El Triángulo Norte de Centroamérica, una de las regiones más mortales para las poblaciones LGBTI+ del continente.
Por Paula Rosales, desde San Salvador
Virginia Flores, mujer trans salvadoreña, está acostumbrada a huir y esconderse para resguardar su vida. Se ha tenido que cambiar por lo menos tres veces de vivienda en los últimos seis años, tiempo en el que sus dos mejores amigas fueron asesinadas: una por las violentas pandillas que operan en el Triángulo Norte de Centroamérica y otra golpeada hasta la muerte por tres policías. Esta última, Camila Díaz, se transformó en un caso emblemático de violencia institucional: por primera vez en El Salvador, tres policías fueron juzgados por el asesinato de una persona trans.
El desplazamiento y la migración forzada han sido su salvación; en dos ocasiones tuvo que salir de El Salvador y dejar toda su vida, familia y hogar. Cuenta a Presentes que esta dinámica se convirtió en el hábito que ella tuvo que adoptar después de ser amenazada de muerte en reiteradas ocasiones.
De acuerdo al estudio sobre desplazamiento forzado interno de la población LGBTI en El Salvador “Huir y sobrevivir” realizado por la Asociación Comunicando y Capacitando a Mujeres Trans con VIH en El Salvador – COMCAVIS TRANS, se reportó un incremento de 50% en 2019, respecto al 2018.
Los golpes, la discriminación, la falta de acceso a empleo, salud y vivienda digna se convirtieron en la cotidianidad de la vida de Virginia, 34 años. Ella se ha movido entre la precariedad y el miedo a perder lo poco que tiene.
“Me he quedado acá donde estoy actualmente, pero eso no significa que no perciba la discriminación, no perciba esa zozobra y ese temor de la inseguridad, no por el hecho de la inseguridad en general que hay en el país, sino también a esto le sumamos la inseguridad por el hecho de ser una mujer trans y pertenecer a la población LGBTI que eso nos antepone, nos predispone y nos expone a ser más vulnerables”, dijo Virginia a Presentes.
Sin defensa para las personas LGBTI
En 2018 la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia emitió un fallo que ordenaba al Estado salvadoreño reconocer el desplazamiento forzado y tomara medidas de protección efectiva para las victimas y en enero de 2020 el Congreso emitió la “Ley especial de para la atención y protección integral de personas en condición de desplazamiento forzado interno”, pero a la fecha no existe un mecanismo que proteja a las personas LGBTI.
“Tengo temor de ser alcanzada por las garras de la violencia, temor de ser asesinada, porque lo he vivido en carne propia en dos ocasiones muy, pero muy cerquita de mí con el asesinato de mis dos amigas, Mónica y Camila, sin embargo, lo he percibido, lo he tocado y lo he palpado en muchas ocasiones más”, dijo Virginia.
La organización COMCAVIS TRANS registró, de enero a diciembre, un total de 84 denuncias de desplazamiento forzado, frente a los 56 casos del mismo período de 2018 a nivel nacional.
Adicionalmente a las denuncias de desplazamiento forzado, se han documentado ocho casos de necesidad de protección para personas LGBTI deportadas desde México y Estados Unidos.
“Muchas personas no pueden encontrar un lugar seguro dentro del país y no tienen otra opción que la de cruzar una frontera en búsqueda de la protección y de la seguridad que no encuentran en el país”, expresó Elisa Carlacini, jefa oficial nacional de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, durante la presentación del informe.
Las mujeres trans son las que mayor desplazamiento forzado sufren, COMCAVIS registró 38 denuncias.
“El informe representa estadísticas actualizadas de una población que es afectada gravemente por el desplazamiento forzado interno y que no se ve reflejada en las estadísticas oficiales”, recalcó Elisa Carlacini.
Población violentada que no denuncia por temor a represalias
La población LGBTI en El Salvador no está exenta de las violentas pandillas que operan en todo el país y que controlan territorios para el comercio de drogas y extorsión. El informe registra que en un 62% son sus mayores perpetradores, la Policía Nacional Civil en un 21% y las parejas sentimentales en un 7%.
“Cuando mataron a mi amiga Mónica a ella la asesinaron las pandillas yo tuve que encerrarme en mi casa, yo pasé alrededor de siete a ocho meses encerrada en mi cuarto, yo no salía, yo estaba cayendo en una gran depresión, pasaba con dolores de cabeza, escuchaba ruidos y percibía que ellos (las pandillas) iban a buscarme a mí”, dijo Virginia.
Los tipos de violencia que COMCAVIS TRANS registra en las entrevistas de las victimas son: amenaza directa en un 36%; lesiones personales, extorsión en un 18% respectivamente y violación sexual en un 8%. (Acá faltan datos 80% da)
El Salvador se redujo el número de homicidios 62,5% en los primeros seis meses del año, frente al mismo período del año previo por una mayor presencia de policías y militares en las calles, informó el gobierno.
Según datos oficiales, entre enero y junio de este año, las autoridades registraron 585 homicidios, frente a los 1,561 del año pasado del mismo período.
Los datos de violencia contrastan con la cantidad de denuncias interpuestas, las victimas de desplazamiento forzado interno no denuncian por temor a represalias de sus atacantes, el estudio registro que solamente el 51 por ciento se atrevió a denunciar, mientras el 49 por ciento no lo hizo por desconfiar en las instituciones del Estado.
“A estas alturas de mi vida yo ya no espero nada, al menos no para mí, pero no tengo que ser egoísta y también pienso en las nuevas generaciones, muchas chicas trans que empiezan su etapa de transición y ellas merecen un trato digno, merecen una vida digna, merecen tener asistencia de salud digna, merecen tener un empleo que sea formal, con todas las prestaciones de ley que cualquier ser humano puede tener, tener todos los mismos derechos, creo que todos tenemos los mismos derechos” expresó Virginia.
Crímenes de odio siguen impunes
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, no se ha pronunciado por estos crímenes en contra de la población LGBTI, pese a las presiones en las redes sociales, una de las herramientas que utiliza el mandatario para informar acerca de su gobierno. Bukele, que asumió su gestión el 1 de junio, suprimió a pocas horas de iniciar su período cinco Secretarías de Estado, entre ellas la de Inclusión Social, que atendía a poblaciones vulnerables y LGBTI.
Dentro de la Secretaria de Inclusión Social se desarrolló la primera Dirección de Diversidad Sexual que promovía la erradicación de la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la administración pública. La decisión de Bukele fue trasladarla hacia el Ministerio de Cultura la dirección de diversidad, generando el rechazo de la población LGBTI.
“Para nosotras es una alarma, no sabemos porque se están dando los móviles de estos asesinatos. Es terrible que ninguno de los órganos del Estado ha brindado ningún tipo de declaraciones. Estos asesinatos son invisibles para el Estado, porque no adopta ninguna postura”, señaló Bianka.
De acuerdo con COMCAVIS-TRANS, más de 600 asesinatos de personas LGBTI han sido registrados desde 1993 en El Salvador. En 2018, el país registró una tasa 50,3 homicidios por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. En el 2019 se contabilizan ocho. Noviembre de 2019 cerró con 131 asesinatos a nivel nacional.
“Repudiamos este crimen y hacemos el llamado a las instituciones correspondientes para que no quede impune”, señaló Ever.
Fuente Agencia Presentes/Cristianos Gays
General, Homofobia/ Transfobia.
COMCAVIS-TRANS, El Salvador, Homofobia/Transfobia, Virginia Flores
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