nos sitúa en el espacio original de la existencia humana que es la salud y la comida:
‒ Curar y dar de comer(14, 13). Jesús huye, quiere resguardarse de Herodes, pero la gente le sigue (como había seguido al Bautista). En esa situación, busca un lugar deshabitado (una zona de desierto), sólo ellos. Pero la gente viene a buscarle, abandonando las ciudades, donde podían obtener comida. Pues bien, Jesús ve a la muchedumbre, y siente compasión, lo mismo que en Mt 9, 36, donde se dice que las gentes vagaban perdidas y enfermas, como ovejas sin pastor, cosa que aquí ya no se afirma (aunque se supone). Según el evangelio de Mateo, los dos gestos principales de Jesús son curar y alimentar[2]. En este contexto los evangelios acogen la ayuda de, pero la expresan de formas diferentes.
(a) Mc 6, 34 pone de relieve la educación y la comida. Enseñar y dar de comer, estos son los gestos principales del Mesías: Jesús empezó a enseñarles muchas cosas, para darles después de comer.
(b) Mt 14, 14 destaca la curación y la comida: Primero está la curación, la salud; la verdadera enseñanza es que los hombres y mujeres puedan vivir sanos, superar la enfermedades. Lo primero es eso que pudiéramos llamar el compromiso sanitario, luego viene la comida.
‒ De la salud al pan, la multiplicación(14, 15-21). Lógicamente, después de las curaciones viene la “alimentación” pues el hambre es un tipo de enfermedad (quizá la primera de todas). Alimentar es “curar” en el sentido originario, para que los hombres y mujeres más debilitados tomen fuerzas (=puedan vivir), sin ser dominados por la mayor aflicción que es la falta de comida, especialmente en situaciones de inseguridad económica y enfrentamiento social, como había indicado ya el relato original del paraíso (Gen 2-3), donde Dios quiere ante todo que los hombres y mujeres coman y vivan[3].
Dadles de comer vosotros
Frente a la propuesta de los discípulos que quieren despachar a la gente, a fin de que los ricos puedan comprar (de manera que los que pueden compren para comer y los demás sigan con hambre), Jesús instaura otro sistema (dadles vosotros de comer), pasando así del modelo de la compra-venta al de la comunión. Ciertamente, los discípulos plantean el tema en plano económico (sólo tenemos cinco panes y dos peces: 14, 17); pero Jesús les responde subiendo de plano y diciendo “traedlos aquí” (los panes y los peces), haciendo que se sienten todos (sin preguntar de dónde viene de cada uno), sobre la yerba del campo[4].
Esta alimentación es, con las curaciones de Mt 11, 2-5, la acción más significativa de Jesús, su gesto sacramental por excelencia, expresión de su compromiso a favor de los pobres (que son evangelizados ante todo a través de la comida: 11, 5). En este contexto se entrelazan, partiendo de la muerte del Bautista, y en contra de la política de Herodes, la necesidad de la muchedumbre (enferma, hambrienta) y la estrategia compasiva de Jesús ( tuvo misericordia de ellos, 14, 14). En vez de ocultarse, por miedo a compartir la suerte del Bautista, él ha respondido al otro lado del mar, de manera más provocadora, curando a los enfermos de la muchedumbre que le busca.
Bendecir a Dios, dar de comer (14, 19).
Tras curar a los enfermos, Jesús alimenta a los hambrientos con los panes y peces de fraternidad mesiánica, iniciando así el momento central de su tarea, al servicio de los pobres (14, 19-20). Frente al Bautista, que no comía ni bebía (11, 18), Jesús responde bendiciendo al cielo/Dios por la comida, partiendo los panes y los peces que así ofrece a sus discípulos, para que ellos los repartan al pueblo. En contra del Diablo que intentaba dominar a los hombres con pan (4, 1-4), Jesús regala el pan y lo comparte como signo de bendición divina y abundancia humana.
‒ Panes discutidos. Ese mismo banquete (ofrecido a los expulsados) suscita gran rechazo de parte muchos, como sabe Jesús cuando dice que la Reina del Sur y los habitantes de Nínive se alzarán contra esta generación (cf. Mt 12, 41s), porque ellos, sin ser israelitas, aceptaron a Salomón y a Jonás, mientras que ahora los galileos no acogen su Reino. En esa línea se había situado la acusación de Jesús contra las poblaciones de Corozain, Betsaida y Cafarnaúm por no haber aceptado su mensaje (Mt 11, 21-24), mientras que las ciudades paganas de Tiro y Sidón lo habrían acogido, de haberlo escuchado. Leer más…
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