Dadles de comer.
Una casa de Dios es el estómago vacío del pobre, y quien lo llena, llena también la voluntad de Dios (Friedrich Ruckert)
2 de agosto. DOMINGO XVIII DEL TO
Mt 14, 13-21
Jesús les respondió: No hace falta que se vayan, dadles vosotros de comer
Los discípulos no se acordaban ya, de las obras de misericordia, que Jesús había predicado no hacía mucho en el Montaña de las Bienaventuranzas:
“Dad de comer al hambriento”.
Como tampoco se acordaron de que se había subido a una montaña para que todo el mundo lo escuchara, y el viento, que soplaba entonces fuerte desde los cuatro puntos cardinales, llevaría sus palabras cuanto más lejos mejor.
Este maravilloso compartir, es lo que hemos llamado la multiplicación de los panes en los cuatro evangelios, y en Marcos y Mateo por duplicado.
Dios es el dador por antonomasia, se repite en los Salmos 104, 27, 136, 25, y 145, 15, que ahora da en abundancia por medio de su enviado, siendo la generosidad parte de su reinado.
Jesús, que se ha negado al milagro fácil para satisfacer su hambre en el desierto, porque vive de la Palabra de Dios, re-parte ahora esa palabra al pueblo y recurre al milagro para darles también el pan.
Un simbolismo que está sustentado en la realidad, pues una palabra que no lleve a dar también pan al hambriento, no es Palabra de Dios.
La tradición, apoyada en la fórmula en la fórmula: “tomó los cinco panes…, alzó la vista del cielo, dio gracias, partió el pan y se lo dio a sus discípulos”, ha visto en este milagro la anticipación de la Eucaristía.
Un pan que nos congrega en una misma mesa, no puede separarse del pan debido en justicia al pobre y necesitado. Un pan lleva al otro, y ambos hacen de la Eucaristía el alimento de vida eterna, que hace presente entre nosotros, aquí y ahora, el reinado de Dios.
En Mateo 14, 16, Jesús les respondió: No hace falta que se vayan, dadles vosotros de comer.
Les dieron, y todavía sobró bastante.
“Antes de dar al pueblo sacerdotes, soledad y maestros, sería oportuno saber si por ventura no se está muriendo de hambre”, decía Tolstoi en una de sus novelas.
Friderich Rückert decía, que “una casa de Dios es el estómago vacío del pobre, y quien lo llena, llena también la voluntad de Dios”
Un poeta y dramaturgo español, Miguel Hernández, nacido en Orihuela, lo cantó en este poema:
JORNALEROS
Jornaleros que habéis cobrado en plomo,
sufrimientos, trabajos y dineros.
Cuerpos de sometido y alto lomo:
jornaleros.
Españoles que España habéis ganado
labrándola entre lluvias y entre soles,
Rabadanes del hambre y del arado:
españoles.
Esta España, que nunca satisfecha
de malograr la flor de la cizaña,
de una cosecha pasa a otra cosecha
esta España
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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