«Señor Jesús, ¿Qué flaquezas has visto en nosotros que te han decidido a llamarnos, a pesar de todo, a colaborar en tu misión?
Te damos gracias por habernos llamado, y te rogamos no olvides tu promesa de estar con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Con frecuencia nos invade el sentimiento de haber trabajado en vano toda la noche, olvidando quizá que tú estás con nosotros.
Te pedimos que te hagas presente en nuestras vidas y en nuestro trabajo, hoy, mañana y en el futuro que aún está por llegar.
Llena con tu amor estas vidas nuestras, que ponemos a tu servicio.
Quita de nuestros corazones el egoísmo de pensar en ‘lo nuestro’, en ‘lo mío’, siempre excluyente y carente de compasión y de alegría.
Ilumina nuestras mentes y nuestros corazones, y no olvides hacernos sonreír cuando las cosas no marchan como querríamos.
Haz que al final del día, de cada uno de nuestros días, nos sintamos más unidos a Ti, y que podamos percibir y descubrir a nuestro alrededor más alegría y mayor esperanza.
Te pedimos todo esto desde nuestra realidad. Somos débiles y pecadores, pero somos tus amigos.
Amén».
*
Adolfo Nicolás sj
Superior General de la Compañía de Jesús
(2008-2016)
Comentarios desactivados en José María Castillo: “El Evangelio es, ante todo, una forma de vivir”
“Cristo Redentor con mascarilla para alentar al mundo a protegerse contra el Covid-19” – Manu Silva (PRNewsfoto/Todos pela Saúde)
De su blog Teología sin Censura:
Insisto, una vez más, en la necesidad apremiante, que tenemos, de recuperar la centralidad del Evangelio en la organización de la Iglesia y en la vida de los cristianos
Si planteamos la religión como la planteo y la vivió Jesús (según el Evangelio), no cabe duda que cuando hablemos de la pandemia del virus, si es que tratamos el tema en serio y hasta el fondo, antes o después, tendremos que hablar también de religión
Una de las cosas más extrañas y elocuentes, que estoy viviendo con motivo de la pandemia, es que, cuando se habla de este asunto (en la tele, en la prensa, en las tertulias, donde sea…), salen a relucir, como es lógico, la medicina, la economía, la política, la ciencia, las leyes, las costumbres… O sea, se habla de todo. Menos de una cosa: la religión. A veces (raras veces) se hace mención de la generosidad del Papa, de algún obispo que ha hecho algo llamativo o quizá de algunas monjas que hacen lo que pueden en barrios o países pobres. Pero, de la religión como factor que puede ser importante en la solución de este enorme problema, a nadie se le ocurre ni mencionar tal cosa, por lo menos como posible ayuda para la solución de esta enorme amenaza que tanto nos preocupa y hasta nos abruma.
¿Qué le ha pasado a la religión? Me lo pregunto porque estoy seguro de que hay personas, quizá bastantes personas, que le rezan a Dios para que nos ayude a superar esta enorme desgracia. Pero de estos sentimientos religiosos, la mayoría de la gente ni se atreve a mencionar en público si reza o deja de rezar. Por eso, yo insisto en mi pregunta: ¿qué le está pasando a la religión?
El problema, que se nos plantea con esta pregunta, es – me parece a mí – algo más complicado de lo que algunos se imaginan. Porque es un hecho que, en las sociedades más industrializadas y más ricas, a medida que la tecnología y la economía se desarrollan, ocurre que las normas culturales y religiosas tradicionales se deterioran y hasta se debilitan, llegando a perder en gran medida la presencia púbica que tuvieron en tiempos pasados y cualquiera sabe si volverán (cf. Ronald Inglehart).
Por lo general, el hecho que acabo de apuntar se suele interpretar como un progreso. Por supuesto, un progreso que tiene un precio: a más ciencia, más tecnología y una economía más poderosa, la moral y las costumbres tradicionales se deterioran; y con semejante deterioro, la religión se va quedando también marginada. Esto, por lo menos a primera vista, parece un hecho incuestionable.
Sin embargo, tenemos que insistir en una pregunta elemental: ¿es todo esto realmente así? Quiero decir: ¿podemos asegurar tranquilamente que, a más ciencia y más tecnología, con el consiguiente deterioro de la religión, por eso mismo la sociedad se va desarrollando, la humanidad se está perfeccionando y las futuras generaciones alcanzarán metas y logros que no imaginamos?
Sinceramente, yo creo que ya tenemos argumentos abundantes, por lo menos, para sospechar (con fundamento) que los entusiastas defensores de los indiscutibles logros de la ciencia y del progreso, de las técnicas y de la economía, en realidad son unos desorientados, que no se han dado cuenta de la espantosa hecatombe en la que nos hemos metido, con nuestros prodigiosos avances en la más refinada tecnología y nuestra religión confinada en el desván de los recuerdos.
¿Por qué digo esto? Porque, si todo este problema se piensa a fondo, pronto se da uno cuenta de que ni todo, en la ciencia y la tecnología, es tan positivo como muchos se imaginan; ni todo, en la religión, está que hace agua. Baste pensar que la ciencia y la tecnología dependen de la economía. Y no de cualquier economía. Porque dependen del sistema económico establecido, que es el sistema que rige y manda en el mundo. Un sistema que, “de facto”, y sea cual sea la teoría que cada uno tenga, el hecho es que se trata de un sistema que produce el insaciable incremento del beneficio económico de unos pocos a costa de la dependencia y el empobrecimiento de todos los demás.
Por supuesto, yo no soy economista. Pero tampoco me chupo el dedo. Y de sobra sabemos que la economía mundial funciona de tal manera, que, a una velocidad creciente y alarmante, el capital mundial se va concentrado más y más, cada año, en menos y menos personas, que son las que rigen nuestras vidas, por más que ni se nos pase por la cabeza semejante atrocidad. Sobre todo, sabiendo, como bien sabemos, que más de la mitad de la población mundial no puede disponer de la atención médica indispensable, ni se puede alimentar para seguir viviendo.
Pero hay algo más, que nunca habíamos imaginado. Nuestro incontenible y flamante desarrollo científico y tecnológico produce tal y tanta contaminación atmosférica, que, como a nuestro flamante desarrollo no lo contengamos o le demos otra orientación, a nuestros nietos les dejaremos seguramente la espantosa herencia de tener que asistir a la destrucción total del planeta tierra.
Pero nos queda la segunda parte: la marginación y el deterioro de la religión. Me refiero, puesto que soy cristiano, a la religión que vivo, desde mi infancia. La religión que ha dado y da sentido a mi vida. Además, he dedicado mi trabajo, mis estudios y mi profesión al estudio y la enseñanza de esta religión, que intento vivir y transmitirla a los demás.
Dicho esto, lo primero que, a mi manera de ver, se debe tener en cuenta es que el cristianismo (como les ocurre a otras religiones), por una presunta fidelidad a sus orígenes, se ha quedado muy atrasado con respecto a la cultura y a los acontecimientos que estamos viviendo. Baste pensar, por poner un ejemplo, en lo que ocurre con la liturgia y en la celebración de los sacramentos. Mucha gente no sabe que esas ceremonias, tal como han llegado hasta nosotros, en su lenguaje, sus vestimentas, sus rituales y la justificación ideológica de su contenido, en muchos de los aspectos que los fieles perciben, son costumbres y tradiciones medievales. Por no hablar de los templos, catedrales, palacios y otras solemnidades, que le hicieron decir a san Bernardo, en un escrito dirigido al papa Eugenio III (s. XII), que, revestido de seda y oro, en su caballo blanco, parecía más el sucesor de Constantino que el de san Pedro. Y sabemos que la religión, que hoy tenemos, es el residuo anacrónico de aquellas vanidades.
Y lo peor del caso es la mentalidad – o sea, la teología – que justifica esas cosas. Una teología que, en no pocos tratados y cuestiones, ni afronta, ni responde, a los grandes temas que ahora interesan a la mayor parte de la sociedad. Por eso insisto, una vez más, en la necesidad apremiante, que tenemos, de recuperar la centralidad del Evangelio en la organización de la Iglesia y en la vida de los cristianos.
Por supuesto la Iglesia afirma y defiende que el Evangelio es eje y centro de la Iglesia. Pero nunca deberíamos olvidar lo que tantas veces ha dicho el papa Francisco: el Evangelio es, ante todo, una forma de vivir. Una vida en la que se destacan dos grandes problemas, que son las dos grandes preocupaciones que tuvo Jesús: la salud y la economía. Justamente, los dos grandes problemas que hoy tenemos que afrontar los humanos, sean cuales sean nuestras creencias y dada la mundialización de la pandemia que sufrimos.
Por esto se comprende la insistencia de los evangelios en los relatos de las curaciones de enfermos. Hasta 67 relatos sobre este asunto, que dejan patente hasta qué extremo a Jesús le interesaba y la preocupaba el tema de la salud y la vida. Y junto a la salud, la economía. Que es el tema de fondo, que plantea el Evangelio cuando Jesús llamaba a los discípulos y a la gente a “seguirle”. En efecto, según los evangelios, cuando Jesús llamaba a que alguien le “siguiera”, no ponía nada más que una condición: “dejarlo todo”. Llama la atención que esto justamente es el tema capital en el que los evangelios insisten hasta tales extremos, que no siempre es fácil explicar lo que Jesús pedía (incluso abandonar el entierro del propio padre: Mt 8, 18-22 par).
Sin duda alguna, da pena pensar cómo la teología cristiana ha desplazado el tema del “seguimiento de Jesús”. De forma que el tema-clave de la “cristología” (Joahn B. Metz) lo ha deformado interpretándolo como un tema de “espiritualidad”. Los discípulos de Jesús conocieron al Maestro, “siguiéndole”, viviendo con él y como él.
Si cuando hablamos de la pandemia del corona-virus, la religión no interesa, es evidente que a los hombres de la religión les resulta más cómodo y lucrativo celebrar ceremonias, ritos y liturgias, que enfrentarse a una política y una economía que se interesa más por el poder que por la salud para todos por igual y una economía que no tiene como proyecto el beneficio, sino la salud y el bienestar para todos.
Es evidente que, si planteamos la religión como la planteo y la vivió Jesús (según el Evangelio), no cabe duda que cuando hablemos de la pandemia del virus, si es que tratamos el tema en serio y hasta el fondo, antes o después, tendremos que hablar también de religión.
Comentarios desactivados en Ikusgune (Observatorio contra la LGTBIfobia de Vitoria-Gasteiz) promueve una iniciativa para sensibilizar sobre identidad de género a los miembros de las mesas electorales
Una buena noticia: a petición de Ikusgune, el Observatorio contra la LGTBI+fobia de Vitoria-Gasteiz, la Junta Electoral insta a la Dirección de Régimen Jurídico, Servicios y Procesos Electorales del Gobierno Vasco a sensibilizar a quienes formen parte de las mesas electorales en las elecciones al Parlamento Vasco del próximo 12 de julio para que las personas cuya identidad de género no corresponde con la que figura en su documentación oficial puedan ejercer el derecho a voto con todas las garantías, preservando su privacidad y derecho a la intimidad.
Ikusgune advierte que el simple acto de votar se convierte para muchas personas en un trance violento o, cuanto menos, a evitar, por la necesidad de mostrar un documento de identidad que no se corresponde con tu realidad. «Hay personas que se identifican en la categoría mujer, otras en la categoría hombre. Hay quienes fluyen de un género a otro; hay quienes no se identifican ni como hombres ni como mujeres… Pero todas ellas están obligadas a clasificarse dentro de un sistema burocrático que no atiende a todas las realidades», explican desde Ikusgune. «Es así como hechos cotidianos como pagar con la tarjeta de crédito en un comercio, enseñar un DNI o acudir a un centro médico puede convertirse en un proceso de sufrimiento, a evitar por quienes no encajan con el género asignado o con la imagen de su documento de identidad. Esta circunstancia también se da al ejercer el derecho al voto ante cualquier cita electoral», añaden.
Por ello, Ikusgune ha editado una guía de buenas prácticas destinada tanto a las personas que compongan las mesas electorales como a apoderados e interventores de los diferentes partidos políticos. En esta sencilla guía (que puedes descargar aquí en castellano y aquí en euskera) se ofrecen pautas para respetar tanto los derechos de las personas trans como de aquellas personas que no encajan en la «burocracia de género» a la hora de ejercer el voto. En paralelo, Ikusgune ha editado otra guía para las propias personas trans y personas que no encajan en las normas de género en las que se resumen sus derechos y las vías de reclamación en caso de que alguno de ellos se conculque. Puedes descargarla aquí (en castellano) o aquí (en euskera).
Además de estos documentos, Ikusgune pone a disposición de la ciudadanía un servicio de acompañamiento al colegio electoral para aquellas personas que lo deseen en el contexto expuesto. «Ninguna persona debe quedarse sin ejercer su derecho a voto por no enfrentarse solas a un acto tan violento como enseñar una documentación que te niega tu identidad», explican. Para solicitar dicho servicio, las personas interesadas deben ponerse en contacto con Ikusgune llamando al 633 309 653 o a través de WhatsApp/Telegram en ese mismo número.
Comentarios desactivados en El medallista olímpico de invierno Guillaume Cizeron “sale del armario”
Guillaume Cizeron con su novio (Instagram)
El medallista de los Juegos Olímpicos de Invierno Guillaume Cizeron ha declarado que es homosexual y revela que nunca se consideró como una “persona que no había salido del armario”.
El campeón de patinaje sobre hielo, que ganó plata para Francia en los Juegos Olímpicos de Invierno 2018, publicó una foto suya con su novio en Instagram hace dos semanas.
En una entrevista reciente con la revista francesa Têtu, Cizeron confirmó que es homosexual y explicó por qué no se consideraba a sí mismo en el armario. “Fue bastante divertido cómo la gente reaccionó a esta foto”, dijo Cizeron a la publicación francesa Tetu, informa Outsports. “No me consideraría en el armario antes de publicar esta [foto], así que realmente no considero que salga a la luz”.
Continuó: “Aunque nunca he hablado públicamente sobre mi orientación sexual, soy de los que piensan que no es algo que [las personas] deberían hacer. Las personas heterosexuales no salen … Todavía dudé un poco antes de publicar. Porque no tengo la costumbre de revelar cosas realmente íntimas. No sé lo que me pasó, me dije a mí mismo:” ¿Qué tengo que perder? “
Si bien insistió en que su foto de Instagram no era gran cosa, dijo que estaba “feliz” con la respuesta. Sin embargo, señaló que perdió entre 200 y 300 seguidores en la plataforma después de publicar la foto.
La foto fue vista por 20.000 usuarios y la publicó el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Muchos aficionados le agradecieron por dar mayor visibilidad a la comunidad LGBT+
Su pareja de baile es Gabriella Papadakis y ambos han ganando campeonatos mundiales y medallas de Gran Premio. La pareja ha batido récords mundiales 28 veces y son conocidos por su estilo inspirado en el ballet.
Comentarios desactivados en “¿Qué Rusia eliges?”, el vídeo homófobo contra la adopción homoparental que apoya la campaña de Vladimir Putin para cambiar la Constitución
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, en su campaña para reformar la Constitución en el referéndum del futuro 1 de julio, se ha visto apoyado por un anuncio que ha sido tildado de “homófobo” y “repugnante” en redes sociales. El clip muestra a un niño siendo adoptado por una pareja gay, ante lo que se muestra muy disgustado mientras se oye “¿Es esta la Rusia que quieres votar? Decide el futuro de tu país. Vota la reforma constitucional”.
La escalada LGTBfoba de Rusia no se detiene y alcanza cotas cada vez más altas y peligrosas: ya no es que la ley contra propaganda homosexual (sic) siga vigente y la veamos en situaciones tan flagrantes como en Eurovision, es que la persecución institucional contra las personas gays cada vez se hace más evidente y peligrosa. Para muestra un botón: su campaña en forma de vídeo contra la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
En el vídeo, que os mostramos a continuación y que ha traducido El Mundo, no se cortan un pelo con un tema con el que resulta complicado de banalizar… pero lo hacen: las niñas y niños huérfanos. Así, vemos cómo un chico se lleva de una especie de orfanato a un niño. En la puerta le está esperando otro chico, su pareja), que saca un vestido para que su hijo se cambie de ropa y se lo ponga.
En el vídeo, un niño pequeño es adoptado por un hombre en un orfanato. Cuando sale acompañado a la puerta con su nuevo padre, pregunta “¿Dónde está mi nueva madre?” a lo que el progenitor responde “Aquí está tu nueva mamá, no te enfades”, refiriéndose a otro hombre que les espera delante de un coche. El pequeño descubre así que está siendo adoptado por una pareja gay, y se muestra triste. El padre que esperaba fuera saluda a su nuevo hijo de manera cariñosa, y saca un vestido del coche como un regalo para el niño. Mientras tanto, dos trabajadoras observan la escena con estupefacción y enfado, incluso una de ellas escupe al suelo y se va enfadada. Una voz en off dice: “¿Es esta la Rusia que quieres votar? Decide el futuro de tu país. Vota la reforma constitucional”.
El vídeo termina con un «¿Qué Rusia eliges? Vota por el futuro del país, vota por las enmiendas a la constitución.” Sí, para que Putin siga discriminando a las personas LGTB y cercenando sus derechos.
Todo mal. La verdad es que no sabemos ni por dónde empezar: la necesidad (o no) de que un niño sea criado por un padre y una madre, la plumofobia o la falacia que insta a que las personas homosexuales obligamos a nuestros retoños a travestirse como si ser trans fuera un juego.
El anuncio pide respaldar los cambios constitucionales de Putin en el referéndum del 1 de julio, que tienen un claro componente anti-gay acorde al presidente, que anunció a principios de año que no legalizará el matrimonio gay: “Mientras yo sea presidente, no sucederá”. Aunque en un principio se creía que el anuncio estaba lanzado desde el Gobierno, lo cierto es que la autoría pertenece a una agencia de nombre Patriot, vinculada al empresario y aliado de Putin, Evgeny Prigozhin.
El clip ha sido muy fuertemente criticado por muchos sectores y usuarios en diversas redes, que rechazan enérgicamente el mensaje homófobo del anuncio.
La psicóloga Laura Marcilla lo ha explicado genial en un hilo de Twitter:
Ya en 2005 la APsA (Asociación Americana de Psicología) se posicionó al respecto:
“No hay un solo estudio que haya demostrado que niños de madres lesbianas o padres gays tengan alguna desventaja significativa en relación a los hijos de padres heterosexuales”.pic.twitter.com/toMguCv4TN
Pero si Laura explica esto no es únicamente por el vergonzoso vídeo de Rusia, sino por los abominables comentarios escritos a continuación, que no provienen de Rusia, sino de los lectores del artículo. Homofobia patria en estado puro.
Sin entrar en análisis sobre lo erróneo que es presuponer que los gays son necesariamente “afeminados” o que van a intenta obligar a sus hijos a llevar vestidos (¿hola?)… Cometo la imprudencia de irme a leer los comentarios a la noticia y encuentro cosas como estas: pic.twitter.com/riqoThNAoL
Comentarios desactivados en El Tribunal Constitucional de Chile se niega a reconocer el matrimonio de una pareja de mujeres casadas en España utilizando un argumentario ultraconservador
El Tribunal Constitucional de Chile, en un sorprendente fallo lleno de consideraciones abiertamente homófobas, ha rechazado por 5 votos contra 4 un recurso de inconstitucionalidad de diversos artículos de la ley de matrimonio y de unión civil que impiden el reconocimiento de las familias formadas por dos mujeres y sus hijos ya legalizadas en el extranjero. El fallo resulta sorprendente, no tanto por la decisión de fondo, como por su argumentación, plagada de consideraciones homófobas y prejuicios ultraconservadores. Un texto impropio de un organismo al que se le supone cierto nivel jurídico.
El recurso fue interpuesto por pareja de mujeres legalmente casadas en España, una de ellas ciudadana chilena y otra ciudadana española, que tienen además un hijo, nacido en mayo de 2009 tras recurrir a un proceso de reproducción asistida. La pareja argumentaba la inconstitucionalidad de varios artículos de las leyes de matrimonio y de unión civil chilenas, que impiden que el Estado chileno reconozca legalmente su condición de matrimonio, además de dejar a su hijo en una situación de desprotección.
Pues bien, el Tribunal Constitucional de Chile les ha respondido (texto de la sentencia) que reconocer en Chile su matrimonio celebrado en España podría «conducir a extremos intolerables, en relación con legislaciones foráneas que aceptan vínculos matrimoniales sui generis, tales como matrimonios polígamos en países musulmanes, o el matrimonio de niños de países africanos, o aquellos convenidos por los padres en la sociedad japonesa, y las bodas masivas de parejas que se celebran en la secta moon, en Corea del Sur, entre otros». Así, tal cual. Como si de un tertuliano televisivo de extrema derecha o de un militante de HazteOír se tratase.
«En todo caso, no puede hablarse de discriminación por la categoría sospechosa de orientación sexual, ya que la diferencia no radica en si se trata de personas homosexuales o heterosexuales, sino en que la institución matrimonial en Chile es una unión entre hombre y una mujer, por lo que una persona homosexual puede contraer matrimonio en Chile si lo hace con una persona de sexo opuesto», añade el Constitucional chileno, ya de una forma algo más acorde con los usos y costumbres de los juristas conservadores que tan bien conocemos. Pero incluso así el alto tribunal no evita la tentación de opinar que «el vínculo matrimonial entre un hombre y una mujer» constituye «la forma jurídicamente recomendada para formar familia, aunque después se derive en otros tipos de aquellas, sea por separación de hecho de los cónyuges, estado de viudez, divorcio, nulidad, separación judicial de los cónyuges».
Cuatro magistrados de nueve, a favor del recurso
Cabe destacar que el vergonzoso fallo se impuso por la mínima, dado que cuatro de los nueve magistrados del Constitucional chileno que intervinieron en la sentencia se posicionaron a favor de acoger el recurso (entre ellos su actual presidenta, María Luisa Brahm). «Aquí hay un matrimonio celebrado en el extranjero, existe una familia y se requiere un amparo sobre efectos precisos en una relación que supera la de las dos contratantes al involucrar al hijo de ambas. Esto es un caso concreto en cualquier lugar del mundo», señalaron. «Nuestra Magistratura ha hecho referencia en el pasado al criterio evolutivo como una fórmula interpretativa válida. Ahora damos un paso más allá. Hay que admitir seriamente la relevancia de utilizar el criterio evolutivo, en casos como el reseñado en el que se manifiesta ampliamente en el derecho y más allá de él», sostuvieron. «El Estado debe proteger no solo a la familia fundada en el matrimonio, sino que tal deber también abarca a las familias de facto, sea que se constituyan por una pareja heterosexual o no, y con mayor razón a familias legalmente constituidas bajo el matrimonio igualitario celebrado en España», añadieron.
«El no reconocimiento de las relaciones afectivas entre personas de un mismo sexo genera una situación de vulnerabilidad y grave desprotección», terminan los magistrados disidentes, añadiendo que «tal cual lo solicitan las requirentes, el obstruirle el reconocimiento jurídico que el ordenamiento español les amparó en plenitud, configura un daño a la dignidad (…) Es más, no solo no pueden cumplir con su plan familiar de vida, sino que además, para que lo puedan gozar en plenitud el ordenamiento jurídico nacional les indica que la única vía que tienen para el ejercicio en plenitud de sus derechos es ejerciéndolos en el lugar en que lo celebraron».
El MOVILH repudia la sentencia del Constitucional
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chile (MOVILH), colectivo que presentó un amicus curiae ante el Tribunal Constitucional a favor del recurso, considera que el alto tribunal, con esta sentencia, «quedará en nuestra historia registrado como un organismo que vulnera sin piedad los derechos de las parejas del mismo sexo y de sus hijos, violentando así el interés superior del niño».
Para el MOVILH, esta es una sentencia «vergonzosa, una afrenta gratuita a la dignidad humana de un sector social históricamente desaventajado que ocurre en plena pandemia, de manera cobarde, en una muestra más de que el matrimonio igualitario es uno de las obsesiones de los promotores del odio, mientras que el rechazo a esta ley es uno de los bastiones más antiguos y relevantes de la cultura homo/transfóbica (…) Esto no lo toleramos, ni lo permitimos bajo ninguna circunstancia, menos en el mes del Orgullo y menos en una época de crisis donde cualquier pestañeo puede hacer retroceder nuestros derechos humanos más básicos».
Matrimonio igualitario en Chile: una larga batalla
Como en su momento recogimos, el Estado chileno y el MOVILH alcanzaron en 2016 una solución amistosa a la demanda que este colectivo había interpuesto ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la prohibición a las parejas del mismo sexo de contraer matrimonio (puedes descargar aquel acuerdo aquí). El acuerdo, considerado histórico en su momento, implicaba ir más allá de las uniones civiles entre personas del mismo sexo (aprobadas el año anterior) y promover el matrimonio igualitario, la adopción homoparental y los derechos plenos de parentalidad (que a día de hoy tienen que ser reclamados ante los tribunales), así como la aprobación de una ley de identidad de género y un refuerzo de la legislación antidiscriminatoria (la conocida como «ley Zamudio»), entre otras medidas.
Mientras que la ley de identidad de género fue por fin aprobada (tras cinco largos años de tramitación y no sin grandes dificultades), el resto de avances permanecen sin embargo congelados. Es más, según se filtró en su momento a la prensa chilena, el Gobierno de Sebastián Piñera manifestó ante la CIDH que no piensa cumplir el acuerdo por lo que al matrimonio igualitario se refiere. Se acoge para ello a una más que dudosa interpretación de la literalidad del acuerdo, según el cual el Estado chileno se comprometía a tramitar un proyecto de ley de matrimonio igualitario y a (reproducimos literalmente) «adoptar las medidas necesarias, incluidas acciones de promoción, para impulsar la iniciativa del matrimonio igualitario como un asunto que constituye un interés legítimo en una sociedad democrática e inclusiva». Para el Gobierno de Piñera, este compromiso ya se cumplió con la presentación en 2017 por el entonces Gobierno de Michelle Bachelet de un proyecto de ley de matrimonio igualitario, que no llegó a ser aprobado. El actual Gobierno considera que no está obligado a nada más, dado que «el Estado nunca se obligó a obtener la aprobación legislativa del proyecto de ley de matrimonio entre personas del mismo sexo».
Para el MOVILH, las argumentaciones del Gobierno Piñera no se sostienen, dado que más allá de que el proyecto de ley deba ser aprobado por el Congreso de Chile, el Estado chileno sí que se comprometió a una serie de medidas de impulso que no han existido.Para este colectivo, de hecho, el Gobierno de Piñera es consciente de su propia falsedad, y en su momento puso como ejemplo el hecho de que repusiera un sitio web oficial sobre el matrimonio igualitario que había desarrollado junto al anterior Gobierno y que había sido retirado en julio (aunque añadiendo, eso sí, la leyenda «Esta información fue publicada durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet (período 2014-2018)».
Se la la circunstancia de que la CIDH convocó en diciembre de 2018 su primera audiencia temática sobre matrimonio igualitario en el marco de su 170 período de sesiones. La audiencia fue encabezada por la entonces presidenta de la Comisión, Margarette May Macaulay, quien respondió favorablemente a la petición de los colectivos para que se inste a los Estados a aprobar el matrimonio igualitario y para que se exija particularmente a Chile cumplir sus compromisos internacionales sobre la materia. No parece que el Estado chileno se haya dado por aludido.
Maurice Zundel escribió páginas emocionantes sobre el corazón humano, este espacio donde la conciencia que se despierta accede en el sentido de su dignidad de su inviolabilidad, y que se revela, detrás del mí prefabricado y condicionado que lo recubre, como un espacio de pura acogida del otro, el espacio que no puede ser violado por principios autoritarios, ni siquiera divinos, sino que vive de la apertura y de la comunión con el Otro, a la imagen del Dios de Pobreza que se desposee de él mismo perpetuamente en la relación de ofrenda que mantienen entre ellas las tres Personas de la Trinidad.
” (…) La Trinidad es la liberación de una pesadilla en la que la humanidad se debate cuando se sitúa frente a una divinidad de la que depende y a la que es sometida: ¿Por qué Él bastante más que yo? ¿Por qué soy la criatura, y Él el Creador? ¿Por qué, si es mi creador, me puso en esta situación de saber que yo soy su esclavo? ¿Por qué me dio justo bastante inteligencia para comprender que dependo de Él? ¡Hay una rebelión sorda e implacable qué sube del corazón del hombre en esta confrontación de su espíritu con esta especie de Dios que aparece en él como la apisonadora del espíritu!
En la apertura del Corazón de Dios a través del Corazón del Cristo, hay justamente esta manifestación increíble y maravillosa que Dios es Dios porque se comunica, que es Dios porque se da todo, porque el es la desapropiación infinita y eterna, porque tiene la transparencia de un niño, la transparencia en la que toda especie de apropiación es imposible, donde la mirada siempre es dirigida hacia “El Otro”, donde la personalidad, donde el yo, es sólo un altruismo puro e infinito. ¡Allí está la gran confidencia qué resplandece en el Evangelio de Cristo! ¡La perla del reino, es para que Dios sea este Dios!
¡Jesús, revelándonos la Trinidad, nos libró de Dios! Nos libró de este Dios pesadilla, exterior a nosotros, límite y amenaza para nosotros: ¡nos libró de aquel Dios! Nos libró de nosotros mismos que necesariamente estábamos, y sordamente, aunque no nos atrevíamos a reconocerlo, en rebelión contra este Dios.
Con la Trinidad, entramos en el mundo de la relación. (…)
Subsistir en forma de don, subsistir como una relación con los demás otro, subsistir en una respiración pura de amor, tenemos ahí el Dios que se transparenta y se revela personalmente en Jesucristo. (…)
Lo que justamente es tan patético, y lo que nos hace sensible la diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y el paso que trasciende que hay que obrar del uno al otro, es que, mientras que en el Antiguo Testamento el pecado supremo, el pecado original, es querer ser como Dios, en el Nuevo, es esto mismo lo único que es necesario. (…)
¡Se trata de ser como Dios! Y, en el fondo, esta intuición nietzscheana, esta voluntad de ser Dios, de no sostener a ningún Dios aparte de sí mísmo, es el bosquejo de una vocación auténtica. ¡Pero atención! ¡Sí, ser como Dios, pero después de haber reconocido en Dios justamente la desapropiación infinita, la pobreza suprema, el despojo translúcido!
Si Dios es aquel Dios, si hay en nuestro corazón una espera infinita, ser como Dios, ahora esto quiere decir desapropiarnos fundamentalmente de nosotros mismos para que nuestra vida se cumpla como la suya en un don sin reserva.”
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito para que todo el que cree en él no perezca, sino que tengan vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
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Juan 3, 16-18
***
Si se pretendiese que una oración tuviera la precisión de un tratado de teología, entonces la oración a la Trinidad seria una cima casi inalcanzable. Sin embargo, la oración no es el fruto de unos razonamientos. En caso contrario, esperemos que la teología nos saque de esta contradicción. Ella, en efecto, ha creado el término técnico de circumincesión (o pericoresis, según la etimología griega) para hablar del “movimiento inamovible” de la presencio recíproca de las tres personas de la Trinidad – “Lo mismo que tu estés en mi y yo en ti”, le dice Jesús al Padre- en el rico “tránsito” de la circulación del Amor. De la misma forma, la verdadera oración trinitaria, como cualquier oración cristiana pasa sin cesar de una Persona a la otra. De este modo, Cristo, desde el momento que lo contemplamos como Hijo de Dios, nos remite al Padre, que nos lo “entrega”, y el Padre, cuando le expresamos nuestra acción de gracias, nos remite al Espíritu que el Hijo nos da “de parte” del Padre, y así incesablemente, cualquiera que sea el orden que empleemos e indistintamente de la Persona a la que inicialmente nos dirijamos en nuestra oración. Porque la oración trinitario sigue la lógico del amor, que es compartido y comunicado.
*
J. Moingt, Los tres visitadores. Conversaciones sobre la Trinidad,
Mensajero, Bilbao 2000.
Comentarios desactivados en “Abrirnos al misterio de Dios”. 07 de junio de 2020. Santísima Trinidad (A.) Juan 3, 16-18.
A lo largo de los siglos, los teólogos han realizado un gran esfuerzo por acercarse al misterio de Dios formulando con diferentes construcciones conceptuales las relaciones que vinculan y diferencian a las Personas divinas en el seno de la Trinidad. Esfuerzo, sin duda, legítimo, nacido del amor y el deseo de Dios.
Jesús, sin embargo, no sigue ese camino. Desde su propia experiencia de Dios, invita a sus seguidores a relacionarse de manera confiada con Dios Padre, a seguir fielmente sus pasos de Hijo de Dios encarnado, y a dejarnos guiar y alentar por el Espíritu Santo. Nos enseña así a abrirnos al misterio santo de Dios.
Antes que nada, Jesús invita a sus seguidores a vivir como hijos e hijas de un Dios cercano, bueno y entrañable, al que todos podemos invocar como Padre querido. Lo que caracteriza a este Padre no es su poder y su fuerza, sino su bondad y su compasión infinitas. Nadie está solo. Todos tenemos un Dios Padre que nos comprende, nos quiere y nos perdona como nadie.
Jesús nos descubre que este Padre tiene un proyecto nacido de su corazón: construir con todos sus hijos e hijas un mundo más humano y fraterno, más justo y solidario. Jesús lo llama «reino de Dios», e invita a todos a entrar en ese proyecto del Padre buscando una vida más justa y digna para todos, empezando por sus hijos más pobres, indefensos y necesitados.
Al mismo tiempo, Jesús invita a sus seguidores a que confíen también en él: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí». Él es el Hijo de Dios, imagen viva de su Padre. Sus palabras y sus gestos nos descubren cómo nos quiere el Padre de todos. Por eso invita a todos a seguirlo. Él nos enseñará a vivir con confianza y docilidad al servicio del proyecto del Padre.
Con su grupo de seguidores, Jesús quiere formar una familia nueva donde todos busquen «cumplir la voluntad del Padre». Esta es la herencia que quiere dejar en la tierra: un movimiento de hermanos y hermanas al servicio de los más pequeños y desvalidos. Esa familia será símbolo y germen del nuevo mundo querido por el Padre.
Para esto necesitan acoger al Espíritu que alienta el Padre y a su Hijo Jesús: «Vosotros recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y así seréis mis testigos». Este Espíritu es el amor de Dios, el aliento que comparten el Padre y su Hijo Jesús, la fuerza, el impulso y la energía vital que hará de los seguidores de Jesús sus testigos y colaboradores al servicio del gran proyecto de la Trinidad Santa.
Comentarios desactivados en “Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él”. Domingo 07 de junio de 2020. Santísima Trinidad.
Leído en Koinonia:
Éxodo 34,4b-6.8-9: Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso
Interleccional: Daniel 3. A ti gloria y alabanza por los siglos. 2Corintios 13,11-13: La gracia de Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo Juan 3,16-18: Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él
La Biblia nos revela en una palabra quien es Dios: Dios es amor (1 Jn 4,8). Amor personal (porque te ama a ti, como si sólo a ti amase) amor total (sin medida, porque la medida del amor es dar sin medida), amor sacrificado (oblativo, entregado y paciente), amor universal (inclusivo, no excluyente), amor preferencial (se inclina más hacia el débil). Las lecturas de hoy nos revelan el perfil, el rostro o la fisonomía de Dios. La lectura del Éxodo lo revela como un Dios “compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en clemencia y lealtad” (Ex 34,6); y esto inmediatamente después del episodio de adoración al becerro de oro (Ex 32). Como queriendo contrastar la infidelidad del Pueblo y la fidelidad de Dios.
Pablo, en la segunda lectura nos desvela el misterio de un Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, mediante el saludo trinitario a la asamblea: “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con ustedes” 2 Cor 13, 13.
Finalmente el evangelio de hoy, tomado de San Juan, es uno de esos textos cumbres de la literatura bíblica que revelan una luz especial: “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo” (Jn 3,16).
Éstos serían como los versículos fundamentales para nuestra fiesta. En primer lugar el Dios de Israel y de Jesús, es un Dios inserto en la historia. El antiguo y nuevo Pueblo de Dios no llegaron a la experiencia de Dios, ni por la naturaleza (religiones naturalistas, tendentes a divinizar la creación), ni por la filosofía (la elucubración de los filósofos, que a través de las causas segundas, llegaron a una primera causa: Dios), sino por la historia. De ahí que el credo de Israel y el de la Iglesia se definan como credos históricos. Imposible proclamar a este Dios, dejando de lado los grandes acontecimientos salvíficos: que “nació de María, la virgen, que padeció bajo Poncio Pilatos, que fue crucificado, muerto y sepultado”, etc., son datos históricos puntuales. Dejar de lado la historia, sería desencarnar la fe, privarla de su sacramentalidad histórica. Un Dios desentendido de la historia no sería el Dios de los cristianos. En segundo lugar, en esta historia llena de luces y de sombras, pero guiada de la mano de Yahveh, se va dando un avance; lo que los teólogos han llamado “la revelación progresiva”. Cuando éramos niños tuvimos una experiencia de Dios que fue madurando poco a poco hasta hacernos adultos… Se trata de un principio de la pedagogía divina. El misterio de Dios uno y trino es fruto de esta experiencia de revelación progresiva en la historia. Revelación cumbre, expresión de maduración: Dios no es un ser aislado, desentendido de las realidades temporales, solitario. Es un Dios comunitario, familia, sociedad, fraternidad, etc. Por eso como dijimos al principio; la cumbre de toda la revelación bíblica es ésta: Dios es amor. Y el amor nunca es soledad, aislamiento, sino comunión, cercanía, diálogo, alianza.
La naturaleza misma de Dios es todo un proyecto de vida que revela la naturaleza misma del alma humana, creada a imagen y semejanza de Dios. De este modo podemos entender cómo la misma humanidad siente esa necesidad de alianza, aun en medio de la pluralidad. Vivimos en una casa común, somos una familia (humana), tenemos las mismas necesidades, los mismos problemas. Dios en esta hora de la historia habla a través de esos signos de un mundo en búsqueda.
En tercer lugar no hay que estar rompiéndose la cabeza para intentar comprender (desde nuestra lógica natural) un misterio que nos es dado por revelación, y que sólo puede ser aceptado plenamente por la fe. A Dios nadie lo ha visto jamás, sólo el Hijo que estaba en el seno del Padre, es quien nos lo ha dado a conocer (Jn 1,18). La fe ciertamente que pasa del oído a la mente, de la mente al corazón, y del corazón a la vida. No se trata de un proceso meramente racional. Pues la razón se entiende necesitada de la razonabilidad de la fe, al reconocerse humilde ante el misterio de Dios. En efecto Dios revela estas cosas a la gente sencilla, y las esconde a los sabios de este mundo. Esta es la lógica y la sabiduría de nuestro Dios, muy distinta y muy distante de la lógica natural, marcada por los egoísmos humanos. Dios entra más fácilmente en le corazón del niño que en el del adulto, en el corazón del humilde que en el del soberbio, en el corazón del débil que en el del fuerte.
Estamos ante el más grande misterio, que ni ojo vio, ni oído escuchó… Acerquémonos a Dios con Adoración (El Padre)… dispuestos a asumir su proyecto de fraternidad (El Hijo)… con toda la profundidad de nuestro ser (El Espíritu Santo). Leer más…
Comentarios desactivados en 7.6. 2020.Año de Biblia y Trinidad: Gracia de Cristo, Amor de Dios, Comunión del Espíritu, 2 Cor 13
Del blog de Xabier Pikaza:
| X Pikaza
El papa Francisco ha querido que el 2020 sea Año de la Biblia, pero entre pandemias y otros temas lo estamos olvidando. Pero hoy 7.6.20, día de la Trinidad, quiero recordar que el tema central de la Biblia Cristiana es la revelación del Dios , Padre‒Hijo‒Espíritu Santo, escribiendo con esta ocasión un trabajo de fondo sobre la hermenéutica o interpretación trinitaria de la Biblia.
Este trabajo es una continuación del que publiqué ayer, sobre la Trinidad de Ratzinger,en diálogo con Franz Sabotta, amigo SJ, colega de Ratzinger que murió sin haber culminado su carrera teológica… Yo, en cambio, tuve la suerte de seguir por un tiempo:
‒ El año 1973 (a los cinco años de mi conversación con F. Sobotta) fui nombrado profesor de Teodicea y Trinidad en la Pontificia de Salamanca.
‒ Pero el 1984 me negaron el nihil obstat, aplicando la doctrina Ratzinger, por seguir la Biblia y no un tipo de dogmática escolar sobre la Trinidad (encarnación, humanidad de Dios…)
‒ Pude volver a la Universidad el 1989, pero con el veto de enseñar Dogmática (es decir, teología trinitaria), pero seguí con ello en estudios y publicaciones.
A pesar de eso, me ha ido bien… y hoy, día de la Trinidad en el Año de la Biblia, quiero rehacer un trabajo sobre Trinidad y Biblia, publicado en Iglesia Viva 167 (1993) 373-390 (on line: https://iviva.org/revistas/167/167-03%20PIKAZA.pdf ). Siga leyendo quien quiera ver la forma en que vinculo Trinidad y Biblia.
Dedico este trabajo a M. Ofilada, columnista de RD, experto y maestro en Trinidad. Buena fiesta de la Trinidad para todos los amigos trinitarios y a los alumnos que quizá recuerden alguna de mis clases sobre la Trinidad, con mis amigos trinitarios y todos los que celebran la fiesta del Dios Trinidad
HERMENÉUTICA TRINITARIA DE LA BIBLIA
La confesión trinitaria de Dios constituye quizá la mejor y más profunda hermenéutica teológica cristiana de la Biblia. Dios mismo aparece así como principio unificante o personaje central de la Escritura, no sólo en perspectiva arqueológica (estudio del pasado) sino también en clave de lectura moderna de los textos. Se trata de una hermenéutica teológica, es decir, propia de un creyente cristiano que interpreta y actualiza los textos de la Biblia a partir de su confesión creyente: el Dios del AT se desvela de esa forma como Padre que se manifiesta totalmente en Jesús, su Hijo (NT), en camino que se encuentra abierto hacia los hombres (en la iglesia) por medio del Espíritu Santo.
Esta hermenéutica trinitaria ofrece sentido y unidad a la Escritura, en un camino (unos caminos) de gran densidad cultural que ahora esbozaremos de una forma, al mismo tiempo, tanteante y sistemática. Distinguimos cinco esquemas principales, que se encuentran más desarrollados en los libros de la bibliografía citada aI final del artículo (especialmente en el mío, el de Hill y el de Milano). Lectura de la Biblia como texto del pasado y trasfondo cultural de nuestro tiempo se implican y fecundan en estos caminos que ahora ofrecemos.
Conforme a una visión tradicional, popularizada y sistematizada por Hegel, el ser de Dios consiste en revelarse. En esa perspectiva han de entenderse las grandes religiones de la historia: son formas de captar y explicitar la revelación de lo divino. Por eso, en un sentido extenso, puede hablarse de una Trinidad revelatoria que consta de tres rasgos o momentos que se pueden condensar de esta manera:
a) Hay un Revelante (Revelador), es decir, un ser primigenio o fundante que se manifiesta a sí mismo, en gesto de generosidad o donación. En el principio no está el puro vacío, ni el enigma insoluble, ni la confusión general; en el principio hallamos siempre a Aquél (aquello) que se abre y manifiesta.
b) Hay un Mediador o mediación, es decir, unos signos de presencia o manifestación de 1o divino. Toda nuestra forma de experiencia es “simbólica” en eI sentido radical del término: el Revelante (a quien nunca vemos por sí mismo) se vuelve “palabra” para nosotros.
c) Hay una Realidad sagrada que viene a explicitarse como expresión o resultado de la presencia divina. A través de su “palabra” o mediación, el Revelante original (o Dios) se vuelve presente en medio de nosotros, que somos la expresión y presencia del Espíritu divino.
Estos tres elementos de la Trinidad o tríada revelatoria pertenecen a la misma estructura de la realidad interpretada como proceso de comunicación: somos personas o existimos porque hay alguien que “nos habla” desde el mismo fondo de la realidad, en llamada o palabra que nos constituye como humanos. De esa forma lo ha entendido la Escritura judeocristiana, en proceso de impresionante fidelidad cultural y religiosa.
Son muchos los caminos de experiencia que encontramos en la Biblia. Ella es una especie de gran enciclopedia o biblioteca donde se recogen múltiples aspectos de la vida: hay sendas o veredas que parecen ya perdidas para siempre o superadas; hay aspectos culturales que no tienen ya para nosotros ningún tipo de importancia.
Pero en el fondo de esa multiplicidad hallamos una especie de camino central o unificante que nos capacita para orientarnos en el cúmulo de textos; es como la clave hermenéutica o la guía de lectura de la Biblia; Dios se va expresando o revelando entre los hombres a través de unos acontecimientos y personas que se encuentran mutuamente vinculados.
El año litúrgico comienza con el Adviento y la Navidad, celebrando cómo Dios Padre envía a su Hijo al mundo. En los domingos siguientes recordamos la actividad y el mensaje de Jesús. Cuando sube al cielo nos envía su Espíritu, cuya venida celebramos el domingo pasado. Ya tenemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y estamos preparados para celebrar a los tres en una sola fiesta, la de la Trinidad.
Esta fiesta surge bastante tarde, en 1334, y fue el Papa Juan XII quien la instituyó. Quizá pretendía (como ocurrió con la fiesta del Corpus) contrarrestar a grupos heréticos que negaban la divinidad de Jesús o la del Espíritu Santo. Así se explica que el lenguaje usado en el Prefacio sea más propio de una clase de teología que de una celebración litúrgica. En cambio, las lecturas son breves y fáciles de entender, centrándose en el amor de Dios.
La única definición bíblica de Dios (Éxodo 34,4b-6.8-9)
La primera lectura, tomada del libro del Éxodo, ofrece la única definición (mejor, autodefinición) de Dios en el Antiguo Testamento y rebate la idea de que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios terrible, amenazador, a diferencia del Dios del Nuevo Testamento propuesto por Jesús, que sería un Dios de amor y bondad. La liturgia, como de costumbre, ha mutilado el texto. Pero conviene conocerlo entero.
Moisés se encuentra en la cumbre del monte Sinaí. Poco antes, le ha pedido a Dios ver su gloria, a lo que el Señor responde: «Yo haré pasar ante ti toda mi riqueza, y pronunciaré ante ti el nombre de Yahvé» (Ex 33,19). Para un israelita, el nombre y la persona se identifican. Por eso, «pronunciar el nombre de Yahvé» equivale a darse a conocer por completo. Es lo que ocurre poco más tarde, cuando el Señor pasa ante Moisés proclamando:
«Yahvé, Yahvé, el Dios compasivo y clemente, paciente y misericordioso y fiel, que conserva la misericordia hasta la milésima generación, que perdona culpas, delitos y pecados, aunque no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos» (Éxodo 34,6-7).
Así es como Dios se autodefine. Con cinco adjetivos que subrayan su compasión, clemencia, paciencia, misericordia, fidelidad. Nada de esto tiene que ver con el Dios del terror y del castigo. Y lo que sigue tira por tierra ese falso concepto de justicia divina que «premia a los buenos y castiga a los malos», como si en la balanza divina castigo y perdón estuviesen perfectamente equilibrados. Es cierto que Dios no tolera el mal. Pero su capacidad de perdonar es infinitamente superior a la de castigar. Así lo expresa la imagen de las generaciones. Mientras la misericordia se extiende a mil, el castigo sólo abarca a cuatro (padres, hijos, nietos, bisnietos). No hay que interpretar esto en sentido literal, como si Dios castigase arbitrariamente a los hijos por el pecado de los padres. Lo que subraya el texto es el contraste entre mil y cuatro, entre la inmensa capacidad de amar y la escasa capacidad de castigar. Esta idea la recogen otros pasajes del AT:
«Tú, Señor, Dios compasivo y piadoso,
paciente, misericordioso y fiel» (Salmo 86,15).
«El Señor es compasivo y clemente,
paciente y misericordioso;
no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas;
como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos;
como un padres siente cariño por sus hijos,
siente el Señor cariño por sus fieles» (Salmo 103, 8-14).
«El Señor es clemente y compasivo,
paciente y misericordioso;
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas» (Salmo 145,8-9).
«Sé que eres un dios compasivo y clemente,
paciente y misericordioso,
que se arrepiente de las amenazas» (Jonás 4,2).
Como consecuencia de lo anterior, Dios se convierte para Moisés en modelo de amor al pueblo: las etapas del desierto han sido momentos de incomprensión mutua, de críticas acervas, de relación a punto de romperse. Ahora, las palabras de Dios mueven a Moisés a interesarse por el pueblo y a demostrarle el mismo amor que Dios le tiene.
El amor de Dios al mundo (Juan 3,16-18)
Este breve fragmento, tomado del extenso diálogo entre Nicodemo y Jesús, insiste en el tema del amor de Dios llevándolo a sus últimas consecuencias. No se trata solo de que Dios perdone o sea comprensivo con nuestras debilidades y fallos. Su amor es tan grande que nos entrega a su propio Hijo para que nos salvemos y obtengamos la vida eterna. «De tal manera amó Dios al mundo…». La palabra «mundo» puede significar en Juan el conjunto de todo lo malo que se opone a Dios. Pero en este caso se refiere a las personas que lo habitan, a las que Dios ama de una forma casi imposible de imaginar. Dios no pretende condenar, como muchas veces se predica y se piensa, sino salvar, dar la vida. Una vida que consiste, desde ahora, en conocer a Dios como Padre y a su enviado, Jesucristo, y que se prolongará, después de la muerte, en una vida eterna. En estos meses de pandemia, que nos han puesto en contacto frecuente con la muerte, las palabras de Jesús nos sirven de ánimo y consuelo.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Nuestra respuesta: amor con amor se paga (2 Corintios 13,11-13)
En la primera lectura, Dios se convertía en modelo para Moisés, animándolo al amor y al perdón. En la carta de Pablo a los corintios, Dios se convierte en modelo para los cristianos. La misma unión y acuerdo que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu debe darse entre nosotros, teniendo un mismo sentir, viviendo en paz, animándonos mutuamente, corrigiéndonos en lo necesario, siempre alegres.
Esta lectura ha sido elegida porque menciona juntos (cosa no demasiado frecuente) a Jesucristo, a Dios Padre y al Espíritu Santo. En esas palabras se inspira uno de los posibles saludos iniciales de la misa.
Hermanos: Alegraos, enmendaos, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros. Saludaos mutuamente con el beso ritual. Os saludan todos los santos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté siempre con todos vosotros.
Conclusión
«Escucha, Israel: el Señor, tu Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser».
Y eso precisamente es lo que celebramos hoy: ¡Qué Dios es Amor AMANDO!
Dios no solo es amor, porque también es AMAR. La Trinidad, lejos de ser una cosa muy complicada de la que es difícil hablar, sencillamente nos muestra que Dios ama. Es amor activo.
El Padre, el Hijo y la Santa Ruah ponen ante nuestros ojos la más bella relación de amor. Y, al mismo tiempo, nos invitan a participar de ella.
“Tanto amó Dios al mundo…” ¿Qué puede hacer el amor sino amar?
Descubrir que Dios es amor o mejor, descubrir que Dios te ama personalmente, no te hace la vida más fácil. Tampoco te da respuesta a todas las preguntas. No. Pero le añade una riqueza única. Un plus de sentido.
Aunque una cosa es saberlo y otra experimentarlo. Cuando experimentas que Dios es amor porque te descubres profundamente amada es un punto y aparte.
Es descubrir que cada ser humano, cada persona es Icono de la Trinidad. Porque todas estamos llamadas a ser pura relación de amor.
No, la Trinidad no es un complicado tratado sobre el misterio de Dios lleno de dogmas y extendido en cientos de volúmenes. No. La Trinidad somos tú y yo, somos todas nosotras juntas, la humanidad entera. Recreada. Siempre amada. Divina. En plenitud. La Trinidad es el movimiento de Dios en la humanidad que nos entrelaza haciéndonos hermanas.
Para hablar de la Trinidad no necesitamos palabras complicadas. Ya que la Trinidad, como el Reino, se parece a todo lo humano. Está inmersa en todo lo nuestro.
Parafraseando a Jesús podríamos decir: “La Trinidad se parece a una bella danza en grupo a la que tú estás invitada a participar.”
Oración
Trinidad Santa, damos el don de re-conocerte, de descubrirte presente en nuestra vida. Revélanos la grandeza de sabernos Icono de tu amor en relación.
Comentarios desactivados en Todo lo que podemos decir de Dios será siempre inadecuado..
Jn 3, 16-18
Tampoco hoy celebramos una fiesta dedicada a Dios; celebramos que Dios es una fiesta todos los días, que es algo muy distinto. La fiesta es siempre alegría, relación, vida, amor. El creyente es aquel que se ha sentido invitado a esa fiesta y forma parte inextricable de la misma fiesta. La Trinidad, tiene que liberarnos del Dios Ser poderoso y empaparnos del Dios Ágape que nos identifica con Él. El Dios todopoderoso es lo contrario del Dios trino. Dios es amor y solo amor. Solo en la medida que amemos, podremos conocer a Dios.
Se nos dice que es el dogma más importante de nuestra fe católica, y sin embargo, la inmensa mayoría de los cristianos no pueden comprender lo que la teología quiere decir. La gran enseñanza de la Trinidad es que solo vivimos, si convivimos. Nuestra vida debía ser un espejo que en todo momento reflejara el misterio de la Trinidad. Pero para llegar al Dios de Jesús, tenemos que superar el ídolo al que nos aferramos, el falso dios en quien todos hemos creído y en gran medida, seguimos creyendo los cristianos.
Debemos estar muy alerta, porque tanto en el AT como en el nuevo podemos encontrar retazos de este falso dios. Jesús experimentó al verdadero Dios, pero fracasó a la hora de hacer ver a sus discípulos su vivencia. En los evangelios encontramos chispazos de esa luz, pero los seguidores de Jesús no pudieron aguantar el profundo cambio que suponía sobre el Dios del AT. Muy pronto se olvidaron esos chispazos y el cristianismo se encontró más a gusto con el Dios del AT que le daba las seguridades que anhelaba.
La Trinidad no es una verdad para creer sino la base de nuestra vivencia cristiana. Una profunda experiencia del mensaje cristiano será siempre una aproximación al misterio Trinitario. Solo después de haber abandonado siglos de vivencia, se hizo necesaria la reflexión teológica sobre el misterio. Los dogmas llegaron como medio de evitar lo que algunos consideraron errores en las formulaciones racionales, pero lo verdaderamente importante fue siempre vivir esa presencia de Dios en el interior de cada cristiano. Solo viviendo la realidad de Dios en nosotros se podrá manifestar luego en el servicio al otro.
Lo más urgente en este momento para el cristianismo, no es explicar mejor el dogma de la Trinidad, y menos aún, una nueva doctrina sobre Dios Trino. Tal vez nunca ha estado el mundo cristiano mejor preparado para intentar una nueva manera de entender el Dios de Jesús o mejor, una nueva espiritualidad que ponga en el centro al Espíritu-Dios, que impregna el cosmos, irrumpe como Vida, aflora decididamente en la conciencia de cada persona y se vive en comunidad. Sería, en definitiva, la búsqueda de un encuentro vivo con Dios. No se trata de explicar la esencia de la luz, sino de abrir los ojos para ver.
No debemos pensar en tres entidades haciendo y deshaciendo, separada cada una de las otras dos. Nadie se podrá encontrar con el Hijo o con el Padre o con el Espíritu Santo. Nuestra relación será siempre con el UNO que nos une. Es urgente tomar conciencia de que cuando hablamos de cualquiera de las tres personas relacionándose con nosotros, estamos hablando de Dios. En teología, se llama “apropiación” (¿indebida?) esta manera impropia de asignar acciones distintas a las tres personas de la Trinidad. Ni el Padre solo ha creado la realidad, ni el Hijo separado ha venido a salvarnos, ni el Espíritu Santo actúa en cada uno por su cuenta. Todo es “obra” del Dios sin hacer nada.
Nada de lo que pensamos o decimos sobre Dios es adecuado. Cualquier definición o cualquier calificativo que atribuyamos a Dios son incorrectos. Lo que creemos saber racionalmente de Dios es un estorbo para vivir su presencia vivificadora en nosotros. Mucho más si creemos que solo nuestro dios es el verdadero. Incluso los ateos pueden estar más cerca del verdadero Dios que los muy creyentes. Ellos por lo menos rechazan la creencia en el ídolo que nosotros nos empeñamos en mantener a toda costa.
Los creyentes no solemos ir más allá de unas ideas (ídolos) que hemos fabricado a nuestra medida. Callar sobre Dios, es siempre más exacto que hablar. Dicen los orientales: “Si tu palabra no es mejor que el silencio, cállate”. Las primeras líneas del “Tao” rezan: El Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao; el nombre que se le puede dar, no es su verdadero nombre. Teniendo esto en cuenta, podemos hablar de Dios sin ninguna limitación pero con la conciencia que toda palabra es inadecuada.
De la misma manera, siempre que aplicamos a Dios contenidos verbales, aunque sean los de “ama”, “perdonó”, “salvará”, estamos radicalmente equivocados, porque en Dios los verbos no pueden conjugarse. Dios no tiene tiempos ni modos. Dios no tiene “acciones”. Dios, todo lo que hace, lo es. Si ama, es amor. Pero al decir que es amor, nos equivocamos también, porque le aplicamos el concepto de amor humano, que no se puede aplicar Dios. En Dios, el AMOR es algo completamente distinto.
Es un amor que no podemos comprender, aunque sí experimentar. Este experimentar que Dios es amor sería lo esencial de nuestro acercamiento a Él. Los primeros cristianos emplearon siete palabras diferentes para hablar del amor. Al amor que es Dios lo llamaron ágape. No se trata de una relación entre sujeto y objeto sino en la identificación de ambos. En nosotros hay un sujeto que ama, un objeto amado y el amor. Ese amor no se puede aplicar a Dios porque no hay nada fuera de Él y distinto a Él. En Dios el amor es su esencia, no una cualidad como en nosotros; no puede no amar, porque dejaría de ser.
Vivir la experiencia de Dios Trino sería convivir. Sería experimentarlo: 1) Como Dios, ser absoluto. 2) Como Dios a nuestro lado presente en el otro. 3) Como Dios en el interior de nosotros mismos, fundamento de nuestro ser. En cada uno de nosotros se tiene que estar reflejando siempre la Trinidad. Empezar por descubrir a Dios en nosotros, identificado con nuestro propio ser. Descubrimos a Dios con nosotros en los demás. Descubrimos también a Dios que nos trasciende y en esa trascendencia completamos la imagen de Dios.
Hoy no tiene ningún sentido la disyuntiva entre creer en Dios o no creer. Todos tenemos nuestro Dios o dioses. Hoy la disyuntiva es creer en el Dios de Jesús o creer en un ídolo. La mayoría de los cristianos no vamos más allá del ídolo que nos hemos fabricado a través de los siglos. Lo que rechazan los ateos, es nuestra idea de Dios que no supera un teísmo interesado y miope. Después de darle muchas vueltas a tema, he llegado a la conclusión de que es más perjudicial para el ser humano el teísmo que el ateismo.
La verdad es que no hemos hecho mucho caso al Dios revelado por Jesús. Su Dios es amor y solo amor. Aunque, condicionado por la idea de Dios del AT, dio un salto en el vacío y nos llevó al Abbá insondable. La mejor noticia que podía recibir un ser humano es que Dios no puede apartarle de su amor. Esta es la verdadera salvación que tenemos que apropiarnos. Es también el fundamento de nuestra confianza en Dios. Confianza absoluta y total porque, aunque quisiera, no puede fallarnos. En esa confianza consiste la fe.
Meditación
El Dios amor no responde a nuestra idea del amor.
Dios es: El que ama, el amado y el amor. Los tres a la vez.
La creación no es más que la manifestación de ese Dios.
En toda criatura queda reflejada su manera de ser.
Descubrirlo sería la meta de toda nuestra vida.
Tu dios es un ídolo
Si es un ser frente a los demás seres
Si ha hecho las cosas y sigue manipulándolas
Si te premia si le obedeces y te castiga si no lo haces
Si te vigila desde el cielo para controlarte
Si te ama como amamos los humanos
Si te exige adoración y pleitesía
Si espera sacrificios de ti
Si está dispuesto a hacer lo que tú quieres
Si se siente ofendido
Si te educa con palo y zanahoria
Si le encuentras en un lugar y no en otro
Si tiene privilegios con alguno
Si te salva desde fuera y para el más allá
Si te pide paciencia antes de darte
Si le buscas fuera de ti y del mundo
Si necesita mediaciones
Si es un dios que necesita que le adores
Si es el dios de los buenos
Si me hace caso solo cuando soy bueno
Vivimos en el mundo cuando amamos. Solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida (Albert Einstein)
7 de junio. LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Jn 3, 16-18
Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo para que quien crea en él no perezca y tenga vida eterna
Momento cenit de un trascendental diálogo de amor entre la divinidad y el mundo. Con él has puesto en marcha, Señor mío, la historia de la salvación humana.
El parlamento tuyo comenzó en el Génesis cuando iniciaste la Creación el primer día y la faz de la tierra era un desierto, pero Tú le insuflaste vida, y culminaste Tu tarea cuando el hombre hecho de barro, se convirtió en un ser vivo.
Muchos, millones de siglos más tarde, como cuentan las crónicas bíblicas, Tu hijo dijo que también él había venido para que tuviéramos vida y en abundancia la tuviéramos (Jn 10,10).
Y no contento con todo esto, que ya es bastante, se desbordó el río de su ser, y quiso compartir las aguas con el mundo entero:
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado”(Jn 13, 34).
En sus discursos sobre el amor, Platón decía de una forma muy bella en el Banquete que “el amor es siempre el deseo de poseer el bien”.
En el Antiguo Testamento el tema del amor humano es constante: al amor sexual, que es creador -cuasi un dios-, le dedica uno de sus libros más poéticos, El Cantar de los Cantares, cuyo primer capítulo se escribió en el Génesis:
“El hombre exclamó: ¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!”
Pedro Pablo Rubens pintó a Adán y Eva de este modo.
Después les dijiste que se amaran… y te dieron dos nietos para que jugaras con ellos y les amaras.
Y en El Cantar de los Cantares 1,16, diálogo en el bosque, el segundo:
“He aquí que tu eres hermosa, amiga mía; / he aquí que eres bella: tus ojos de paloma. / He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y suave: / nuestro lecho también florido.
Juan de la Cruz entona su canción de amor en Noche oscura del alma:
“Buscando mis amores, / iré por esos montes y riberas; / ni cogeré las flores, / ni temeré las fieras, / y pasaré los fuertes y fronteras”.
Finalmente, y al otro lado de las fronteras cristianas, el Kamasutra, un antiguo texto hindú que trata igualmente sobre el comportamiento sexual humano.
Evangélicamente Albert Einstein, que era judío, entonaba también este precioso himno:
“Vivimos en el mundo cuando amamos. Solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida”.
Te rogué, muy Señor mío, para que Pablo Neruda me enviara un Poema desde Santiago de Chile, nombre como ves de santo, y el resultado fue este:
SI ME QUIERES
Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra…
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca, y gris, verde, y rubia,
y morena…
Quiéreme día,
quiéreme noche…
¡Y madrugada en la ventana abierta! …
Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda!… O no me quieras
Comentarios desactivados en Dios no juzga el mundo, sino que lo invita a acoger su salvación.
Jn 3, 16-18
El texto de hoy se encuentra al final del diálogo de Jesús con Nicodemo que leído en su totalidad presenta una de las claves fundamentales que permite entender en toda su hondura el texto que hoy comentamos. Esta clave se podría formular diciendo que creer en Dios, en el Dios que anunció Jesús y desde el que se vivió en todo su ser, no es una cuestión de esfuerzo ni de grandes reflexiones, es abrirse a un encuentro transformador que redimensiona toda la vida.
Tanto amó Dios al mundo… Nos resulta a veces difícil de entender que en Dios solo hay amor y que, por tanto, solo quiere amarnos, acompañarnos, apoyar nuestra felicidad. En estos meses de pandemia desde multitud de foros nos han invitado a rezar, pero pocas veces nos han invitado a sentirnos abrazados por el amor incondicional de Dios para afrontar estos momentos inciertos. Pocas veces nos han ayudado a mirar a Jesús y contemplarlo afrontando el mal con fe y esperanza, sin culpar a nadie, y menos a Dios, del dolor humano.
Jesús entregó su vida para que nadie quedase fuera del abrazo de su Padre-Madre. Jesús afrontó el fracaso de la cruz, no porque Dios buscase un “chivo expiatorio” para recuperar la confianza en la humanidad y empezar de nuevo, sino que se dejó vencer en la cruz porque la violencia cierra las puertas al amor, a la bondad, a la confianza y solo de esa manera Dios podía seguir ofreciendo la Vida a todas/os y cada una/o de las/os que habitamos este mundo.
Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo... Tenemos la tentación de pensar que Dios juzga con nuestros propios criterios, que cada uno recibe lo que siembra, que quien obra mal finalmente será castigado…Pero Dios no es así, y Jesús lo dejó muy claro con sus palabras, pero también con su praxis. Él no juzgó a las personas, sino sus actos. Él no condenó a sus enemigos, sino que los acogió con entrañas maternas, se sentó con ellos a la mesa, los miró a los ojos, los buscó para liberarlos del mal.
A Jesús lo juzgaron por eso, por no juzgar, por no separar a los buenos de los malos, por no castigar, por no justificar el lanzamiento de la piedra condenatoria. Como a sus contemporáneos, nos cuesta entender que el amor verdadero lleva siempre de la mano el perdón y que Dios nunca va a satisfacer nuestros deseos de venganza, de reparación sino es perdonándonos a nosotras/os y a nuestros enemigos/as.
El que cree en él no será juzgado…El evangelio de Juan es sin duda un texto complejo y no siempre fácil de entender en toda su hondura por su lenguaje y por muchas de sus construcciones teológicas, sin embargo, es clara la llamada que continuamente hace a sus lectores/as a tomar postura ante la persona y el mensaje de Jesús. Es una llamada que no se puede dejar para mañana, sino que hay que responder aquí y ahora. Por eso, creer para este evangelio no es asentir a una serie de verdades sagradas, sino decidirse por Jesús y acoger su salvación.
Jesús no obligó a nadie a convertirse a ningún credo, ni condicionó su acción sanadora y salvadora a ritos u ofrendas. Él invitó sencillamente a confiar, a escuchar y a hacer camino junto a él. De hecho, Nicodemo se admira de las enseñanzas y signos que hace Jesús y por eso sabe que Dios está con él (Jn 3, 2), pero Jesús lo invita a algo más, lo invita a nacer de nuevo, lo invita a creer (Jn 3, 3). Por eso desde ahí se entiende que quien cree no será juzgado (Jn 3, 18).
Creer del modo que nos propone este evangelio en coherencia con lo recibido del Maestro, solo es posible si reconfiguramos nuestras creencias, nuestras falsas ideas sobre Dios y sobre los seres humanos y nuestra conducta a la luz de la propuesta de Jesús. Solo así es posible acoger la salvación y entender a Jesús. Y para eso hay que nacer de nuevo, volverse a sorprender con la vida, abrirse a recibir el dinamismo de la santa Ruah.
El texto de hoy nos ofrece una nueva oportunidad para hacernos la pregunta de cómo creo, cómo experimento la salvación que el Dios amor anunciado, vivido y entregado por Jesús me ofrece. No hay juicio pero sí, la urgencia de una toma de postura, de una decisión que libere nuestros miedos, nuestras falsas seguridades, nuestro egoísmo y sane la angustia y el dolor que muchas veces nos aflige.
En este momento en que necesitamos afrontar el golpe con el que la pandemia nos ha herido a cada una/o y a toda la humanidad en su conjunto, creer que Dios es más grande que cualquier mal, experimentar que no estamos solos/as en la incertidumbre, sentir que es posible sentirnos salvados/as y así ser oferta de salvación para otros/as podría hacernos decir como Nicodemo: ¿Cómo puede ser esto? (Jn 3, 9). Puede ser si hacemos con Jesús el camino, puede ser si con realismo nos abrimos a la esperanza, puede ser si dejamos que la santa Ruah habite nuestro corazón como brisa suave que conforta y alienta, puede ser si nos sentimos parte de la humanidad herida y nos decidimos a recuperar la salvación que Dios pone en nuestro corazón y la compartimos con otros/as en el cotidiano camino de nuestra historia.
Y así, podrá ser que nuestro testimonio creyente forme parte del esfuerzo de tantos por hacer posible una nueva humanidad y una nueva historia.
Comentarios desactivados en Cielo y Tierra son lo mismo.
Fiesta de la Trinidad
7 junio 2020
Jn 3, 16-18
La comunidad del cuarto evangelio entiende a Jesús como el “salvador celeste” enviado por Dios. Y lee ese gesto de envío –o mejor, de “entrega”–, como prueba del amor de Dios al mundo y como fuente de “vida eterna” para la humanidad. Tal es la lectura que hizo aquella comunidad: se trata de lo que, posteriormente, la teología cristiana denominaría el “misterio de la encarnación”.
Tal creencia suponía un salto cualitativo con respecto a la ortodoxia judía, en cuyo seno había nacido. El Dios absolutamente transcendente e inefable –YHWH– se hacía completamente inmanente, hasta el punto de –como dice también cuarto evangelio– “habitar entre nosotros” (Jn 1,14). Desde este punto de vista, la novedad aportada por el cristianismo es manifiesta: Dios se hace humano, con todas las consecuencias que eso supone para nuestra propia auto-comprensión.
Sin embargo, esa lectura se apoyaba sobre la creencia en Dios como un Ser separado: Yhwh, desde el cielo, enviaba a su Hijo al mundo. La cosmovisión que esa misma frase expresa no puede ser más elocuente: habla de una realidad dividida en dos planos y entiende la divinidad como habitando el “piso de arriba”.
Es precisamente esa cosmovisión la que progresivamente ha ido entrando en crisis en nuestra comprensión de la realidad: no hay “un Dios ahí arriba” (Roger Lenaers) separado del conjunto de lo real.
A partir de ahí, intuyo que nos hallamos ante la posibilidad de otro “salto cualitativo”, no menor del que supuso el cristianismo en la historia de la auto-comprensión humana. Tal como me parece verlo, podría formularse de este modo: lo que el cristianismo atribuía exclusivamente a Jesús como “encarnación” de Dios es atribuible a todo ser humano sin excepción, e incluso a todos los seres: todos somos “formas” en las que Dios se expresa. O dicho con más propiedad: lo que realmente somos es vida, consciencia, ser, Dios…, experimentándose en formas concretas.
Somos plenitud de vida desplegada en una forma sumamente vulnerable. Lo que nuestros antepasados proyectaban en un “Dios” separado constituye realmente nuestra verdadera identidad. Y esa identidad es amor y es vida. Nuestra tragedia consiste sencillamente en la ignorancia, por la que ignoramos lo que somos y nos identificamos –y reducimos a– lo que no somos.
Cielo y tierra son lo mismo. Para la mente analítica no deja de ser una contradicción. Sin embargo, en la comprensión no-dual se reconoce y resuelve la paradoja que es consecuencia del “doble nivel” de lo real: en el plano profundo, aquella afirmación –cielo y tierra son lo mismo, todo está bien– es cierta; sin embargo, en el plano fenoménico o de las formas, es innegable que, lejos de ser “cielo”, hay situaciones humanas que resultan un auténtico “infierno”, que es necesario transformar. Ambas afirmaciones son ciertas, cada una en su nivel: todo es cielo y todo es mejorable. La sabiduría consiste en articular esa doble afirmación adecuadamente y vivir desde esa comprensión.
Comentarios desactivados en Dios es un misterio amable, no un problema.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
¿Ateísmo?
En este primer domingo de junio celebramos el misterio de Dios.
El ateísmo es un fenómeno relativamente nuevo, ya que nace a mediados del siglo XIX. La humanidad, la historia de la humanidad no ha sido atea, -ni probablemente lo es- a excepción de parte del mundo occidental.
Nietzsche, que moría el año 1900 (es decir en el pórtico del siglo XX), fue quien “proclamó” la muerte de Dios: “Dios ha muerto”. Apenas llevamos 150 años de ateísmo explícito
De todos modos, más bien hoy en el mundo occidental me parece que predomina no tanto el ateísmo, cuanto una gran superficialidad, que invade el momento social, cultural y religioso. Nosotros no somos ateos, sino frívolos. Ya quisiéremos tener ateos como “Dios manda”. Posiblemente somos ateos en nuestra trivialidad. Quien se toma en serio la vida, la justicia, la salud, la libertad, la paz, etc. ese tal no es ateo. Probablemente ateo es el superficial, el consumista, el ligero de cabeza…
Es penoso que la desescalada de la pandemia que estamos viviendo se reduzca a saber si podemos entrar o sentarnos en una terraza de un bar o si se puede tomar el sol tumbados en la playa o si nos dejan ir al pueblo de al lado
Las medidas sanitarias son importantes, pero la vida y la salud es algo más serio que todo eso.
¿El futuro es la increencia?
Pareciera como si el futuro y el progreso de la humanidad fuese la increencia en sus variadas formas: ateísmo, agnosticismo, nihilismo, etc.
¿Ser ateo es lo mejor que nos puede pasar personal y como pueblos? ¿Ser increyente es ser más libre? ¿Se vive mejor sin Dios? Nuestro pueblo va mejorando conforme se va adentrando en la nada, en el vacío, en el ateísmo.
Dios ha muerto, pero la vida y el amor permanecen.
Yo no sé si el Dios prepotente y justiciero ha muerto o no. Más bien creo que ese tipo de Dios no ha existido y no existe, aunque nos lo hayan enseñado y lo hayamos padecido.
Lo que podemos observar es que el ser humano sigue pensando, amando, casándose y divorciándose, trabajando, en paro y con huelgas, orando, disfrutando y sufriendo. Siendo felices y tristes según los momentos; por otra parte, los humanos seguimos envejeciendo, enfermando física y psíquicamente, y finalmente: muriendo.
¿Dónde hallar una respuesta a los problemas humanos? ¿En el “becerro de oro” de la banca, en la etnia-nación? ¿Habremos de aprender a vivir en la nada?
Cuando se siembra nada, se recoge vacío.
Es curioso cómo los padres de las nuevas generaciones quieren noblemente para sus hijos lo que ellos no tuvieron. Pero es triste ver cómo esos mismos padres no transmiten a sus hijos lo que ellos sí tuvieron: dicho escuetamente; la fe.
Dios es amor (y el ser humano también).
Dio no es un problema, sino un misterio de amor, de salvación y de vida.
Dios mandó a su Hijo para que el mundo se salve por él.
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna
Dios nos ha creado -por medio de la evolución y de nuestros padres- porque nos ama, por puro regalo y gracia. Y porque nos ama nos salva. “El mundo está, sépalo o no, impregnado de gracia: ningún ser humano es des-graciado”. Ningún ser humano queda fuera de la bondad de Dios. Dios nos quiere a todos; quiere que vivamos todos. El Dios que Jesús nos anuncia es el Dios de la misericordia y de la vida. JesuCristo es feliz con los pobres, los débiles y pecadores.
La tradición de San Juan es reiterativa, el que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. (1Jn 4,8). Quien permanece en el amor, permanece en Dios, (1Jn 4,16).
No sé si Dios está en el templo al que tenían que ir el sacerdote y el levita, pero donde está Dios es en el amor del buen samaritano, que no pasa de largo, sino que se queda para ayudar aquel hombre malherido.
Donde hay amor, allí está Dios. Quien cree en el amor, quien ama, ese tal no es ateo. A Dios no le amamos directamente, como tampoco le conocemos directamente como si tuviésemos línea directa con él. A Dios le amamos y conocemos en la medida en que tenemos experiencia del amor en la vida y amamos a los demás.
Quien ama de verdad y a fondo a su marido / mujer, a sus hijos, a los pobres, a los despreciados, a las misiones, a los maltratados, a las personas enfermas-dementes, ese tal no es ateo, sino creyente, aunque explícitamente quizás no llegue a pronunciar la palabra “Dios”. Quien ama conoce a Dios.
Comentarios desactivados en Despertad, cítara y arpa…
Uno de los más célebres músicos del mundo, que tocaba el laúd a la perfección, se volvió en breve tiempo tan gravemente sordo que perdió el oído por completo; sin embargo, continuó cantando y manejando su laúd con una maravillosa delicadeza. Ahora bien, como no podía experimentar placer alguno con su canto y su sonido, puesto que, falto de oído, no percibía su dulzura y su belleza, cantaba y tocaba únicamente para contentar a un príncipe, a quien tenía gran deseo de complacer, porque le estaba agradecidísimo, ya que había sido criado en su casa hasta la juventud. Por eso sentía una inexpresable alegría al complacerle, y cuando el príncipe le hacía señales de que le agradaba su canto, la alegría le ponía fuera de sí. Pero sucedía, en ocasiones, que el príncipe, para poner a prueba el amor de su amable músico, le ordenaba cantar y se iba de inmediato a cazar, dejándole solo; pero el deseo de obedecer los deseos de su señor le hacía continuar el canto con toda la atención, como si su príncipe estuviera presente, aunque verdaderamente no le produjera ningún gusto cantar, ya que no experimentaba el placer de la melodía, del que le privaba la sordera, ni podía gozar de la dulzura de las composiciones por él ejecutadas: «Mi corazón está dispuesto, oh Dios, mi corazón está dispuesto; quiero cantar y entonar himnos. Despierta, alma mía; despertad, cítara y arpa, quiero despertar a la aurora».
*
Francisco de Sales, Tratado del amor de Dios, IX, 9
Comentarios desactivados en Magda Bennásar: Calidad de presencia: el Espíritu.
Al igual que las discípulas y discípulos vamos haciendo el recorrido que los evangelistas nos ponen delante para que en la diversidad de encuentros con el Resucitado, descubramos el nuestro.
¿Cómo está siendo el tuyo?
En el mío se trenzan tres mechones, a cual más hermoso. Uno sería el dolor de tantas personas que puedo acompañar a través de unas palabras o unas letras… otros dos: la experiencia personal de Presencia y la experiencia de Comunidad que increíblemente va creciendo en calidad y compromiso.
¿Cómo acompaño el proceso de dolor?
Debido al confinamiento ha sido mayormente a través de comunicación online de reflexiones, que durante este año además de los dos Blogs nuestros, nos han publicado también en Inglés en el apartado Global Sisters Report: The life, dentro del periódico digital católico National Catholic Reporter. Aportaciones hechas desde nuestro “humus”, como actitud de servicio, ante una demanda ingente de aportaciones de personas de otros países, lenguas y continentes. Publicaron también nuestra pascua online bilingüe.
Sentir que lo que experimentas en la intimidad silenciosa de tu corazón y estudias-elaboras… se convierte en apoyo para miles de personas, produce un “temor y temblor” que sólo puede ser de la Ruah. Dejas atrás el tan patriarcal “yo no valgo, y menos en Inglés” para dejarte conducir y seducir por el que te envía a realizar su tarea, la de sembrar Vida, también con tu vida.
Experiencia personal de Presencia:
Descubrir, día a día, que el Espíritu es esa Presencia fuerte y tierna a la vez, que como el oxígeno para respirar nos envuelve, nos habita y nos constituye, es muy empoderador y liberador. Aun estando en confinamiento, aun estando con problemas del tipo que sea, esa Presencia percibida como silencio, como cercanía, como fuerza, como alegría, se convierte en camino, en Vida amasada con mi vida, y me “levanta-resucita” del sueño mortecino para conectarme con el sueño de Dios, inabarcable, pero fascinantemente real.
Experiencia de Comunidad viva:
Y sí, se va convirtiendo en Comunidad. Así en mayúscula, porque no es la comunidad de vecinos, ni la de senderismo…es una comunidad suscitada por el espíritu y mensaje renovador de las Hermanas para la Comunidad Cristiana (SFCC). Estas mujeres, después del Concilio, llevaron hasta las últimas consecuencias sus directrices, formando así, a golpe de fidelidad y tal vez de desobediencia a normativas encorsetadoras del pasado, una comunidad imposible de soñar más abierta, más empoderadora, más humilde en su acogida a lo que el Espíritu va suscitando.
Hace poco más de dos años, que gracias a que hay gente que escribe su experiencia las descubrimos online. Hemos hecho un proceso de pertenencia y a la vez acogido a las personas que se unían a nuestra alegría liberadora. Tanto es así que ya hemos constituido la Región de España y son diez en estos momentos, los hombres y mujeres de 29 a 70 años, casados y solteros… que gozosamente vamos haciendo un camino juntos, muy enriquecedor y gozoso.
Para nosotras Pentecostés está siendo un proceso de acoger y acompañar… de canalizar la fidelidad y liberación que estas hermanas y hermanos van viviendo. Todos, desde nuestra profesión y vocación, vamos formando comunidad desde el rincón que nos ha tocado como parcela-regalo del Espíritu y con sus dones, y el de gozo abunda, vivimos, compartimos, servimos según las necesidades que cada uno, con madurez discierne.
¿De dónde salimos? De casi todos los rincones de España: Bilbao, Pamplona, Barcelona, Mallorca, Madrid, Valencia, Córdoba.
¿Comunidad a distancia? ¡Quién dijo miedo! “nada hay imposible para Dios”: Compartimos Reflexión Teológica de los textos fundacionales y oración compuesta por tiempo profundo de Silencio y Palabra. Quincenalmente compartimos esas reflexiones y luego necesitamos vernos y sentirnos por Skype. Por supuesto que tenemos un xat y nos comunicamos libremente por teléfono, yo creo que compartimos más y mejor que si viviéramos bajo el mismo techo.
¿Proyectos comunes? No es necesario tenerlos ya que la comunidad precisamente evita toda propiedad conjunta, atadura… pero sí tenemos uno importante, que si Dios y las personas ayudan pondremos en marcha próximamente. El confinamiento está siendo el tiempo de gestación y maduración necesaria.
Deseamos compartir esta experiencia de Presencia real, encarnada porque es vuestra. Su calidad viene enmarcada por vidas llenas de realismo, de personas preocupadas por sus familias, por como nutrir su interioridad y la de sus seres queridos, todos planteándonos como abrir caminos a la comunidad de Jesús hoy, y dándonos cuenta de que “lo estamos haciendo”.
Nuestras puertas están abiertas, y como para el Resucitado, no hay distancias. De hecho una mujer desde Egipto también hace su proceso con nosotras en un arabspanish muy divertido y profundo. Por supuesto que hay más gente en Europa. Eso otro día. Si no os aburre, claro.
Comentarios desactivados en Teólogos austríacos abogan por una “bendición sacramental” para las parejas gays
Ewald Volgger: “Si la Iglesia reconoce esa forma de vida, reduciría la discriminación”
El hecho sería mucho más que una simple bendición, “estaría registrada en una oficina de la Iglesia” tal y como se menciona el matrimonio en el libro bautismal
Aunque no se habla directamente de matrimonio gay, los expertos admiten que sería “un proceso gradual” de reconocimiento
‘Bendición para parejas el mismo sexo’, es el título del informe que un grupo de trabajo, liderado por el teólogo Ewald Volgger, elaboró para la Conferencia Episcopal de Austria, sobre la posibilidad de bendecir a parejas homosexuales, y en el que se aboga por una “bendición sacramental” para las personas del mismo sexo que deciden convivir en pareja, y seguir formando parte de la Iglesia.
Volgger es claro: “Los homosexuales, como individuos, siempre pueden ser bendecidos, y en cada celebración litúrgica reciben la bendición como los demás. La pregunta, entonces, es: ¿pueden dos personas del mismo sexo llevar una vida en común y recibir la bendición oficial de la Iglesia?”, se pregunta.
Un proceso gradual
“Si la Iglesia reconoce esa forma de vida, evitaría desilusiones y sufrimientos, y reduciría la discriminación” de las personas homosexuales, aclara el teólogo. Estas parejas podrían “presentarse en público como personas bendecidas por la Iglesia”. El hecho sería mucho más que una simple bendición, “estaría registrada en una oficina de la Iglesia” tal y como se menciona el matrimonio en el libro bautismal.
El documento no habla directamente de la aprobación del matrimonio gay en la Iglesia, porque “es apropiado un cierto grado de moderación”, aunque Volgger habla de “proceso gradual”. En todo caso, el quid de la cuestión está en “la admisión de la convivencia sexual como un bien humano precioso”.
¿Está el matrimonio gay en el horizonte? “El nombre no es el objetivo principal, de lo que se trata es de reconocer la forma de vida en común de dos personas del mismo sexo que Dios reúne”.
“Cada bendición es sacramental”
¿No basta con una simple bendición informal? “Cada bendición es sacramental”, aclara el teólogo, que pide “mantener abierta la discusión” en el ámbito eclesiástico, y preguntarse “por qué no es posible” hacerlo. Sin embargo, el Catecismo no reconoce esta posibilidad. En este sentido, Volgger recuerda las palabras del nuevo presidente de los obispos alemanes, Geog Bätzing, y las “nuevas ideas” que se dejan ver desde ‘Amoris Laetitia’–
“Queda un largo camino por recorrer, pero eso significa que hay un camino, y que queremos recorrerlo”, sostiene.
Una medida de este tipo, ¿provocaría un cisma en la Iglesia? Para Volgger, esta división “ya se ha anunciado con otros asuntos. Los que amenazan con la división de la iglesia deberían permitir la discusión y el diálogo”. “Los homosexuales tienen el mismo derecho en una sociedad responsable que los heterosexuales”.
Para el teólogo, la Iglesia “ya está dando forma a la integración de las personas homosexuales. Muchas personas del mismo sexo hacen su trabajo en diferentes contextos de la iglesia, desde la parroquia hasta los niveles más altos de la jerarquía de la iglesia”.
“Si la Iglesia lo nombra abiertamente y reconoce la huella de estas personas, entonces también abrirá el camino a una vida en pareja del mismo sexo. Después de todo, es también un mandato básico de la Sagrada Escritura que las personas busquen la unión: y los homosexuales tienen el mismo derecho a una pareja responsable que los heterosexuales”., finaliza Volgger.
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